Conciencia ciudadana. Héroes urbanos foreros.

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Acompañar a ancianos dementes perdidos por la calle hasta que llegara la policía y la ambulancia sujetándoles la mano, ídem con niños perdidos en centros comerciales, facilitar compresas a seres menstruantes desprevenidos, regalar ibuprofenos, decirle a gente feísima que era bonita, y a gente gorda que no lo era tanto, guiar a turistas y en general amar al prójimo como a mí misma.

Decirle al que se despellejó los brazos en aquel accidente de moto hace poco, llevándose la capa de la piel en la que lucía mil tatuajes, que ahora lo que se llevaba era la escarificación y que seguro que le quedaba una cicatriz enorme y chulísima para ligar y generar curiosidad, que hay gente que se gasta un dineral en quitarse lo tatuajes con laser y él, gratis. Al menos se rió mientras chorreaba sangre.
 
En ese caso me hubiese liado a hostias hasta perder el sentido. Que asco le tengo a las panchitas. Ahora después cuento el por qué y la buena acción que hice con una de ellas.
Pero muchas veces hay que tener más cojones para irte de una situación así que para pelearte. Irte con dignidad de una pelea sin pelearte y quedando vencedor requiere muchos cojones.
Hace tiempo calenté a cinco peruanos, ecuatorianos, bolivarianos o lo que fueran. Para mí son todos iguales. Aunque por la cifra pueda parecer que fue lo más grande no tuvo merito ya que iban inflados de cerveza.
Estaba yo haciendo unos ejercicios isométricos en la avenida García Lorca y tenía al lado de las máquinas cinco panchitos tomando. Se les notaba bastantes espesos y se metían con todos los que pasaban corriendo o se paraban en las máquinas. También conmigo, pero no les hice mucho caso. En esas paró una tía bastante buenorra y se puso a hacer dominadas, jajajajaja. Estos se vinieron arriba y empezaron a decirle guarrerías. Las tía, en vez de ignorarlos los miraba con cara de asco y eso hacia que ellos se vinieran para arriba.
En esas uno de ellos se levantó tambaleándose y se fue para ella y empezó a tocarse el paquete mientras le decía que si quería probar polla andina, que era mejor que la española. La tía en vez de irse siguió allí mirándolos. Entoces el que estaba de pie se saco el rabo y avanzo oara ella mientras se la meneaba. La tia se soltó de la barra con cara de espantada y yo me fui rápido y veloz a por el Panchito. Con toda la carrerilla que llevaba le solté una parada en el culo que salió disparado más de un metro en el aire. Me giré y el primero que se levantó hacia mi se cayó de boca a mitad de camino, cosa que aproveche para darle una patada en las costillas. Al siguiente le dió una patada en el pecho, al tercero un puñetazo en la cara, al cuarto le quite una litrona con la que le di al quinto en la cabeza y después le solté una hostia con la mano abierta. Todo ocurrió en menos de un minuto.
Me dí la vuelta para tener localizados a los dos que había en el suelo y lo primero que vi fue fue la tía corriendo a unos 200 metros por lo menos.
Épico 🤣🤣
 
A las puertas de un colegio un grupo de panchitas estaban increpando a dos chavalas nacionales. Ni que decir tiene que las panchitas eran el doble de gordas y tenían el doble de cabeza por sus atributos simiescos. Me quedé mirando la escena porque me dió mal rollo.

Una mona cogió a la chavala del pelo, tendrían 15 o 16 años, y la arrastró por el suelo. Así que intervine y empujé a la mona para que soltara a la niña. Las niñas nacionales se van, y me quedo con las monas... y veo que empiezo a estar rodeado de pandilleros, no sé si eran ñetas, salvatruchas o latin. Con la adrenalina a tope me encaro con todos mientras me van cerrando. Una niña me llama pollavieja, y yo a ella subnormal. Estoy rodeado de monos. Me giro, me abro paso con dos cojones y cuando estoy a 50 metros empiezan a insultarme mientras sin girar la cara levanto un dedo corazón al aire. Al llegar a casa me percato de lo subnormal que he sido y que me podían haber caído kilos de guantazos.

Casi todas mis historias de héroe tienen que ver con intervención en peleas.

