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- 8 Mar 2004
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Durante el transcurso de la historia han existido personajes que han destacado muy por encima de otros. De muchos se ha hecho eco volviéndose tan populares como para que, a día de hoy, estén en mente y boca de todos, aunque no se conozca su obra. Otros, sin embargo, son nombres más o menos anónimos pero de una extraordinaria relevancia gracias a sus logros hacia la ciencia y la humanidad. Nos centraremos en estos últimos, a modo de homenaje y reconocimiento por lo que en su día entregaron al resto de los mortales.
Comienzo con un singular personaje que pocos deben recordar, no así sus logros que usamos masivamente hoy en día:
Nikola Tesla (1856-1943)
Este extraño personaje que fue Nikola Tesla se adelantó tanto a su tiempo, sus inventos fueron tan extraordinarios y sus contactos extraterrestres tan increíbles, que muchos creyeron ver en él a un ser venido de otro planeta, más precisamente, de Venus.
"En un futuro próximo veremos una gran cantidad de aplicaciones de la electricidad:
Podremos dispersar la niebla mediante fuerza eléctrica
Centrales sin hilos se utilizarán con el propósito de iluminar los océanos
Se conseguirá la transmisión de imágenes mediante hilos telegráficos ordinarios (transmisión sin hilos de inteligencia y energía)
Otra valiosa novedad será un máquina de escribir operada mediante la voz humana
Tendremos eliminadores de humo, absorbedores de polvo, esterilizadores de agua, aire, alimentos, y ropa
Se convertirá en imposible contraer enfermedades por gérmenes y la gente del campo irá a las ciudades para permanecer allí
Transmisión de energía sin hilos (producida por generadores ambientalmente compatibles) para que el hombre pueda solucionar todos los problemas de la existencia material.
La distancia, que es el impedimento principal del progreso de la humanidad, será completamente superada, en palabra y acción.
La humanidad estará unida, la guerras serán imposibles, y la paz reinará en todo el planeta." Nikola Tesla (1856-1943)
Este extraordinario inventor fue básicamente un “descubridor de nuevos principios”. Fue el inventor de los generadores de corriente alterna multifásica que hoy iluminan todas las ciudades del mundo.
Fue el inventor original de la radio, hecho que registró en papeles y demostró públicamente cinco años antes que Marconi. También a comienzos del siglo XX discutía la factibilidad de lograr la televisión tal como la concebimos hoy y que apareció masivamente después de su muerte.
En 1904 la oficina de patentes de Estados Unidos otorga la patente de la radio a Marconi que estaba utilizando 17 patentes de Tesla para hacerla funcionar, posiblemente por el apoyo bancario con que contaba Marconi.
Marconi recibe el Premio Nóbel de Física en 1911 por la radio, lo que puso furioso a Tesla y demandó a la Compañía Marconi pero no estaba en condiciones económicas para el pleito.
Entretanto Tesla inventó aparatos para capturar energía del viento y mareas o energía geotérmica y capturar energía eléctrica del sol.
Creó también un desintegrador atómico capaz de evaporar rubíes y diamantes.
Construyó lámparas de neón sin hilos, que daban más luz que las actuales.
Desarrolló los planos de un avión de despegue vertical y los principios del rayo láser.
Entre sus fabricaciones se cuentan también los precursores de los actuales microscopios electrónicos, las fotografías láser y lo que el llamó las “sombragrafías” que no eran otra cosa que las placas logradas con Rayos X, que mando en 1895 a Roentgen, el descubridor de estos rayos, quien pudo constatar la similitud de las placas que había logrado, con las que mucho tiempo antes Tesla usaba.
También 75 años antes de que el gran investigador Kirliam diera su nombre a la máquina capaz de fotografiar el cuerpo energético de seres vivos y plantas, Nikola Tesla experimentaba con ella.
Trabajó muy cerca de Thomas Edison, vendió sus patentes en un millón de dólares a George Westinghouse, fue gran amigo del escritor Mark Twain y contó con el apoyo financiero de J.P. Morgan, el magnate de su época; pero aún así, muy poca gente ha escuchado hablar de él; incluso se lo conoce más por la literatura ocultista que por sus inventos.
Y cuando hablo de su relación con el ocultismo, me refiero específicamente a la versión de su nacimiento venusino, apoyada esta creencia en la capacidad psíquica de Tesla, su celibato y sus contactos extraterrestres registrados en 1900; además de su capacidad inventiva adelantada a su tiempo.
