Miradle durante 10 segundos fijamente a los ojos.
Ahora quiero que os lo imaginéis la noche de autos con el monopatín en alto para reventar la cabeza al moro y ganarse los favores de la hembra. ¿Increíble, verdad? Efectivamente, era un psicópata. Detrás de esa fachada de tonto meapilas informático, hay un ser retorcido de oscuras intenciones y peores sentimientos. Pero miradle, miradle a los ojos. Veis que esa mirada no es pura, no es una mirada limpia, ¿verdad?
Si me encontrase en un ascensor con Bretón y Nacho, y durante unas milésimas de segundo cruzase furtivamente sus miradas con la mía, os juro que instintivamente pondría a Nacho como enemigo número uno y me pondría en guardia para un posible ataque. No me ..., no sé cómo decíroslos; vamos, que no le dejaría a solas con mi sobrina para que la echase un ojo un momento. La verdad.
¿Pero alguien se cree que este fuese al parque al atardecer y de noche a montar en monopatín? Este a lo que iba era a cazar presas tiernas y el monopatín lo llevaba como juguete reclamo para los infantes.
No me inspira confianza, esa torva mirada junco con esa falsa sonrisa de informático virgen, esconden a un ser que no dudaría ni un instante en reventarte la cabeza con lo primero que tuviese a mano por el simple placer de apoderarse de tu alma eterna. Miradla bien, si aguantáis el horror que esa mirada provoca. Era el demonio en persona, bien muerto está.