Libros *.*Biografías asombrosas*.*

  • Iniciador del tema Iniciador del tema mundele
  • Fecha de inicio Fecha de inicio
Simo Häyhä (17 de Diciembre 1906 - 1 de Abril 2002) fue un soldado Finlandés, y es considerado como el francotirador que más éxito ha tenido en la historia.

Hayha.jpg


Nació en la pequeña ciudad de Rautajärvi, cerca de la frontera con Rusia, y empezó su servicio militar en 1925. Durante la Guerra de Invierno (1939-1940) entre Finlandia y la Union Soviética, comenzó su trabajo como francotirador contra el Ejercito Rojo. Trabajando a temperaturas entre los -20 y los -40 º C, y vestido con un traje blanco de camuflaje, Häyhä mató al menos a 505 soldados del Ejército Rojo eliminándolos uno a uno.

Desde el cálculo estimado extraoficial del frente Finlandés, se cifran las muertes de Häyhä en 542. Se llevó a cabo un recuento diario de las muertes en Kollaa por los francotiradores finlandeses. Häyhä usaba un rifle Mosin-Nagant M28 porque le venía mejor debido a su estatura más bien pequeña (poco más de 1,5 metros). Prefería usar las mirillas de hierro antes que las telescópicas porque así se camuflaba mejor y evitaba ser descubierto con más facilidad (el sol reflejándose en la mira telescópica delataba la posición, y el francotirador ha de elevar más la cabeza con las miras telescópicas).

Aparte de las muertes que consiguió francotiroteando, se sabe que Simo Häyhä mató al menos otras doscientas personas más con ametralladora, un arma a la que también apreciaba mucho. Todas las muertes de Häyhä fueron conseguidas en el plazo de tres meses, antes de ser herido por una bala enemiga. Otros francotiradores que se han acercado un poco al record de Häyhä han acumulado sus muertes tras un período de tiempo mucho más largo.


El 6 de Marzo de 1940, Häyhä fue alcanzado en la mandíbula por una bala explosiva y cayó en un coma. Recuperó la consciencia el 13 de Marzo, el día que se declaró la paz. Poco después de la guerra, Häyhä fue promocionado directamente desde sargento a primer teniente por el mariscal de tierra Mannerheim. Ni antes ni después, nadie ha conseguido jamás un ascenso de manera tan drástica en la historia militar de Finlandia. Cuando en 1998 le preguntaron, con 93 años, cómo había logrado tal nivel de tiro, simplemente respondio, "Práctica". Sobre su mórbido record sólo hay una cosa apuntada que dijo "Hice lo que me dijeron que hiciera tan bien como pude hacerlo."

Mosin-Nagant M28 : el rifle de Simo


2830poster11.jpg


Fusil militar de cerrojo, de cinco balas, que ha sido usado por las fuerzas armadas de la Rusia imperial y más tarde, por los ejércitos de la Unión Soviética, y varias naciones del Bloque del Este. También conocido como rifle de tres líneas, fue el primero que uso el cartucho calibre .30 7.62 x 54 mm R. Estuvo en servicio en varios modelos desde 1891 hasta los años 1960, cuando fue finalmente reemplazado en su función primaria como rifle de francotirador por el rifle SVD , aunque ha sido usado en conflictos como los de Vietnam, Corea y Afganistán.

Debido a las experiencias durante la Guerra Ruso-turca en el que las tropas rusas iban armados de fusiles Berdan, Karle y Krnka de un disparo frente a los turcos con rifles de repetición Winchester la Administración Principal Rusa de Artillería emprendió la tarea de producir una arma alimentada por cargador de varios disparos en 1882. Tras no poder modificar adecuadamente el Berdan para solucionar los requisitos se formó una Comisión especial para pruebas de fusiles de cargador para realizar pruebas a nuevos diseños como el Mauser, Lee-Metford y Lebel.

Un joven capitán llamado Sergei Ivanovich Mosin envió su fusil de calibre de 3 líneas (una medida antigua rusa, 3 líneas son igual a 0,3 pulgadas o 7,62 mm) en 1889 junto al diseño de 3 líneas del belga Léon Nagant. Cuando los ensayos acabaron en 1891, todas las unidades que probaron los fusiles indicaron su preferencia por el diseño de Nagant y la Comisión votó a su favor por 14 votos contra 10. Sin embargo, algunos individuos influyentes apostaron por el diseño nacional dando por resultado un compromiso: el fusil de Mosin utilizaría el sistema de alimentación diseñado por Nagant. De este modo el Fusil de tres líneas, Modelo 1891, su designación oficial entonces, se creó.

El Mosin-Nagant fue adaptado como fusil de francotirador en 1932 y fue entregado a los francotiradores soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial. Sirvió con bastante distinción en la Batalla de Stalingrado, donde se hizo famoso junto al francotirador Vasily Zaitsev. Entre sus cualidades destacaba su resistencia, fiabilidad, exactitud y facilidad de mantenimiento. Los modelos de francotirador son especialmente buscados y valorados por coleccionistas.

En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética dejó de producir Mosin-Nagant y los retiró de servicio a favor de las carabinas SKS y finalmente de los fusiles de asalto AK. A pesar de esto, los Mosin-Nagant seguían siendo utilizados en el Boque del Este y en resto del mundo durante varias décadas. Los fusiles y carabinas Mosin-Nagant estuvieron en varios frentes de la Guerra Fría, desde Vietnam, Corea hasta Afganistán.



Antes de 1917, Finlandia era parte del Imperio Ruso y por tanto algunos Mosin-Nagant finlandeses eran los originales M1891. Una gran cantidad fue adquirida de fuentes extranjeras en los años 1920 y capturados durante la Guerra de Invierno y la Guerra de Continuación. Finlandia nunca fabricó Mosin-Nagant, confiando en sus reservas de fusiles comprados o capturados.

Los modelos de Mosin-Nagant eran identificados por números: M27, M28, M29, y también conocidos como fusiles Pystykorva. Los Mosin-Nagant finlandeses eran conocidos por su puntería y confiabilidad. El francotirador Simo Häyhä, considerado generalmente como el francotirador más efectivo de la historia, utilizaba un M28 Pystykorva.

Francotiradores

La clave del francotirador es la consistencia, que se aplica tanto a la arma como a la persona. Mientras que la consistencia no asegura necesariamente la exactitud (que requiere entrenamiento), el disparo del francotirador no puede ser preciso sin la consistencia.

Aunque siempre hay un grado de aleatoriedad debido a la física de las balas y las explosiones, un rifle de precisión debe limitar este efecto. Cuando se dispara desde una posición fija, todos los disparos deben estar extremadamente cercanos, incluso a distancias largas. Igualmente, un francotirador debe tener la capacidad de estimar el alcance, el viento, la elevación, y cualquier otro factor importante que pueda alterar el disparo. Los errores en la estimación puede reducir la letalidad del disparo o incluso fallar completamente.

Los francotiradores generalmente prefieren calibrar su armas a la distancia del blanco, aunque esto también se puede hacer en el lugar. Esto es donde el francotirador calibra su fusil con su mira telescópica a una distancia en particular para que pueda disparar con fiabilidad de alcanzar a su blanco. Un fusil debe mantener su calibraje en el campo, o ser recalibrado antes del siguiente objetivo. Una vez calibrado, el rifle puede ser adjustado a otras distancias para otras estimaciones dependiendo del viento, cálculos y las características de la mira telescópica.

La necesidad militar de la consistencia es la más alta cuando el francotirador esta disparando contra un enemigo que no se ha percatado de la presencia de este. En este punto, los blancos prioritarios tales como francotiradores enemigos, oficiales y equipo crítico son los más prominentes y pueden ser apuntados más exactamente. Un francotirador debe conocer la temperatura del cañón, las diferentes temperaturas circundantes, y como las distinta altitud puede afectar la trayectoria de la bala.

Una vez que se realiza el primer disparo, cualquier enemigo superviviente intentará buscar protección o localizar al francotirador, y atacar blancos estratégicos llega a ser más difícil o imposible.

La necesidad para el francotirador policial de consistencia es alta en situaciones con rehén. Realizar un disparo puede fallar en dejar inmediatamente incapacitado a la amenaza con el resultado de la muerte de rehenes y causar que el agresor deje las negociaciones y busque protección.


El buen entrenamiento es esencial para proveer un francotirador con las habilidades necesarias para realizar sus tareas con éxito. El entrenamiento del francotirador militar enseña a mejorar el camuflaje y la ocultación, el acecho y la observación así como el disparo de precisión bajo un amplio rango de condiciones operacionales.

Los francotiradores son voluntarios aceptados para el entrenamiento en base a su aptitud percibida por sus comandantes. Los francotiradores militares pueden ser entrenados como controladores aéreos en el frente para dirigir ataques aéreos militares, como oficiales de observación en el frente para la indicación de objetivos a la artillería y como controladores de fuego de mortero.

Los francotiradores son entrenados para apretar el gatillo con la superficie del dedo hacia atrás, para evitar que el arma se mueva. La posición con más precisión es tumbado, con una bolsa de arena apoyando la culata y la mejilla pegada a esta. En terreno se puede utilizar un bípode en su lugar.

Algunas veces, una cabestrilla envuelve al brazo débil (o a ambos) para reducir el movimiento. Algunas doctrinas entrenar a los francotiradores a inspirar profundamente antes de disparar, mantener sus pulmones vacíos mientras apuntan y luego realizan su disparo. Otros van más lejos, enseñando a sus francotiradores a disparar entre los latidos del corazón para reducir al mínimo el movimiento del cañón.


A distancias sobre 300 m, los francotiradores normalmente intenta disparos al cuerpo, apuntando al pecho y dependiendo del daño a los tejidos, el trauma y la pérdida de sangre lograr la muerte. A distancias menores, los francotiradores pueden intentar realizar disparos a la cabeza para asegurar el blanco.

En situaciones de rehenes, los francotiradores de la policía disparan al cerebelo, una parte del cerebro que controla los movimiento voluntarios.

En casos civiles o para eliminar fracontiradores enemigos, un francotirador o una pareja se situaran en un lugar alto cubierto. Utilizaran prismáticos o un telescopio para identificar los blancos.

Los francotiradores utilizan engaños, en forma de camuflaje, ángulos de aproximación inusuales, y con frecuencia, movimientos lentos para prevenir contraataques precisos. Algunos francotiradores han alcanzado a observadores a menos de 90 m, mientras que el blanco los buscaba, sin ser vistos.

Un francotirador indentifica los objetivos por su apariencia y conducta. Estas características pueden incluir el llevar uniformes de alto rango, hablar con radio-operadores, sentarse como pasajero en un coche, tener sirvientes militares, o hablar y moverse frecuentemente. Si es posible, un francotirador dispara en órden descendiente de rango, o si no hay rango, dispara para cortar las comunicaciones.

Al realizar fuego de supresión para cubrir una retirada, un francotirador se posiciona, ocultado, para tener una amplia visión. Cuando un par de pelotones enemigos intentan una travesía, el francotirador dispara a una persona, preferiblemente al líder. A menudo se realiza un disparo en la cadera, seguido de otro en la mandíbula para prevenir que dé órdenes.

Cuando el pelotón intenta un rescate, el francotirador dispara rápidamente, apuntando al torso de los soldados enemigos, para realizar tantas bajas como sea posible. Un francotirador prudente deja la posición en ese momento, anticipandose a un ataque por los flancos que normalmente sigue. Un francotirador puede entonces emboscar uno de los flancos, y si es posible, salir fuera del flanco, aunque esta táctica es considerada desesperada o poco inteligente.

Puesto que la mayoría de las bajas en la guerra moderna son por armas utilizadas por grupos, el reconocimiento es uno de los usos más efectivos del francotirador. Utilizan su preparación física, sus habilidades de infiltración y equipo de observación a largas distancias y tácticas para aproximarse y observar al enemigo. En este papel, las reglas del combate deja al francotirador obtener los blancos de mayor valor.

Con calibres pesados, los francotiradores pueden dañar cazas en tierra, destruir material de guía de misiles, ópticas caras, o equipos auxiliaras para radares. Para estos objetivos, los francotiradores utilizan fusiles anti-material, llegando a derribar helicópteros de reconocimiento.

Para desmoralizar a las tropas enemigas, los francotiradores pueden seguir patrones fiables. Durante la revolución cubana, el Movimiento Revolucionario 26 de Julio siempre mataba al primer hombre de un grupo de soldados de Batista. De esta manera, ninguno caminaría el primero, pues sería un suicidio. Esto disminuyó con eficacia la buena voluntad del ejército de buscar bases rebeldes en las montañas.


El suceso del francotirador ha llevado a desarrollar muchas tácticas contra-francotirador en las estrategias militares modernas. Estas tienen como objetivo reducir el daño causado por un francotirador a un ejército, que a menudo realiza daño en las capacidades de combate y la moral.

El riesgo de daño a la cadena de mando puede ser reducido ocultando las características que señalan el rango de oficial. Si un francotirador está atacando, debe ser localizado para realizar un contraataque. Otro francotirador es a menudo utilizado para cazar al francotirador enemigo, aunque existen muchas técnicas para las fuerzas defensoras para comprobar la localización del francotirador. Algunas de estas tácticas son el cálculo de la trayectoria de la bala, la triangulación y utilizar trampas para engañar al francotirador.

Además del encuentro directo con otro francotirador, hay una variedad de tácticas que pueden ser utilizadas como el uso de artillería, pantallas de humo y el movimiento de pinza.
 
Como olvidarse el gran John Holmes- grande en varios sentidos-, en solo 20 años protagonizó unas 2.300 películas. En ellas mantuvo relaciones sexuales con 14.000 actrices. Holmes murió de sida a los 44 años de edad - por compartir jeringas con otros adictos a la heroína, no como el mariconazo de Mercury -

10qevs2.jpg


Espero que no se me banee por joder el hilo, es que no pude evitar la tontería...
 
Vasili Zaitsev,Simo Häyhä, john holmes.
a este foro le molan los francotiradores. igual es algo inerente a la mente friki.
 
cuencosemen rebuznó:
Como olvidarse el gran John Holmes- grande en varios sentidos-, en solo 20 años protagonizó unas 2.300 películas. En ellas mantuvo relaciones sexuales con 14.000 actrices. Holmes murió de sida a los 44 años de edad - por compartir jeringas con otros adictos a la heroína, no como el mariconazo de Mercury -

10qevs2.jpg


Espero que no se me banee por joder el hilo, es que no pude evitar la tontería...

Ese Homes me suela de algo.
:lol: :lol: :lol: :lol:
 
Siento dejar de lado los francotiradores (parece que fue de lo poco que se resistió a mi personaje), pero la vida de Roger Boscovich me parece interesante a la vez que muy desconocida (ni siquiera tiene entrada en la wikipedia en castellano) y lo único que he encontrado en google en castellano es en medio de otra cosa.
Copio y pego porque este hombre hizo demasiadas cosas en el siglo XVIII para recordarlas todas de memoria.