Después de su muerte, en 1956, la escritora Margaret Storm en su libro “Retorno del Ave” y refiriéndose a Tesla decía que fue un hombre que “cayó a la Tierra” con la misión de iluminar a la humanidad y traer la automatización.
Tesla, por su parte, se reía de la parapsicología y el espiritismo y afirmaba que el hombre es una máquina. Atendía su cuerpo con lo que llamaba “principios de ingeniería”, seguía una dieta vegetariana y dormía solamente tres horas diarias.
Entre las proezas, se cuenta que miles de voltios eléctricos pasaron por su cuerpo para encender lámparas, explotar discos de plomo y derretir trozos de metal que sostenía en su mano, mientras la electricidad actuaba en él.
Creó también un disparador de 135 pies con ruido de trueno incluido, además de inventar el robot de control remoto, mucho antes que Marconi experimentara con ondas de radio, en 1890.
Creó un desintegrador atómico con el que derretía rubíes y diamantes.
Inventó el velocímetro para los automóviles.
Logró conseguir la frecuencia de resonancia de la Tierra con lo que provocó un pequeño terremoto varias manzanas a la redonda, por lo que comenzó a ser visto como un ser peligroso.
Nikola Tesla almacenaba todo en su cerebro. Ya en la escuela se destacaba porque resolvía los problemas matemáticos siempre en forma mental y ya de adulto, diseñaba sus inventos visualizándolos, y llevándolos a la práctica muchos años después directamente, sin bosquejos previos.
En determinado momento de su vida, debido a su tozudez en finalizar todos los proyectos que había iniciado, su sistema nervioso decayó y sufrió un colapso físico total.
Su supersensibilidad magnificaba su poder receptivo miles de veces. Fue así que sus agotados nervios se estremecían a la vista de la luz solar o ante el ruido del tráfico; incluso no soportaba el zumbido de las moscas o el tic-tac de un reloj ubicado en una habitación vecina, ya que esos pequeños ruidos, en su cerebro, retumbaban como puede retumbar en nuestras cabezas una gran explosión.
En ese momento de gran sensibilidad aseguraba que podía encontrar objetos en la oscuridad con la ayuda de una luz en su mente.
Luego, ya repuesto de este colapso, mientras realizaba una de sus primeras caminatas junto a un amigo, cayó en trance mientras recitaba el Fausto de Goethe. Cuando salió de su trance, se encontraba en un estado de completo éxtasis, ya que había descubierto el secreto para conducir la corriente alterna.
Su amigo y autor de la única biografía de Tesla, el Premio Pulitzer John O’Neill relata que en el momento del descubrimiento, Nikola Tesla le decía al amigo que lo acompañaba: ”Estoy hablando de mi motor eléctrico. He resuelto el problema. ¿No lo ves, aquí delante mío, marchado silenciosamente?. Es el campo magnético rotativo lo que lo mueve. ¿No es hermoso? Y tan simple!. Mi motor liberará al hombre, haciendo todo el trabajo del mundo” (Por supuesto que la visualización del invento era solamente de él, que tenía grandes dificultades, para separar sus imágenes interiores de la realidad).
Corrió a su taller a fabricar el prototipo el cual funcionó correctamente y buscó apoyo económico para desarrollarlo, apoyo que no obtuvo por lo que pidió a Charles Batchelor, socio europeo de Tomas Alva Edison una carta de presentación que entre otras cosas le decía a Edison: "Mi estimado Edison: Conozco dos grandes hombre y usted es uno de ellos. El otro es este joven" y se marchó a Estados Unidos.
Llegó a Nueva York en 1884 con cuatro centavos de dólar (le habían robado el equipaje) y logró entrevistarse con Edison hablándole de su motor de corriente alterna. Edison ya tenía montada toda una estructura en torno al motor de corriente contínua por lo que no le hizo mucho caso y hasta lo "desalentó" diciéndole que la corriente alterna era extremadamente peligrosa por los altísimos voltajes que se requerían para su transporte y que jamás podría ser usada para consumo doméstico, sin embargo notó algo especial en el joven ingeniero por lo que lo contrató para mejorar los dínamos y motores de sus plantas de corriente continua prometiéndole 50,000 dólares si lo lograba....... Lo logró! y Edison sorprendido y asustado le "explicó" que la oferta había sido en broma, que no entendía el sentido de humor "americano". Tesla enfurecido renunció inmediatamente y se colocó de obrero CAVANDO ZANJAS.
