Viajes Bilbao

  • Iniciador del tema Iniciador del tema Lebrom
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Debo llevar otro ritmo de vida, porque me ha sorprendido un montón lo pronto que cierran muchos bares/restaurantes, ya nos han cerrado la puerta en las narices en unos cuantos a las 9 de la noche, ¿pero a qué hora se cena el Bilbao?

Los puestitos de helados Capra lavan droga o algo, hay uno en cada esquina.

También me está sorprendiendo la cantidad de morapios por todas partes.

Fuimos al bosque de Oma por la tarde, el sitio es pintoresco y bonito, pero yendo en guagua no renta tanto, el pateo es criminal y encima unos rampones que te dejan con el culo torcido, el tío ya se podía haber puesto a pintar más cerca, que árboles no faltan. Añadir que encima nos olvidamos el agua en el hostal :lol: :face: y la temperatura subió a 30 grados, me descojono de todos los que me dijeron que llevase abrigo.

Entonces has pasado por mi pueblo. Según dices fuisteis en autobús, pero que yo recuerde el autobús te deja en la carretera general. Subisteis andando desde ahí, por favor no me digas que si porque es un lol llegar hasta Basondo ahí arriba y de ahí seguir hasta el puto bosque. Y eso que yo me lo he hecho andando desde mi pueblo...

En fin, alquilaros un puto coche desgraciaus. A que da mucho asco lo de los moros en cada puto lado esperando para levantarte la cartera?
 
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Hay Capras en cada esquina, eso es verdad.

Aquí el termómetro no sube tanto como en otros sitios (35 es ya excepcional), pero la puta humedad hace que sea horrible de soportar.

Anoche nos tomamos uno al llegar del puto bosque y nos sentó como dios.

La humedad la he notado bastante más hoy, hemos estado en La Arboleda y no veas cómo ha apretado el sol, ahora estoy derrengao hasta arriba de alubias en el tren dirección Bilbao. Cojonudo el sitio, me ha parecido curioso que las vacas estuviesen sueltas por los pozos.


Entonces has pasado por mi pueblo. Según dices fuisteis en autobús, pero que yo recuerde el autobús te deja en la carretera general. Subisteis andando desde ahí, por favor no me digas que si porque es un lol llegar hasta Basondo ahí arriba y de ahí seguir hasta el puto bosque. Y eso que yo me lo he hecho andando desde mi pueblo...

En fin, alquilaros un puto coche desgraciaus.

Me pierdo con los nombres, pero no me suena lo de Basondo, uno de la oficina de turismo nos recomendó bajar en Kortezubi, creo que en Elejalde, o Errejalde y de ahí tirar (par de rampones mediante) hasta un bar donde comienza el camino al bosque. Un pateo de locos a lo tonto :face: ¿Había una guagua que dejase más cerca? ¿Tengo que apuñalar al de turismo? Cierto lo del coche, pero ninguno tenemos carnet, el que más se acerca soy yo que ya he hecho algunas prácticas, lol.


A que da mucho asco lo de los moros en cada puto lado esperando para levantarte la cartera?

Correto.
 
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Espero que esté disfrutando de mi ciudad, Bilbao, y de la provincia de Bizkaia.

Le deseo buena estancia, señor Lebrom. :wink:
 
Vista de Bilbado desde Arangoiti, cerca de Deusto.
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Cimmerio, se te va a gastar el carrete con tanta foto, y aún esperamos la de tu pabellón auditivo.
Por otra parte, recomiéndame sitios que ver, que en Agosto voy de turismo al País nuncafollista.

- El gimnasio del Shaolín de Bilbao. Un must.

- Plaza Haro, como perfecta representación de una colmena de obreros cyberponc.

- El puto barrio de burgueses de Indautxu, con sus tiendas de decoración de puta madre en las que nunca podrás comprar nada, donde las mujeres de los ganadores buscan trapitos o pastelitos. Mola mucho más en otoño un viernes a la salida del colegio por la tarde.

- Algún buen puticlub de confianza. Lo dejo a su criterio.

- Paseo desde la plaza Unamuno hasta el parque Etxebarría, un bonito lugar para echar cuatro fotos molonas.

