Hoy he estado desayunando con un hipocondriaco. Dos mascarillas puestas, una sobre la otra. Que la mía, una quirúrgica, sola, no vale para nada, que por ahí se cuela el virus. Él la lleva pero debajo de la buena, claro, una que ha llamado "la portuguesa" (?). Todo el desayuno con la mascarilla puesta. Se partía el croissant de jamón y queso con bechamel con el cuchillo y el tenedor y cuando tenía el trozo pinchado tiraba de la goma de una oreja, se lo metía en la boca y se volvía a ajustar la mascarilla, masticando con ella puesta. Que está científicamente comprobado que hay que llevar dos mascarillas. Que estoy muy equivocado, que el virus no mata a viejos y enfermos, que mata a todos por igual. Que a día de hoy todo el que entra en la UCI no dura ni un día. To-dos. Que hoy to-dos los que entran en la UCI salen en ataúd en menos de 24 horas. Que lo que pasa es que no me entero de nada. Que hay muchos más muertos ahora que nunca. Que estoy muy loco por abrir la puerta del bar tirando de ella con la mano. Que cómo soy tan inconsciente de pulsar el botón del ascensor con el dedo desnudo. Que no me toques el móvil que sepa dios qué has tocao, ya te enseño lo que te quería enseñar a distancia. Que en vez de sentarme a tu lado o enfrente en la mesa del sitio me siento en diagonal no vaya a ser que me contagies de algo. Que estás mal de la cabeza por ir tan alegremente por ahí sólo con esa mascarilla. Hostia qué puto infierno, qué puto infierno.
Cuánto me hubiera gustado presentarle a
@PepetrolaX y que se pusieran a debatir.
Yo este sábado he quedado con una pájara del Mordul y ya he tenido entre ayer y hoy sendos roces dialécticos por el tema del virus de los cojones. Me ha dejado claro desde el principio que de dos besos para saludarnos nada, que codo con codo o si no, nada. "
No me gusta saludar con el codo, pero seamos responsables, por favor", en palabras de ella.
Hoy tuve desayuno especial con los compis del trabajo, por ser también el día de la lotería y se lo comenté a la susodicha. Así se desarrolló la conversación:
-Puta: Tío, ¡Sepárate de la peña!
-Yo: Son mis compañeros de trabajo, somos 4 o 5 nada más. Nos vemos todos los días y estamos todos sanos. No pasa nada, no hay que tener tanto miedo.
-Puta: (Pone un emoticono en plan: ¿What?) Mis padres son enfermos crónicos pulmonares. A mí sí me da miedo cogerlo yo y matar a mis padres. Aunque eso ya es cosa mía, claro está.
-Yo: Claro, normal. Pero vamos, aún así pienso que se está exagerando todo mucho y nos están metiendo más miedo de lo normal. Tener precauciones sí, pero tampoco vamos a aislarnos del mundo y de la gente.
Puta: Aislarse no, pero hay gente que se lo toma a coña y luego está mi hermana atendiéndolos en el hospital. Bueno, que te separes de la gente para comer, tío. Si yo lo digo por ti, no porque no desayunes jajaja.
A partir de aquí, ya le cambié de tema y desvié la conversación por otros derroteros, porque estaba viendo que la cosa se estaba caldeando e íbamos a llegar a palabras mayores. Me faltó el canto de un duro para mandarla a la mierda y decirle que si tanto miedo tiene, que no quede con nadie y se encierre en su casa a macha y martillo.
Es increíble la cantidad de gente que hay en este plan; sobre todo las tías. Son las que tienen el coco más comido y las que como les lleves la contraria en lo que dice el discurso oficial, empiezan a insultarte llamándote irresponsable.