Comuniones: las nuevas bodas

Entiendo lo que dice el pedófilo de verrugo. La edad en la que hacen la comunión las niñas son seres divinos, con cara de niña y cuerpos incorruptos, no sabedoras todavía de que sus cuerpos son ya reclamo de los varones más anticipados.
Después de la comunión hay una laguna de algunos años en los que sufren la transformación en mujeres y no controlan su cuerpo: les sale pelusilla bigotil y no se la quitan, granos, muchas se convierten en seres espigados como piernas con alambres, a otras les crecen antes las tetas que la sapiencia de saber usarlas. En fin un desastre.
Este fin de semana llevé a unos padres y su hija a su cómunion y la madre parecía mucho más ilusionada que la hija. Todo el rato " estás nerviosa, palomita?" y la niña gñe, sin decir nada porque no quería quedar como una niña delante mía. Quería parecer adulta y se veía ridícula vestida así. Se lo noté.
O puede que fueran imaginaciones mías, que es lo más probable.
Cipote
 
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Tenía que haber jugado a la grande.
Pídele el wassap a la madre y si se niega ,te enconjes de hombros y dices dubitativo...me tocará seguir hablando con tu hija por Tinder...el chat es más incómodo.
 
Apofis, ¿cuántas veces has ido a olisquear el asiento después de dejar a alguna clienta que te ha activado el instinto sexual salvaje?, ¿a qué huelen?
 
Tenía que haber jugado a la grande.
Pídele el wassap a la madre y si se niega ,te enconjes de hombros y dices dubitativo...me tocará seguir hablando con tu hija por Tinder...el chat es más incómodo.

Una madre del badoo me mandó a la mierda porque le preguntaba constantemente que de qué hablaba su hija adolescente, que si ya hablaba de amigos, que si ya había tenido la regla, que tal y cual. Me dijo que a cuento de qué tantas preguntas de su hija, me dejó de hablar.
Y otra que estaba bien, solterona pero bien cuidada, de Torrijos o por ahí. Un día me dice que va a ver a su sobrina adolescente que iba a tocar a la banda de música. Buff, empecé a indagar y se mosqueó, esta me eliminó directamente.
Y así unas pocas, son muy celosas, como no sean el centro de atención se buscan a otro.
 
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Una madre del badoo me mandó a la mierda porque le preguntaba constantemente que de qué hablaba su hija adolescente, que si ya hablaba de amigos, que si ya había tenido la regla, que tal y cual. Me dijo que a cuento de qué tantas preguntas de su hija, me dejó de hablar.
Y otra que estaba bien, solterona pero bien cuidada, de Torrijos o por ahí. Un día me dice que va a ver a su sobrina adolescente que iba a tocar a la banda de música. Buff, empecé a indagar y se mosqueó, esta me eliminó directamente.
Y así unos pocas, son muy celosas, como no sean el centro de atención se buscan a otro.
Ha pensado en rodar un biopic?
 
¿Eso que es, una escena porno donde un maduro se folla a la hijastra adolescente que se hace la dormida?
 
¿Eso que es, una escena porno donde un maduro se folla a la hijastra adolescente que se hace la dormida?
Lol,no, una serie sobre su vida. Tiene retazos auténticamente deliciosos y dignos de hacer peli.

Lo q usted dice tb tiene salida en determinados circuitos xd
 
Un juego de compases en un lujoso estuche de plástico y fieltro rojo, un reloj digital tipo Casio, una cámara de fotos con 2 carretes y 4 pilas de regalo, 2 libros recordatorios de comunión y algo de dinero que no vi.

La celebración se hizo en una especie de merendero en el monte al que nunca volví y que a día de hoy sigo sin tener ni puta idea de donde estaba. Yo no fui vestido de marinero ni nada parecido, fui con un traje de pantalón y chaqueta marrón. En las fotos que me hizo el fotógrafo del barrio unos días antes parezco un Policía nacional de la época.
No recuerdo casi nada de aquel día tan especial.
 
Un juego de compases en un lujoso estuche de plástico y fieltro rojo, un reloj digital tipo Casio, una cámara de fotos con 2 carretes y 4 pilas de regalo, 2 libros recordatorios de comunión y algo de dinero que no vi.

La celebración se hizo en una especie de merendero en el monte al que nunca volví y que a día de hoy sigo sin tener ni puta idea de donde estaba. Yo no fui vestido de marinero ni nada parecido, fui con un traje de pantalón y chaqueta marrón. En las fotos que me hizo el fotógrafo del barrio unos días antes parezco un Policía nacional de la época.
No recuerdo casi nada de aquel día tan especial.
Sobre el traje de mi comunión, prefiero no recordarlo.

Por una tradición que se sacó mi madre de la manga, el traje tenía que pagarlo el abuelo materno, esto es, su padre.

Fui a una tienda famosa para disfrazarse para este tipo de eventos, la única en Mostoles por aquel entonces, La valbone o algo así.

Me dijo que eligiera el que quisiera que era mi dia. Claro puse el ojo en el más caro, tipo almirante, eso que parecías un Schettino jibarizado.