Estoy bajando al centro a echar un café y unas tragaperras como Dios manda, y tendrá su foto con mi oreja y unas bonitas vistas de la villa.
 
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- El gimnasio del Shaolín de Bilbao. Un must.

- Plaza Haro, como perfecta representación de una colmena de obreros cyberponc.

- El puto barrio de burgueses de Indautxu, con sus tiendas de decoración de puta madre en las que nunca podrás comprar nada, donde las mujeres de los ganadores buscan trapitos o pastelitos. Mola mucho más en otoño un viernes a la salida del colegio por la tarde.

- Algún buen puticlub de confianza. Lo dejo a su criterio.

- Paseo desde la plaza Unamuno hasta el parque Etxebarría, un bonito lugar para echar cuatro fotos molonas.

Estoy bajando al centro a echar un café y unas tragaperras como Dios manda, y tendrá su foto con mi oreja y unas bonitas vistas de la villa.
Le agradezco el aporte, pero le solicitaba algo más vulgar. Sitios turísticos al uso. Ya tú sabes.
Mariconazo.
 
Le agradezco el aporte, pero le solicitaba algo más vulgar. Sitios turísticos al uso. Ya tú sabes.
Mariconazo.

Joder, pa eso tiene los blogs de mongolas que toman yogurcitos con frambuesas y llevan al perro al psicólogo.

Yo soy real, como Max Damien.
 
Espero que se lo haya pasado bien en mi ciudad, señor Cimmerio. Un saludo.
 
Espero que se lo haya pasado bien en mi ciudad, señor Cimmerio. Un saludo.

Nací en Bilvado y la conozco bastante bien. Otra cosa es que me sepa los nombres de las calles pero no me pierdo, desde Cruces hasta la extinta Columbus pasando por la cervecera de Basauri o las calles Mad Max que no salen en las guías de viajes, cerca del Mercado de San Antón.
El rastro de los domingos, petado de viejos con los calzoncillos cagados cambiando cromos de Zubizarreta y monedas de Franco. Las galerías comerciales que había en los 80 bajo la plaza Indautxu, El Pico y la concha de la Otxoa; Joserra, el marifloro de TeleBilbao con su abanico y sus amiguitas locazas.Los suizos, las rabas y Poza. La mugre y las jeringuillas. El mural de RAM junto al puente de la Salve. El ascensor de las Siete Calles. Conexión con Euskotren. Gogoratu.
Iturribide, la campa del Muerto, las piscinas de Deusto y la estación de autobuses imaginaria de la calle Henao.
Hijo de puta.
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El Bilbao de los 80 con el de hoy, o tiene nada que ver. Yo también he conocido el Bilbao de los 80. nací aquí, y aquí sigo. Los 80 me pillaron pequeñito, pero el cambio de esa ciudad de los 80 a la que es hoy en 2018, es brutal, y para bien.

@Refugiado Pues le recomiendo que visite el Euskal Museoa, al lado de la Plaza Unamuno, o el Museo de Bellas Artes. También recomiendo el Museo Marítimo o el de Reproducciones. Hay muchas cosas que ver, aparte del Guggenheim.
 
Los 80 me pillaron pequeñito

Y a mí. Un día igual me pongo a buscar en el baúl de los recuerdos y le subo alguna foto en plan Aquellos maravillosos años. LOL.

Si hasta vi un autobús de dos pisos rojo donde está ahora la salida de Karmelo en el metro de Santutxu. Flashacks grandes and shit.
 
Lo que me acuerdo es que en los soportales de La Naja estaba todo lleno de gente drogándose. Me acuerdo de ver a los punkies, estaban por todos lados. La ría olía a demonios. Yo los autobuses de dos pisos no he llegado a ver. Ahora hay también, pero de los antiguos, de esos no ví de pequeño. En los 80 no había de dos pisos funcionando, que yo sepa. Eso era de antes, de los 70.

Por cierto, las inundaciones del 83 me pillaron en el pueblo, en Granada. Cuando volvimos, Bilbao era barro y olía a barro, paseando por un Casco viejo completamente arrasado...
 