Boscovich nació en 1711, en Dubrovnik: al menos esto fue lo que declaró, cuando tenía catorce años, al matricularse como alumno libre en el colegio de los jesuitas de Roma. Allí estudió matemáticas, astronomía y teología. En 1728, al terminar su noviciado, ingresa en la Orden de los jesuitas. En 1736, publicó una comunicación sobre las manchas solares. En 1740, enseña matemáticas en el Collegium Romanum, y después es nombrado consejero científico del Papado. Crea un observatorio, inicia la desecación de las ciénagas pontinas, repara la cúpula de San Pedro, mide el meridiano entre Roma y Rímini, sobre dos grados de latitud. Después explora diversas regiones de Europa y de Asia y realiza excavaciones en los mismos lugares en que, más tarde, Schliemann descubrirá Troya. El 26 de junio de 1760 es nombrado miembro de la Real Sociedad de Inglaterra, y en tal ocasión publica un largo poema en latín sobre las apariencias visibles del Sol y de la Luna, del que dicen sus contemporáneos: «Es Newton con el verbo de Virgilio.» Le reciben los más grandes eruditos de la época y sostiene una importante correspondencia con el doctor Johnson y con Voltaire en particular. En 1763 le ofrecen la nacionalidad francesa. Asume la dirección del departamento de instrumentos de óptica de la Marina Real, en París, donde vivirá hasta 1783. Lalande le considera el más grande sabio de su tiempo. D'Alembert y Laplace se asustan de sus ideas avanzadas. En 1785 se retira a Bassano y se consagra a la impresión de sus obras completas. Muere en Milán en 1787.

Muy recientemente, a impulsos del Gobierno yugoslavo, se ha vuelto a examinar la obra de Boscovich, y principalmente su Teoría de la filosofía natural, editada en Viena, en 1758. La sorpresa ha sido mayúscula. Alian Lindsay Mackay, al comentar esta obra en un artículo del New Scientist, del 6 de marzo de 1958, estima que se trata de un espíritu del siglo XX que se vio obligado a vivir y a trabajar en el XVIII.

Por lo visto, Boscovich se había anticipado no sólo a la ciencia de su tiempo, sino también a nuestra propia ciencia. Proponía una teoría unitaria del Universo, una ecuación general y única que rige la mecánica, la física, la química, la biología e incluso la psicología. Según su teoría, la materia, el espacio y el tiempo no son divisibles hasta el infinito, sino que están compuestos de puntos: de granos. Esto recuerda los recientes trabajos de Jean Charon y de Heisenberg, a los que Boscovich parece superar. Logra dar cuenta tanto de la luz como del magnetismo, de la electricidad y de todos los fenómenos de la química, conocidos en su tiempo, descubiertos después o por descubrir. En él encontramos los quanta, la mecánica ondulatoria, el átomo constituido por nucleones. El historiador de la ciencia L. L. Whyte asegura que Boscovich lleva al menos doscientos años de adelanto a su época, y que no se le podrá comprender realmente hasta que al fin se logre realizar la unión de la relatividad y la física de los quanta. Se calcula que en 1987, al celebrarse el segundo centenario de su muerte, su obra será probablemente apreciada en su justo valor.

Todavía no se ha pretendido dar ninguna explicación de este caso prodigioso. Actualmente circulan dos ediciones completas de sus obras, una en serbio y otra en inglés. En la correspondencia ya publicada (colección Bestermann) entre Boscovich y Voltaire, encontramos, entre otras ideas modernas:

· La creación de un año geofísico internacional.

· La transmisión del paludismo por los mosquitos.

· Las aplicaciones posibles del caucho (idea puesta en práctica por La Condamine, jesuíta amigo de Boscovich).

· La existencia de planetas alrededor de estrellas distintas a nuestro Sol.

· La imposibilidad de localizar el psiquismo en una región determinada del cuerpo.

· La conservación del «grano de cantidad» de movimiento en el mundo: es la constante de Planck, anunciada en 1958.

Boscovich atribuye una importancia considerable a la alquimia y da traducciones claras y científicas del lenguaje alquimista. Para él, por ejemplo, los cuatro elementos, Tierra, Agua, Fuego y Aire sólo se distinguen por la disposición particular de las partículas sin masa ni peso que los constituyen, lo que coincide con la investigación de vanguardia sobre la ecuación universal.

Otra cosa no menos alucinante de Boscovich es su estudio sobre los accidentes de la Naturaleza. En él encontramos ya la mecánica estadística del sabio americano Willard Gibbs, propuesta a finales del siglo XIX y no admitida hasta el XX. También descubrimos una explicación moderna de la radiactividad (perfectamente desconocida en el siglo XVII) por una serie de excepciones a las leyes naturales: lo que nosotros llamamos «penetraciones estadísticas en las barreras de potencial».


El porqué del desconocimiento general de la vida de este hombre me parece un misterio quizás porque era jesuita en la época que esta orden fue disuelta (1773) y la mala suerte de que, poco después de su bicentenario (1987) empezasen las guerras yugoslavas.
 
EL HOMBRE ELEFANTE...

Joseph Carey Merrick empezó a presentar los primeros síntomas de su enfermedad a los 18 meses. A partir de los cuatro o cinco años, en su cuerpo empezaron a formarse bultos y los huesos de sus extremidades y su cráneo se desarrollaron de forma anómala. Según su propio testimonio, recordaba que de niño nunca pudo jugar con sus compañeros de colegio puesto que sus piernas y su cadera deformadas se lo impedían. A partir de entonces el coraje y la valentía para sobreponerse a su atroz enfermedad serían las constantes que definirían su vida. Su madre, Mary Jane, se empeñó en escolarizarle. Ella, aunque procedía del campo y de familia muy humilde, sabía leer y escribir y estaba muy ligada a la parroquia baptista de Leicester. Colaboraba dando clases dominicales a los niños que no podían acudir a la escuela durante la semana porque tenían que trabajar. Como las deformaciones de Joseph empezaban a ser ya espectaculares, muchas personas le hacían corros en la calle para observarle, hecho que hizo que Mary Jane lo llevara y trajera personalmente del colegio. También le llevaba consigo cuando daba clases en la escuela dominical. Así Joseph pasó toda su infancia literalmente pegado a su madre, lo que le desarrolló una gran dependencia de ella. De mayor siempre la recordó como una madre muy cariñosa y entregada a sus hijos. Joseph tuvo dos hermanos más pequeños que él: William, nacido en 1866 y que falleció de escarlatina en 1870 y Marion Eliza, nacida en 1867, (fecha de defunción desconocida). Sus hermanos menores eran sanos y no presentaron ninguna deformación.

El padre de Joseph, que siempre se había ganado la vida como cochero, hacia 1870 abrió una pequeña mercería que regentó junto a su mujer hasta 1873. Ese año la madre de Joseph falleció de una bronconeumonía. Según Joseph, ése fue el peor suceso de su vida, incluso peor que su enfermedad, ya que con su madre se iba la única persona que le había demostrado amor verdadero y le había cuidado. Se quedó totalmente solo y en este punto es donde empezaron todas sus padecimientos. Poco tiempo después su padre volvería a casarse con una viuda con dos hijos y sus desgracias, con ello, se recrudecerían, entrando así en una de las etapas más infelices de una vida ya de por sí trágica. Su madrastra y hermanastros no lo aceptaron y, además de las vejaciones continuas que le propinaban, e ignorando todas las dificultades que le ocasionaban sus deformidades, le exigieron que trabajase y ganase dinero para contribuir al sustento de la familia. Le reprochaban continuamente que se escudaba en sus malformaciones (las más graves sufridas nunca por una persona) para no tener que emplearse y así poder hacer el haragán. Joseph recordaba que su madrastra solía quitarle el plato de comida cuando todavía estaba a medio terminar recriminándole que con lo poco que aportaba al hogar, lo que se había comido era mucho más de lo que merecía. Ante la insistencia de la madrastra, y gracias a la colaboración de su tío Charles Merrick, consiguió emplearse en una fábrica de puros. En ella estuvo trabajando durantes dos años; justo hasta que su gigantesca y deformadísima mano derecha le impidiera seguir liando hojas y, consecuentemente, le despidieran. Las continuas humillaciones de las que era víctima en su casa, y aunque ello le suposiese perder el almuerzo, le llevaron a escaparse varias veces de casa. Su padre salía a buscarlo y Joseph sólo accedía a regresar si su padre le prometía que le tratarían mejor. En estas huídas tampoco conseguiría escapar al dolor, pues sufría una gravísima deformación en la cadera que, unida a una pronunciada escoliosis, le requerían un esfuerzo adicional para mantenerse en pie. Su padre, al que posteriormente en su autobiografía le reprocharía que nunca lo quiso como a un hijo, le consiguió una licencia de vendedor ambulante. Con un carrito, Joseph recorría las calles de Leicester vendiendo artículos de la mercería de su padre. En pleno desarrollo de la adolescencia, las dolencias de Joseph iban a más y su aspecto era ya impactante. Su imagen ya causaba sorpresa y, evidentemente, su labor como vendedor fue un fracaso total. La gente o no le abría la puerta porque ya sabían que era él el que llamaba o no le compraban nada arguyendo que no le entendían.

Por esos días la mandíbula de Joseph ya estaba deformada y un gran tumor le iba creciendo justo encima de la boca haciendo que su manera de hablar fuera casi ininteligible. Al final de su vida Merrick describiría como en ese nuevo periplo por las calles de Leicester, niños y mayores se conglomeraban en su derredor gritándole e insultándole. Al no vender nada, en su casa las cosas no mejoraron y a veces, Joseph hacía la triquiñuela de dar a su padre el dinero que le daban para el almuerzo haciéndolo pasar como si fuera dinero obtenido de las ventas. Prefería pasar el día sin comer que soportar las broncas de su madrastra. Finalmente la insoportable presión familiar, los sucesivos ultimatos de su madastra a su padre y una última paliza hicieron que Joseph se marchara de casa para siempre llevándose sus pocas pertenencias en su carrito de vendedor a la edad de quince años.

Tras marcharse de casa continuó vendiendo durante el día las mercancías de la mercería que se había llevado consigo y por la noche dormía en la calle. Su tío Charles Merrick, hermano pequeño de su padre, regentaba una barbería y alertado por vecinos de la situación de su sobrino, salió a buscarle y le tuvo en su casa durante dos años. Joseph siempre recordó el buen trato que recibió de sus tíos. Su tío, que falleció en 1925, testimonió el mal trato que recibió Joseph por parte de su madrastra y el total abandono de su padre. Este hecho hizo que las relaciones entre Charles y su hermano fueran muy tensas. También mencionaba Charles Merrick la gran voluntad de su sobrino al que recordaba salir cada día a vender con su carrito aún sabiendo que regresaría con las manos vacías. Debido a su mano derecha extremadamente deformada no le podía ayudar en la barbería.

En 1879 la vida de Joseph volvió a complicarse. El gremio de vendedores ambulantes habían denunciado que Joseph daba mala imagen al sector y pidieron que no se le renovara la lincencia para vender. Joseph ignoraba esa queja y cuando fue a renovar su licencia se encontró que le negaban la renovación. La casa de su tío era muy pequeñas y Charles y su esposa esperaban un hijo. Joseph pensó que era una carga muy grande para ellos y que no debía abusar de su amabilidad. Aún en contra de la opinión de su tío, Joseph decidió ingresar en la Leicester Union WorkHouse a finales de 1879. Las condiciones de vida de las Work House eran durísimas y Joseph resistió durante 12 semanas. Salió, pero sólo por dos días. Cuando se dio cuenta de que jamás encontraría trabajo como una persona normal, tuvo que regresar y permaneció allí durante cuatro años.

Joseph siempre habló de la WorkHouse con miedo y horror. Al cuarto año de estar allí, la protuberancia que le crecía en la cara ya le impedía comer y los responsables de la Work House creyeron conveniente llevarle a la Leicester Infirmary para que le operaran y de paso, se lo quedaran ya que en la Work House no se daba asilo a aquellos que no podían ganarse la sopa y la cama que des ofrecía el estado a cambio de trabajo. En la Leicester Infirmary le operaron la protuberancia en forma de trompa de elefante que dio origen a su mote. Joseph recordaba que la operación fue muy dolorosa pero que le consiguieron quitar medio kilo de tejido y que pudo volver a comer mejor y hablar con más claridad. Mientras se recuperaba se acrecentó su deseo de no regresar a la Work House (donde tampoco le querían) y pensó cómo podía ganarse la vida. Exhibirse en las ferias era la única salida para él. La idea no le gustaba nada pero sabía que no tenía otra opción. Supo por el periódico que un conocido promotor de ferias llamado Sam Torr estaba en Leicester y decidió escribirle contándole su situación y que estaba interesado en trabajar para él. El avispado promotor en cuanto le vio, supo que iba a hacer negocio. Inmediatamente le incorporó en su feria y así Joseph empezó su andadura por Inglaterra exhibiéndose. Su número era una gran atracción.

De Sam Torr pasó a la feria de Tom Norman. De su etapa feriante no tenía un mal recuerdo e incluso llegó a hacer amistades con otras compañeros de trabajo. Con Tom Norman llegó a Londres a finales de 1884. Norman consiguió alquilar un local enfrente del London Hospital donde exhibió a Joseph durante unas semanas. Fredercik Treves vio a Joseph por primera vez en las postrimetrías de 1884. Fue a verle por recomendación de unos estudiantes que conocían su interés por todo lo relacionado con enfermedades deformantes. Treves quedó fuertemente impactado con Joseph y solicitó a Tom Norman que le dejase hacerle un reconocimiento médico. Treves adivinó a primera vista que Joseph había sido operado en la cara puesto que le notó la cicatriz y el queloide consiguiente que se le había formado sobre el labio superior. Treves le dio una tarjeta de visita a Norman que le permitiría poder entrar en el hospital sin cita previa y sin preguntas. La tarjeta de visita de Treves fue crucial para Joseph. Norman llevó a Joseph discretamente al hospital y allí Treves le tuvo varios días haciéndole reconocimientos y le mostró a la comunidad científica del hospital y de otros centros médicos. Quedando patente que la enfermedad era incurable y que no se podía quedar en el hospital, Joseph tuvo que abandonar el hospital. Durante ese tiempo, Joseph por timidez, miedo y porque no se expresaba bien debido a su boca deformada no mantuvo casi conversación con Treves. Tal fue su mutismo que Treves pensó que era retrasado mental. Y era todo lo contrario. Merrick poseía una gran inteligencia y sensibilidad.

