Alberto Pugilato es un buen tipo, e independientemente de lo que piense y deje de pensar, ha procedido como requería la situación, curtiéndole el lomo al humorista progre, que se creía impune vertiendo sus comentarios pedófilos de mierda por redes, además ya he visto que no era la primera vez que lo hacía, era reincidente con esta inmundicia de comentarios. Seguro que nunca se tomó en serio los avisos reiterados de Alberto sobre el dentista y demás, pero como son dos tollinas en el perolo, la primera de ellas más contundente, igual solo tiene que visitar al neurólogo y, sobre todo, al psicólogo, para que trate los problemas psicológicos del sujeto, que parecen ser muchos. Además debería ir al endocrino y al dietista, aunque lo de ser un gordo de mierda, con aspecto sucio y desaliñado ya le viene de sus filiaciones de extrema izquierda, que todos tienen ese fenotipo desagradable y oscuro, con cara de subnormales y sojas de cuidado. Este subnormal ha aprendido una valiosa lección, y si finalmente denuncia quedará todavía peor, porque ahí demostrará que el maricón comepollas y llorica es él.
Además toda esta purria que podemos englobar como "cómicos de izquierda" suelen actuar así siempre, para ellos hacer humor es decir mierdas grotescas y ofensivas, siempre politizadas, y dirigidas hacia el politicucho del partido rival (al politicucho propio que adulan nada) o al "facha", dentro del estereotipo que tienen en mente. Y claro, sueltas la mierda en modo aspersor, como este gilipollas al que nadie conocía, y al final te pringa la caca y te vas a tu casa con el hocico caliente. Que cunda el ejemplo, parfavar.