9/52 Tengo los huevos negros, pero me jiño en el médico

Estoy en la cola del traumatólogo, 9.30 h de la mañana, esperando mí turno. Estoy tranquilo y poco impresionado, al mí alrededor no hay ningún caso grave que convoque el pesimismo derivado de las desgracias ajenas. Algunos niños con el pie torcido, algunos adultos con muletas o algún miembro fracturado convenientemente tratado, algún deportista amateur con rotura de fibras. Lo típico.

De repente un hombre enfurecido entra en nuestra zona. Llama con violencia en una de las puertas. Sale una doctora. Discuten. El hombre, enfadado, le echa en cara que ya lo cambiaron dos veces de puerta y que lleva desde las nueve de acá para allá, que ya está harto, que no hay derecho. La médico, aburrida por el discurso, dice: yo no puedo hacer nada, yo no doy las citas. Entra de nuevo en la consulta. Cierra la puerta.

El hombre -me temía este momento- se dirige a nosotros, público mudo que espera por su turno. No hay derecho, dice. La otra vez, por culpa de la huelga esa, no me atendieron, dice. Yo vengo de bastante lejos, grita. Y la salida de la autopista estaba fatal, dice. Toda por la puta huelga esa, dice. Yo estaba aquí las nueve, dice. Pasaron mí turno, dice.

El hombre mira al auditorio, algunos niños que esperan tienen los ojos muy abiertos mientras miran hacia el hombre. El resto miramos hacia el suelo, hacia las paredes, hacia los carteles de no fumar, hacia las ventanas sin limpiar desde hace algunas semanas. Al lado del hombre, una administrativa mira la pantalla de su ordenador como si en ella estuviese ocurriendo la retransmisión en directo del fin del mundo.

Después se hace el silencio. Los gritos del hombre no son substituidos por nada, y queda como un eco de ellos en la sala de espera del centro de salud. El hombre da otra mirada esperando algo, una voz discrepante, un grito de bravo, una palabra de solidaridad. Nada ocurre. Cuando vuelto a mirar, el hombre está entrando en el baño.

Cuellopavo, dice una voz a mis espaldas, soy yo, pase. Desaparezco en la consulta del traumatólogo.



Y esta pequeña insurrección cotidiana es lo peor que me ha pasado en una consulta médica. Jodeos.
 
Estoy en la cola del traumatólogo, 9.30 h de la mañana, esperando mí turno. Estoy tranquilo y poco impresionado, al mí alrededor no hay ningún caso grave que convoque el pesimismo derivado de las desgracias ajenas. Algunos niños con el pie torcido, algunos adultos con muletas o algún miembro fracturado convenientemente tratado, algún deportista amateur con rotura de fibras. Lo típico.

De repente un hombre enfurecido entra en nuestra zona. Llama con violencia en una de las puertas. Sale una doctora. Discuten. El hombre, enfadado, le echa en cara que ya lo cambiaron dos veces de puerta y que lleva desde las nueve de acá para allá, que ya está harto, que no hay derecho. La médico, aburrida por el discurso, dice: yo no puedo hacer nada, yo no doy las citas. Entra de nuevo en la consulta. Cierra la puerta.

El hombre -me temía este momento- se dirige a nosotros, público mudo que espera por su turno. No hay derecho, dice. La otra vez, por culpa de la huelga esa, no me atendieron, dice. Yo vengo de bastante lejos, grita. Y la salida de la autopista estaba fatal, dice. Toda por la puta huelga esa, dice. Yo estaba aquí las nueve, dice. Pasaron mí turno, dice.

El hombre mira al auditorio, algunos niños que esperan tienen los ojos muy abiertos mientras miran hacia el hombre. El resto miramos hacia el suelo, hacia las paredes, hacia los carteles de no fumar, hacia las ventanas sin limpiar desde hace algunas semanas. Al lado del hombre, una administrativa mira la pantalla de su ordenador como si en ella estuviese ocurriendo la retransmisión en directo del fin del mundo.

Después se hace el silencio. Los gritos del hombre no son substituidos por nada, y queda como un eco de ellos en la sala de espera del centro de salud. El hombre da otra mirada esperando algo, una voz discrepante, un grito de bravo, una palabra de solidaridad. Nada ocurre. Cuando vuelto a mirar, el hombre está entrando en el baño.

Cuellopavo, dice una voz a mis espaldas, soy yo, pase. Desaparezco en la consulta del traumatólogo.