La exhibición en Londres continuó hasta casi la primavera de 1885, cuando fue cerrada por las autoridades. No era la primera vez que la exhibición de Joseph era clausurada por encontrarla indecente debido al sorprendente aspecto que tenía. En casi todos los lugares donde trabajaba, su exhibición era cerrada. Así las cosas, Tom Norman conoció a un promotor italiano llamado Ferrari que le propuso llevarse a Joseph al continente. Debido a que Joseph ya no podía trabajar en Inglaterra, Norman decidió que Joseph se marchara con Ferrari, aunque al promotor nunca le dio buena impresión el italiano. Era costumbre que los promotores guardaran las ganancias de sus atracciones, así que Norman le dio las 50 libras que Joseph había ganado sin que éste protestara. Ferrari y Joseph se embarcaron rumbo a Bélgica en Junio de 1886. Lo que no esperaban es que en Europa las leyes acerca de la exhibición de personas con deformidades eran muy severas. Y las exhibiciones de Joseph eran cerradas a los pocos días de ser abiertas no teniendo casi ganancias ni para sustentarse. Yendo de ciudad en ciudad, perseguidos por las autoridades llegaron a la ciudad de Bruselas. Allí, Ferrari abandonó a su suerte a Joseph llevándose las 50 libras que Merrick había ganado tras dos años de trabajo.

Solo y sin conocer el idioma consiguió empeñar unas pocas pertenencias. Con gran dificultad llegó a Ostende donde compró un pasaje para regresar a Inglaterra. Tuvo problemas para que le dejaran embarcar ya que un capitán no le quiso en su barco. Logró al fin que le dejaran subir en un barco, pero bajo la condición que que no se mezclara con el pasaje. Como hacía mal tiempo tuvo que quedarse escondido en la cubierta a la intemperie durante las diez horas de viaje (la mayor parte de ellas de noche), lo que le provocó una bronquitis. Atracó en la ciudad de Dover donde tomó un tren hacia Londres. En el tren también procuró subir a un vagón vacío y se escondió en un rincón para evitar que le hiciesen corros y evitar un tumulto. Llegó a la estación de Liverpool Street en Londres hacia las siete de la mañana de un día de Diciembre de 1886. Al bajar del tren la gente se dio cuenta de su presencia y le empezaron a increpar, a hacer corros e intentar quitarle la gorra con el velo que escondía su cara. Joseph intentó escapar inútilmente. Cuando llegó la policía, Merrick estaba al borde de un ataque de locura, hablaba atropelladamente y no se podía hacer entender. No conocía absolutamente a nadie en Londres y no conocía la ciudad ya que a pesar de haber recorrido toda Inglaterra jamás salía de su caravana o de su lugar de exhibición. A las preguntas de la policía sólo acertó en enseñar la tarjeta del doctor Treves que había conservado durante casi dos años. Treves fue llamado a la estación y se lo llevó consigo al London Hospital. Allí le hizo ingresar de modo fraudulento, lo que le trajo problemas con sus superiores.

El director del hospital entendió la situación de Joseph, pero el London Hospital no aceptaba enfermos crónicos. Se consideró la posibilidad de enviarle a algún asilo, pero todos le rechazaron. Joseph sugirió que mandasen a un faro o a un asilo para ciegos y pidió reiteradamente que no le mandaran a una Work House. Según Treves, sentía pánico ante la idea de poder volver a una institución semejante. El solicitar ir a un faro era porque en ese momento Joseph tenía auténtico pánico a la gente y el ir al asilo de ciegos era para poder relacionarse con gente sin la angustia de que le vieran y así le trataran con normalidad.

Así las cosas, el director del hospital tuvo la idea de insertar un anuncio a la prensa solicitando ayuda económica para poder hacer un fondo para Joseph y así justificar el poder tenerle alojado de por vida. La respuesta de la sociedad inglesa fue un éxito; se recibieron cuantiosas sumas de dinero. Solucionado el tema económico se habilitaron unas habitaciones para Joseph que se convertirían en su último hogar. Nuevamente logró cotas de repercusión impensables cuando la propia Alexandra, Princesa de Gales, y el Duque de Cambridge se interesaron personalmente por la suerte del infortunado Merrick. Sería ahí donde Merrick, una vez alcanzada la paz que tanto había ansiado, se dedicó a sus dos grandes pasiones: la lectura de novelas románticas y la escritura. También, pronto, y persuadido por Treves, Merrick comenzó a recibir visitas, a las cuales siempre sorprendió con su extraordinaria educación y sensibilidad. De entre las numerosas personalidades con las que se entrevistó destaca la de la Princesa de Gales, a quién recibió en varias ocasiones.

Una mañana de Abril de 1890, a los 27 años de edad, en la etapa más feliz de su vida, Joseph Carey Merrick fue encontrado muerto en su cama. Treves, tras un examen, concluyó que murió de asfixia al quedarse dormido. La cabeza de Merrick era enorme y sólo con esfuerzo conseguía mantenerla erguida. Su desmesurado peso y tamaño impedían que Merrick pudiese dormir tumbado, obligándole siempre a que lo hiciese sentado y en una posición especial; de otra forma las deformidades le comprimían la traquea y le dificultaban gravemente la respiración. Sin embargo, actualmente, tras análisis más detallados de su esqueleto, más que por asfixia, se estima como la causa más probable de su muerte a que repentinamente su cabeza se inclinara debido a su desproporcionado peso y se desnucara.


La persona
En todos los homenajes a su persona siempre se cita como el rasgo más significativo de su carácter el coraje que supo imponer desde el primer momento a la inhumana crueldad de su enfermedad. Tampoco dejó de maravillar a sus interlocutores el trato dulce y educado que dispensaba, así como la sensibilidad especial con la que Merrick solía teñir sus impresiones. Llegó a trascender ampliamente el episodio en el que, ya al final de su vida, después de que una mujer le diera por primera vez la mano, Merrick se deshiciera y rompiera a llorar por la intensa emoción que le produjo no sentirse rechazado; sentimiento al que habría que unir la especial admiración que siempre sintió por el género femenino. Sin embargo, póstumamente el rasgo que mayor interés ha despertado de la personalidad de Joseph Merrick es cómo después de las humillaciones, las palizas y el ostracismo al que fue sometido, se mantuviera desprovisto de rencor, y siempre consiguiese sobreponer su carácter dulce e inocente. Tanto es así que Ashley Montagu, reconocido antropólogo de la Universidad de Princeton, escribió un estudio acerca de este increíble aspecto de su personalidad titulado "The Elephant Man: A Study in Human Dignity". Por otro lado, y aunque durante largo tiempo de su vida se ignoró esta otra destacable cualidad, a Joseph Merrick se le reconoció una inteligencia por encima de la media.

Tenía un vocabulario extenso y, a pesar de haberse pasado la mayor parte de su vida en el ambiente de la farándula, no sólo sabía leer y escribir correctamente, sino que aún lo hacía con estilo notable; hechos que, en el Londres victoriano de fines del siglo XIX, resultarían sobresalientes para cualquier persona de clase media o baja. Precisamente es de los estudios de sus escritos de donde se deduce una persona de carácter ingenuo e infantil, y de mirada maravillada y simplificadora. Por último, es imprescindible subrayar el profundo amor que nunca dejó de sentir por su madre, mujer hermosa cuya muerte, incluso por encima de su atroz enfermedad, y en un gesto de admirable humildad, siempre reconoció y padeció como la tragedia más grande de su vida. Quizá porque con su ausencia se le despojó de todo amor, y porque fue la única que vio tras él al hijo y a la persona.

La enfermedad
Merrick, siempre bajo una mirada simplificadora e inocente, creyó que la causa de sus deformaciones procedía del ataque, durante una feria, de un elefante a su madre cuando ésta se encontraba embarazada de él.

"Vi la luz por primera vez el 5 de Agosto de 1862. Nací en Lee Street, Leicester. La deformidad que exhibo ahora se debe a que un elefante asustó a mi madre; ella caminaba por la calle mientras desfilaba una procesión de animales. Se juntó una enorme multitud para verlos, y desafortunadamente empujaron a mi madre bajo las patas de un elefante. Ella se asustó mucho. Estaba embarazada de mí, y este infortunio fue la causa de mi deformidad"

Desde un punto de vista científico, inicialmente se creyó que Merrick padecía filariasis, comúnmente denominada elefantiasis, y cuya causa es un gusano que actúa a modo de parásito. Sin embargo la filariasis es una enfermedad tropical que no tiene presencia en las islas británicas, y en ningún caso produce las graves deformaciones óseas que sufrió Merrick; por tanto se sabe que él no fue víctima de elefantiasis. Posteriormente se rediagnosticó el caso y se pasó a creer que padeció neurofibromatosis, también conocida como enfermedad del hombre elefante. Tiempo después también se descartó esta posibilidad, pues algunos síntomas característicos de la neurofibromatosis entran en clara contradicción con evidencias encontradas en el caso de Merrick. Actualmente, y de forma mayoritaria, la comunidad médica cree que la enfermedad que padeció fue una severa variación del Síndrome de Proteus. Aún así no se descarta que realmente se tratase de una enfermedad nueva, y de la cual Merrick tuviera el infortunio de haber sido el único caso registrado hasta ahora.


En el historial clínico del Royal London Hospital se describían así las deformaciones de Joseph Merrick: "... una enorme y deformada cabeza, la extremidad superior derecha y ambas extremidades inferiores muy torcidas, acentuando alargamiento e hipertrofia de la mayor parte de los dedos de la mano derecha, escoliosis y una pronunciada cojera en la cadera izquierda. Presentaba innumerables nóduclos y masas papilares, a modo de coliflor, ampliamente diseminadas en la piel y tejidos blandos del cuero cabelludo, parte derecha de la cara, espalda, nalgas y extremidades. Del maximilar superior sobresalía una masa de hueso, creando una apariencia peculiar a modo de probóscide; esta masa había recidivado después de su resección a la edad de 20 años".


Merrick llegó a describirse a sí mismo de la siguiente manera: "Mi cráneo tiene una circunferencia de 91,44 cm, con una gran protuberancia carnosa en la parte posterior del tamaño de una taza de desayuno. La otra parte es, por describirla de alguna manera, una colección de colinas y valles, como si la hubiesen amasado, mientras que mi rostro es una visión que ninguna persona podría imaginar. La mano derecha tiene casi el tamaño y la forma de la pata delantera de un elefante, midiendo más de 30 cm de circunferencia en la muñeca y 12 en uno de los dedos. El otro brazo con su mano no son más grandes que los de una niña de diez años de edad, aunque bien proporcionados. Mis piernas y pies, al igual que mi cuerpo, están cubiertos por una piel gruesa y con aspecto de masilla, muy parecida a la de un elefante y casi del mismo color. De hecho, nadie que no me haya visto creería que una cosa así pueda existir".

Mi interés por este personaje se despertó a raíz de la excelente película de David Linch "El hombre elefante".

De https://es.wikipedia.org/wiki/Joseph_Merrick
 
EL HOMBRE ELEFANTE...

Joseph Carey Merrick empezó a presentar los primeros síntomas de su enfermedad a los 18 meses. A partir de los cuatro o cinco años, en su cuerpo empezaron a formarse bultos y los huesos de sus extremidades y su cráneo se desarrollaron de forma anómala. Según su propio testimonio, recordaba que de niño nunca pudo jugar con sus compañeros de colegio puesto que sus piernas y su cadera deformadas se lo impedían. A partir de entonces el coraje y la valentía para sobreponerse a su atroz enfermedad serían las constantes que definirían su vida. Su madre, Mary Jane, se empeñó en escolarizarle. Ella, aunque procedía del campo y de familia muy humilde, sabía leer y escribir y estaba muy ligada a la parroquia baptista de Leicester. Colaboraba dando clases dominicales a los niños que no podían acudir a la escuela durante la semana porque tenían que trabajar. Como las deformaciones de Joseph empezaban a ser ya espectaculares, muchas personas le hacían corros en la calle para observarle, hecho que hizo que Mary Jane lo llevara y trajera personalmente del colegio. También le llevaba consigo cuando daba clases en la escuela dominical. Así Joseph pasó toda su infancia literalmente pegado a su madre, lo que le desarrolló una gran dependencia de ella. De mayor siempre la recordó como una madre muy cariñosa y entregada a sus hijos. Joseph tuvo dos hermanos más pequeños que él: William, nacido en 1866 y que falleció de escarlatina en 1870 y Marion Eliza, nacida en 1867, (fecha de defunción desconocida). Sus hermanos menores eran sanos y no presentaron ninguna deformación.

El padre de Joseph, que siempre se había ganado la vida como cochero, hacia 1870 abrió una pequeña mercería que regentó junto a su mujer hasta 1873. Ese año la madre de Joseph falleció de una bronconeumonía. Según Joseph, ése fue el peor suceso de su vida, incluso peor que su enfermedad, ya que con su madre se iba la única persona que le había demostrado amor verdadero y le había cuidado. Se quedó totalmente solo y en este punto es donde empezaron todas sus padecimientos. Poco tiempo después su padre volvería a casarse con una viuda con dos hijos y sus desgracias, con ello, se recrudecerían, entrando así en una de las etapas más infelices de una vida ya de por sí trágica. Su madrastra y hermanastros no lo aceptaron y, además de las vejaciones continuas que le propinaban, e ignorando todas las dificultades que le ocasionaban sus deformidades, le exigieron que trabajase y ganase dinero para contribuir al sustento de la familia. Le reprochaban continuamente que se escudaba en sus malformaciones (las más graves sufridas nunca por una persona) para no tener que emplearse y así poder hacer el haragán. Joseph recordaba que su madrastra solía quitarle el plato de comida cuando todavía estaba a medio terminar recriminándole que con lo poco que aportaba al hogar, lo que se había comido era mucho más de lo que merecía. Ante la insistencia de la madrastra, y gracias a la colaboración de su tío Charles Merrick, consiguió emplearse en una fábrica de puros. En ella estuvo trabajando durantes dos años; justo hasta que su gigantesca y deformadísima mano derecha le impidiera seguir liando hojas y, consecuentemente, le despidieran. Las continuas humillaciones de las que era víctima en su casa, y aunque ello le suposiese perder el almuerzo, le llevaron a escaparse varias veces de casa. Su padre salía a buscarlo y Joseph sólo accedía a regresar si su padre le prometía que le tratarían mejor. En estas huídas tampoco conseguiría escapar al dolor, pues sufría una gravísima deformación en la cadera que, unida a una pronunciada escoliosis, le requerían un esfuerzo adicional para mantenerse en pie. Su padre, al que posteriormente en su autobiografía le reprocharía que nunca lo quiso como a un hijo, le consiguió una licencia de vendedor ambulante. Con un carrito, Joseph recorría las calles de Leicester vendiendo artículos de la mercería de su padre. En pleno desarrollo de la adolescencia, las dolencias de Joseph iban a más y su aspecto era ya impactante. Su imagen ya causaba sorpresa y, evidentemente, su labor como vendedor fue un fracaso total. La gente o no le abría la puerta porque ya sabían que era él el que llamaba o no le compraban nada arguyendo que no le entendían.

Por esos días la mandíbula de Joseph ya estaba deformada y un gran tumor le iba creciendo justo encima de la boca haciendo que su manera de hablar fuera casi ininteligible. Al final de su vida Merrick describiría como en ese nuevo periplo por las calles de Leicester, niños y mayores se conglomeraban en su derredor gritándole e insultándole. Al no vender nada, en su casa las cosas no mejoraron y a veces, Joseph hacía la triquiñuela de dar a su padre el dinero que le daban para el almuerzo haciéndolo pasar como si fuera dinero obtenido de las ventas. Prefería pasar el día sin comer que soportar las broncas de su madrastra. Finalmente la insoportable presión familiar, los sucesivos ultimatos de su madastra a su padre y una última paliza hicieron que Joseph se marchara de casa para siempre llevándose sus pocas pertenencias en su carrito de vendedor a la edad de quince años.

