Antecedentes y visita a Julia (Deluxe masajes Granada)
Antes de contar mi primera experencia os cuento por qué llegué a este foro.
Hace poco me regalaron un bono para un Spa que además de circuito de baños árabes incluía una sesión de masaje con chocolate. Así que después de unos baños en las piscinas de agua caliente y baños turcos paso a la habitación donde dan masajes, muy acogedor, casi sin luz, solo unas velas, música ambiente, etc. Me hacen colocar un tanga desechable (no comments), me tumbo boca abajo con mi toallita y entra la masajista a la que no veo porque tengo la cara dentro del hueco de la camilla. Nada más empezar, empieza a acariciarme la espalda por encima de la toalla y aún sin tocarme directamente la piel veo que la cosa ya promete. Comienza a echarme chocolate y a masajearme. Tengo una mezcla de sensaciones que no sé describir, super relajante a la vez que sensual. No diré erótico porque no iba dirigida a mis partes nobles, pero cuando ya estaba acabando el masaje boca abajo empiezo a pensar que cuando tuviera que darme la vuelta la cosa iba a cantar, así que intento relajarme para no ponerme demasiado contento... Y es que estoy en un hotel y no en la habitación de una masajistas de la sección de contactos, así que pienso que probablemente es cosa mía y la gente sólo se relaja en lugar de empalmarse como yo. Ya una vez boca arriba la chica continúa preparando el pastel, entreabro los ojos cuando está sobre mi cabeza pero solo veo su silueta, ni siquiera sé si está buena. Intento relajarme porque la tienda de campaña sigue subiendo. La chica, probablemente sin intención, de vez en cuando se roza con mi brazo que está al borde de la camilla y eso no hace más que ponerme más caliente. Sigo con los ojos cerrados pensando que daría lo que fuese por cepillarmela una vez termine el masaje, pero claro, es una profesional de un hotel/spa y todo queda en una fantasía. Fin del masaje, no hubo premio. Me dice, relajate unos minutos (notó claramente que relajado no estaba...), ahora vuelvo y te acompaño a la ducha. Vuelve mi fantasía, ¿quizá en la ducha??? No, me quedé con todas las ganas pero lo repetiría mil veces. Tenía que haberle pedido matrimonio pero ni siquiera sé su nombre.
Así que mi cabeza no deja de pensar en el tema y busco algo que no sé si existe. Las mismas sensaciones pero con final feliz. Pero claro, la psicología tiene un papel importante y no es lo mismo acudir a un sitio en el que sabes que SÓLO te van a dar un masaje y que incluso te sientes raro si te empalmas por si no es lo habitual, que ir a otro en el que has pagado el primer premio.
Es un poco la sensación que me queda después de visitar a Julia. Y la muchacha no lo hace nada mal, ni mucho menos. Muy agradable, me hace pasar a la habitación, me dice que me desvista y me tumbe boca a abajo. Yo llego bastante nervioso, con algo de frío. Me tumbo y al momento entra ella. No la puedo ver porque se sitúa al lado contrario de donde estoy mirando pero ya tengo ganas de verla, ¿estará desnuda? Espero que no lleve tanga, en la web ponía integral. Empieza a masajearme y aunque en la habitación hay dos calefactores y no hace frío, se notan sus manos calientes, un gustazo solo su tacto. Me masajea espalda, brazos, piernas... todo muy bien pero no fueron las sensaciones que tuve en mi masaje casto al chocolate. Ya digo que pienso que es algo psicológico, quizás mi mente ya sabía que había fiesta al final y quería más marcha, no sé. Antes de darme la vuelta siento sus manos entre mis piernas, y la cosa se anima, pero me habría gustado que insistiera más acariciandome los huevos, me estaba poniendo a tope. La cosa se calma un poco y empieza su masaje con sus pechos, me pone a mil. Tras un poco de relax me doy la vuelta y sigue el masaje. Sensaciones parecidas, manos calientes que son un placer, pero ahora veo su cuerpo. Sí, estaba desnuda, sólo lleva unos calcetines de encaje que ya había notado mientras estaba de espaldas. Quiero comermela pero no sé hasta dónde estará dispuesta. La toco todo lo que quiero, no hay pega. Beso todo su cuerpo pero no puedo morrearla. El masaje continúa y llega el momento de nuevo de que restriegue sus tetas por mi cuerpo. Ya me pone a mil, quiero tirarmela pero sé que no hay tu tia. Se sienta encima mía mirándome y con las manos hacia atrás empieza la recta final... me encanta cómo soba mi glande, no duro mucho, pero si la hubiese tenído enchufada la levanto...
Disculpad que haya quedado la historia un poco como novela porno. Me ha salido así pero lo mío no son las letras.
¿Repetiré? Quién sabe