Anna Allen es la protagonista indiscutible de uno de los mayores escándalos nunca recordados. La actriz, que se dio a conocer dando vida a la novia del intrépido Toni Alcántara en Cuéntame, tiene ahora el reconocimiento mediático que anhelaba. Las redes sociales hierven. Todos hablan acerca de las argucias que Anna utilizó para vivir una vida que no le pertenecía. Invento tras invento que El Mundo frenó el día que destapó la farsa.
Anna había hecho creer que había asistido a la ceremonia de entrega de los Oscar. No le importó mentir a las principales cabeceras informativas del país, tampoco a la diseñadora Vicky Martín Berrocal, que le cedió uno de sus vestidos, y ni siquiera al fotógrafo que le permitió jugar al despiste. Flash flash. Cada destello de la cámara era un paso más hacia la fama que buscaba.
Desde que todo saltó por los aires, nada se sabe de Anna. Tampoco de su representante con la que, según ha sabido El Semanal Digital, mantenía una relación de amor-odio-sumisión que tachan de peligrosa. Mar, su brazo armado, le hacía creer que triunfaría en la gran pantalla si seguía sus indicaciones. No fue así.
Pero, ¿cuál es el paradero real de la actriz? Pocos lo saben. Su teléfono móvil sigue desconectado y nadie contesta a las llamadas que se realizan en su domicilio. Tampoco en la casa en la que, hasta ahora, vivía su madre en la costa catalana. Parece que Anna ha optado por desaparecer temporalmente, quizás para establecer los pasos a seguir en su cruzada contra el mundo. Insisten, no obstante, en que Anna podría estar refugiada en la vivienda que Raúl, su hermano pequeño, posee en Valencia y que se habría convertido en su principal apoyo en tiempos coléricos.
Hará bien en seguir sus directrices. Quizás su hermano consigue esclarecer los motivos reales por los que Anna ha fantaseado con una realidad que ahora parece empañada. Y lo que queda. Me cuentan que todavía no se han contado todos los episodios con los que pretendió acariciar las estrellas. Quedan otros todavía más Berlanguianos. Al tiempo.
A pesar de los pesares, son muchos los medios de comunicación interesados en obtener la primera entrevista de la actriz. Aunque su representante no responde a su correo electrónico, sí lee las peticiones que le llegan diariamente a su email personal. Dicen que ya tiene una oferta en firme para romper su silencio en un conocido programa de televisión. También se le ha ofrecido la posibilidad de ser portada de una revista del corazón y, como no, embarcarse en una aventura televisiva: "Es una apuesta segura en estos momentos", aseveran directores de televisión.
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