Sin embargo se corrió la voz de un genio trabajando de obrero y se volvió popular en los círculos científicos, con ayuda de algunos amigos que creyeron en él siguió desarrollando sus proyectos, dando demostraciones acerca de lo inocuo de la corriente Alterna, haciendo pasar por su cuerpo grandes cantidades de dicha corriente y demostrando que era mas práctica su transporte a largas distancias elevando el voltaje, cosa imposible para la corriente directa. Logrando encender 50,000 lámparas por medio de su invención con costos muchísimo menores que la corriente directa, corría el año 1893.
En Mayo de 1885, George Westinghouse, cabeza de la compañía de electricidad Westinghouse compró las patentes del sistema polifásico de generadores, transformadores y motores de corriente alterna de Tesla.
En octubre de 1893 la comisión de las cataratas del Niagara otorgó a Westinghouse un contrato para construir la planta generadora en las cataratas, la cual sería alimentada por los primeros dos de diez generadores que Tesla diseñó. Dichos dinamos de 5000 caballos de fuerza fueron los más grandes construidos hasta el momento. General Electric registró algunas de las patentes de Tesla y recibió un contrato para construir 22 millas de líneas de transmisión hasta Buffalo. Para este proyecto se utilizo el sistema polifásico de Tesla. Los primeros tres generadores de corriente alterna en el Niagara fueron puestos en marcha el 16 de noviembre de 1896.
Tesla como gratitud por su apoyo y en un momento de apuro financiero le cedió sus patentes a Westinghouse, y con el dinero ya obtenido se dedicó de lleno a sus experimentos.
La corriente alterna fue adoptada en todo el país y Edison tuvo que cambiar sus sistemas a pesar de que había propuesto una ley que vetara el uso de corriente alterna por su peligrosidad.
Con el correr del tiempo, Nikola Tesla se fue popularizando en los medios científicos y técnicos. Daba elegantes cenas en el Waldorf Astoria, supervisando personalmente la cocina y luego invitaba a sus comensales a visitar su laboratorio y ver sus recientes inventos. Su biógrafo O’Neill describe así su laboratorio: “Es un lugar consistente en una serie de fuerzas, aparentemente ultraterrenas, que con dedos invisibles ponen objetos en movimiento y hacen brillar con colores raros y resplandecientes a los tubos de ensayo, transformando la habitación oscura en otra distinta, llena de sibilantes llamas generadas en monstruosos calderos”.
Tenía un dispositivo inalámbrico para producir electricidad por medio de vibración sincronizada.
Presentó, por ejemplo, un barco de juguete accionado por control remoto en el Madison Square Garden, adelantándose en 50 años a las bombas alemanas V-1 y V-2 accionadas por control remoto.
Nikola Tesla, un hombre de gran visión, pensaba que si podía iluminar por inducción una lámpara a una distancia de 3 o 4 metros; también podía repetir la experiencia en gran escala, poniendo a toda la Tierra en oscilación, logrando así que la luz y la energía mundial fuesen gratuitas para toda la Humanidad, por medio de sincronizadores similares a nuestras actuales radios de transistores.
En 1893, en la Asociación Nacional de Energía Eléctrica, Nikola Tesla decía: “La idea de transmitir información en forma inalámbrica es la consecuencia directa de los más recientes logros ... Ahora sabemos que las vibraciones eléctricas pueden transmitirse a través de un solo conductor. ¿Porqué no tratamos entonces de servirnos de la Tierra con ese propósito?. Un punto de importancia sería saber cual es la capacidad inductiva de la Tierra y que carga tendría al electrificarse”.
En 1891 inventó una lámpara que usaba la misma cantidad de corriente que la de Edison (de filamento incandescente), pero daba veinte veces más luz.
Su lámpara era un tubo de vidrio con un trozo de carbón fijado a un alambre, en el centro. Adentro había aire rarificado. Al electrificarse el carbón las moléculas de aire eran repelidas por el botón central, rebotaban contra la esfera y volvían nuevamente al centro; el carbón se calentaba, volviéndose incandescente.
De esta manera lograba las altas temperaturas con la que logró derretir rubíes y diamantes y que fue el principio para que años más tarde creara lo que el denominó “el rayo de la muerte” que según Tesla, podía hacer rebotar un rayo en la Luna y hoy sabemos que era el antecesor del Rayo Láser.
