FlorianSotoPeña
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- 16 Ago 2009
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Yo estuve en Lourdes hace 4 o 5 años, visitando el Santuario y tal, y me llevé un bote de plástico con agua consagrada que lo tengo al lado de mi mesa de trabajo y que no he utilizado para bendecir ni proteger nada, entre otras cosas porque ni creyente soy, y me lo llevé presa del síndrome de diógenes que padezco, y por el cual debo llevarme cosas de los lugares que visito para luego acumularlos, cual vertedero, en una habitación despacho sin que les preste atención nunca más.
Luego también tengo un puto licor de chocolate y algún paquete de legumbres de cuando estuve visitando la Umbría en Italia con mi novia italiana allá por el 2008, en los armarios de cocina, cogiendo polvo y sin haberlos utilizado nunca. Los compré por curiosidad, pero no sé cocinarlos.
Y en casa de mi madre tengo un ordenador más viejo que el cagar, un olivetti, y una máquina de escribir, una olympia, que me dieron en el colegio en los años 90 porque no tenía ordenador y era un niño pobre. Solamente le di uso a la máquina de escribir para preparar un debate sobre el tema de las drogas, pero después nunca más volví a utilizarla. En el trastero los tengo acumulando polvo entre una montaña de mierdas variadas.
Luego también tengo un puto licor de chocolate y algún paquete de legumbres de cuando estuve visitando la Umbría en Italia con mi novia italiana allá por el 2008, en los armarios de cocina, cogiendo polvo y sin haberlos utilizado nunca. Los compré por curiosidad, pero no sé cocinarlos.
Y en casa de mi madre tengo un ordenador más viejo que el cagar, un olivetti, y una máquina de escribir, una olympia, que me dieron en el colegio en los años 90 porque no tenía ordenador y era un niño pobre. Solamente le di uso a la máquina de escribir para preparar un debate sobre el tema de las drogas, pero después nunca más volví a utilizarla. En el trastero los tengo acumulando polvo entre una montaña de mierdas variadas.