No falla, llega el tolai de turno y las víctimas beneficiarías se van por patas con un ahí te quedas campeón. Una especie de patata caliente, o las moscas que se pegan a alguien y por fin se quedan con otro. No falla, recuerdo por cuenta ajena varias de estas

En Sevilla, época de los canis de motillo. Una pareja de pijales sentados en un banco junto al rio mirando el atardecer, cuanto me amas borja? y llega la patrulla águila cabalgando en sus fieles amotos, le quitan la chaquetilla al borja y empiezan a dar vueltas alrededor de la pareja. Pues llega un tolai que estaba escalando, EY, Ey venga intentarlo conmigo! Las miradas se tornaron puñales hacia el nuevo contendiente, momento que la pareja aprovechó para desaparecer. Antes de que el escalador quisiera darse cuenta estaba rodeado y solo, se le vino el mundo abajo, su mente se retrotrajo a pocos momentos antes cuando estaba plácidamente practicando la escalada, no debería estar aquí se repetía. Si hubiera tenido tiempo para llorar se hubiera puesto a llorar ahí mismo. Y no se le ocurrió mejor idea que recoger su bicicleta e iniciar la escapada, Como era de esperar fue alcanzado y uno de los caballeros motorizados cargo contra él pitón en mano. En el suelo fue vapuleado.

Es más difícil contenerse y no actuar

En ese caso me hubiese liado a hostias hasta perder el sentido. Que asco le tengo a las panchitas. Ahora después cuento el por qué y la buena acción que hice con una de ellas.
Pero muchas veces hay que tener más cojones para irte de una situación así que para pelearte. Irte con dignidad de una pelea sin pelearte y quedando vencedor requiere muchos cojones.
Hace tiempo calenté a cinco peruanos, ecuatorianos, bolivarianos o lo que fueran. Para mí son todos iguales. Aunque por la cifra pueda parecer que fue lo más grande no tuvo merito ya que iban inflados de cerveza.
Estaba yo haciendo unos ejercicios isométricos en la avenida García Lorca y tenía al lado de las máquinas cinco panchitos tomando. Se les notaba bastantes espesos y se metían con todos los que pasaban corriendo o se paraban en las máquinas. También conmigo, pero no les hice mucho caso. En esas paró una tía bastante buenorra y se puso a hacer dominadas, jajajajaja. Estos se vinieron arriba y empezaron a decirle guarrerías. Las tía, en vez de ignorarlos los miraba con cara de asco y eso hacia que ellos se vinieran para arriba.
En esas uno de ellos se levantó tambaleándose y se fue para ella y empezó a tocarse el paquete mientras le decía que si quería probar polla andina, que era mejor que la española. La tía en vez de irse siguió allí mirándolos. Entoces el que estaba de pie se saco el rabo y avanzo oara ella mientras se la meneaba. La tia se soltó de la barra con cara de espantada y yo me fui rápido y veloz a por el Panchito. Con toda la carrerilla que llevaba le solté una parada en el culo que salió disparado más de un metro en el aire. Me giré y el primero que se levantó hacia mi se cayó de boca a mitad de camino, cosa que aproveche para darle una patada en las costillas. Al siguiente le dió una patada en el pecho, al tercero un puñetazo en la cara, al cuarto le quite una litrona con la que le di al quinto en la cabeza y después le solté una hostia con la mano abierta. Todo ocurrió en menos de un minuto.
Me dí la vuelta para tener localizados a los dos que había en el suelo y lo primero que vi fue fue la tía corriendo a unos 200 metros por lo menos.

hahaahahaha me parto la caja con este tío, llevo 10 minutos descojonándome, el puto curro y sus historias, no me se muera nunca y póngame a los pies de su señora.
 
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Se ha borrado el masuno.

Como decía, el momento en el que más me sentí un héroe fue cuando era un chaval.

Yo y un amigo prendimos a un chaval mayor que avusscba de un niño de prescolar.

Tras verlo actuar en una esquina del recreo, y pillándolo infraganti en un rincón recóndito, decidimos actuar.

Lo embaucamos e hicimos que nos siguiera a los cuartos de baños. Tras esto, le metimos un buen par de bofetones y lo encerramos en uno de los cubículos. Yo y mi amigo cagamos y nos limpiamos con papeles mojados, llenos de mierda, tiramos estos papeles en su cabeza por la parte de arriba del baño mientras lloraba. Después no supimos más del niño y de los acercamientos y peticiones que le hacía al infante.

