¿Planos generales? Intenta evitarlos a toda costa. Los protagonistas deben ser tu cerveza y la tapita con la que has decidido acompañarla. Todo lo demás ¡sobra!
¡Déjate la vergüenza en casa y súbete a la silla! Así, tan sencillo. Si lo que buscas es una imagen muy pro, hacerla desde arriba o en plano picado será la clave.
Siempre de día, por favor. Y es que la luz es fundamental para que tu foto sea lo más natural posible y evitar filtros innecesarios.
Cuidadito con los detalles, ¡todo cuenta! No olvides limpiar muy bien la botella, la copa e incluso la superficie que vas a utilizar. El polvo y la suciedad pueden convertirse en tus peores enemigos.
No te olvides de enfocar. Si no, ¿de qué sirve preparar todo el “set” cuando el resultado es una imagen borrosa y de poca calidad? Prueba y error, ¡la mejor solución!
No, no seas el loco de los hashtags. Uno es poco, entre 5 y 10 más que perfecto, pero ¿más de 30? Eso es pasarse, ¿no crees? Déjate el ansia en casa y escoge solo los que se adapten a tu foto.
¿Y después?
Te toca ser paciente y esperar. El trabajo está hecho y los resultados ya irán llegando. Ábrete esa cervecita que te está esperando en la nevera y deléitate con tu
película favorita. ¡O llama a tus amigos y montad un plan improvisado!