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Pues como comenté en el fracachat he estado en Bilbado. Vengo a poner recomendaciones e impresiones varias. Que me perdonen los nativos pero no hice más que una noche (y además el Alsa de ida que cogí llegaba a las 4 porque el anterior ya estaba completo :face:) , así que el nivel de impresionismo es elevado y podría equivocarme en algo, pero eso.

Nos alojamos en el Akelarre, no por recomendación foril sino porque ya lo habíamos pillado de oferta. Para lo que es me pareció bastante caro (20 euros por una litera en habitación de seis camas con desayuno a elegir entre cereales servidos de un pozal —tal cual—, magdalenas del Lidl, pan a palo seco o manzanas + café con leche) y además está a tomar por el culo de la zona turística, pero un punto MUY a su favor es que no hay pub crawling, game night ni mamoneo chupi en el que te veas forzado a interactuar con gente. Los huéspedes eran todos muy normales, todo el mundo iba a su rollo. Y las cosas como son, las mozas que llevan el sitio son más majas que las pesetas.

Dicho esto, voy a lo importante: los pintxos. Me decepcionó bastante en ese sentido. No son para tanto ni hay tanta variedad. La zona de Santutxu fue lo mejor en cuanto al tema. Hay un sitio que se llama Mendia en el que por cinco pavos te puedes ir comido y bebido. Tortillas como cabezas de mongolo, hoyga.
En otro orden de cosas, el bacalao es carísimo. Si pillas un buen sitio es ambrosía divina y merece mucho la pena, pero eso, que me sorprendió.
Otro sitio cojonuten es una especie de herriko hipster de la calle Somera. Buenas hamburguesas.

Cambiando de tercio. Nosotros sólo queríamos salir de la claustrofóbica capital del Ebro por salud mental, así que tampoco llevábamos idea de hacer mucho más que pasear y comer. El primer día nos paseamos por la ría y las orillas del Guggen; es un sitio bastante agradable, con mucha vidilla y cuando hace 30 grados el vaporizador ese al lado de Mama es gloria bendita. Paramos a tomar el consabido helado Capra a la sombra mientras veíamos los Bilboats pasar. Muy relaxing. Después seguimos por el centro sin pretensión alguna de nada, intercalando horas de paseo con horas de terraza. Y se nos ocurrió que podríamos mirar a ver si había algún concierto decente o algo.

Encontramos lo que creíamos que era un bolo de death metal por cinco shekels. Y allá que fuimos. Subimos por San Francisco e Irala (me gustaron las dos zonas) Google Maps en mano y llegamos a una zona bastante cutre que ni me acuerdo dónde estaba ni cómo se llamaba. Google nos deja en la puerta de una suerte de fábrica abandonada. En la misma puerta hay un cartel del bolo. Dice que subamos al cuarto. Da muy mal rollo, pero subimos igualmente. Hay una especie de apartamento que en tiempos mejores fue una chapistería. Entramos. Gente normal, rollo alternativo pero bastante normal, majos, fumando al lado de una puerta del tamaño de la pared (como en los contenedores industriales) que está abierta. Dar un traspiés significa banearse del mundo. A los diez minutos o así cierran el portón, apagan las luces y enchufan una máquina de humo. Mucho humo. No se ve nada. Salen dos mendas en albornoz con sendas guitarras eléctricas. Ponen los amplis a tope y empiezan a tocar una especie de intro. Pasan diez minutos y nos damos cuenta de que no es una intro, sino que nos hemos metido en una performance sobre la muerte y lo diabólico. La intro machacona se prolonga treinta minutos. No nos vamos porque había poca gente y, qué cojones, nos tenía fascinados aquello. Acaban la performance arrodillándose ante un altar de luces led en forma de triángulo. Nos vamos de allí porque hacía un calor de la hostia y estábamos a medio minuto del desmayo, pero desde luego que fue lo mejor del viaje con diferencia.

Pillamos el cercanías hasta Abando y nos acercamos a la Plaza Vieja a echar la última mierdacola. Volvemos en metro (otro punto a favor del hostel: está a dos minutos de la estación de Deusto) y plegamos.