Viéndo a la Tierra como a una gran lámpara, Nikola Tesla realizó el experimento más increíble de la historia registrado antes de 1945. Usando sus generadores y transformadores logró producir energía con un exceso de 4.000.000 de voltios.
Enviando alto voltaje a un mástil de 70 mts. creó el equivalente de docenas de rayos con un ruido ensordecedor. No solo fabricó un Polo Sur artificial en el lado opuesto de la Tierra; produciendo las oscilaciones mundiales que había previsto, sino que logró encender lámparas ubicadas a 40 kms. de su laboratorio. Este experimento hizo volar la usina de Colorado, lo que lo alejó de la comunidad, que lo empezó a mirar como a un ser peligroso. Todos los vecinos a su laboratorio estaban hartos de explosiones, chispas eléctricas, arcos cegadores, truenos, etc.
Pero lo que lo convirtió en un alienado para la sociedad, fueron sus contactos extraterrestres. Cierto día, mientras se encontraba solo en su laboratorio, sus equipos recibieron una señal codificada; como aún no existían las estaciones de radio, la única explicación era una comunicación interplanetaria, que Tesla juzgó provenía de Marte o de Venus.
En 1901 escribió un artículo titulado “Hablando con los planetas”.
Cuando se inicia el siglo XX , Nikola Tesla volvió a Nueva York con una decisión tomada: Su plan de distribución gratuita a nivel mundial de energía.
Diseñó gigantescas emisoras, suponiendo que seis de ellas bastarían para proveer de electricidad inalámbrica y transmisión telefónica a todo el mundo.
Pero para este colosal emprendimiento necesitaba forzosamente un caudal importante de dinero, por lo que negoció con J.P. Morgan, quien le dio a Tesla u$s 150.000 a cambio del 51% de todas las patentes de su invención y las futuras estarían a nombre de Morgan y como Tesla estaba decidido a dar forma a su proyecto sacrificó sus ansias de fama y dinero en pos de su altruista plan.
Fue así que comenzó la construcción de Wardenclyffe en Long Island, el 3 de julio de 1901, cuando estaba por cumplir sus 45 años de edad.
La obra fue dirigida por Stanford White, el diseñador del Arco de Washington. Estaba prevista una torre de 65 mts. con una terminal esférica de 20 mts. de diámetro encima; pero los altos costos llevaron a no poder continuar la obra.
Entre octubre de 1903 y febrero de 1906 escribió más de 10 cartas a Morgan pidiéndole dinero para completar el proyecto; pero el magnate se ajustó a lo estipulado en el contrato firmado y le negó la ayuda económica.
Así fue que el quebranto económico y el mísero contrato firmado con Morgan no le permitieron completar la construcción de Wardenclyffe y lo privaron de su meta de entregar a la Humanidad toda, la energía necesaria, totalmente gratis.
No hay dudas que Nikola Tesla era un psíquico. Su memoria fotográfica, sus posibilidades de visualización y su fisiología supersensible lo ubican en una categoría única. Cuando viajó a Europa en 1890 por la muerte de su madre tuvo la oportunidad de mantener interesantes charlas con el famoso parapsicólogo Williams Crookes y esos diálogos lo llevaron a creer en la telepatía y en la vida después de la muerte; pero ni siquiera la visión de la aparición de su madre el día en que murió le cambió (ni siquiera en el último minuto de vida) su “racionalismo científico”. A pesar de que sus inventos le llegaban como revelaciones, nunca se creyó metapsíquico.
Su contacto extraterrestre le dio fama entre los ocultistas y se tejieron leyendas sobre su nacimiento en una nave espacial y una herencia venusina.
La semana de su muerte tuvo una visión de su amigo Mark Twain e insistió en que se encontraba vivo, a pesar de haber muerto 25 años antes.
Aunque su patria natal le proveía una pensión de u$s 7.500 anuales y lo proclamó héroe nacional, Nikola Tesla murió en la extrema pobreza.
Su amigo John O’Neill autor de su biografía “Genio Prohibido” cuenta que Nikola Tesla murió en soledad y pobreza, pero interiormente satisfecho consigo mismo.
Sus obras sacaron a la humanidad del primitivismo y dieron al hombre una libertad tecnológica que nadie pensaba se podía lograr.
Lamentablemente, la avaricia ajena y los prejuicios de su época entorpecieron su gran proyecto, su meta altruista que hubiera permitido a toda la Humanidad contar con energía gratuita y permanente en todos los rincones del planeta.
