emfo88
Forero del todo a cien
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- 22 Nov 2004
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Y cuando me refiero a perderlo, me refiero a que se le haya muerto. Todos hemos perdido amigos (bien por que les dejas pasta y desaparecen, bien porque cambian o bien porque se convierten en hijos de puta) pero ese no es el motivo de este hilo.
A mi me gustaría hablar, de esos amigos que han fallecido, que ya no están con nosotros y dejaron de formar parte de nuestras vidas.
Quiero comenzar, con la historia de un amigo que falleció cuando yo tenía 12 años. Por aquel entonces nos chocó bastante en el barrio. Ahora que han pasado los años y hemos crecido, ya casi ni me acuerdo.
Creo que se llamaba José María, y digo “creo” porque nosotros le conocíamos por el sobrenombre de “legañas” porque tenía una enfermedad en los ojos que iba y venía, y de vez en cuando le salían unas mierdas en los ojos que daban putísimo asco.
Legañas era uno de los miembros más populares de nuestro grupo de amigos, aunque también era uno de los más envidiados. Su familia tenía dinero, y no porque fueran gente rica, sino porque curraban su padre y su madre, algo poco habitual a finales de los ochenta, y lo que hacía que el muy hijodeputa tuviera siempre los mejores juguetes (los Clicks de Famobil, el Tente, el Scalextric, el Quimicefa, la primera Nintendo) y la mejor bicicleta. También se las daba de pijo, y cambiaba de peinado con frecuencia (peinado a lo Mike Donovan, a lo Michael Knight, luego a la taza, como los de “sensación de vivir”) y las tías se le acercaban porque tenía los ojos verdes y tenía el pelo castaño claro. Nosotros, como buenos amigos y para joderle, le decíamos que era “medio maricón” y nos burlábamos cruelmente de sus tics afeminados.
Pues bien, un buen día Legañas desapareció del barrio y de nuestros juegos por completo. Nos enteramos por una vecina que es que le habían diagnosticado una enfermedad que se llamaba algo así como Leucemia. Yo por aquel entonces no tenía ni puta idea de que coño era aquello ni comprendía el alcance de la gravedad. A una compañera de clase le dijeron que tenía “tuberculosis” y a los tres meses ya la teníamos dando el coñazo otra vez por clase.
No se si fue por dejadez, vagancia o ignorancia (igual creo que fue por una combinación de estos tres factores) que ninguno se acercó al hospital para visitarlo. Hoy por hoy a lo mejor le hubiéramos llevado flores, aunque claro, cuando eres niño solo piensas en jugar, en pasarlo bien y pasas de cosas tan “formales”. Recuerdo que tan solo Alberto, el tonto del grupo, se acercó una vez a verlo, con un coche de juguete y una postal (que firmamos algunos de casualidad) y que decía “por un buen amigo”. Todos teníamos otras cosas que hacer, o estábamos demasiado ocupados con nuestros juegos y nuestras memeces, para ir a visitar al presumido de Legañas. Luego más tarde me extrañó que cuando me cruzaba con su madre por la calle, esta no me saludase e incluso parecía como que me ignorase.
Un buen día, al cabo de unos meses, recibimos la noticia que Legañas había palmado. Aquella noticia nos dejó helados “habíamos estado hablando con el hacía seis meses”... era una persona “de carne y hueso” que ya no estaba entre nosotros. Luego al día siguiente nos olvidamos y continuamos con nuestras memeces como si nada. Así son los niños.
Y lo mismo que la vez pasada, tampoco fuimos a su entierro ni al funeral. Lo raro es que sí fueran nuestros padres, a pesar de no haberle conocido como le conocimos nosotros.
Y así fue. Legañas murió y se fue para siempre. En lo peor de la vida, ya que no llegó a conocer jamás internet, las webs porno, los porros, la farlopa, el botellón, nunca folló y nunca condujo un coche ni una moto. Es increíble pero cierto, el tipo más guapo y presumido de la pandilla, el que más prometía, dejó este mundo sin haber tenido jamás novia ni saber lo que es un polvo ni una buena mamada. Menuda putada, creo que esde donde esté, no dejará de maldecir su puta calavera. Tiene que ser el tipo más amargado del infierno o del cielo, dondequiera que se haya ido.