Tras marcharse de casa continuó vendiendo durante el día las mercancías de la mercería que se había llevado consigo y por la noche dormía en la calle. Su tío Charles Merrick, hermano pequeño de su padre, regentaba una barbería y alertado por vecinos de la situación de su sobrino, salió a buscarle y le tuvo en su casa durante dos años. Joseph siempre recordó el buen trato que recibió de sus tíos. Su tío, que falleció en 1925, testimonió el mal trato que recibió Joseph por parte de su madrastra y el total abandono de su padre. Este hecho hizo que las relaciones entre Charles y su hermano fueran muy tensas. También mencionaba Charles Merrick la gran voluntad de su sobrino al que recordaba salir cada día a vender con su carrito aún sabiendo que regresaría con las manos vacías. Debido a su mano derecha extremadamente deformada no le podía ayudar en la barbería.

En 1879 la vida de Joseph volvió a complicarse. El gremio de vendedores ambulantes habían denunciado que Joseph daba mala imagen al sector y pidieron que no se le renovara la lincencia para vender. Joseph ignoraba esa queja y cuando fue a renovar su licencia se encontró que le negaban la renovación. La casa de su tío era muy pequeñas y Charles y su esposa esperaban un hijo. Joseph pensó que era una carga muy grande para ellos y que no debía abusar de su amabilidad. Aún en contra de la opinión de su tío, Joseph decidió ingresar en la Leicester Union WorkHouse a finales de 1879. Las condiciones de vida de las Work House eran durísimas y Joseph resistió durante 12 semanas. Salió, pero sólo por dos días. Cuando se dio cuenta de que jamás encontraría trabajo como una persona normal, tuvo que regresar y permaneció allí durante cuatro años.

Joseph siempre habló de la WorkHouse con miedo y horror. Al cuarto año de estar allí, la protuberancia que le crecía en la cara ya le impedía comer y los responsables de la Work House creyeron conveniente llevarle a la Leicester Infirmary para que le operaran y de paso, se lo quedaran ya que en la Work House no se daba asilo a aquellos que no podían ganarse la sopa y la cama que des ofrecía el estado a cambio de trabajo. En la Leicester Infirmary le operaron la protuberancia en forma de trompa de elefante que dio origen a su mote. Joseph recordaba que la operación fue muy dolorosa pero que le consiguieron quitar medio kilo de tejido y que pudo volver a comer mejor y hablar con más claridad. Mientras se recuperaba se acrecentó su deseo de no regresar a la Work House (donde tampoco le querían) y pensó cómo podía ganarse la vida. Exhibirse en las ferias era la única salida para él. La idea no le gustaba nada pero sabía que no tenía otra opción. Supo por el periódico que un conocido promotor de ferias llamado Sam Torr estaba en Leicester y decidió escribirle contándole su situación y que estaba interesado en trabajar para él. El avispado promotor en cuanto le vio, supo que iba a hacer negocio. Inmediatamente le incorporó en su feria y así Joseph empezó su andadura por Inglaterra exhibiéndose. Su número era una gran atracción.

De Sam Torr pasó a la feria de Tom Norman. De su etapa feriante no tenía un mal recuerdo e incluso llegó a hacer amistades con otras compañeros de trabajo. Con Tom Norman llegó a Londres a finales de 1884. Norman consiguió alquilar un local enfrente del London Hospital donde exhibió a Joseph durante unas semanas. Fredercik Treves vio a Joseph por primera vez en las postrimetrías de 1884. Fue a verle por recomendación de unos estudiantes que conocían su interés por todo lo relacionado con enfermedades deformantes. Treves quedó fuertemente impactado con Joseph y solicitó a Tom Norman que le dejase hacerle un reconocimiento médico. Treves adivinó a primera vista que Joseph había sido operado en la cara puesto que le notó la cicatriz y el queloide consiguiente que se le había formado sobre el labio superior. Treves le dio una tarjeta de visita a Norman que le permitiría poder entrar en el hospital sin cita previa y sin preguntas. La tarjeta de visita de Treves fue crucial para Joseph. Norman llevó a Joseph discretamente al hospital y allí Treves le tuvo varios días haciéndole reconocimientos y le mostró a la comunidad científica del hospital y de otros centros médicos. Quedando patente que la enfermedad era incurable y que no se podía quedar en el hospital, Joseph tuvo que abandonar el hospital. Durante ese tiempo, Joseph por timidez, miedo y porque no se expresaba bien debido a su boca deformada no mantuvo casi conversación con Treves. Tal fue su mutismo que Treves pensó que era retrasado mental. Y era todo lo contrario. Merrick poseía una gran inteligencia y sensibilidad.

La exhibición en Londres continuó hasta casi la primavera de 1885, cuando fue cerrada por las autoridades. No era la primera vez que la exhibición de Joseph era clausurada por encontrarla indecente debido al sorprendente aspecto que tenía. En casi todos los lugares donde trabajaba, su exhibición era cerrada. Así las cosas, Tom Norman conoció a un promotor italiano llamado Ferrari que le propuso llevarse a Joseph al continente. Debido a que Joseph ya no podía trabajar en Inglaterra, Norman decidió que Joseph se marchara con Ferrari, aunque al promotor nunca le dio buena impresión el italiano. Era costumbre que los promotores guardaran las ganancias de sus atracciones, así que Norman le dio las 50 libras que Joseph había ganado sin que éste protestara. Ferrari y Joseph se embarcaron rumbo a Bélgica en Junio de 1886. Lo que no esperaban es que en Europa las leyes acerca de la exhibición de personas con deformidades eran muy severas. Y las exhibiciones de Joseph eran cerradas a los pocos días de ser abiertas no teniendo casi ganancias ni para sustentarse. Yendo de ciudad en ciudad, perseguidos por las autoridades llegaron a la ciudad de Bruselas. Allí, Ferrari abandonó a su suerte a Joseph llevándose las 50 libras que Merrick había ganado tras dos años de trabajo.

Solo y sin conocer el idioma consiguió empeñar unas pocas pertenencias. Con gran dificultad llegó a Ostende donde compró un pasaje para regresar a Inglaterra. Tuvo problemas para que le dejaran embarcar ya que un capitán no le quiso en su barco. Logró al fin que le dejaran subir en un barco, pero bajo la condición que que no se mezclara con el pasaje. Como hacía mal tiempo tuvo que quedarse escondido en la cubierta a la intemperie durante las diez horas de viaje (la mayor parte de ellas de noche), lo que le provocó una bronquitis. Atracó en la ciudad de Dover donde tomó un tren hacia Londres. En el tren también procuró subir a un vagón vacío y se escondió en un rincón para evitar que le hiciesen corros y evitar un tumulto. Llegó a la estación de Liverpool Street en Londres hacia las siete de la mañana de un día de Diciembre de 1886. Al bajar del tren la gente se dio cuenta de su presencia y le empezaron a increpar, a hacer corros e intentar quitarle la gorra con el velo que escondía su cara. Joseph intentó escapar inútilmente. Cuando llegó la policía, Merrick estaba al borde de un ataque de locura, hablaba atropelladamente y no se podía hacer entender. No conocía absolutamente a nadie en Londres y no conocía la ciudad ya que a pesar de haber recorrido toda Inglaterra jamás salía de su caravana o de su lugar de exhibición. A las preguntas de la policía sólo acertó en enseñar la tarjeta del doctor Treves que había conservado durante casi dos años. Treves fue llamado a la estación y se lo llevó consigo al London Hospital. Allí le hizo ingresar de modo fraudulento, lo que le trajo problemas con sus superiores.

El director del hospital entendió la situación de Joseph, pero el London Hospital no aceptaba enfermos crónicos. Se consideró la posibilidad de enviarle a algún asilo, pero todos le rechazaron. Joseph sugirió que mandasen a un faro o a un asilo para ciegos y pidió reiteradamente que no le mandaran a una Work House. Según Treves, sentía pánico ante la idea de poder volver a una institución semejante. El solicitar ir a un faro era porque en ese momento Joseph tenía auténtico pánico a la gente y el ir al asilo de ciegos era para poder relacionarse con gente sin la angustia de que le vieran y así le trataran con normalidad.

Así las cosas, el director del hospital tuvo la idea de insertar un anuncio a la prensa solicitando ayuda económica para poder hacer un fondo para Joseph y así justificar el poder tenerle alojado de por vida. La respuesta de la sociedad inglesa fue un éxito; se recibieron cuantiosas sumas de dinero. Solucionado el tema económico se habilitaron unas habitaciones para Joseph que se convertirían en su último hogar. Nuevamente logró cotas de repercusión impensables cuando la propia Alexandra, Princesa de Gales, y el Duque de Cambridge se interesaron personalmente por la suerte del infortunado Merrick. Sería ahí donde Merrick, una vez alcanzada la paz que tanto había ansiado, se dedicó a sus dos grandes pasiones: la lectura de novelas románticas y la escritura. También, pronto, y persuadido por Treves, Merrick comenzó a recibir visitas, a las cuales siempre sorprendió con su extraordinaria educación y sensibilidad. De entre las numerosas personalidades con las que se entrevistó destaca la de la Princesa de Gales, a quién recibió en varias ocasiones.

Una mañana de Abril de 1890, a los 27 años de edad, en la etapa más feliz de su vida, Joseph Carey Merrick fue encontrado muerto en su cama. Treves, tras un examen, concluyó que murió de asfixia al quedarse dormido. La cabeza de Merrick era enorme y sólo con esfuerzo conseguía mantenerla erguida. Su desmesurado peso y tamaño impedían que Merrick pudiese dormir tumbado, obligándole siempre a que lo hiciese sentado y en una posición especial; de otra forma las deformidades le comprimían la traquea y le dificultaban gravemente la respiración. Sin embargo, actualmente, tras análisis más detallados de su esqueleto, más que por asfixia, se estima como la causa más probable de su muerte a que repentinamente su cabeza se inclinara debido a su desproporcionado peso y se desnucara.


La persona
En todos los homenajes a su persona siempre se cita como el rasgo más significativo de su carácter el coraje que supo imponer desde el primer momento a la inhumana crueldad de su enfermedad. Tampoco dejó de maravillar a sus interlocutores el trato dulce y educado que dispensaba, así como la sensibilidad especial con la que Merrick solía teñir sus impresiones. Llegó a trascender ampliamente el episodio en el que, ya al final de su vida, después de que una mujer le diera por primera vez la mano, Merrick se deshiciera y rompiera a llorar por la intensa emoción que le produjo no sentirse rechazado; sentimiento al que habría que unir la especial admiración que siempre sintió por el género femenino. Sin embargo, póstumamente el rasgo que mayor interés ha despertado de la personalidad de Joseph Merrick es cómo después de las humillaciones, las palizas y el ostracismo al que fue sometido, se mantuviera desprovisto de rencor, y siempre consiguiese sobreponer su carácter dulce e inocente. Tanto es así que Ashley Montagu, reconocido antropólogo de la Universidad de Princeton, escribió un estudio acerca de este increíble aspecto de su personalidad titulado "The Elephant Man: A Study in Human Dignity". Por otro lado, y aunque durante largo tiempo de su vida se ignoró esta otra destacable cualidad, a Joseph Merrick se le reconoció una inteligencia por encima de la media.

Tenía un vocabulario extenso y, a pesar de haberse pasado la mayor parte de su vida en el ambiente de la farándula, no sólo sabía leer y escribir correctamente, sino que aún lo hacía con estilo notable; hechos que, en el Londres victoriano de fines del siglo XIX, resultarían sobresalientes para cualquier persona de clase media o baja. Precisamente es de los estudios de sus escritos de donde se deduce una persona de carácter ingenuo e infantil, y de mirada maravillada y simplificadora. Por último, es imprescindible subrayar el profundo amor que nunca dejó de sentir por su madre, mujer hermosa cuya muerte, incluso por encima de su atroz enfermedad, y en un gesto de admirable humildad, siempre reconoció y padeció como la tragedia más grande de su vida. Quizá porque con su ausencia se le despojó de todo amor, y porque fue la única que vio tras él al hijo y a la persona.

La enfermedad
Merrick, siempre bajo una mirada simplificadora e inocente, creyó que la causa de sus deformaciones procedía del ataque, durante una feria, de un elefante a su madre cuando ésta se encontraba embarazada de él.

"Vi la luz por primera vez el 5 de Agosto de 1862. Nací en Lee Street, Leicester. La deformidad que exhibo ahora se debe a que un elefante asustó a mi madre; ella caminaba por la calle mientras desfilaba una procesión de animales. Se juntó una enorme multitud para verlos, y desafortunadamente empujaron a mi madre bajo las patas de un elefante. Ella se asustó mucho. Estaba embarazada de mí, y este infortunio fue la causa de mi deformidad"

Desde un punto de vista científico, inicialmente se creyó que Merrick padecía filariasis, comúnmente denominada elefantiasis, y cuya causa es un gusano que actúa a modo de parásito. Sin embargo la filariasis es una enfermedad tropical que no tiene presencia en las islas británicas, y en ningún caso produce las graves deformaciones óseas que sufrió Merrick; por tanto se sabe que él no fue víctima de elefantiasis. Posteriormente se rediagnosticó el caso y se pasó a creer que padeció neurofibromatosis, también conocida como enfermedad del hombre elefante. Tiempo después también se descartó esta posibilidad, pues algunos síntomas característicos de la neurofibromatosis entran en clara contradicción con evidencias encontradas en el caso de Merrick. Actualmente, y de forma mayoritaria, la comunidad médica cree que la enfermedad que padeció fue una severa variación del Síndrome de Proteus. Aún así no se descarta que realmente se tratase de una enfermedad nueva, y de la cual Merrick tuviera el infortunio de haber sido el único caso registrado hasta ahora.


En el historial clínico del Royal London Hospital se describían así las deformaciones de Joseph Merrick: "... una enorme y deformada cabeza, la extremidad superior derecha y ambas extremidades inferiores muy torcidas, acentuando alargamiento e hipertrofia de la mayor parte de los dedos de la mano derecha, escoliosis y una pronunciada cojera en la cadera izquierda. Presentaba innumerables nóduclos y masas papilares, a modo de coliflor, ampliamente diseminadas en la piel y tejidos blandos del cuero cabelludo, parte derecha de la cara, espalda, nalgas y extremidades. Del maximilar superior sobresalía una masa de hueso, creando una apariencia peculiar a modo de probóscide; esta masa había recidivado después de su resección a la edad de 20 años".