Y esta pequeña insurrección cotidiana es lo peor que me ha pasado en una consulta médica. Jodeos.
Tranquilo, ya le llegará.
Sin avisar seguramente, una caída tonta, un corte sin importancia, un pequeño dolor o molestia en alguna parte de su cuerpo.
Y en unas horas recordará que tiene terminaciones nerviosas en lugares que no se llegaba a imaginar.
 
Si melafo, nos obligarás a casarnos?

Eh! Eh! Que aún no hemos terminado las negociaciones. ¿que coño dices de follar? ¿que falta de respeto es esa? ¿quieres morir de forma atroz o que cojones te pasa?


Tranquilo, ya le llegará.
Sin avisar seguramente, una caída tonta, un corte sin importancia, un pequeño dolor o molestia en alguna parte de su cuerpo.
Y en unas horas recordará que tiene terminaciones nerviosas en lugares que no se llegaba a imaginar.

Eso lo han descubierto muchos sin necesidad de que les ocurra otra cosa que ser unos inconscientes.

Existe una micotoxina que activa los receptores nerviosos del cerebro. Es como si te convirtieses en una red de dolor inabarcable e inacabable. La estoy reservando para ciertos familiares.



Estoy en la cola del traumatólogo, 9.30 h de la mañana, esperando mí turno. Estoy tranquilo y poco impresionado, al mí alrededor no hay ningún caso grave que convoque el pesimismo derivado de las desgracias ajenas. Algunos niños con el pie torcido, algunos adultos con muletas o algún miembro fracturado convenientemente tratado, algún deportista amateur con rotura de fibras. Lo típico.

De repente un hombre enfurecido entra en nuestra zona. Llama con violencia en una de las puertas. Sale una doctora. Discuten. El hombre, enfadado, le echa en cara que ya lo cambiaron dos veces de puerta y que lleva desde las nueve de acá para allá, que ya está harto, que no hay derecho. La médico, aburrida por el discurso, dice: yo no puedo hacer nada, yo no doy las citas. Entra de nuevo en la consulta. Cierra la puerta.

El hombre -me temía este momento- se dirige a nosotros, público mudo que espera por su turno. No hay derecho, dice. La otra vez, por culpa de la huelga esa, no me atendieron, dice. Yo vengo de bastante lejos, grita. Y la salida de la autopista estaba fatal, dice. Toda por la puta huelga esa, dice. Yo estaba aquí las nueve, dice. Pasaron mí turno, dice.

El hombre mira al auditorio, algunos niños que esperan tienen los ojos muy abiertos mientras miran hacia el hombre. El resto miramos hacia el suelo, hacia las paredes, hacia los carteles de no fumar, hacia las ventanas sin limpiar desde hace algunas semanas. Al lado del hombre, una administrativa mira la pantalla de su ordenador como si en ella estuviese ocurriendo la retransmisión en directo del fin del mundo.

Después se hace el silencio. Los gritos del hombre no son substituidos por nada, y queda como un eco de ellos en la sala de espera del centro de salud. El hombre da otra mirada esperando algo, una voz discrepante, un grito de bravo, una palabra de solidaridad. Nada ocurre. Cuando vuelto a mirar, el hombre está entrando en el baño.

Cuellopavo, dice una voz a mis espaldas, soy yo, pase. Desaparezco en la consulta del traumatólogo.



Y esta pequeña insurrección cotidiana es lo peor que me ha pasado en una consulta médica. Jodeos.

Ojalá fueses mi hermano.

Mi hermano gay.
 
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Tengo los huevos negros, pero me jiño en el médico





Penis

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images capadas
fuck the hell
 
Yo tuve la desgracia de tener que ser operado de anginas en los primeros años de los gloriosos '80 en un punto de la geografía tan avanzado médicamente como Ciudad Real.
No se si sabeis como funciona, pero os lo explico:

-Te sientan en una trona alta metálica.
-Te atan las muñecas a los reposabrazos.
-Te ponen una movida en la boca para que no la puedas cerrar.
-...y le dan hasta que has abierto la boca al máximo.
-...y luego le meten un par de vueltas más a la manivela, por si acaso.
-Te rocían la garganta con un spray frio.
-Con unos alicates te cortan las amígdalas.
-Y a casa, y no llores niño que no ha sido para tanto.