Aunque suene heróico ese mismo año metimos a una compañera de clase en un contenedor de basura y pusimos un adoquín de obra encima :lol:
 
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Que pograma es ese? hazme una canción con la anecdota de sevilla, cambia motillo, por motilla, y cosas que rimen

En Sevilla, época de los canis de motillA. Una pareja de pijales sentadas en un banco junto al rio mirando el atardecer, cuanto me amas borja? y llega la patrulla águila cabalgando en sus fieles amotos y le quitan la chaquetilla (al borja y empiezan a dar vueltas alrededor de la pareja, ELIMINAR). Pues llega un tolai que estaba escalando, EY, Ey venga intentarlo conmigo! Las miradas se tornaron puñales hacia el nuevo contendiente, momento que la pareja aprovechó para desaparecer. Antes de que el escalador quisiera darse cuenta estaba rodeado y solo, se le vino el mundo abajo, su mente se retrotrajo a pocos momentos antes cuando estaba plácidamente practicando la escalada, no debería estar aquí se repetía. Si hubiera tenido tiempo para llorar se hubiera puesto a llorar ahí mismo. Y no se le ocurrió mejor idea que recoger su bicicleta e iniciar la escapada, Como era de esperar fue alcanzado y uno de los caballeros motorizados cargo contra él pitón en mano. En el suelo fue vapuleado.
 
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¿Regalar una compresa es heroico? ¿A eso hemos llegado?

Luego vendrán los que son héroes por madrugar...
 
A las puertas de un colegio un grupo de panchitas estaban increpando a dos chavalas nacionales. Ni que decir tiene que las panchitas eran el doble de gordas y tenían el doble de cabeza por sus atributos simiescos. Me quedé mirando la escena porque me dió mal rollo.

Una mona cogió a la chavala del pelo, tendrían 15 o 16 años, y la arrastró por el suelo. Así que intervine y empujé a la mona para que soltara a la niña. Las niñas nacionales se van, y me quedo con las monas... y veo que empiezo a estar rodeado de pandilleros, no sé si eran ñetas, salvatruchas o latin. Con la adrenalina a tope me encaro con todos mientras me van cerrando. Una niña me llama pollavieja, y yo a ella subnormal. Estoy rodeado de monos. Me giro, me abro paso con dos cojones y cuando estoy a 50 metros empiezan a insultarme mientras sin girar la cara levanto un dedo corazón al aire. Al llegar a casa me percato de lo subnormal que he sido y que me podían haber caído kilos de guantazos.

Casi todas mis historias de héroe tienen que ver con intervención en peleas.

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En ese caso me hubiese liado a hostias hasta perder el sentido. Que asco le tengo a las panchitas. Ahora después cuento el por qué y la buena acción que hice con una de ellas.
Pero muchas veces hay que tener más cojones para irte de una situación así que para pelearte. Irte con dignidad de una pelea sin pelearte y quedando vencedor requiere muchos cojones.
Hace tiempo calenté a cinco peruanos, ecuatorianos, bolivarianos o lo que fueran. Para mí son todos iguales. Aunque por la cifra pueda parecer que fue lo más grande no tuvo merito ya que iban inflados de cerveza.
Estaba yo haciendo unos ejercicios isométricos en la avenida García Lorca y tenía al lado de las máquinas cinco panchitos tomando. Se les notaba bastantes espesos y se metían con todos los que pasaban corriendo o se paraban en las máquinas. También conmigo, pero no les hice mucho caso. En esas paró una tía bastante buenorra y se puso a hacer dominadas, jajajajaja. Estos se vinieron arriba y empezaron a decirle guarrerías. Las tía, en vez de ignorarlos los miraba con cara de asco y eso hacia que ellos se vinieran para arriba.
En esas uno de ellos se levantó tambaleándose y se fue para ella y empezó a tocarse el paquete mientras le decía que si quería probar polla andina, que era mejor que la española. La tía en vez de irse siguió allí mirándolos. Entoces el que estaba de pie se saco el rabo y avanzo oara ella mientras se la meneaba. La tia se soltó de la barra con cara de espantada y yo me fui rápido y veloz a por el Panchito. Con toda la carrerilla que llevaba le solté una parada en el culo que salió disparado más de un metro en el aire. Me giré y el primero que se levantó hacia mi se cayó de boca a mitad de camino, cosa que aproveche para darle una patada en las costillas. Al siguiente le dió una patada en el pecho, al tercero un puñetazo en la cara, al cuarto le quite una litrona con la que le di al quinto en la cabeza y después le solté una hostia con la mano abierta. Todo ocurrió en menos de un minuto.
Me dí la vuelta para tener localizados a los dos que había en el suelo y lo primero que vi fue fue la tía corriendo a unos 200 metros por lo menos.
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