Hoy nadie recuerda y muy pocos conocen a este ser, adelantado a su época, a quien le debemos muchos de los elementos que hoy disfrutamos.
Nikola Tesla, tal vez, un ser no-humano que llegó para cumplir una importante misión, como fue brindar a la Humanidad adelantos técnicos y utopías que todavía se pueden realizar.-
Comienzo con un singular personaje que pocos deben recordar, no así sus logros que usamos masivamente hoy en día:
Nikola Tesla (1856-1943)
Este extraño personaje que fue Nikola Tesla se adelantó tanto a su tiempo, sus inventos fueron tan extraordinarios y sus contactos extraterrestres tan increíbles, que muchos creyeron ver en él a un ser venido de otro planeta, más precisamente, de Venus.
"En un futuro próximo veremos una gran cantidad de aplicaciones de la electricidad:
Podremos dispersar la niebla mediante fuerza eléctrica
Centrales sin hilos se utilizarán con el propósito de iluminar los océanos
Se conseguirá la transmisión de imágenes mediante hilos telegráficos ordinarios (transmisión sin hilos de inteligencia y energía)
Otra valiosa novedad será un máquina de escribir operada mediante la voz humana
Tendremos eliminadores de humo, absorbedores de polvo, esterilizadores de agua, aire, alimentos, y ropa
Se convertirá en imposible contraer enfermedades por gérmenes y la gente del campo irá a las ciudades para permanecer allí
Transmisión de energía sin hilos (producida por generadores ambientalmente compatibles) para que el hombre pueda solucionar todos los problemas de la existencia material.
La distancia, que es el impedimento principal del progreso de la humanidad, será completamente superada, en palabra y acción.
La humanidad estará unida, la guerras serán imposibles, y la paz reinará en todo el planeta." Nikola Tesla (1856-1943)
Este extraordinario inventor fue básicamente un “descubridor de nuevos principios”. Fue el inventor de los generadores de corriente alterna multifásica que hoy iluminan todas las ciudades del mundo.
Fue el inventor original de la radio, hecho que registró en papeles y demostró públicamente cinco años antes que Marconi. También a comienzos del siglo XX discutía la factibilidad de lograr la televisión tal como la concebimos hoy y que apareció masivamente después de su muerte.
En 1904 la oficina de patentes de Estados Unidos otorga la patente de la radio a Marconi que estaba utilizando 17 patentes de Tesla para hacerla funcionar, posiblemente por el apoyo bancario con que contaba Marconi.
Marconi recibe el Premio Nóbel de Física en 1911 por la radio, lo que puso furioso a Tesla y demandó a la Compañía Marconi pero no estaba en condiciones económicas para el pleito.
Entretanto Tesla inventó aparatos para capturar energía del viento y mareas o energía geotérmica y capturar energía eléctrica del sol.
Creó también un desintegrador atómico capaz de evaporar rubíes y diamantes.
Construyó lámparas de neón sin hilos, que daban más luz que las actuales.
Desarrolló los planos de un avión de despegue vertical y los principios del rayo láser.
Entre sus fabricaciones se cuentan también los precursores de los actuales microscopios electrónicos, las fotografías láser y lo que el llamó las “sombragrafías” que no eran otra cosa que las placas logradas con Rayos X, que mando en 1895 a Roentgen, el descubridor de estos rayos, quien pudo constatar la similitud de las placas que había logrado, con las que mucho tiempo antes Tesla usaba.
También 75 años antes de que el gran investigador Kirliam diera su nombre a la máquina capaz de fotografiar el cuerpo energético de seres vivos y plantas, Nikola Tesla experimentaba con ella.
Trabajó muy cerca de Thomas Edison, vendió sus patentes en un millón de dólares a George Westinghouse, fue gran amigo del escritor Mark Twain y contó con el apoyo financiero de J.P. Morgan, el magnate de su época; pero aún así, muy poca gente ha escuchado hablar de él; incluso se lo conoce más por la literatura ocultista que por sus inventos.
Y cuando hablo de su relación con el ocultismo, me refiero específicamente a la versión de su nacimiento venusino, apoyada esta creencia en la capacidad psíquica de Tesla, su celibato y sus contactos extraterrestres registrados en 1900; además de su capacidad inventiva adelantada a su tiempo.
Después de su muerte, en 1956, la escritora Margaret Storm en su libro “Retorno del Ave” y refiriéndose a Tesla decía que fue un hombre que “cayó a la Tierra” con la misión de iluminar a la humanidad y traer la automatización.
