"Nuestra investigación demuestra que otro tipo de vacuna permite la supervivencia de formas extremadamente virulentas de un virus, como el de la enfermedad de Marek en las aves de corral, contra la que la industria avícola depende en gran medida de la vacunación para el control de la enfermedad", afirma Venugopal Nair, que dirigió el equipo de investigación en el Reino Unido, donde tuvo lugar el trabajo experimental relacionado con este estudio. Nair es el jefe del programa de enfermedades víricas aviares del Instituto Pirbright, que también alberga el Laboratorio de Referencia de la OIE sobre la enfermedad de Marek.
"Estas vacunas también permiten que el virus virulento siga evolucionando precisamente porque permiten que los individuos vacunados, y por tanto ellos mismos, sobrevivan", afirma Nair.
Las vacunas menos perfectas crean una barrera "permeable" contra el virus, por lo que los individuos vacunados a veces enferman, pero normalmente con síntomas menos virulentos. Dado que los individuos vacunados sobreviven lo suficiente como para transmitir el virus a otros, el virus también es capaz de sobrevivir y propagarse por toda la población.
"En nuestras pruebas del virus de la enfermedad de Marek con fugas en grupos de pollos vacunados y no vacunados, los no vacunados murieron mientras que los vacunados sobrevivieron y transmitieron el virus a otras aves que quedaron en contacto con ellos", dice Nair. "Nuestra investigación demuestra que el uso de vacunas con fugas puede promover la evolución de cepas virales "calientes" más desagradables que ponen en mayor riesgo a los individuos no vacunados".