Merrick llegó a describirse a sí mismo de la siguiente manera: "Mi cráneo tiene una circunferencia de 91,44 cm, con una gran protuberancia carnosa en la parte posterior del tamaño de una taza de desayuno. La otra parte es, por describirla de alguna manera, una colección de colinas y valles, como si la hubiesen amasado, mientras que mi rostro es una visión que ninguna persona podría imaginar. La mano derecha tiene casi el tamaño y la forma de la pata delantera de un elefante, midiendo más de 30 cm de circunferencia en la muñeca y 12 en uno de los dedos. El otro brazo con su mano no son más grandes que los de una niña de diez años de edad, aunque bien proporcionados. Mis piernas y pies, al igual que mi cuerpo, están cubiertos por una piel gruesa y con aspecto de masilla, muy parecida a la de un elefante y casi del mismo color. De hecho, nadie que no me haya visto creería que una cosa así pueda existir".

Mi interés por este personaje se despertó a raíz de la excelente película de David Linch "El hombre elefante".

De https://es.wikipedia.org/wiki/Joseph_Merrick
 
Wernher von Braun: Agente de viajes al cosmos.



Actualmente a nadie le sorprende ver la televisión vía satélite, menos aún con la próxima llegada de la copa de futbol del mundo en Alemania. La llegada del hombre a la Luna es un evento tan cotidiano y asombroso, que no faltan quienes duden de su veracidad. Lo que no muchos saben es que esos y muchos otros logros fueron una realidad gracias a gente que trabajó muy duro; algunos desde la infancia soñando con la conquista del espacio, como fue el caso de Wernher von Braun, quien construyó para la NASA los cohetes Apollo que permitieron pisar la superficie lunar.


El principio del viaje.

Nacido Wernher Magnus Maximilian Freiherr von Braun, el 23 de Marzo de 1912; en Wirstz, provincia prusiana de Posen, actualmente Polonia, era hijo de el Barón Magnus von Braun, quien se desempeñó como Ministro de Agricultura de la República de Weimar una vez que tuvieron que mudarse de Wirstz a Berlín, cuando esta se convirtió en parte de Polonia en 1920. Su infancia transcurrió como la de cualquier niño de la época hasta el momento de su confirmación luterana, como regalo por parte de su madre no recibió el tradicional reloj de oro que acostumbraba la ocasión, sino un instrumento que capturaría su atención y cambiaría su vida para siempre: un telescopio.

Históricamente, los miembros de su noble familia habían hecho carrera en el ejército, el gobierno y los negocios, pero nunca se habían acercado a la Ciencia; a pesar de eso, su madre alentó el interés que su hijo había desarrollado en la Astronomía. A la edad de diez años desarrolló intereses por explorar muchas vías en su temprana edad incluyendo la composición de varias piezas musicales y a fabricar "su propio automóvil" usando partes de varios vehículos. Este pasatiempo le llevó incluso a construir un vagón equipado con cohetes, el cual al funcionar causó estragos en las calles berlinesas, por lo que la policía lo arrestó y lo llevó con su padre.

No todo es magia en esta vida.

Si bien Wernher tenía esos intereses muy bien definidos, se enfrentó con un gran problema: sus habilidades con las matemáticas y la física deseaban mucho que desear, como lo constató con su automóvil y el vagón con cohetes, eso sin tomar en cuenta su bajo rendimiento escolar. Sus padres, preocupados, tomaron la decisión de cambiarlo a la escuela Hermann Lietz, con la esperanza de que su rígida disciplina cambiara su situación académica y forjara su carácter. La decisión tomada no mostró efectividad hasta el momento en el que Wernher dio con un libro llamado “Die Rakete zu den Planetenräumen” (Al Espacio en Cohete) de Hermann Oberth, el cual estaba lleno de ecuaciones matemáticas que le horrorizaron, pero que también le hicieron plantearse su vocación.

La conquista del espacio iba a ser realidad tarde o temprano, y el quería participar; por lo que tomó la decisión de aplicar sus esfuerzos al aprendizaje de esos garabatos que no entendía y que le habían hecho reprobar. De esta forma, emprendió el difícil viaje al mundo de la trigonometría, álgebra y cálculo; hasta el momento en el que pudo comprender el contenido del libro. Incluso se ha especulado sobre el hecho de que llegó a substituir a sus profesores en su ausencia. Para ese entonces, gente como Konstantin Tsiolkovski, Robert Goddard, Robert Esnault Pelterie, y el propio Oberth ya habían sentado las bases del funcionamiento de los cohetes y de la posibilidad de hacer viajes espaciales, aunque fuera en teoría y experimentos aislados.

HermannOberth,1.jpg

Hermann Oberth

El novato.

Para 1930, Wernher entró en el Instituto de Tecnología de Berlín a estudiar Ingeniería Mecánica, fue ahí donde se unió a la Verein fur Raumschiffarht (Sociedad de Cohetería), donde Oberth fungía como su líder. Von Braun se presentó con Oberth y le dijo “Aún estoy en la escuela y sólo puedo ofrecerle mi entusiasmo y mi tiempo libre, ¿habrá algo en lo que yo pueda serle útil?”; para su regocijo, la respuesta de Oberth fue afirmativa, por lo que una vez dentro, asistió a Oberth en las pruebas que este hacía de motores basados en combustión líquida. Una vez graduado, ingresó en la universidad Técnica de Berlín, en donde estudió su Doctorado en Física, el 27 de Julio de 1934 con una tesis titulada “Sobre pruebas de combustión”. Mientras estudiaba su doctorado, Walter Dornberger, capitán del Departamento de Artillería del Ejército Alemán, hizo una visita a la sociedad y quedó gratamente impresionado por las habilidades de Braun, por lo que decidió darles un subsidio con el equivalente de 400 dólares americanos para investigar la factibilidad de usar de cohetes. Von Braun trabajó en el proyecto durante la primavera y el verano, pero el cohete falló en el momento de hacer la demostración ante los militares, en ese mismo lapso trabajó para Dornberger dirigiendo la unidad de construcción de cohetes de artillería del ejército.


Walter Dornberger y Wenher von Braun.

El Führer manda.

En 1937, establecidos en Peenemünde, cerca del Mar Báltico, von Braun se convirtió en el director de investigación y experimentación, con el objetivo de continuar con sus desarrollos. Para entonces Adolf Hitler ya había tomado el poder, y encomendado a Herman Göring la dirección de la Luftwaffe. Para ese entonces, la investigación en cohetería por parte de civiles estaba prohibida por el régimen, por lo que el grupo de Peenemünde permaneció con ciertas libertades al estar bajo dependencia militar. Ahí, Dornberger coordinó una prueba del cohete A-2 ideado por von Braun, el éxito de la exhibición garantizó un aumento en el presupuesto para investigación, lo cual permitió la aparición de los cohetes A-3 y A-4. Por órdenes de Dornberger, el equipo trabajó bajo presión para crear un cohete lo suficientemente potente como para superar cualquier cañón; la aparición del cohete bomba V-2 causó revuelo en el régimen nazi, quienes se infiltraron en Peenemünde, e incluso el mismo Hitler exigió una demostración del diseño.

HimmlerAndDornbergerPeenemunde.jpg

Himmler y Dornberger en Pennemünde

Una proyección mostró el ascenso de unos 120 Km. de altura a una velocidad aproximadamente igual a 4 veces la velocidad del sonido. Una vez terminada le proyección Hitler guardó silencio estupefacto, y mientras Dornberger y von Braun lo creían decepcionado, Hitler reaccionó aproximándose a ellos, saludándolos y diciéndoles “Muchas gracias. No sé como no creí antes en el éxito de sus experimentos. De ahora en adelante, Europa y el mundo entero serán demasiado pequeños para una guerra.”

v-2.jpg

Bomba V-2

Rebeldía.

Heinrich Himmler intentó convencer a von Braun de dejar el ejército y adherirse a su cuartel para incrementar su propia influencia; una vez rechazada la invitación y habiendo sido denunciado por una dentista, quien esuchó las conversaciones de los científicos acerca de sus deseos de trabajar en anves espaciales y su frustración por el trabajo encomendado y por la guerra, von Braun fue arrestado bajo cargos de inducir sueños frívolos en vez de concentrarse en construir armas para defender al III Reich, así como de simpatía por el comunismo, cargo falso levantado por Himmler para agravar su condena. Solo con la influencia de Dornberger la Gestapo para que soltó a von Braun con el argumento que Hitler no perdonaría que no se fabricaran las V-2 por la ausencia de von Braun.

Von Braun se reunió en secreto con sus compañeros y tomaron la decisión de rendirse, con el objetivo de continuar con sus metas y desligarse de las ideas hitlerianas, en las que no creían. La principal interrogante era a quienes se iban a rendir. La mayoría tenía temor a los rusos, asimismo presentían que los franceses los iban a esclavizar y pensaban que los ingleses no tenían suficiente dinero para mantener un programa de cohetes. Por lo que la opción más viable era rendirse a los Estados Unidos de América (USA). Von Braun y su equipo de 500 personas, robó un tren con papeles falsificados, escondieron toda la documentación que pudieron en un túnel y se dirigieron a través de Alemania para rendirse a los estadounidenses. Por otro lado, sin saberlo, los americanos habían invadido Peenemunde y se llevaron con ellos varios cohetes V-2 y motores de propulsión a chorro, mientras que algunos integrantes del equipo de von Braun fueron capturados por el ejército rojo.

Cita con el destino.

El 20 de Junio de 1945, se aprobó la transferencia de los científicos alemanes mediante la Operación Clip. Una parte del equipo fue transferida a Maryland, la otra –incluyendo a von Braun- fue recibida en Fort Bliss, Texas. Durante su estancia, Wernher aprovechó para escribirle a su prima Maria von Quistorp de 18 años, a quien le confesó sus sentimientos y le propuso matrimonio. Volviendo a Europa por primera vez en mucho tiempo, viajó para formalizar el compromiso. Wernher y Maria se casaron en una iglesia Luterana en Landshut, Alemania el primero de Marzo de 1947. poco más de un año después nacería la primera de sus tres hijos, Iris. Un episodio curioso que von Braun comentaba era el de su naturalización. “Trabajábamos en secreto en calidad de extranjeros, por lo que nuestro paso a la legalidad debería cumplir ciertos requisitos. Entonces nos “expulsaron” del país en autobuses por la frontera con México. Una vez en México, dimos vuelta, nos acercamos al puesto fronterizo de los Estados Unidos y mostramos documentos de inmigración preparados previamente. Regresamos a El Paso en los mismos autobuses pero con papeles en regla. Nunca nos hemos reído más que con ese viaje tan increíble.”

Para 1950, von Braun y su equipo fueron transferidos a Huntsville, Alabama, donde trabajaron en el desarrollo de los cohetes Redstone, von Braun advirtió sobre la posibilidad de que los soviéticos desearan emprender la misma clase de desarrollos, sin embargo sus advertencias no fueron escuchadas. El 4 de Octubre de 1957 el primer satélite artificial, el Sputnik orbitaba alrededor de la Tierra, en respuesta, el 31 de Enero de 1958 se puso en órbita el satélite Explorer. Eso causó que entre 1957 y 1958 iniciara la carrera espacial; una pugna entre USA y la URSS por la conquista del espacio, teniendo ambos países equipos de investigación y desarrollo encabezados por alemanes. Wernher von Braun fue designado director del Centro Espacial de Vuelo Marshall, perteneciente a la recién formada NASA. Una vez ahí, la prioridad se volcó al desarrollo de los cohetes Saturn, los cuales estaban pensados para transportar carga pesada fuera de la órbita terrestre. Los cohetes formaron parte del programa Apollo, el cual tenía como objetivo colocar a un ser humano en la superficie lunar. Después de muchos años de trabajo, desde Alemania hasta Estados Unidos, el sueño se hizo realidad. El 16 de Julio de 1969, Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins cautivaron la atención del mundo entero al hacer posible la odisea de posarse sobre la superficie lunar. Para von Braun fue el día más feliz de su vida, pero no el final.
Otros horizontes y retos.


Von Braun explicando al presidente John F. Kennedy algunos detalles.


Von Braun y el astronauta Gordon Cooper durante operaciones del proyecto Mercury.

ap11-s69-39961.jpg

Cohete Saturn.

61889main_Apollo_11_Crew.jpg


Tripulación del Apollo 11.

apo11.gif

Emblema de la misión Apollo 11.

Su célebre inconformidad le hizo pensar en la posibilidad de enviar a un equipo humano a Marte, el planeta rojo. Desafortunadamente para él, el financiamiento del gobierno disminuyó y se canceló el programa Apollo, lo que le llevó a tomar la decisión de abandonar la NASA. Al haber abandonado la NASA, Wernher von Braun se convirtió en el Vicepresidente de Fairchild Industries, una compañía de aviación, así como miembro dela junta directiva de Daimler-Benz. Ahora contaba con tiempo para dedicarse a actividades como dar conferencias en varias universidades, promover la cultura de exploración espacial entre la juventud, así como escribir sus memorias.

El fin de la misión.

En 1976, se enteró de que había contraído cáncer, el cual progresó a pesar de la cirugía y le obligó a renunciar a su puesto en Fairchild. Y el 16 de Junio de 1977, von Braun sufrió un accidente que le dejó una herida y una hemorragia interna, cuando llegó al hospital nada quedaba por hacer. Falleció ese día en Alexandria, Virginia, a la edad de 65 años. Su muerte fue lamentada no solo por familiares y amigos, sino por todos aquellos a quienes contagió de su entusiasmo por descubrir los misterios de nuestro Universo.



Art. :evil: :evil:
 
Von Braun es uno de tantos ejemplos de que los grandes logros son atribuibles a las personas individual o colectivamente y no a una nación como se suelen apresurar a decir, por el mero hecho de "apadrinarlos" y poner a su alcance todo el dinero del mundo.
 
Von Braun es uno de tantos ejemplos de que los grandes logros son atribuibles a las personas individual o colectivamente y no a una nación como se suelen apresurar a decir, por el mero hecho de "apadrinarlos" y poner a su alcance todo el dinero del mundo.
 
mundele rebuznó:
Von Braun es uno de tantos ejemplos de que los grandes logros son atribuibles a las personas individual o colectivamente y no a una nación como se suelen apresurar a decir, por el mero hecho de "apadrinarlos" y poner a su alcance todo el dinero del mundo.

Esas personas se han desarrollado dentro de una nación y de su nación pueden haber conseguido la mentalidad creativa que les ha llevado a triumfar.
El hecho de que unas pocas naciones acaparen la práctica totalidad de inventos de la historia lo corrobora.
 
mundele rebuznó:
Von Braun es uno de tantos ejemplos de que los grandes logros son atribuibles a las personas individual o colectivamente y no a una nación como se suelen apresurar a decir, por el mero hecho de "apadrinarlos" y poner a su alcance todo el dinero del mundo.

Esas personas se han desarrollado dentro de una nación y de su nación pueden haber conseguido la mentalidad creativa que les ha llevado a triumfar.
El hecho de que unas pocas naciones acaparen la práctica totalidad de inventos de la historia lo corrobora.
 
La mentalidad creativa no la da nación, religión, título, o ideología alguna. Se trata de individuos con la voluntad de alcanzar una meta. Los países que generan inventos lo hacen porque así conviene a sus intereses. Incluso es práctica común comprar patentes en otros países donde la gente que genera ideas no consigue apoyos o inversiones.

