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El Holanda-Argentina (lo de Países Bajos no lo aceptaría ni Cruyff) se disputó en 2022 bajo el sistema educativo de los años 70 y 80. Desde el minuto 75 sólo faltó quitar el color a los televisores. No es descartable que se desenchufara el VAR. Se entró en un fútbol-tribu. Que levante la mano al que no le guste una tangana como es debido, con su teatro, sus insultos, sus miradas asesinas, sus implantes, su Otamendi y su Van Dijk.
En ese poblado, sí, había un árbitro, que hizo 17 amonestaciones, dos de ellas a Dumfries. La cifra es el récord en un encuentro de Copa del Mundo. ¿Existe una manera de dirigir con acierto un partido así? Mateu Lahoz, como sucedería al 99 por ciento de sus colegas, se vio arrasado por un grupo de futbolistas que decidieron ganar como fuera. Llega un momento en el que un colegiado sabe que la atmósfera es tóxica e irreconducible. El partido se hizo ingobernable, lo quiera Lineker o no.
Cualquiera que haya jugado al fútbol... Esa es la etiqueta para justificar el barrizal que se vio en la última hora de partido. Es verdad, tanta como que cualquiera que haya jugado al fútbol también sabe las veces que el árbitro se hizo el sordo y el ciego para no sancionarnos. Da igual un torneo de amigos, el fútbol profesional o una Liga de Medios de comunicación
.
Mateu Lahoz iba al matadero y se sabía
Mateu Lahoz observa el lío montado entre Paredes (en el suelo) y los jugadores holandeses.EFE
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Leo a Gary Lineker su opinión sobre el arbitraje de Mateu Lahoz. "A este árbitro siempre le ha gustado ser el centro de atención". El inglés, testigo directo de la Mano de Dios, se quitó el charol para unirse al coro que denigró al árbitro en vez de a la conducta de los jugadores. Se le olvida que no hay árbitro en el mundo que dirija un partido así y salga indemne.
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El Holanda-Argentina (lo de Países Bajos no lo aceptaría ni Cruyff) se disputó en 2022 bajo el sistema educativo de los años 70 y 80. Desde el minuto 75 sólo faltó quitar el color a los televisores. No es descartable que se desenchufara el VAR. Se entró en un fútbol-tribu. Que levante la mano al que no le guste una tangana como es debido, con su teatro, sus insultos, sus miradas asesinas, sus implantes, su Otamendi y su Van Dijk.
Paredes dio un pelotazo al banquillo de Países Bajos... ¡y se armó una enorme tangana!
En ese poblado, sí, había un árbitro, que hizo 17 amonestaciones, dos de ellas a Dumfries. La cifra es el récord en un encuentro de Copa del Mundo. ¿Existe una manera de dirigir con acierto un partido así? Mateu Lahoz, como sucedería al 99 por ciento de sus colegas, se vio arrasado por un grupo de futbolistas que decidieron ganar como fuera. Llega un momento en el que un colegiado sabe que la atmósfera es tóxica e irreconducible. El partido se hizo ingobernable, lo quiera Lineker o no.
Cualquiera que haya jugado al fútbol... Esa es la etiqueta para justificar el barrizal que se vio en la última hora de partido. Es verdad, tanta como que cualquiera que haya jugado al fútbol también sabe las veces que el árbitro se hizo el sordo y el ciego para no sancionarnos. Da igual un torneo de amigos, el fútbol profesional o una Liga de Medios de comunicación.
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Siempre hay gente esperando a gente, en eso España es campeona del mundo sin prórroga y penaltis. A Mateu se le espera para desplumarle como símbolo de una manera de arbitrar discutible con amigos y enemigos divididos. El Holanda-Argentina era la ocasión magnífica para llevarle a la carnicería. Messi, un altavoz planetario, encabezó la revuelta verbal después de haber ganado. Cuesta pensar qué habría pasado si su selección hubiera perdido.
En la tanda cada penalti era un choque de civilizaciones y el globo disfrutaba mientras las pantallas emitían un thriller con morbo y goles. Mateu Lahoz prefirió pasar a la historia como un mal árbitro antes que ser el centro de atención (versión Lineker) que un día dejó unos cuartos de final en un ocho contra siete. Los futbolistas ganan, el árbitro pierde. A Mateu sólo le faltó que le dijeran 'Andá, bobo'.