Cuando mi madre, y en especial mi abuelo vieron el precio, empezaron a hacer aspavientos y el yayo mascullando que no iba a soltar ese dineral. Hablaron entre ellos, mientras la dependienta y yo con el traje en ristre esperando.

Al poco vino mi madre y con subterfugios me dio a entender que ese traje no era para mi, que era demasiado pomposo y la comunión era otra cosa. En resumen que el zote de su padre no quiso soltar la gallina.

Pues nada, se cree que me gusta el mar y viene con un traje tipo grumete que yo odiaba a todas luces. Aquí digo que nanai

El espléndido de su padre que había visto el cielo abierto por el precio , empezó a presionar que en el pueblo los niños iban con ese traje. Y yo pensando, para esto mejor no hubieras salido de allí, mísero.

Cómo no di mi brazo a torcer, ya después de dos horas viendo trajes, por agotamiento elegí uno de mala gana, que era de color beige, pantalón y cazadora, con un jersey blanco de cuello vuelto. Parecía que me había escapado de la fuga de Logan. A eso le unimos una zapatos castellanos, pelo cortado a tazón, y con mi tez morena, podía haber hecho la comunión en Quito que nadie se hubiera dado cuenta.


Edito, en hilo de miserias de la infancia ya lo puse. Recordé que este traje dio su segundo round de lol, cuando mi madre quiso aprovecharlo para otro evento comunionero. Entre que crecí y me puse chotazo porque me rompí el brazo y tuve un escayolon durante un par de meses, unido a imprevisión de mi progenitora, ya queun día antes del evento se dio cuenta que me quedaba choricero y dejó para la posteridad fotos del pequeño Parrita
 
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En mi pueblo al domingo siguiente de hacer la comunión hay que volver a la misa vestido con el traje de la comunión para tomar la hostia esa. Y ese día, Don Emilio, el cura, nos daba a cada niño veinte duros de regalo. Una panda de gualtrapas y yo nos fuimos por ahí a fundir la propina y a uno de ellos se le ocurre la brillante idea de entra en un bar que tenía los servicios retirados porque el dueño no te veía y podías entrar en el almacén si con un poco de suerte estaba abierto. Yo pasaba de esas mierdas porque el dueño tenía muy mala hostia y encima era de mi calle. Efectivamente, entramos al servicio y alguien tanteó la puerta del almacén. Estaba abierta y aquello parecía un desfalco, cogiendo botellines de Fantas y Cocacolas. El dueño se percató, no sé cómo, y nos siguió hasta que nos dio alcance y allí mismo nos amenazo con decírselo a nuestros padres. Y así fue, yo tuve que ir luego a su casa con mi madre tirándome de las orejas todo el camino a pedir perdón por haber robado. Menuda vergüenza, me tragué todo mi orgullo cuando tuve que alzar la voz y pedir perdón. Luego nos vengamos con mil juderías del hijo puta aquel, le matábamos las gallinas del huerto, le quitábamos la fruta de los árboles, le atascamos la chimenea de la estufa del bar, rompíamos las persianas del bar, y alguien descubrió una forma de entrar en el almacén por una ventana y por las noches robarle sacos de cacahuetes y pipas, que era lo único que ponía para picar en el bar.

Y para colmo ese día me tiré del cohete, que era una puta mierda de juego infantil que había en la plaza del pueblo y que yo llevaba años sin usar, pues ese puto día me tiré y estaba el palo oxidado, por lo que cuando llegué abajo tenía todos los putos pantalones del traje claro de la comunión manchado como si me hubiese cagado la pata abajo. Y no se quitaba sacudiendo, no me acuerdo si aquel día recibí una paliza por manchar el traje, lo del robo se lo chivaron a mi madre al cabo de unos días.
 
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También son dignos de recordar los zapatos que se compraban para la ocasión.

Si eran demasiado grandes, no pasaba nada por el que pie crecía y se podían aprovechar para otra ocasión de vestir.

Si eran demasiado pequeños, tampoco pasaba nada porque se decía que la piel del zapato cedía con el uso... Y que te dejes de quejar niño que te calzo una hostia que al final vas a llorar por algo.
 
Y que te dejes de quejar niño que te calzo una hostia que al final vas a llorar por algo.

Vaya frase, ilustra como pocas otra forma de educar. En esa frase están el poli bueno y el poli malo. Te amenaza con un castigo pero por otro lado te advierte cómo evitarlo si colaboras. Hay autoridad y amor de madre. Plomo o plata. La pastilla roja o la azul. Tú sabrás qué haces, pero si tomas un camino te pasará esto, y si tomas el otro esto otro. Elige. La eterna dicotomía del ser humano: el bien frente al mal. Lo recto frente a lo tortuoso, la tranquilidad frente al jaleo. Un beso o una hostia.
 
Las comuniones actuales son de pobres. Los que tenemos pasta las despreciamos por ser de clase baja.
 
Podríais postear vuestros retratos de comunión y así nos echamos unas risas.
 