Wernher von Braun es grande por haber luchado para alcanzar su sueño, por animar a otros a que exploren el espacio o desarrollen tecnología espacial (como Homer Hickam), y por ser un visionario dentro del campo de la Ciencia y la Ingeniería.

Art. :evil: :evil:
 
La mentalidad creativa no la da nación, religión, título, o ideología alguna. Se trata de individuos con la voluntad de alcanzar una meta. Los países que generan inventos lo hacen porque así conviene a sus intereses. Incluso es práctica común comprar patentes en otros países donde la gente que genera ideas no consigue apoyos o inversiones.

Wernher von Braun es grande por haber luchado para alcanzar su sueño, por animar a otros a que exploren el espacio o desarrollen tecnología espacial (como Homer Hickam), y por ser un visionario dentro del campo de la Ciencia y la Ingeniería.

Art. :evil: :evil:
 
Art rebuznó:
La mentalidad creativa no la da nación, religión, título, o ideología alguna. Se trata de individuos con la voluntad de alcanzar una meta. Los países que generan inventos lo hacen porque así conviene a sus intereses. Incluso es práctica común comprar patentes en otros países donde la gente que genera ideas no consigue apoyos o inversiones.

Wernher von Braun es grande por haber luchado para alcanzar su sueño, por animar a otros a que exploren el espacio o desarrollen tecnología espacial (como Homer Hickam), y por ser un visionario dentro del campo de la Ciencia y la Ingeniería.

Art. :evil: :evil:

A todos los países les conviene producir inventos y patentes, unos tienen cultura creadora y otros (como España) no la tienen.
 
Art rebuznó:
La mentalidad creativa no la da nación, religión, título, o ideología alguna. Se trata de individuos con la voluntad de alcanzar una meta. Los países que generan inventos lo hacen porque así conviene a sus intereses. Incluso es práctica común comprar patentes en otros países donde la gente que genera ideas no consigue apoyos o inversiones.

Wernher von Braun es grande por haber luchado para alcanzar su sueño, por animar a otros a que exploren el espacio o desarrollen tecnología espacial (como Homer Hickam), y por ser un visionario dentro del campo de la Ciencia y la Ingeniería.

Art. :evil: :evil:

A todos los países les conviene producir inventos y patentes, unos tienen cultura creadora y otros (como España) no la tienen.
 
...SI LOS PADRES DE ESTE ERNEST NO HUBIESEN TENIDO ESA PASTA...DUDO QUE HUBIERA SIDO EL QUIEN DIERA CON LA CLAVE...OTRO HUBIERA OCUPADO SU PUESTO MAS TEMPRANO QUE TARDE
 
Esta más que asombrosa es interesantilla.

NORTON I, EMPERADOR DE ESTADOS UNIDOS

norton_2.gif


Si hay un personaje curioso en América del Norte, es nada más y nada menos que Norton I, Emperador de los Estados Unidos y Protector de México. Me refiero a Joshua A. Norton, un comerciante al que un día se le botó la canica y se le metió entre ceja y ceja que era el Emperador de los Estados Unidos. Y fue el mejor y más bueno emperador que jamás se haya visto en el Mundo entero.

Joshua Abraham Norton nació, hasta donde los registros lo muestran, en Escocia, el 4 de febrero de 1819. Se sabe muy poco de su juventud, ya que él mismo nunca comentaba mucho sobre ese tema. En cambio, se sabe que pasó algún tiempo en Algoa Bay, en el Cabo de Buena Esperanza, y que fue miembro del Grupo de carabineros local. Llegó a San Francisco en 1849, un año después de que California pasara a manos norteamericanas en la infame Guerra México-Americana.

Norton se puso a trabajar de inmediato. Pronto estaba activamente envuelto en transacciones de bienes raíces que le dejaron cuantiosas ganancias, y ya se notaba su brillante inteligencia para los negocios, su integridad a toda prueba y su claro juicio. Baste decir que Norton llegó a California con 40 000 dólares en una maleta, y para 1853 ya contaba un cuarto de millón de dólares gloriosamente libres de impuestos.

Entonces Norton se asoció con un tal Thorne, y trató de controlar el mercado de arroz en San Francisco, aprovechando la escacez del alimento. Los precios subieron, y subieron, y subieron más, y Norton no vendía. Cuando ya el precio andaba rondando los 36 centavos la libra, que venía a ser un precio al día de hoy como de 200 dólares el kilo, llegaron dos barcos cargados y Norton se fue a la quiebra. Ahogado en deudas y problemas legales, Norton se recluyó y perdió la cordura. Nunca la encontraría.

Para 1857, a Norton de le ocurrió una genial idea en medio de su mente nublada por la locura: Él era el Emperador de los Estados Unidos. Norton creía a pie juntillas que había sido nombrado en 1853 como Emperador de California. Sostenía que California no era sino uno de los Estados Unidos, y que, por tanto, lógicamente no podía ser emperador si arriba de él había un cuerpo mayor que lo gobernase. Así que un día se presentó en las oficinas del San Francisco Bulletin, y le pasó una hojita al impresor, la que decía:

“At the peremptory request of a large majority of the citizens of these United States, I, Joshua Norton, formerly of Algoa Bay, Cape of Good Hope, and now for the past nine years and ten months of San Francisco, California, declare and proclaim myself Emperor of these U.S., and in virtue of the authority thereby in me vested, do hereby order and direct the representatives of the different States of the Union to assemble in the Musical Hall of this city on the 1st day of February next, then and there to make such alterations in the existing laws of the Union as may ameliorate the evils under which the country is laboring, and thereby cause confidence to exist, both at home and abroad, in our stability and integrity. ”

Traducido al español, el mensaje dice:

“Debido a la insistente solicitud de una gran mayoría de la población de los Estados Unidos, Joshua Norton, antes de Algoa Bay en el Cabo de Buena Esperanza, y por 9 años y 10 meses de San Francisco, California, declaro y me proclamo Emperador de los Estados Unidos, en virtud de la autoridad en mí investida, y ordeno y dirijo a los representantes de los diversos Estados de la Unión que se reúnan en el Musical Hall de ésta ciudad el día primero de febredo de éste año, para discutir las alteraciones en la ley existente de la Unión que pueda paliar los males bajo los que éste país labora, causando conflictos, tanto en el interior como en el exterior, en nuestra integridad y estabilidad.”

El director del San Francisco Bulletin fue el primero en enterarse. El menesteroso que le aguardaba, vestido con un uniforme azul y oro de coronel, le dijo con la mayor naturalidad: “Soy el Emperador de los Estados Unidos.” La declaración divirtió al periodista, que con cara de poker aceptó publicar la declaración de su visitante en primera página. Así se inició el fabuloso reinado de Norton I, que duraría veinte años, desde el 17 de Septiembre de 1859.

Una semana más tarde, un segundo decreto hacía saber que a causa de la corrupción en las altas esferas el Presidente era destituido y quedaba disuelto el Congreso. A partir de aquel momento gobernaría él personalmente.

No importaba quién viviera en San Francisco, todo mundo estaba regocijado con el buen Norton. Y es que Norton se esforzaba por hacer cumplir la Ley: cuando el gobierno hizo caso omiso de su segundo decreto, el emperador Norton ordenó al comandante en jefe del Ejército que «al mando de las fuerzas necesarias, desalojase las salas del Congreso».

No tardó en seguir a este decreto otro en el que se decía que, siendo evidentemente incapaces los mexicanos de regir sus propios asuntos, el emperador asumía el papel de “Protector de México.”

Por aquel entonces, Norton I tenía su corte en un edificio gris de habitaciones de alquiler, con retratos de Napoleón y la Reina Victoria colgados de la pared. Por las tardes se paseaba por las calles, seguido de su cuerpo de guardaespaldas: dos perros mestizos muy bien educados, Lazarus y Brummel. Norton I, como buen gobernante, correspondía con toda seriedad a las reverencias de sus súbditos, inspeccionaba las alcantarillas, comprobaba los horarios de los carros de transporte, verificaba las tarifas en las tienda. Iba a una iglesia diferente cada domingo, a fin de evitar celos entre las diversas sectas. Los teatros le tenían reservada una butaca especial y el público se levantaba con respetuoso silencio cuando entraba. Norton I era un hombre respetado por la comunidad… aunque la comunidad se riera por dentro.

Durante un tiempo Norton I acarició la posibilidad de casarse, pero temeroso de que las mujeres de su ciudad incurrieran en la histeria masiva y las tasas de suicidio se elevaran en forma alarmante, el Emperador dejó que fueran ellas quienes decidieran quién debería ser emperatriz… hasta que posó sus ojos en la Reina Victoria, según se dice. La realidad es que Norton I sí llegó a cartearse con la Reina Victoria, pero el asunto no pasó a mayores.

Mas no todo era miel sobre hojuelas para Norton I. En cierta ocasión un joven policía, en un exceso de celo profesional, le detuvo por vagabundo, y Norton I fue a dar con todos sus huesos a la cárcel. Toda la ciudad se indignó. El director de policía fue personalmente a ponerle en libertad deshaciéndose en excusas. Una delegación de concejales fue a visitarle y a solicitar su real perdón, por lo que él accedió graciosamente a “borrar el incidente de la memoria”. En otra ocasión «abolió» la compañía de ferrocarriles Central Pacific por haberle negado comida gratis en el vagón restaurante, y sólo se aplacó su indignación cuando se le entregó un pase vitalicio en primera clase y se le dio pública satisfacción.

norton_3.jpg
norton_4.jpg
norton_5.jpg


Al estallar la Guerra de Secesión en 1861, Norton I siguió el curso de la contienda con “profunda preocupación”. Convocó a San Francisco a Lincoln, de la Unión, y a Davis, de la Confederación, para mediar entre ellos. Viendo que no comparecía ninguno y que ni siquiera le contestaban, ordenó un alto el fuego hasta que él “tomara su imperial decisión” sobre el asunto.

Durante todo este tiempo Norton era mantenido por los vecinos de San Francisco. Se le concedió alojamiento gratuito, alimentación gratuita y transportes gratuitos, pero siempre andaba mal de dinero, y un Emperador que no tenía dinero para enfrentar los gastos de Gobierno era un mal emperador. Norton I implantó un sistema de impuestos: 25 a 50 centavos semanales los tenderos y tres dólares semanales los bancos. Y en medio de las carcajadas generales, la mayoría de los tenderos y banqueros pagó, pues eso le permitía a la ciudad más diversión con el Emperador.

Cuando su uniforme estuvo deslucido y harapiento, Norton dictó una proclama:

“Sabed que yo, Norton I, tengo varias quejas contra mis vasallos, considerando que mi imperial guardarropa constituye una desgracia nacional.”

No podía quedarse así una situación semejante: al día siguiente el Ayuntamiento aprobó una subvención para equiparlo de nuevo con un traje no de coronel, sino de general. Norton I les otorgí a los concejales, a cambio, títulos de nobleza a perpetuidad.

Los habitantes de San Francisco fueron leales y fieles súbditos. Cuando murió, el 8 de enero de 1880, diez mil ciudadanos desfilaron durante dos días ante su ataúd para rendirle tributo póstumo. el San francisco Chronicle escribió:

“Le Roi es Mort”

“On the reeking pavement, in the darkness of a moonless night under the dripping rain…, Norton I, by the grace of God, Emperor of the United States and Protector of Mexico, departed this life”

“El Rey ha muerto”

“En el duro pavimento, en la oscuridad de una noche sin luna bajo la lluvia pertinaz, Norton I, por Gracia de Dios, Emperador de los Estados Unidos y Protector de México, ha muerto.”

Los primeros arreglos funerarios se hicieron en un simple ataud de madera roja destinado para los pobres, pero los miembros del Pacific Club encontraron ésto completamente inaceptable para un hombre de su categoría. Los socios rápidamente comrparin un precioso ataúd de madera de palo re rosa y le organizaron un digno adiós.

Más de 30 000 personas, desde los capitalistas hasta los pobres, desde los clérigos hasta los carteristas, desde las damas de alta sociedad hasta aquellos que atentaban contra toda norma del buen vestir, le presentaron sus respetos en un funeral solemne. Norton I fue enterrado en el Cementerio Masónico, con todos los gastos pagados por el Ayunatamiento de San Francisco. Al día siguiente de su funeral, el 11 de enero de 1880, hubo un eclipse total de sol. Hasta Dios le presentó sus respetos a Norton I.

En 1934 se colocó una lápida de mármol sobre su tumba con esta simple inscripción: “Norton I, Emperador de los Estados Unidos, Protector de México, 1819-1880.”


norton_tum.jpg


¿Por qué el pueblo de San Francisco le tuvo tanto cariño a un personaje como Norton I?

Muy sencillo: el pintoresco monarca de San Francisco supo gobernar a sus súbditos con mano suave. El Emperador Norton no mató a nadie, no robó a nadie, no se apoderó de la patria de nadie, no abusó de nadie. No se puede decir lo mismo de la mayoría de sus colegas.
 
viriath rebuznó:
...SI LOS PADRES DE ESTE ERNEST NO HUBIESEN TENIDO ESA PASTA...DUDO QUE HUBIERA SIDO EL QUIEN DIERA CON LA CLAVE...OTRO HUBIERA OCUPADO SU PUESTO MAS TEMPRANO QUE TARDE

¿Cuál Ernest? :?

Art. :evil: :evil:
 
Jan Zizka - príncipe de los husitas


zizka_svolinsky_karel.jpg


zizka_vitkov2.jpg


Los historiadores no disponen de muchos materiales sobre las mocedades de Jan Zizka ni de la fecha exacta de su nacimiento. Se supone que nació en los años 60 del siglo XIV. Su padre era un hidalgo de Trocnov, una aldea en Bohemia del Sur, por eso el nombre original del futuro comandante husita fue Jan de Trocnov. Su apodo - Zizka - viene del checo antiguo y significa "el pelirrojo". Ya de pequeño perdió en una reyerta su ojo izquierdo.
Y desde joven se vio involucrado en la guerra permanente entre los hidalgos y la poderosa casa de los nobles de Rozmberk, propietarios de casi toda Bohemia del Sur y adversarios del rey checo. Zizka y sus compañeros emprendían una especie de guerrilla, ya que no podían librar una batalla abierta en el campo.Aquella interminable guerra acabó por arruinar a Zizka, quien tuvo que vender sus bienes. No abandonó, sin embargo, su lucha y se agregó a un grupo de bandoleros que se esforzaba por hacer el máximo daño posible a las tierras de los Rozmberk. Su banda fue al final destrozada, pero a Zizka le fueron perdonados sus hechos por decreto real.