Tesla, por su parte, se reía de la parapsicología y el espiritismo y afirmaba que el hombre es una máquina. Atendía su cuerpo con lo que llamaba “principios de ingeniería”, seguía una dieta vegetariana y dormía solamente tres horas diarias.
Entre las proezas, se cuenta que miles de voltios eléctricos pasaron por su cuerpo para encender lámparas, explotar discos de plomo y derretir trozos de metal que sostenía en su mano, mientras la electricidad actuaba en él.
Creó también un disparador de 135 pies con ruido de trueno incluido, además de inventar el robot de control remoto, mucho antes que Marconi experimentara con ondas de radio, en 1890.
Creó un desintegrador atómico con el que derretía rubíes y diamantes.
Inventó el velocímetro para los automóviles.
Logró conseguir la frecuencia de resonancia de la Tierra con lo que provocó un pequeño terremoto varias manzanas a la redonda, por lo que comenzó a ser visto como un ser peligroso.
Nikola Tesla almacenaba todo en su cerebro. Ya en la escuela se destacaba porque resolvía los problemas matemáticos siempre en forma mental y ya de adulto, diseñaba sus inventos visualizándolos, y llevándolos a la práctica muchos años después directamente, sin bosquejos previos.
En determinado momento de su vida, debido a su tozudez en finalizar todos los proyectos que había iniciado, su sistema nervioso decayó y sufrió un colapso físico total.
Su supersensibilidad magnificaba su poder receptivo miles de veces. Fue así que sus agotados nervios se estremecían a la vista de la luz solar o ante el ruido del tráfico; incluso no soportaba el zumbido de las moscas o el tic-tac de un reloj ubicado en una habitación vecina, ya que esos pequeños ruidos, en su cerebro, retumbaban como puede retumbar en nuestras cabezas una gran explosión.
En ese momento de gran sensibilidad aseguraba que podía encontrar objetos en la oscuridad con la ayuda de una luz en su mente.
Luego, ya repuesto de este colapso, mientras realizaba una de sus primeras caminatas junto a un amigo, cayó en trance mientras recitaba el Fausto de Goethe. Cuando salió de su trance, se encontraba en un estado de completo éxtasis, ya que había descubierto el secreto para conducir la corriente alterna.
Su amigo y autor de la única biografía de Tesla, el Premio Pulitzer John O’Neill relata que en el momento del descubrimiento, Nikola Tesla le decía al amigo que lo acompañaba: ”Estoy hablando de mi motor eléctrico. He resuelto el problema. ¿No lo ves, aquí delante mío, marchado silenciosamente?. Es el campo magnético rotativo lo que lo mueve. ¿No es hermoso? Y tan simple!. Mi motor liberará al hombre, haciendo todo el trabajo del mundo” (Por supuesto que la visualización del invento era solamente de él, que tenía grandes dificultades, para separar sus imágenes interiores de la realidad).
Corrió a su taller a fabricar el prototipo el cual funcionó correctamente y buscó apoyo económico para desarrollarlo, apoyo que no obtuvo por lo que pidió a Charles Batchelor, socio europeo de Tomas Alva Edison una carta de presentación que entre otras cosas le decía a Edison: "Mi estimado Edison: Conozco dos grandes hombre y usted es uno de ellos. El otro es este joven" y se marchó a Estados Unidos.
Llegó a Nueva York en 1884 con cuatro centavos de dólar (le habían robado el equipaje) y logró entrevistarse con Edison hablándole de su motor de corriente alterna. Edison ya tenía montada toda una estructura en torno al motor de corriente contínua por lo que no le hizo mucho caso y hasta lo "desalentó" diciéndole que la corriente alterna era extremadamente peligrosa por los altísimos voltajes que se requerían para su transporte y que jamás podría ser usada para consumo doméstico, sin embargo notó algo especial en el joven ingeniero por lo que lo contrató para mejorar los dínamos y motores de sus plantas de corriente continua prometiéndole 50,000 dólares si lo lograba....... Lo logró! y Edison sorprendido y asustado le "explicó" que la oferta había sido en broma, que no entendía el sentido de humor "americano". Tesla enfurecido renunció inmediatamente y se colocó de obrero CAVANDO ZANJAS.