Al día siguiente vamos a Getxo/ Portugalete con el metro hasta Areeta. Más de lo mismo. Domingueamos por la playa, echamos fotos y vemos peces plateados desde el espigón. Muy relaxing también. Cruzamos en el transbordador por hacer la gracia y damos una vuelta por el otro lado. Volvemos en metro hasta Santutxu y pillamos la hora punta de los pintxos. Después vamos andando hacia el funicular de Artxanda, buscando el fresco. De camino paramos en el restaurante en el que Chicote metió mano hará ya unos cuantos años. Subimos al monte con un cargamento de guiris y nos tiramos a echar la siesta en el césped. Bajamos y volvemos al hostel a recuperar nuestros zarrios, no sin parar antes a tomar otro cucurucho de Capra en el Guggen. Y vuelta. Y eso es todo.

Muy agradable y muy muy limpia la ciudad. Uno de los pocos reductos del Reino que de verdad se parece algo al resto de Europa. 10/10 would bang again. Pero bajadme los precios del bacalao al pil-pil, por el amor de LOL os lo pido.
 
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1. Plaza Vieja? Te refieres a Bilbao la Vieja? O a la plaza Nueva
2. Me encanta subir a Artxanda, lo hago en todos los viajes, de día o de noche, vistéis Bilbao desde allí o estuvistéis tumbados por donde las piscinas y el batxoki?
3. La zona de pinchos de Santutxu, se llama La Zona, hacen unas rabas que son las mejores del mundo mundial.
3. Probaste el bollo de mantequilla? Es una maravilla. O una carolina que por mis muertos voy a comer cuando vaya la semana que viene...
4. Sí, el Bacalao es caro, pero joder, un pincho de bacalao por cinco euros que quedas comido, 18 euros me cobraron la misma ración en un restaurante en Altea y estaba peor cocinado que allí. Así que eso es relativo.
5. La zona de San Francisco e Irala la han acondicionado en los últimos años y ha quedado fantástico.
6. Los hoteles en Bilbao son caros, esto es así. Yo reservé en enero para las fiestas de Bilbao y me sale por un pico, pero es que me gusta que estemos metidos en el meollo de las txoznas cerca del Arenal.


Voy a ver si me reservo el parking que me falta y me descargo el programa de actividades de fiestas de los días que estoy allí.
Ah, y tengo que comprar unas entradas para los toros.
Ya huele a Aste Nagusía.
 
@MarcoKra calla, calla, la plaza Nueva. :face: Que con la vuelta a los cuarenta grados se me va la olla.
Me puse como el chico del esquilador a pintxos, pero de dulce nada. Eso sí, el pan fueras donde fueras era bueno. Las carolinas quedan para la próxima pues.

En el sitio que digo no daban bacalao, pero un pintxo que tiembla el misterio (un bocata como quien dice)+ txacolí salía por unos 3,50-4 leros dependiendo del contenido. Como yo voy a cocacolas me salía más caro, pero vaya, me gustó aquello. El bacalao lo comimos por 10-15 euros según el sitio. Igual es que nos oyeron hablar en inglés y nos timaron, yo qué sé, pero me pareció una sobrada, aunque reconozco que es el bacalao más sabroso que he probado en mucho tiempo.
 
Pues como comenté en el fracachat he estado en Bilbado. Vengo a poner recomendaciones e impresiones varias. Que me perdonen los nativos pero no hice más que una noche (y además el Alsa de ida que cogí llegaba a las 4 porque el anterior ya estaba completo :face:) , así que el nivel de impresionismo es elevado y podría equivocarme en algo, pero eso.

Nos alojamos en el Akelarre, no por recomendación foril sino porque ya lo habíamos pillado de oferta. Para lo que es me pareció bastante caro (20 euros por una litera en habitación de seis camas con desayuno a elegir entre cereales servidos de un pozal —tal cual—, magdalenas del Lidl, pan a palo seco o manzanas + café con leche) y además está a tomar por el culo de la zona turística, pero un punto MUY a su favor es que no hay pub crawling, game night ni mamoneo chupi en el que te veas forzado a interactuar con gente. Los huéspedes eran todos muy normales, todo el mundo iba a su rollo. Y las cosas como son, las mozas que llevan el sitio son más majas que las pesetas.