Este hecho me traumatizó y aún a día de hoy lo recuerdo con total claridad.


pfffffffff vaya julandron.

yo me parti el frenillo la primera vez que la meti a pelo.

como aquello no paraba de sangrar, tuve que decirle a mi madre "oye mama, que se me ha roto el pene" y enseñarle la movida.

acto seguido me metio en el coche y me llevo al hospital donde ella curra, me metio en urgencias, hablo con la cirujano de turno y entre a quirofano.

me tumbaron en la mesa de operaciones, que tenia una cortinilla a la altura de la papada para que no vieras la que te estaban liando, me cogio la cirujana el mango (practicamente inexistente, ya que del miedo, los cuerpos cavernosos me estaban apuñalando la prostata en retirada) con unas pinzas, me pincho la anestesia, y antes de que hiciera efecto, me pone la tia un parche en la pierna, con un cable que iba al suelo.

"Esto que es?"

"la toma de tierra"

"como que la toma de tierra?"

"si, esque te voy a sanear el frenillo con bisturi electrico".

y sono como un estallido, como cuando una mosca se mete en las lamparas de las fruterias, pero si en lugar de una mosca se hubiera metido un condor.

y si, me empezo a cortar lo que me quedaba de frenillo cuando aun no se me habia terminado de dormir el nabo.

despues, la parte que me habia roto, como no la habia cortado con el bisturi ese, me la tuvo que coser, y note cada puntada que la buena señora me dio en el chasis del balano.
 
Última edición:
Sólo? A curro le cortaron el prepucio con una motosie... No! Espera! Un tiburón en las playas de Motril sacó de la papada una motosierr... No, un segundo! Un tiburón que se coló en su cueva y le conocía de vista se sacó una motosierra oxidada de la papada y le intentó cortar el prepucio, pero su experiencia con niñas kosovares le dejó una capota infranqueable y por eso ahora el escuálido adorna el salón de su choza.
 
Sólo? A curro le cortaron el prepucio con una motosie... No! Espera! Un tiburón en las playas de Motril sacó de la papada una motosierr... No, un segundo! Un tiburón que se coló en su cueva y le conocía de vista se sacó una motosierra oxidada de la papada y le intentó cortar el prepucio, pero su experiencia con niñas kosovares le dejó una capota infranqueable y por eso ahora el escuálido adorna el salón de su choza.

que no es coña, mi ex llamaba a mi miembro "frankenstein" por la cicatriz.


es como una cremallera que hubiera sido cosida por michael j fox en plan

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que no es coña, mi ex llamaba a mi miembro "frankenstein" por la cicatriz.


es como una cremallera que hubiera sido cosida por michael j fox en plan
Algo tal que como asín?
adriana-rodrigues-massive-shemale-cock.jpg

adriana-rodrigues-big-dick.jpg

K@rma and kremallera.
 
Pana Ignacio si echasemos a pelear a muerte a su larva contra la larva de MIP ¿quién cree usted que ganaria?

Tenga en cuenta que ella es medio vasca y la suya tiene su genio.

Se me ha ocurrido un nuevo programa para la tele: "peleas a muerte de hijas teen"
 
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pfffffffff vaya julandron.

yo me parti el frenillo la primera vez que la meti a pelo.

como aquello no paraba de sangrar, tuve que decirle a mi madre "oye mama, que se me ha roto el pene" y enseñarle la movida.

acto seguido me metio en el coche y me llevo al hospital donde ella curra, me metio en urgencias, hablo con la cirujano de turno y entre a quirofano.

me tumbaron en la mesa de operaciones, que tenia una cortinilla a la altura de la papada para que no vieras la que te estaban liando, me cogio la cirujana el mango (practicamente inexistente, ya que del miedo, los cuerpos cavernosos me estaban apuñalando la prostata en retirada) con unas pinzas, me pincho la anestesia, y antes de que hiciera efecto, me pone la tia un parche en la pierna, con un cable que iba al suelo.

"Esto que es?"

"la toma de tierra"

"como que la toma de tierra?"

"si, esque te voy a sanear el frenillo con bisturi electrico".

y sono como un estallido, como cuando una mosca se mete en las lamparas de las fruterias, pero si en lugar de una mosca se hubiera metido un condor.

y si, me empezo a cortar lo que me quedaba de frenillo cuando aun no se me habia terminado de dormir el nabo.

despues, la parte que me habia roto, como no la habia cortado con el bisturi ese, me la tuvo que coser, y note cada puntada que la buena señora me dio en el chasis del balano.

Osea que follaste a pelo y luego otra tía te tocó el ciruelo y te quejas?
Madredelamorhermoso...
 