Sin embargo se corrió la voz de un genio trabajando de obrero y se volvió popular en los círculos científicos, con ayuda de algunos amigos que creyeron en él siguió desarrollando sus proyectos, dando demostraciones acerca de lo inocuo de la corriente Alterna, haciendo pasar por su cuerpo grandes cantidades de dicha corriente y demostrando que era mas práctica su transporte a largas distancias elevando el voltaje, cosa imposible para la corriente directa. Logrando encender 50,000 lámparas por medio de su invención con costos muchísimo menores que la corriente directa, corría el año 1893.
En Mayo de 1885, George Westinghouse, cabeza de la compañía de electricidad Westinghouse compró las patentes del sistema polifásico de generadores, transformadores y motores de corriente alterna de Tesla.
En octubre de 1893 la comisión de las cataratas del Niagara otorgó a Westinghouse un contrato para construir la planta generadora en las cataratas, la cual sería alimentada por los primeros dos de diez generadores que Tesla diseñó. Dichos dinamos de 5000 caballos de fuerza fueron los más grandes construidos hasta el momento. General Electric registró algunas de las patentes de Tesla y recibió un contrato para construir 22 millas de líneas de transmisión hasta Buffalo. Para este proyecto se utilizo el sistema polifásico de Tesla. Los primeros tres generadores de corriente alterna en el Niagara fueron puestos en marcha el 16 de noviembre de 1896.
Tesla como gratitud por su apoyo y en un momento de apuro financiero le cedió sus patentes a Westinghouse, y con el dinero ya obtenido se dedicó de lleno a sus experimentos.
La corriente alterna fue adoptada en todo el país y Edison tuvo que cambiar sus sistemas a pesar de que había propuesto una ley que vetara el uso de corriente alterna por su peligrosidad.
Con el correr del tiempo, Nikola Tesla se fue popularizando en los medios científicos y técnicos. Daba elegantes cenas en el Waldorf Astoria, supervisando personalmente la cocina y luego invitaba a sus comensales a visitar su laboratorio y ver sus recientes inventos. Su biógrafo O’Neill describe así su laboratorio: “Es un lugar consistente en una serie de fuerzas, aparentemente ultraterrenas, que con dedos invisibles ponen objetos en movimiento y hacen brillar con colores raros y resplandecientes a los tubos de ensayo, transformando la habitación oscura en otra distinta, llena de sibilantes llamas generadas en monstruosos calderos”.
Tenía un dispositivo inalámbrico para producir electricidad por medio de vibración sincronizada.
Presentó, por ejemplo, un barco de juguete accionado por control remoto en el Madison Square Garden, adelantándose en 50 años a las bombas alemanas V-1 y V-2 accionadas por control remoto.
Nikola Tesla, un hombre de gran visión, pensaba que si podía iluminar por inducción una lámpara a una distancia de 3 o 4 metros; también podía repetir la experiencia en gran escala, poniendo a toda la Tierra en oscilación, logrando así que la luz y la energía mundial fuesen gratuitas para toda la Humanidad, por medio de sincronizadores similares a nuestras actuales radios de transistores.
En 1893, en la Asociación Nacional de Energía Eléctrica, Nikola Tesla decía: “La idea de transmitir información en forma inalámbrica es la consecuencia directa de los más recientes logros ... Ahora sabemos que las vibraciones eléctricas pueden transmitirse a través de un solo conductor. ¿Porqué no tratamos entonces de servirnos de la Tierra con ese propósito?. Un punto de importancia sería saber cual es la capacidad inductiva de la Tierra y que carga tendría al electrificarse”.
En 1891 inventó una lámpara que usaba la misma cantidad de corriente que la de Edison (de filamento incandescente), pero daba veinte veces más luz.
Su lámpara era un tubo de vidrio con un trozo de carbón fijado a un alambre, en el centro. Adentro había aire rarificado. Al electrificarse el carbón las moléculas de aire eran repelidas por el botón central, rebotaban contra la esfera y volvían nuevamente al centro; el carbón se calentaba, volviéndose incandescente.
De esta manera lograba las altas temperaturas con la que logró derretir rubíes y diamantes y que fue el principio para que años más tarde creara lo que el denominó “el rayo de la muerte” que según Tesla, podía hacer rebotar un rayo en la Luna y hoy sabemos que era el antecesor del Rayo Láser.
Viéndo a la Tierra como a una gran lámpara, Nikola Tesla realizó el experimento más increíble de la historia registrado antes de 1945. Usando sus generadores y transformadores logró producir energía con un exceso de 4.000.000 de voltios.
