BAILARÉ SOBRE TU TUMBA
Conspirotaggeanoico
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Os voy a contar mi experiencia, que se limita a algunas zonas del sur, a ver si alguien se anima a contar las suyas por el norte, o simplemente se anima a ir.
Es un país curioso, quizá el más indígena de América. Yo entré por la frontera sur, por Villazón, montones de casas de cambio, poca variación, entre 6.90 y 6.93 bolivianos por dolar, después de recorrerlas todas me animo a cambiar y me salen con que no cambian billetes de 20 dólares, o que los cambian a 6.50, o que están rotos(no más de lo normal) increíble, al final tuve que recorrerlas otra vez y escogerles billetes nuevos de 100 para que me hicieran el favor.
Ya matado por el peso de la mochila busco algún lugar con wifi para tomar algo, pero no, en los hoteles tampoco, el único con wifi no le funcionaba, y el único lugar que tenía, un cibercafé, no servía ni para revisar el correo...me deshago del peso y busco la estación de trenes porque se decía que se acababan los billetes de tren a Uyuni, y que el viaje en bus era una paliza, con largos tramos sin pavimentar. Pasé de largo por la estación sin reconocerla, compro el billete más cómodo agradeciendo la suerte, al final íbamos solos en todo el vagón.
El tren regular, lo más destacable es que te vendían zumo de melocotón natural, el de naranja era envasado. En lo que sale el tren buscamos el mejor lugar posible para comer, en esta ciudad de decenas de miles de habitantes, entramos en uno, en la plaza principal, donde una natural de largas coletas que se la pasaba sentada frente a la tele haciendo zapeo entre las telenovelas mejicanas, me ofreció muy convincente platos típicos regionales en un español que se entendía poco.
Me acabó endilgando esto:
Aún tuve estómago de pedir postre, era un líquido de un rosa galáctico, una especie de papilla a base de maíz, porque me como las piedras, que si no...
En su momento no pude comprar los billetes online, ni siquiera unos gestores que contacté pudieron, porque es muy común que corten las carreteras ( y vías de tren) por cualquier protesta o reclamo, y como estaban reclamando en Uyuni algo sobre la ubicación de la nueva terminal de buses, pues no había billetes, ni tour, ni hotel contratado. Llegamos más de la media noche, pleno invierno de julio 3500 msnm, suerte que las protestas habían ahuyentado al grueso de turistas en plena temporada alta, hotel en frente de la estación, viejo y feo pero gloria bendita por 300 bolivarianos para dos. Precios escritos en el mostrador, unos 31 euros calculo.
Al día siguiente ya me contacta una nada más pisar calle y con esa misma me voy, como es mi costumbre, 700 por cabeza un tour de 3 días y dos noches por el famoso salar y lugares cercanos, salen a las Díez, pero este salió a las 11, puedes dejar tu equipaje en la oficina de la agencia o si es poco o los convences se va contigo encima del Toyota Land cruisier, probé todos los asientos pero ni atrás ni sobre todo adelante cabía, tuve que ir en medio que, aunque éramos 3, sobraba espacio para las rodillas.
Paramos en Colchani a mercar artesanías y al salar, un inmenso mar de sal, restos de un lago desecado:
con una especie de isla creo que de coral en el medio, Incahuasi:
Después se alarga el tour visitando lagos, aguas termales y formaciones rocosas.
Es un país curioso, quizá el más indígena de América. Yo entré por la frontera sur, por Villazón, montones de casas de cambio, poca variación, entre 6.90 y 6.93 bolivianos por dolar, después de recorrerlas todas me animo a cambiar y me salen con que no cambian billetes de 20 dólares, o que los cambian a 6.50, o que están rotos(no más de lo normal) increíble, al final tuve que recorrerlas otra vez y escogerles billetes nuevos de 100 para que me hicieran el favor.
Ya matado por el peso de la mochila busco algún lugar con wifi para tomar algo, pero no, en los hoteles tampoco, el único con wifi no le funcionaba, y el único lugar que tenía, un cibercafé, no servía ni para revisar el correo...me deshago del peso y busco la estación de trenes porque se decía que se acababan los billetes de tren a Uyuni, y que el viaje en bus era una paliza, con largos tramos sin pavimentar. Pasé de largo por la estación sin reconocerla, compro el billete más cómodo agradeciendo la suerte, al final íbamos solos en todo el vagón.
El tren regular, lo más destacable es que te vendían zumo de melocotón natural, el de naranja era envasado. En lo que sale el tren buscamos el mejor lugar posible para comer, en esta ciudad de decenas de miles de habitantes, entramos en uno, en la plaza principal, donde una natural de largas coletas que se la pasaba sentada frente a la tele haciendo zapeo entre las telenovelas mejicanas, me ofreció muy convincente platos típicos regionales en un español que se entendía poco.
Me acabó endilgando esto:
Aún tuve estómago de pedir postre, era un líquido de un rosa galáctico, una especie de papilla a base de maíz, porque me como las piedras, que si no...
En su momento no pude comprar los billetes online, ni siquiera unos gestores que contacté pudieron, porque es muy común que corten las carreteras ( y vías de tren) por cualquier protesta o reclamo, y como estaban reclamando en Uyuni algo sobre la ubicación de la nueva terminal de buses, pues no había billetes, ni tour, ni hotel contratado. Llegamos más de la media noche, pleno invierno de julio 3500 msnm, suerte que las protestas habían ahuyentado al grueso de turistas en plena temporada alta, hotel en frente de la estación, viejo y feo pero gloria bendita por 300 bolivarianos para dos. Precios escritos en el mostrador, unos 31 euros calculo.
Al día siguiente ya me contacta una nada más pisar calle y con esa misma me voy, como es mi costumbre, 700 por cabeza un tour de 3 días y dos noches por el famoso salar y lugares cercanos, salen a las Díez, pero este salió a las 11, puedes dejar tu equipaje en la oficina de la agencia o si es poco o los convences se va contigo encima del Toyota Land cruisier, probé todos los asientos pero ni atrás ni sobre todo adelante cabía, tuve que ir en medio que, aunque éramos 3, sobraba espacio para las rodillas.
Paramos en Colchani a mercar artesanías y al salar, un inmenso mar de sal, restos de un lago desecado:
con una especie de isla creo que de coral en el medio, Incahuasi:
Después se alarga el tour visitando lagos, aguas termales y formaciones rocosas.