Vaya frase, ilustra como pocas otra forma de educar. En esa frase están el poli bueno y el poli malo. Te amenaza con un castigo pero por otro lado te advierte cómo evitarlo si colaboras. Hay autoridad y amor de madre. Plomo o plata. La pastilla roja o la azul. Tú sabrás qué haces, pero si tomas un camino te pasará esto, y si tomas el otro esto otro. Elige. La eterna dicotomía del ser humano: el bien frente al mal. Lo recto frente a lo tortuoso, la tranquilidad frente al jaleo. Un beso o una hostia.
Pues a mi siempre me tocaba plomo
 
Por cierto fue también un baño de realidad.

Mis padres esperando pingües beneficios del evento, pronosticaron pagar el banquete y regalarme una bici que reemplazase la vetusta GAC plegable oxidada, que ya era vintage cuando di mis primeros pedales en ella.

El problema fue que mi padre se le calentó el hocico y antes del banquete se volvió loco y empezó a pedir raciones y vineses por doquier, y algún listo como su primo Pedro güisquises caros.

Esta inteligente maniobra de mi padre se comió el margen de la bici y algo más. La pelotera que le armó mi madre fue de monumental, y en este caso con toda razón, aunque yo no me di cuenta en ese momento de la situación, no tardaría en atropellarme la realidad como un mercancías.

Yo en aquellas, un ser cándido y apartado de estas cosas, se me ocurrió pedirle a mi madre la bici prometida. Su respuesta contundente a la par que gratuita para un tierno infante fue:

La bici se la pides a la familia de tu padre. Ya no hay dinero para bicis y bizas. Además por qué has hecho la comunión? Por los regalos? Qué vergüenza Torquemada.

Mis sueños rotos de cuajo y dando pedales hacia la nada en un artilugio que estaba para el desguace
 
Por cierto fue también un baño de realidad.

Mis padres esperando pingües beneficios del evento, pronosticaron pagar el banquete y regalarme una bici que reemplazase la vetusta GAC plegable oxidada, que ya era vintage cuando di mis primeros pedales en ella.

El problema fue que mi padre se le calentó el hocico y antes del banquete se volvió loco y empezó a pedir raciones y vineses por doquier, y algún listo como su primo Pedro güisquises caros.

Esta inteligente maniobra de mi padre se comió el margen de la bici y algo más. La pelotera que le armó mi madre fue de monumental, y en este caso con toda razón, aunque yo no me di cuenta en ese momento de la situación, no tardaría en atropellarme la realidad como un mercancías.

Yo en aquellas, un ser cándido y apartado de estas cosas, se me ocurrió pedirle a mi madre la bici prometida. Su respuesta contundente a la par que gratuita para un tierno infante fue:

La bici se la pides a la familia de tu padre. Ya no hay dinero para bicis y bizas. Además por qué has hecho la comunión? Por los regalos? Qué vergüenza Torquemada.

Mis sueños rotos de cuajo y dando pedales hacia la nada en un artilugio que estaba para el desguace

No se queje hamijo, mi viejo ni me dejó comulgar. Eso sí, en las misas se pone de pie y se arrodilla como uno más.:face:
 
No hice la comunión.

No estoy bautizado.

Nunca he ido a misa.

Respondo preguntas.
 
Cuando era crío en el pueblo de mi padre, a donde íbamos los fines de semana, me juntaba con los paletos locales, principalmente dos primos que eran como un crossover de Huckleberry Finn y Oliver Twist. Para aquellas dos alimañas uno de los grandes eventos del pueblo eran las comuniones y bodas, en las que por alguna razón en aquel pueblo a la salida de la iglesia se les tiraba a los chavales dinero, cosa que solo he visto una vez en la vida. Los dos gañanes estaban enterados antes del evento y justo a tiempo para la salida allá estábamos. Cuando salieron los de la comunión empezaron a volar monedillas, y en cuanto se pasó el jaleo inicial y por allí quedaron los invitados, nos lanzamos a rapiñar todas las monedas que habían ido a parar a los más recónditos agujeros, corriendo entre las piernas de la gente.

Para un niño de 8 años encontrarse monedas de 25 pesetas (y 100, 200, 500 e incluso algún billete apareció) a cada paso es como ir por la calle y que las tías te pidan comerte la polla sin pedir nada a cambio, una cosa irreal de buena. Y por allí andábamos mezclados con los niños invitados, rastreando cada grieta en el suelo. Al final saqué como 2000 pesetas en un rato divertido además.

Pasaron algunos años hasta que descifré las miradas y comentarios de la gente al vernos, aquellos gestos que en el momento no me decían nada ni les prestaba la mínima atención, demasiado concentrado en el rapiñeo, eran caras de desprecio, caras de asco ante el oportunista que viene a robar lo que iba destinado a los niños de la familia. Pero claro, como eramos críos y toda la gente estaba hombro con hombro, aparte del detalle curioso de que nadie se atrevía a agacharse a por una moneda de 500 pesetas que le hubiese alegrado el día en cualquier otra ocasión, ni siquiera los brutos de pueblo se atrevían a echar a unas ratas humanas o a regañarlas, a pesar de que todos y cada uno de los invitados que nos rodeaban por todas partes nos contemplaban con la repulsión de quien ve con indignación alejarse corriendo al ladrón de su cartera.
 
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