Bueno, hoy una vuelta larga por Bilbao.
Por lo menos he visto a gente sin masarilla, y de todas las edades, pero, por abrumadora mayoría, ganan los que la llevan puesta. Especial mención, una vez más, a todos los que van con telita de los chinos de lindos colores o logotipos guais. Gran protección y eficacia. Sin duda. La telita de los chino MATA al virus nada más toparse con él.
Me ha sorprendido ver a gente en bici, por la carretera, ni siquiera por el carril bici, y con su mascarilla bien colocada.
Más sorpresa al ver pasear a matrimonios con hijos donde uno de los progenitores lleva la mascarilla puesta y el otro no. Absurdo y ridículo.
Por lo demás, bien, paseo largo con mi padre. No han faltado, eso sí, alguna que otra mirada de reojo de algunos al ver a dos paseantes SIN el puto trapo en la boca.
Y para terminar, la guinda de la paranoia, esa en la que al irnos a sentar a un banco, donde al lado, como a dos metros y pico, había dos viejas con su mascarilla, que no nos han quitado la vista de encima en cuanto han detectado que íbamos al banco de al lado, pues eso, ha sido sentarnos, y al momento salir disparadas las dos viejarracas.
En fin. Yo lo tengo claro, en la calle, siempre sin mascarailla. Hasta que venga el apocalípsis que nos matará a todos y nos obliguen a ponerla de nuevo, un apocalípsis infernal como el que nos aconteció tras el fin del Estado de Alarma.
Lo dicho, acojonante la abrumadora mayoría de gente CON ella puesta. Pero lo más acojonante es que la mayoría lleva trapitos de los chinos, ni siquiera mascarillas de verdad dignas de su nombre.
En fin, buenas tardes.