Más tipo vecina que te pasa antibióticos en la pescadería porque a ella le vino bien para la alergia a la piel del kiwi.

Mas tipo -¿Porqué colarle la pastilla del día después en el desayuno cuando puedo castrarme? :lol:
 
Mas tipo -¿Porqué colarle la pastilla del día después en el desayuno cuando puedo castrarme? :lol:

Caballero, busque diferencias entre castrarse y asegurarse que no va a preñar a jembra alguna, haga el favor.

Una vez habiendo cumplido con la perpetuación de la especie, yo no puedo sino recomendarlo. Allá cada cual.

Saludos.
 
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Se me ha ocurrido un nuevo programa para la tele: "peleas a muerte de hijas teen"
Cada vez me da ustec más miedito, N0 H0M0.

Pana @HerbMan, que le quieren decir que entre castrati y vasectomizati hay ligeras diferencias (no más)

K@rma y maneras de vivir (de beber)
 
Caballero, busque diferencias entre castrarse y asegurarse que no va a preñar a jembra alguna, haga el favor.

Una vez habiendo cumplido con la perpetuación de la especie, yo no puedo sino recomendarlo. Allá cada cual.

Saludos.

Cuando usted busque el significado de hipérbole :lol:
 
Peleas a muerte de hijas Teen es un programa ameno y divertido para la noche de los viernes, con repetición los domingos por la tarde.

Los padres que tienen hijas adolescentes rebeldes se presentan al programa y tras catalogar a la hija por edad y por peso, se la secuestra y se la hace pelear en un circo romano contra otra hija teen de similares características.

La ganadora decide si quiere cambiar de padre e irse con el de la perdedora o quedarse con el que tiene. Y recibe vales de compras en todo tipo de comercios por valor de cien mil euros.

La perdedora es picada en trocitos pequeños y se les da de comer a los pollos para que con las hormonas femeninas crezcan rápido.


El padre de la ganadora recibe como premio el derecho a divorciarse sin coste alguno ni presente ni futuro y un vale para follarse a la hija teen si esta decide volver a casa.

El padre de la perdedora recibe una caja de pollos hormonados y si la hija teen ganadora se quiere ir con él, pues otro vale de esos de follar.




https://m.youtube.com/watch?v=niqyocTiiAQ
 
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Peleas a muerte de hijas Teen es un programa ameno y divertido para la noche de los viernes, con repetición los domingos por la tarde.

Los padres que tienen hijas adolescentes rebeldes se presentan al programa y tras catalogar a la hija por edad y por peso, se la secuestra y se la hace pelear en un circo romano contra otra hija teen de similares características.

La ganadora decide si quiere cambiar de padre e irse con el de la perdedora o quedarse con el que tiene. Y recibe vales de compras en todo tipo de comercios por valor de cien mil euros.

La perdedora es picada en trocitos pequeños y se les da de comer a los pollos para que con las hormonas femeninas crezcan rápido.


El padre de la ganadora recibe como premio el derecho a divorciarse sin coste alguno ni presente ni futuro y un vale para follarse a la hija teen si esta decide volver a casa.

El padre de la perdedora recibe una caja de pollos hormonados y si la hija teen ganadora se quiere ir con él, pues otro vale de esos de follar.




https://m.youtube.com/watch?v=niqyocTiiAQ


Con que armas lucharian?
Edito:

Tu puta madre, no habia otro video de peleas que no incluyera una negra calva?
 
Última edición:
Llevo como 3 años con dolor de muelas y no he ido al dentista aún por una mezcla de 75% me jiño y un 25% vagancia, porque solo me duele cuando mastico con un lado de la boca y como cuando pienso en ello después de comer ya no me duele, pues digo meh...
 
Llevo como 3 años con dolor de muelas y no he ido al dentista aún por una mezcla de 75% me jiño y un 25% vagancia, porque solo me duele cuando mastico con un lado de la boca y como cuando pienso en ello después de comer ya no me duele, pues digo meh...

Yo la última extracción me cagué tantísimo porque primero pasó una niña y se puso a gritar: no por favor por favor no por favooooooor noo, daban ganas de entrar a salvarla.
La enfermera le metió dos voces y la niña salió completamente derroida con la mano en el moflete y su padre sonriendo llevándosela con gesto de paso lo que tuvo que pasar.

