Un detalle no menos importante pero a tener en cuenta es su procedencia común, el nexo que suele unir a todos y cada uno de estos integrantes del circo de los horrores:
La radioafición, que merecería hilo propio.
Al menos los de mi localidad, todos provienen de la rancia asociación de radioaficionados, hobby que ha reunido desde hace décadas a auténticos adalides de la trisomía. Nada tengo contra este entretenimiento que implica un continuo experimentar con la tecnología y la física, pero es que ellos...
Verlos reunidos y mirarles a los ojos es todo un poema, la cantidad de carencias se hace palpable a poco que se les mantenga la mirada. Si alguien ha tenido contacto con la radioafición y se ha percatado del tema, le invito a abrir hilo sobre ello.
Como decía, todos los integrantes de Protección Civil de mi pueblo provienen de la radioafición. A ellos lo que les llena -ya que su profesión frustrada, sus hermanos mayores son los policías, bomberos, militares, guardiaciviles- es lucir un uniforme de aspecto marcial, un cinturón lleno de trastos que de lejos parezca que llevan algún tipo de arma reglamentaria, sus linternicas, guantes, navaja, silbato, móvil, y, por supuesto, el tan ansiado walkie-talkie. Un walkie-talkie con el volumen siempre al 10, para que se escuchen bien los breikobreikos de otros anormales llamándose entre sí, mientras desempeñan las funciones que las autoridades de verdad les han encomendado. La mayoría de ellos son felices con eso: Uniforme, silbato, walkie-talkie, pantalón por dentro de las botas y dar órdenes a la muchedumbre, sobre todo esto último, revela su enorme frustración en la vida.
Los de por aquí:
Qué bonicos. Aunque hay alguna que otra que no sé de dónde han salido, pero que ha hecho que me plantee seriamente alistarme.