Jan Zizka también participó en la guerra del rey de Polonia contra la orden de los cruzados alemanes, donde se curtió en la estrategia militar. Después de ayudar a los polacos, Jan Zizka ingresó a los servicios del rey checo, siendo miembro de la guardia real. En Praga adoptó las ideas que pregonaba el maestro Juan Hus, reformador religioso quien criticaba a la Iglesia y sus pastores por abandonar la doctrina de Cristo y entregarse a los vicios mundanos.
Cuando Juan Hus falleció en 1415 en la hoguera condenado por herejía, Jan Zizka se reunió con sus seguidores, quienes se pusieron el nombre de husitas en honor de su maestro, y como emblema eligieron un cáliz, símbolo del utraquismo que ellos profesaban. Desde Praga, los husitas se dirigieron a Bohemia del Sur dónde construyeron en el lugar propicio una ciudad a la que le pusieron el nombre de Tabor según el monte bíblico en Israel. En checo significa esa denominación "campamento". Ahora van a escuchar un fragmento del poema sinfónico del mismo nombre "Tábor" compuesto por el famoso compositor checo, Federico Smetana.

El enemigo más poderoso de los husitas fue Segismundo, hermano del rey checo y el emperador romano. Él mandó ejecutar a Juan Hus y aspiraba al trono checo que había quedado libre tras la muerte de su hermano. El reino checo bajo el mando husita, sin embargo, no quería aceptarle. Envió, por ello, cinco cruzadas contra los husitas, pero todas fueron derrotadas. El propio Zizka rechazó el más famoso ataque de los cruzados dirigido a Praga, fortificándose sobre la colina de Vítkov, de donde no le consiguieron barrer las continuas cargas del enemigo.
El tuerto Zizka se quedó ciego durante la conquista de un castillo, cuando le hirió una saeta. Este infortunio, sin embargo, no mermó sus capacidades y el caudillo continuaba luchando contra enemigos del Reino Checo, pero también contra las fuerzas separatistas dentro del movimiento husita. Tal fue el caso de los adamitas, una secta radical de los husitas, que por sus hechos amenazaba los objetivos comunes del movimiento. Por ello, Zizka intervino y destrozó a los renegados eliminando su influencia.

Con su ejército emprendió Zizka también una exitosa campaña hasta las tierras magiares, la Hungría actual. Mientras tanto se formó la oposición contra el caudillo ciego en Praga y Zizka se vio obligado a enfrentar el ejército de la capital checa al que derrotó de manera contundente. Aprovechó entonces la falta de un enemigo interior y reunió a las huestes husitas para luchar contra Alberto de Habsburgo, señor de Moravia y yerno de Segismundo. Durante la campaña, no obstante, Jan Zizka a falleció de muerte natural cerca de la ciudad de Pribyslav. Los husitas de su ejército, por lo tanto, se pusieron el nombre de "huérfanos", por haber desaparecido su "padre".
La vida fue dura con Zizka y él, por ello, solía ser duro tanto consigo como con sus enemigos. Pero en su campaña por la causa de las ideas husitas logró comportarse también de manera misericordiosa. En Praga, prohibió a su hueste incendiar la iglesia de Santa Ana a petición de una monja que fue familiar suya. Cerca de la ciudad de Kutná Hora, Bohemia Central, ordenó destruir todo el complejo de un monasterio con excepción de la preciosa iglesia que le gustaba mucho. Sin embargo, uno de sus hombres trepó al tejado de la iglesia, la pegó fuego y luego confesó su hecho pidiendo una recompensa en oro. Zizka le dio lo pedido, mandando derretir una barra de oro y verterlo en la garganta del incendiario.

La genialidad estratégica del caudillo husita consistía en una adaptación inmediata a las circunstancias reinantes. Para triunfar sobre sus enemigos empleaba armas y equipamiento inusuales. Los husitas no eran gente rica, carecían de caballos de guerra y de material suficiente para forjar armaduras y espadas. Como la mayoría de ellos eran artesanos y campesinos, Zizka mandó que se armasen con herramientas y aperos modificados para el combate. Las armas más temibles de los husitas fueron los mayales para el trigo y las hondas de cuero que utilizaban principalmente los más jóvenes. La falta de armadura de metal fue recompensada por mayor agilidad. El caudillo husita no dudó en usar la artillería de entonces, la que comprendía desde grandes cañones llamados bombardas hasta las primeras armas de fuego portátiles.
Para un desplazamiento más rápido de las huestes se utilizaban carrozas, tiradas por caballos, que ante el inminente peligro formaban una muralla provisoria, la que servía de escudo frente a los ataques de la caballería pesada del enemigo. Zizka además sabía aprovechar las condiciones del terreno. En uno de los encuentros más notables, cerca de la aldea de Sudomer en Bohemia del Sur, colocó su pequeño contingente en el terraplén entre dos estanques, estando uno vacío. Los caballeros enemigos en pesadas armaduras que intentaban arremeter a los husitas atravesando el estanque vaciado, se quedaron trabados en el pantano convirtiéndose en una presa fácil para las tropas ligeras de Zizka.

Juntando los elementos de defensa, ataque y artillería, Zizka creó un nuevo tipo de ejército de campo que bajo su mando no conoció derrota y sabía resistir y rechazar a la caballería pesada mucho más numerosa. Los enemigos incluso fueron atemorizados por el cántico de guerra "Quiénes son los combatientes de Dios".
El caudillo husita es uno de los pocos comandantes militares invencibles y demostró su valor en muchos conflictos militares y civiles, luchando codo a codo con sus hombres. Las huestes husitas bajo el mando de Jan Zizka destacaron por su disciplina, la que rayaba en el fanatismo, lo que les permitía triunfar sobre las tropas mercenarias de los cruzados que en la lucha contra los husitas buscaban ante todo el botín.

Por todo el territorio checo se hallan monumentos al gran guerrero, la mayoría en Bohemia del Sur. Se trata tanto de estatuas como de monumentos naturales en el paisaje. La leyenda dice que el caudillo husita fue parido debajo de un roble y por eso le gustaba sentarse bajo su sombra. Por ello, muchos de esos árboles viejos llevan su nombre.Los checos solían sacar astillas de los robles de Zizka, ya que creían que una vez puestas en el mango de sus martillos les ayudarían a forjar mejor el hierro incandescente.
En el lugar de nacimiento del caudillo husita en Trocnov, cerca de la ciudad de Ceské Budejovice, en Bohemia del Sur, se halla el Monumento a Jan Zizka. Al aire libre se puede observar la piedra que representa el legendario roble donde nació Zizka, o los cimientos de su antiguo solar. Una finca cercana alberga un museo con varios hallazgos de la época de Zizka.
El monumento más grande hecho por una persona está en la capital de Praga. Sobre la colina de Vítkov, donde Zizka conquistó la victoria contra el ejército de los cruzados, se alza su estatua ecuestre. Se trata, además, de la más grande obra de este tipo en toda Europa. Fue tallada a mediados del siglo XX, mide nueve metros de altura y para su realización se utlizaron 16 toneladas de bronce. Para rendir homenaje al caudillo ciego, el barrio contiguo a la colina lleva el nombre de Zizkov.
 
Arthur Furguson y Victor Lustig, dos grandes timadores

Arthur Furguson y Victor Lustig

En la historia ha habido un buen número de mentirosos y estafadores. Sin embargo dos ellos realmente se llevan los laureles por su inventiva, y si se quiere, inocuidad, el escocés Arthur Furguson y el alemán Victor Lustig. Todo el mundo tiene un don, y el de este par era una colosal habilidad para hacer una venta. Como muchos otros genios, ellos nunca se enteraron de que tenían esta capacidad hasta que en un momento dado se mezclaron inspiración y oportunidad dejando salir lo mejor, o peor, de ellos.


La oportunidad de Furguson sucedió en Londres, una mañana de verano de 1923. La inspiración: un ingenuo millonario norteamericano de Iowa que admiraba la Columna de Nelson en Trafalgar Square. Haciéndose pasar por guía, Furguson se acercó al americano y le explicó que la estatua en la columna era del Almirante Horacio Nelson, el héroe más querido de toda Inglaterra, y que era una verdadera lástima que tuviesen que deshacerse de ella. Lamentablemente, Inglaterra estaba en problemas económicos y no podía mantenerla por eso habían puesto a la venta la columna, los leones, las fuentes y hasta al mismísimo Nelson.

Curioso, el americano le preguntó el precio.

- Apenas ₤ 6000 libras, - replicó Furguson, - sin incluir el costo de desarme y el transporte claro. Pero eso no es lo más importante. La corona esta haciendo hincapié en que el comprador tiene que ser alguien que aprecie estos grandes monumentos de la antigua gloria de inglesa.

Furguson entonces se presentó como el encargado de hacer la venta, y explicó lo difícil y triste que era su tarea. Casi inmediatamente el americano le rogó que le ayudara a comprar el monumento. Tras hacerse el duro por un rato el vendedor accedió llamar a sus superiores para ver si aprobaban la operación, aunque no prometió nada.

El escocés volvió en minutos. El trato estaba hecho, Gran Bretaña estaba lista para aceptar el pago inmediatamente y sellar el trato sin más demora. Cheque y factura fueron intercambiados en el sitio, y el comprador recibió la dirección de la compañía que se encargaría del desmantelamiento y envío.

Furguson cobró el cheque de inmediato. El comprador se dirigió a la contratista que se encargaría de envolver el regalo más grande que le había comprado a su esposa. Pero para su sorpresa, estos se negaron a hacer el trabajo explicándole el porqué mientras aguantaban la risa. Y no fue hasta que Scotland Yard se presentó y le dijo que la venta era imposible, que el comprador cayó en cuenta que lo habían estafado.

Ese verano fue uno de los mejores en la vida de Arthur Furguson. La policía por otro lado, no la estaba pasando tan bien. Otro americano se había quejado de haber pagado ₤ 1000 por el Big Ben, y otro de que había pagado ₤ 2000 como inicial por el Palacio de Buckingham.

Como la policía empezó a cercarlo y se había dado cuenta de que su mejor clientela estaba constituida por americanos, Furguson hizo lo mejor que podía hacer, mudarse a los Estados Unidos, donde vivió de estafas menores hasta que reapareció en Washington en 1925. Año en que un ranchero millonario de Tejas se apareció en las puertas de la Casa Blanca con un camión de mudanzas, un par de días antes había alquilado la Casa Blanca a un oficial del gobierno por $100.000 anuales por 99 años. El primer año pagable a la firma del contrato.

$100.000 dólares hoy en día son una fortuna, pero en 1925 era algo astronómico, definitivamente más que suficiente para que Furguson se retirara y no volviera a trabajar un sólo día por el resto de su vida. Pero la vanidad y codicia no se lo permitieron y enseguida empezó el preparar el último y gran golpe en su corta carrera en el negocio de bienes raíces.

En esta su víctima fue un hombre de Sydney, Australia. Paseándose por el bajo Manhattan en la ciudad de Nueva York, Furguson abordó al australiano, a quien ya le había averiguado la vida y le contó como la bahía de Nueva York iba a ser ampliada en un par de años, y la Estatua de la Libertad estaba atravesada en medio del proyecto. Y como el sentimentalismo no podía ponerse en el camino del progreso, el gobierno estaba preparado para vender el monumento a cualquiera dispuesto a pagar por su desmantelamiento. Ese mismo día se cerró el trato en el pedestal de la estatua, con una fotografía de ambos dándose la mano.

De inmediato el hombre empezó a comunicarse con financistas australianos para reunir los $100.000 que el gobierno federal requería como deposito para asegurar la venta. Cuidadosamente Furguson no se movió de su lado, cuidando que no se comunicara con cualquiera que pudiera echar por tierra sus planes.

Pero las cosas no salieron tan bien como de costumbre. A los contactos del australiano les estaba costando trabajo reunir el dinero, y el estafador empezó a impacientarse y a presionar a su víctima. Esto le pareció sospechoso al comprador que solo para asegurarse fue a las autoridades con su fotografía. La policía sabía muy bien del súper vendedor de monumentos y con la ayuda del australiano, lo arrestaron mientras esperaba la transferencia desde Sydney.

Furguson fue condenado a cinco años de presidio por el delito de estafa. Una pena pequeña comparada con la fortuna que había hecho. En 1930 salió en libertad y se mudó a Los Ángeles, California, donde vivió tranquilo y sin nervios, cortesía de sus ex-clientes, hasta que murió de causas naturales en 1938.

Victor Lustig, al contrario de Furguson, era un hombre más sofisticado, que no contaba con el azar como método de hacer negocios. Un verdadero profesional, cuyas estafas son del material del que están hechas las películas.

Literalmente la oveja negra de su familia, Lustig se había dedicado por años a timar incautos en los trasatlánticos entre Europa y América cuando leyó en el periódico una noticia que le daría una idea.

En 1925, Francia luchaba por salir de la crisis causada por la primera guerra mundial, y entre tantos recortes en el presupuesto a algún genio se le había ocurrido la idea de tumbar la Torre Eiffel. La Torre había sido construida para la Exposición Mundial de París de 1889, y nunca fue la intención dejarla de forma permanente. En el plan original el proyecto dejaba en claro que la misma sería desarmada en 1909. Pero entre la guerra y la crisis económica había sido imposible hacerlo y la misma yacía como una gran chatarra inevitable en pleno centro de París.

Basado en esto, y en compañía de otro estafador llamado Dan Collins, Lustig vio el momento perfecto para aprovecharse de la situación.

En mayo de 1925, haciéndose pasar por el Director General del Ministerio de Información y Telégrafos, invitó a los cinco recicladores de metal más importantes de Francia a reunirse en el Hotel Crillón de París, donde les explicó que la torre iba a ser desmantelada. Los costos de mantenimiento eran enormes y su preservación, se había decidido, no tenía ningún fin práctico.

Por eso estaban abriendo la licitación por el contrato de remoción de las 7.000 toneladas de hierro de alto tenor, y las ofertas debían ser enviadas al día siguiente bajo el más estricto secreto.

Lustig había estudiado cuidadosamente a cada uno de los empresarios, y de antemano había decidido quien ganaría la licitación. Su nombre era Andre Poisson, un tipo inseguro empeñado en escalar dentro de la sociedad francesa, donde no era visto con muy buenos ojos por su carácter de nuevo rico. Analizándolo, Lustig llegó a la conclusión que Poisson tendría la mayor garra para quedarse con el contrato ya que esto le daría el prestigio y la proyección que anhelaba, y sin siquiera abrir los demás sobres lo llamó al día siguiente para informarle que como ganador de la licitación, tenía que presentarse inmediatamente en el hotel con el monto ofrecido.

Lustig había elegido el Hotel Crillón por que en sus salones solían llevarse a cabo reuniones gubernamentales y diplomáticas, y esto le daba un cierto toque de oficialidad a su plan. Pero a pesar de esto Poisson le preguntó por que lo había citado allí, en vez de en el ministerio. Lustig le ordenó a Collins, su supuesto era su secretario, que abandonara el estudio. Y sobre la marcha, inventó la forma de hacerse con un poco mas de lo que ya se había ganado.

-La vida de un oficial del gobierno no es fácil. – explicó – Siempre debemos lucir bien, socializar y todo esto con un salario miserable. Por eso es costumbre cuando se acepta un contrato del gobierno que el oficial reciba un…

Lustig no tuvo que terminar. Poisson había entendido perfectamente, el hombre quería una tajada y este estaba dispuesto dársela. Enseguida entregó dos cheques, uno por el contrato, otro para el Director General, y con una sonrisa en los labios se marcho feliz a celebrar el negocio de su vida.