Dicho esto, voy a lo importante: los pintxos. Me decepcionó bastante en ese sentido. No son para tanto ni hay tanta variedad. La zona de Santutxu fue lo mejor en cuanto al tema. Hay un sitio que se llama Mendia en el que por cinco pavos te puedes ir comido y bebido. Tortillas como cabezas de mongolo, hoyga.
En otro orden de cosas, el bacalao es carísimo. Si pillas un buen sitio es ambrosía divina y merece mucho la pena, pero eso, que me sorprendió.
Otro sitio cojonuten es una especie de herriko hipster de la calle Somera. Buenas hamburguesas.

Cambiando de tercio. Nosotros sólo queríamos salir de la claustrofóbica capital del Ebro por salud mental, así que tampoco llevábamos idea de hacer mucho más que pasear y comer. El primer día nos paseamos por la ría y las orillas del Guggen; es un sitio bastante agradable, con mucha vidilla y cuando hace 30 grados el vaporizador ese al lado de Mama es gloria bendita. Paramos a tomar el consabido helado Capra a la sombra mientras veíamos los Bilboats pasar. Muy relaxing. Después seguimos por el centro sin pretensión alguna de nada, intercalando horas de paseo con horas de terraza. Y se nos ocurrió que podríamos mirar a ver si había algún concierto decente o algo.

Encontramos lo que creíamos que era un bolo de death metal por cinco shekels. Y allá que fuimos. Subimos por San Francisco e Irala (me gustaron las dos zonas) Google Maps en mano y llegamos a una zona bastante cutre que ni me acuerdo dónde estaba ni cómo se llamaba. Google nos deja en la puerta de una suerte de fábrica abandonada. En la misma puerta hay un cartel del bolo. Dice que subamos al cuarto. Da muy mal rollo, pero subimos igualmente. Hay una especie de apartamento que en tiempos mejores fue una chapistería. Entramos. Gente normal, rollo alternativo pero bastante normal, majos, fumando al lado de una puerta del tamaño de la pared (como en los contenedores industriales) que está abierta. Dar un traspiés significa banearse del mundo. A los diez minutos o así cierran el portón, apagan las luces y enchufan una máquina de humo. Mucho humo. No se ve nada. Salen dos mendas en albornoz con sendas guitarras eléctricas. Ponen los amplis a tope y empiezan a tocar una especie de intro. Pasan diez minutos y nos damos cuenta de que no es una intro, sino que nos hemos metido en una performance sobre la muerte y lo diabólico. La intro machacona se prolonga treinta minutos. No nos vamos porque había poca gente y, qué cojones, nos tenía fascinados aquello. Acaban la performance arrodillándose ante un altar de luces led en forma de triángulo. Nos vamos de allí porque hacía un calor de la hostia y estábamos a medio minuto del desmayo, pero desde luego que fue lo mejor del viaje con diferencia.

Pillamos el cercanías hasta Abando y nos acercamos a la Plaza Vieja a echar la última mierdacola. Volvemos en metro (otro punto a favor del hostel: está a dos minutos de la estación de Deusto) y plegamos.

Al día siguiente vamos a Getxo/ Portugalete con el metro hasta Areeta. Más de lo mismo. Domingueamos por la playa, echamos fotos y vemos peces plateados desde el espigón. Muy relaxing también. Cruzamos en el transbordador por hacer la gracia y damos una vuelta por el otro lado. Volvemos en metro hasta Santutxu y pillamos la hora punta de los pintxos. Después vamos andando hacia el funicular de Artxanda, buscando el fresco. De camino paramos en el restaurante en el que Chicote metió mano hará ya unos cuantos años. Subimos al monte con un cargamento de guiris y nos tiramos a echar la siesta en el césped. Bajamos y volvemos al hostel a recuperar nuestros zarrios, no sin parar antes a tomar otro cucurucho de Capra en el Guggen. Y vuelta. Y eso es todo.

Muy agradable y muy muy limpia la ciudad. Uno de los pocos reductos del Reino que de verdad se parece algo al resto de Europa. 10/10 would bang again. Pero bajadme los precios del bacalao al pil-pil, por el amor de LOL os lo pido.
Gracias, maña.
La semana que viene voy y tomo nota de sus sugerencias.
Sobre todo lo del concierto Gore ese.
 
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