Luego cuando me tocó a mí y veía a la médica tirando con todo el brazo de mi muela, al principio me agarré a él de puro cague (el brazo de la doctora que era una sílfide) aunque no notes dolor notas cómo está saliendo una parte de tu cuerpo de un hueco donde está encajada y da mucho miedo. No era la primera muela que me sacaban pero hace muchos años, y no lo recordaba tan chunguísimo.
Mientras me la sacaba llegué a pensar en serio decirla que lo dejábamos para otro día y largarme corriendo.

Afortunadamente le eché huevos y me recompuse, una vez que salió la muela vi el cielo abierto, le di las gracias y me prometí no volver a dejar que las caries me perdieran otra pieza, solo por no pasar ese mal rato, mecago en su puta madre qué miedo!!
Luego me quería enseñar las pinzas o la muela y la dije que quitara pallá que no me enseñara nada, solo quería largarme a comprar un conector para ponerle la radio al coche y llevar música.

Por cierto alguna de las muelas que estoy usando sin problemas me dijeron hace 15 años que había que sacarlas así que no hagan ni puto caso a los dentistas, pídanles que la limpien como puedan y la empasten igual, que lo mismo les sirven décadas enteras.
 
Lo tomaron como un sí aunque no estoy segura de que fuera eso y sacaron un cincel y un martillo.
Un cincel y un martillo enano. Pero un cincel y un martillo.
Y se pusieron a darme golpes que me retumbaban en la nuca, y a sacar esquirlas de hueso para recolocarlas en el otro sitio.
Estuve dos horas con la boca abierta, superando todos los records de mamadas incluidas las que les hice a eyaculadores retardados.
Me dolía la mandíbula, la nuca y yo casi había perdido el sentido. Los ayudantes me miraban con los ojos desencajados y yo comencé a pensar que aquello no iba a acabar bien.

El caso es que cuando acabé, me dijeron que me drogara con varias cosas y que quien me iba a llevar a casa. Les dije hablando como si todavía tuviera una polla y un par de huevos en la boca que tenía que conducir yo y me dijeron que igual no era buena idea.
Al día siguiente tenía el ojo morado todo alrededor, la cara inflamada y un dolor que te mueres, de no haber sido porque la otra mitad de la cara estaba normal hubiera estado hasta guapa, Cuasimodo style, pero guapa.

:lol:
Para que luego digan que las mujeres no tienen gracia (no babeo).

La primera vez que oigo que te sacan hueso a martillazos de una mandíbula para ponértelo en otro sitio ... y luego se suelda solo o qué coño?

Y no dices como te fuiste a casa, te volvieron a buscar supongo.

Yo creo que mejor que quedo desdentado cuando pierda las muelas porque eso de que te taladren el hueso para meterte una rosca que te puede producir rechazo... no gracias. (Tragaré como todos, pero bueno, de momento me resisto).
 
Llevo como 3 años con dolor de muelas y no he ido al dentista aún por una mezcla de 75% me jiño y un 25% vagancia, porque solo me duele cuando mastico con un lado de la boca y como cuando pienso en ello después de comer ya no me duele, pues digo meh...

Yo procedí de esa forma hasta el punto de dejarme una muela con un cráter nivel cañón del colorado y luego cuando me la reconstruyeron me dolió 0 :lol:

Está usted sufriendo de gratis,que lo sepa....
 
La primera vez que oigo que te sacan hueso a martillazos de una mandíbula para ponértelo en otro sitio ... y luego se suelda solo o qué coño?

Y no dices como te fuiste a casa, te volvieron a buscar supongo.
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Eso es, te ponen hueso propio y luego aquello se asimila. Eso sí, del sitio de donde me quitaron el hueso me estuvo doliendo por lo menos seis meses, yo creo que aún en los días de lluvia y neblina se revuelve un poco, como las rodillas artríticas.

Llamé a casa y dije que me iba a drogar y que me recomendaban no conducir, pero no sé si es que el parejo sólo entendió balbuceos, si que estábamos de fiestas en el pueblo o que pasaba de mí (lo más probable), el caso es que después de pedir un botijo en un bar, porque no había manera de que pudiera beber con un vaso, se me caía todo por un lado y no daba tragado las pastillas, esperé un poco leyéndome el periódico y luego conduje una hora hasta casa. Se tarda menos, pero sólo veía por un ojo y ya era de noche. Y dejé la puerta cerrada y el coche metido en la cochera, nada de benitadas esas de dejarlo con la puerta abierta. :lol:
 
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subforo salud...snif :(
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