Pues como siempre. Siempre entrándole a la más fea que te encuentras porque las guapas te dan miedo. Siempre subiéndole el ego a pedorras caducadas poniéndote a sus pies y tratándolas como princesas. Aceptando las proposiciones de tías de mierda porque no tienes cojones a arrimarte a ninguna como dios manda. Lo de todos los días. Lo de todos los años. Lo que vas a hacer siempre, mientras te engañas a ti mismo con que esto te va a servir de entrenamiento para un día, quizá cuando tengas ochenta años, vayas a por una tía joven y guapa. Pero eso no va a pasar. Siempre vas a ir a por viejas y tías que estén varios órdenes de magnitud por debajo de ti por tu falta de valentía y seguridad en ti mismo que ninguna mancuerna ni ningún músculo puede ocultar.