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Lol
En ese poblado, sí, había un árbitro, que hizo 17 amonestaciones, dos de ellas a Dumfries. La cifra es el récord en un encuentro de Copa del Mundo. ¿Existe una manera de dirigir con acierto un partido así? Mateu Lahoz, como sucedería al 99 por ciento de sus colegas, se vio arrasado por un grupo de futbolistas que decidieron ganar como fuera. Llega un momento en el que un colegiado sabe que la atmósfera es tóxica e irreconducible. El partido se hizo ingobernable, lo quiera Lineker o no.
Cualquiera que haya jugado al fútbol... Esa es la etiqueta para justificar el barrizal que se vio en la última hora de partido. Es verdad, tanta como que cualquiera que haya jugado al fútbol también sabe las veces que el árbitro se hizo el sordo y el ciego para no sancionarnos. Da igual un torneo de amigos, el fútbol profesional o una Liga de Medios de comunicación
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Mateu Lahoz iba al matadero y se sabía
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Mundial 2022 Qatar
Mateu Lahoz iba al matadero y se sabía
Mateu Lahoz observa el lío montado entre Paredes (en el suelo) y los jugadores holandeses.EFE
- JOSÉ LUIS HURTADO
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Leo a Gary Lineker su opinión sobre el arbitraje de Mateu Lahoz. "A este árbitro siempre le ha gustado ser el centro de atención". El inglés, testigo directo de la Mano de Dios, se quitó el charol para unirse al coro que denigró al árbitro en vez de a la conducta de los jugadores. Se le olvida que no hay árbitro en el mundo que dirija un partido así y salga indemne.
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El Holanda-Argentina (lo de Países Bajos no lo aceptaría ni Cruyff) se disputó en 2022 bajo el sistema educativo de los años 70 y 80. Desde el minuto 75 sólo faltó quitar el color a los televisores. No es descartable que se desenchufara el VAR. Se entró en un fútbol-tribu. Que levante la mano al que no le guste una tangana como es debido, con su teatro, sus insultos, sus miradas asesinas, sus implantes, su Otamendi y su Van Dijk.
Paredes dio un pelotazo al banquillo de Países Bajos... ¡y se armó una enorme tangana!
En ese poblado, sí, había un árbitro, que hizo 17 amonestaciones, dos de ellas a Dumfries. La cifra es el récord en un encuentro de Copa del Mundo. ¿Existe una manera de dirigir con acierto un partido así? Mateu Lahoz, como sucedería al 99 por ciento de sus colegas, se vio arrasado por un grupo de futbolistas que decidieron ganar como fuera. Llega un momento en el que un colegiado sabe que la atmósfera es tóxica e irreconducible. El partido se hizo ingobernable, lo quiera Lineker o no.
Cualquiera que haya jugado al fútbol... Esa es la etiqueta para justificar el barrizal que se vio en la última hora de partido. Es verdad, tanta como que cualquiera que haya jugado al fútbol también sabe las veces que el árbitro se hizo el sordo y el ciego para no sancionarnos. Da igual un torneo de amigos, el fútbol profesional o una Liga de Medios de comunicación.
Un partido 'thriller' y la revuelta de Messi
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Siempre hay gente esperando a gente, en eso España es campeona del mundo sin prórroga y penaltis. A Mateu se le espera para desplumarle como símbolo de una manera de arbitrar discutible con amigos y enemigos divididos. El Holanda-Argentina era la ocasión magnífica para llevarle a la carnicería. Messi, un altavoz planetario, encabezó la revuelta verbal después de haber ganado. Cuesta pensar qué habría pasado si su selección hubiera perdido.
En la tanda cada penalti era un choque de civilizaciones y el globo disfrutaba mientras las pantallas emitían un thriller con morbo y goles. Mateu Lahoz prefirió pasar a la historia como un mal árbitro antes que ser el centro de atención (versión Lineker) que un día dejó unos cuartos de final en un ocho contra siete. Los futbolistas ganan, el árbitro pierde. A Mateu sólo le faltó que le dijeran 'Andá, bobo'.
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Lol
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