Enviando alto voltaje a un mástil de 70 mts. creó el equivalente de docenas de rayos con un ruido ensordecedor. No solo fabricó un Polo Sur artificial en el lado opuesto de la Tierra; produciendo las oscilaciones mundiales que había previsto, sino que logró encender lámparas ubicadas a 40 kms. de su laboratorio. Este experimento hizo volar la usina de Colorado, lo que lo alejó de la comunidad, que lo empezó a mirar como a un ser peligroso. Todos los vecinos a su laboratorio estaban hartos de explosiones, chispas eléctricas, arcos cegadores, truenos, etc.
Pero lo que lo convirtió en un alienado para la sociedad, fueron sus contactos extraterrestres. Cierto día, mientras se encontraba solo en su laboratorio, sus equipos recibieron una señal codificada; como aún no existían las estaciones de radio, la única explicación era una comunicación interplanetaria, que Tesla juzgó provenía de Marte o de Venus.
En 1901 escribió un artículo titulado “Hablando con los planetas”.
Cuando se inicia el siglo XX , Nikola Tesla volvió a Nueva York con una decisión tomada: Su plan de distribución gratuita a nivel mundial de energía.
Diseñó gigantescas emisoras, suponiendo que seis de ellas bastarían para proveer de electricidad inalámbrica y transmisión telefónica a todo el mundo.
Pero para este colosal emprendimiento necesitaba forzosamente un caudal importante de dinero, por lo que negoció con J.P. Morgan, quien le dio a Tesla u$s 150.000 a cambio del 51% de todas las patentes de su invención y las futuras estarían a nombre de Morgan y como Tesla estaba decidido a dar forma a su proyecto sacrificó sus ansias de fama y dinero en pos de su altruista plan.
Fue así que comenzó la construcción de Wardenclyffe en Long Island, el 3 de julio de 1901, cuando estaba por cumplir sus 45 años de edad.
La obra fue dirigida por Stanford White, el diseñador del Arco de Washington. Estaba prevista una torre de 65 mts. con una terminal esférica de 20 mts. de diámetro encima; pero los altos costos llevaron a no poder continuar la obra.
Entre octubre de 1903 y febrero de 1906 escribió más de 10 cartas a Morgan pidiéndole dinero para completar el proyecto; pero el magnate se ajustó a lo estipulado en el contrato firmado y le negó la ayuda económica.
Así fue que el quebranto económico y el mísero contrato firmado con Morgan no le permitieron completar la construcción de Wardenclyffe y lo privaron de su meta de entregar a la Humanidad toda, la energía necesaria, totalmente gratis.
No hay dudas que Nikola Tesla era un psíquico. Su memoria fotográfica, sus posibilidades de visualización y su fisiología supersensible lo ubican en una categoría única. Cuando viajó a Europa en 1890 por la muerte de su madre tuvo la oportunidad de mantener interesantes charlas con el famoso parapsicólogo Williams Crookes y esos diálogos lo llevaron a creer en la telepatía y en la vida después de la muerte; pero ni siquiera la visión de la aparición de su madre el día en que murió le cambió (ni siquiera en el último minuto de vida) su “racionalismo científico”. A pesar de que sus inventos le llegaban como revelaciones, nunca se creyó metapsíquico.
Su contacto extraterrestre le dio fama entre los ocultistas y se tejieron leyendas sobre su nacimiento en una nave espacial y una herencia venusina.
La semana de su muerte tuvo una visión de su amigo Mark Twain e insistió en que se encontraba vivo, a pesar de haber muerto 25 años antes.
Aunque su patria natal le proveía una pensión de u$s 7.500 anuales y lo proclamó héroe nacional, Nikola Tesla murió en la extrema pobreza.
Su amigo John O’Neill autor de su biografía “Genio Prohibido” cuenta que Nikola Tesla murió en soledad y pobreza, pero interiormente satisfecho consigo mismo.
Sus obras sacaron a la humanidad del primitivismo y dieron al hombre una libertad tecnológica que nadie pensaba se podía lograr.
Lamentablemente, la avaricia ajena y los prejuicios de su época entorpecieron su gran proyecto, su meta altruista que hubiera permitido a toda la Humanidad contar con energía gratuita y permanente en todos los rincones del planeta.
Hoy nadie recuerda y muy pocos conocen a este ser, adelantado a su época, a quien le debemos muchos de los elementos que hoy disfrutamos.
Nikola Tesla, tal vez, un ser no-humano que llegó para cumplir una importante misión, como fue brindar a la Humanidad adelantos técnicos y utopías que todavía se pueden realizar.-