En menos de una hora, Lustig había cobrado los cheques, cuyos montos nunca fueron revelados, y junto a Collins tomó un tren rumbo a Viena desde donde siguió de cerca las noticias en los periódicos. Pero la estafa nunca apareció en ellos. Poisson, demasiado avergonzado por haber caído en un truco tan barato, nunca tuvo el valor de reportarla a la policía.

Sorprendidos por esto, Lustig y Collins concluyeron que si lo habían hecho una vez podían hacerlo de nuevo. Regresaron a París y volvieron a enviar sobres a otro grupo de recicladores, a uno de los cuales le vendieron la torre una segunda vez. Pero esta vez no tuvieron tiempo de cobrar el cheque.

Lustig escapó a los Estados Unidos, donde continuó practicando el arte de la estafa hasta que finalmente fue capturado por falsificación de moneda y enviado a Alcatraz hasta el día de su muerte el nueve de Marzo de 1947.

Cuando los oficiales de la cárcel llenaban su certificado de defunción le preguntaron a los compañeros de Lustig si sabían cual había sido su profesión. Los hombres se vieron entre si y le contestaron con una sonrisa. El oficial escribió en el documento, PROFESION: VENDEDOR.
 
"El genio no tiene atajos. Solo tengo un consejo para los jovenes que quieren alcanzar sus sueños: Trabajo,Trabajo,Trabajo y más trabajo".

Ernst Von Braun.
 
Le toca el turno al mejor piloto militar de la historia; el Baron Rojo.


La caballerorisidad dentro de la guerra



fotobaron.jpg




Desde los inicios de la aviación, durante la primera guerra mundial, el Barón Rojo alcanzó el reconocimiento cómo más grande de todos los pilotos, convirtiéndose en el más famoso de dicha contienda y en el modelo de hombre que atrajo a muchos jóvenes a una pasión que siempre ha tenido el hombre desde el vuelo de Icaro, volar y poder contemplar la Creación desde el cielo.

El barón Manfred von Richthofen, nacido el 2 de mayo de 1892 en Breslau, capital de Silesia, actualmente en Polonia, era el mayor de tres hermanos, cuyo origen venía desde que el título les fuese concedido allá por el 1785 por Federico el Grande. Como joven aristócrata prusiano se educo junto con su hermano pequeño Lothar, siguiendo los pasos de su padre, para la carrera militar ejercitándose en multitud de deportes como la caza, la equitación y la natación. Ingresó en caballería donde llegó a ser teniente de lanceros. En 1912 se convirtió en capitán del 1er Regimiento de Caballería de Uhlan en la Armada prusiana,y su temeridad le llevo a caer prisionero de los rusos y cuando fue destinado al frente occidental le ocurrió lo mismo con los franceses, pero la caballería no tenía sitio en las trincheras y se ocupó de problemas de intendencia. Su espíritu rebelde se negó a seguir en un puesto burocrático y solicitó el traslado a un arma en período de formación como era el Servicio Aéreo Imperial en mayo de 1915.

fokker_dr_1.jpg



Manfred se convirtió en un gran observador del frente desde su avión, pero un encuentro con el as Oswald Boelcke, le decidió a pasar a ser piloto de caza. El capitán Boelcke fue el encargado de reorganizar un arma maltrecha, en un momento en que los alemanes habían perdido su iniciativa en el aire. Hasta entonces los aviones volaban solos y no había un mando único. Desde entonces, la aviación tuvo su jefe en el general Ernst von Hoeppner y los aviadores fueron agrupados en escuadrones o Jagdstaffeln de catorce aviones. Boelcke fue el jefe del nº 2 y forjó a sus hombre en el espíritu de equipo, no quería individualidades, la victoria del equipo era lo importante, no quien derribase al enemigo. von Richthofen fue su alumno predilecto, aunque no el mejor, al principio el examen de piloto lo aprobó a la tercera y no estaba considerado como uno de los mejores.

La enseñanza de su capitán le fue perfeccionando el estilo, Bolelcke escribió unas normas de vuelo basadas en su experiencia, pero en octubre de 1916, con cuarenta victorias, el as murió en un accidente por colisión con otro avión, y Richthofen, con ocho derribos en su haber, pasó a comandar el Jagdegeschwader 1. Fue por aquél entonces cuando consiguió abatir en un duelo espectacular al comandante Lanoe Hawker, uno de los británicos más prestigiosos, condecorado con la Cruz Victoria. En enero de 1917, Manfred consiguió por su 16 victoria la deseada Pour le Merite más conocida como el Max azul. Por este reconocimiento al as vivo con más victorias que les quedaba a los alemanes, le fue reconocido con el mando de su propia escuadrilla, la nº 1. Manfred aplicó a su hombres las enseñanzas en equipo de su profesor Boelcke y su escuadrilla fue la más famosa, a parte, Manfred mandó pintar su avión y el del resto de su escuadrón, de un rojo que se veía a gran distancia, siendo desde entonces conocido él y su grupo, como el Barón rojo y "El Circo Volador de Richthofen", respectivamente. Entre sus alumnos más aventajados resultaron Kurt Wolff y Karl Allmenröder, quienes consiguieron 33 y 30 victorias y la consabida Max azul.

1917 fue un año de combates intensos, el Barón rojo se convirtió en el as por antonomasia de los hombres del káiser y su derribo estaría recompensado por los británicos con 5000 libras. Entretanto, Lothar von Richthofen, hermano menor se integró en la escuadrilla, demostró también cualidades como su hermano, llegando a derribar 40 aviones al final de la guerra. En primavera, el Barón rojo tenía 45 victorias y la entrada en la guerra de Estados Unidos ocasionó una llegada masiva de aviadores norteamericanos. Además, su alto nivel había rebasado a todos los pilotos de la gran guerra y sus pilotos para guardarlo de las balas enemigas pintaron sus aviones de color rojo, aunque su hermano Lothar lo hizo de amarillo. Sin embargo, el fin de los ases se aproximaba, el máximo héroe francés y aliado, Georges Guynemeyer fue abatido con 54 victorias, poco después lo era el alemán Werner Voss con 48, un excéntrico piloto que le gustaba ir bien vestido por si le capturaban, para poder gustar a las chicas de París. En la última ofensiva alemana, el Barón rojo consiguió derribar su 80º y último avión (en total había derribado 79 británicos y un belga) , y estaba acreditado cómo el más calificado piloto de la guerra. Pero más tarde, en un combate que tuvo lugar el 21 de Abril de 1918 en Francia, el piloto canadiense Capitán Ray Brown, del Real Cuerpo Aéreo, en un acto fortuito consiguió matar al Barón en su monoplaza Fokker rojo, cayendo el cuerpo del alemán en poder de la infantería enemiga. El Barón rojo fue enterrado con todos los honores al enemigo caído, y su sucesor cómo comandante del grupo pasaría a ser Herman Göring.
A sus 26 años, este noble prusiano había firmado una de las páginas más brillantes del comienzo de la aviación.


GuerraBaron_Rojo.gif
 
Donatien-Alphonse-François, más conocido como el Marqués de Sade

sade.jpg

Donatien-Alphonse-François, el Marqués de Sade (título con el que nació pues no ostentaría el de Conde hasta la muerte de su padre), nació en París el 2 de junio de 1740 rodeado de una familia de alta nobleza y amigos íntimos como el propio Voltaire. Su tío era el abad de Sade y el marqués creció bajo su tutela además de los cuidados erróneos de su propio padre. En el colegio le azotaron, pero según el marqués no era el mismo tipo de crueldad de la que luego él disfrutaría en sus orgías sexuales (las cuales servían, según él, para destensar nervios)

El conde crió a su hijo en el consumismo y los caprichos, no privándole de nada, de modo que desarrolló más que menguar, su capacidad para desarrollar sus vicios. En algunas etapas de su vida el marqués fue criado por amigas y familiares del Conde que tampoco le ayudaron con tanto lujo a su alrededor. Curiosamente, años más tarde, el propio marqués de Sade criticaría esos lujos y la religión en la que creció.

Entre los personajes en los que tuvo que mirarse en su infancia estaba el conde Charolais, del que contó más adelante que se divertía probando su puntería sobre los obreros que trabajaban en los tejados de casas cercanas.

Cuando el marqués tenía 5 años su padre lo llevó a vivir a su casa de Saumane, y en aquel palacio lleno de mazmorras pasó algunos años. Allí pasó temporadas con las nombradas amigas de su padre envuelto de nuevo en lujos. En la misma temporada tendría tiempo de vivir bajo la tutela de su tio y conocer los secretos de la corrupción religiosa.

A los 10 años se instaló en París para asistir al prestigioso colegio Louis-le-Grand y allí nació su interés por el teatro, pero también surgieron las primeras palizas, azotes con varas, el comienzo de su conocimiento de la crueldad. Se sospecha que también aprendió allí la sodomía porque los profesores la fomentaban entre sus alumnos y la practicaban con algunos de ellos.

A los 14 años sale del colegio para ingresar en el ejército.

Participó en la Guerra de los Siete Años contra Prusia. Si de pequeño había conocido la corrupción en la religión con su tio, en su juventud conoció la crueldad de la violencia. Al término de salió nombrado Capitán.

El marqués se enamoró de una chica de Avignon pero la familia tenía sus propios planes y al acabar la guerra su padre le casó con una chica rica y poco agraciada llamada Renèe-Pélagie de Montreuil, una joven que soportó todos los caprichos del marqués que ya llegó al matrimonio con su libertinaje aprendido. La madre de Renèe, Madame de Montreuil, conocida como la Presidenta por ser la esposa del Presidente de Montreuil, y la hermana de la chica, Anne-Prospére de Launay influyeron definitivamente en la vida del marqués.

Si bien su suegra, una mujer de carácter y estricta moral, terminaría siendo parte importante para algunas de las detenciones del marqués, su cuñada, que había sido destinada por su familia para la religión, tuvo una relación amorosa con el marqués. Ellos se amaban en secreto y la suegra del marqués, al descubrirlo, trató de terminar con la relación. Madame le amenazó con encarcelarlo y el marqués hizo caso omiso, por lo que le convirtió en preso.

No era la primera vez que el marqués de Sade había estado encarcelado, pero aquello ocurrió al principio de su matrimonio con Renèe. Llevaban seis meses casados cuando una prostituta llamada Jeanne Testard le acusó ante la justicia. Según la declaración el marqués la sodomizó obligándola a renegar de Dios y durante la orgía defecó en imágenes sagradas. Las investigaciones dieron con varios instrumentos de tortura, grabados eróticos y anticristianos entre otras cosas. Todos aquellos objetos demostraban que no era la primera vez que el marqués se había dejado llevar por tal pasión. Se le detuvo solo por las blasfemias ya que las infidelidades no eran objeto de detención y pasó 15 días encerrado en la prisión de Vicennes, pero su suegra evitó el juicio. No obstante lo desterraron al castillo de Echauffour.

El marqués no aprendió la lección y a pesar de ser ya padre de familia siguió con sus escarceos libertinos y varios escándalos. Sin embargo el verdadero escándalo sucedió tiempo mas tarde, Alcueril, donde protagonizó un auténtico escándalo de sadismo en la persona de la joven Rose Keller. La joven le acusó y el marqués pasó siete meses encarcelado. Su suegra de nuevo consiguió sacarlo de prisión y aunque aquella era una época propensa a vicios, la prensa extranjera se hizo eco de la noticia y comenzó la leyenda negra del marqués.

El marqués fue exiliado a su casa de LaCoste y allí se dedicó al teatro. Cuando nació su segundo hijo el marqués consiguió volver para conocerlo con un permiso real, y aprovechó para viajar a Holanda y luego reincorporarse un corto tiempo al ejército.

En aquella época su cuñada ya era canonesa en un convento pero su mala salud hizo que la llevaran a LaCoste para recuperarse. Allí el abad de Sade trató de seducirla pero no lo consiguió, sin embargo sí se enamoró del marqués. No obtanste el marqués no abandonó sus placeres y en un viaje a Marsella con su criado y amante Latour (con el que practicaba la sodomía en sus orgías) consiguieron unas cuantas prostitutas para tener una fiesta privada con afrodisíacos, fustas.. El marqués se equivocó en la dosis de afrodisíaco (cantárida) y las mujeres enfermaron. Puesto que ya llevaba una leyenda negra a sus espaldas en seguida fue acusado de pretender asesinarlas y fue detenido. A pesar de las prostitutas se recuperaron días más tarde las autoridades querían una cabeza de turco ante tanto libertinaje y vicio y lo declararon culpable de sodomía y envenenamiento.

Junto a su amante y cuñada escapó a Italia, pero ella volvió unos días después a Francia. Cuando Donatien decidió volver se encontró con su suegra para pedirle ayuda, pero para esa época la Presidenta ya le odiaba demasiado y consiguió que le detuvieran y encerraran en Miolans.

El marqués aún volvió a salir a flote e incluso trató de convivir nuevamente con su esposa en La Coste pero no abandonó nunca sus vicios. Algunas de sus empleadas trataron de denunciarle pero hasta su propia esposa hizo lo posible por evitarlo. Volvió a viajar a Italia y de nuevo, tras una temporada regresó a Francia. De nuevo en su castillo de La Coste emplea a más jovencitas y una de ellas, Justine, que trabajaba de cocinera, recibe la visita de su propio padre que trataba de salvarla a punta de pistola. En aquel momento falleció su madre y el marqués viajó a París, pero allí le esperaba la venganza de su suegra que le denunció para que fuera detenido. Ingresó en Vicennes, se reabrió el caso de Marsella y sale casi indemne con una rebaja de la pena (multa y prohibición de pisar Marsella en tres años). Contento de que todo quedara en nada baja la guardia y su suegra vuelve a conseguir que el inspector Marais lo encarcele por otros de sus actos. A partir de ese momento vivió un montón de idas y venidas a su casa de La Coste para ingresar de nuevo en prisión. En cualquier caso, su esposa siempre estuvo de su lado pero le abandonó justo cuando fue liberado.

El marqués de Sade vivió veintisiete de sus 74 años ingresando en prisiones y manicomios. Estuvo a punto de ser guillotinado y finalmente, por orden de Napoleón, fue encarcelado hasta su muerte. En 1801 le detuvieron y juzgaron por sus obras, "Justine" y "La historia de Juliette" en el manicomnio de Charenton. Allí falleció el 30 de noviembre de 1814.

No creía en las virtudes ni en el pecado; no tenía problemas ni con la homosexualidad ni con la pederastia y creía que había sido limpio en sus actos, produciendo placer, sin embargo no se consideraba ninguna de las dos cosas, sólo se pronunciaba sodomita, y confesaba que le gustaba tanto sodomizar como que le sodomizaran, pero que incluso prefería que fuese con mujeres aunque no les hacía ascos a los hombres.

(https://www.kruela.ciberanika.com/sade.htm)
 
Atrás
Arriba Pie