Pues eso es todo. ¿Alguno de vosotros ha perdido un amigo?
A mi me gustaría hablar, de esos amigos que han fallecido, que ya no están con nosotros y dejaron de formar parte de nuestras vidas.
Quiero comenzar, con la historia de un amigo que falleció cuando yo tenía 12 años. Por aquel entonces nos chocó bastante en el barrio. Ahora que han pasado los años y hemos crecido, ya casi ni me acuerdo.
Creo que se llamaba José María, y digo “creo” porque nosotros le conocíamos por el sobrenombre de “legañas” porque tenía una enfermedad en los ojos que iba y venía, y de vez en cuando le salían unas mierdas en los ojos que daban putísimo asco.
Legañas era uno de los miembros más populares de nuestro grupo de amigos, aunque también era uno de los más envidiados. Su familia tenía dinero, y no porque fueran gente rica, sino porque curraban su padre y su madre, algo poco habitual a finales de los ochenta, y lo que hacía que el muy hijodeputa tuviera siempre los mejores juguetes (los Clicks de Famobil, el Tente, el Scalextric, el Quimicefa, la primera Nintendo) y la mejor bicicleta. También se las daba de pijo, y cambiaba de peinado con frecuencia (peinado a lo Mike Donovan, a lo Michael Knight, luego a la taza, como los de “sensación de vivir”) y las tías se le acercaban porque tenía los ojos verdes y tenía el pelo castaño claro. Nosotros, como buenos amigos y para joderle, le decíamos que era “medio maricón” y nos burlábamos cruelmente de sus tics afeminados.
Pues bien, un buen día Legañas desapareció del barrio y de nuestros juegos por completo. Nos enteramos por una vecina que es que le habían diagnosticado una enfermedad que se llamaba algo así como Leucemia. Yo por aquel entonces no tenía ni puta idea de que coño era aquello ni comprendía el alcance de la gravedad. A una compañera de clase le dijeron que tenía “tuberculosis” y a los tres meses ya la teníamos dando el coñazo otra vez por clase.
No se si fue por dejadez, vagancia o ignorancia (igual creo que fue por una combinación de estos tres factores) que ninguno se acercó al hospital para visitarlo. Hoy por hoy a lo mejor le hubiéramos llevado flores, aunque claro, cuando eres niño solo piensas en jugar, en pasarlo bien y pasas de cosas tan “formales”. Recuerdo que tan solo Alberto, el tonto del grupo, se acercó una vez a verlo, con un coche de juguete y una postal (que firmamos algunos de casualidad) y que decía “por un buen amigo”. Todos teníamos otras cosas que hacer, o estábamos demasiado ocupados con nuestros juegos y nuestras memeces, para ir a visitar al presumido de Legañas. Luego más tarde me extrañó que cuando me cruzaba con su madre por la calle, esta no me saludase e incluso parecía como que me ignorase.
Un buen día, al cabo de unos meses, recibimos la noticia que Legañas había palmado. Aquella noticia nos dejó helados “habíamos estado hablando con el hacía seis meses”... era una persona “de carne y hueso” que ya no estaba entre nosotros. Luego al día siguiente nos olvidamos y continuamos con nuestras memeces como si nada. Así son los niños.
Y lo mismo que la vez pasada, tampoco fuimos a su entierro ni al funeral. Lo raro es que sí fueran nuestros padres, a pesar de no haberle conocido como le conocimos nosotros.
Y así fue. Legañas murió y se fue para siempre. En lo peor de la vida, ya que no llegó a conocer jamás internet, las webs porno, los porros, la farlopa, el botellón, nunca folló y nunca condujo un coche ni una moto. Es increíble pero cierto, el tipo más guapo y presumido de la pandilla, el que más prometía, dejó este mundo sin haber tenido jamás novia ni saber lo que es un polvo ni una buena mamada. Menuda putada, creo que esde donde esté, no dejará de maldecir su puta calavera. Tiene que ser el tipo más amargado del infierno o del cielo, dondequiera que se haya ido.
Pues eso es todo. ¿Alguno de vosotros ha perdido un amigo?
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