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NÚRIA VILA
MALMÖ. SERVICIO ESPECIAL
28/08/2021 00:24
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La vieja normalidad está a la vuelta de la esquina en Dinamarca. El Gobierno socialdemócrata ha anunciado que el 10 de septiembre levantará las restricciones anticovid que siguen vigentes, al considerar que ya no son necesarias debido al elevado porcentaje de la población vacunada y el control de la epidemia.
Este movimiento va vinculado a la decisión del Ejecutivo danés de no prolongar la categorización de la covid como una enfermedad “crítica para la sociedad”, que era el mecanismo legal que permitía imponer la mayoría de las limitaciones y prohibiciones.
Copenhague deja de considerar este virus una enfermedad “crítica para la sociedad”
“El Gobierno prometió no mantener las medidas más de lo que fuera necesario”, recordó ayer el ministro de Sanidad, Magnus Heunicke, que aseguró que Dinamarca se encuentra en una buena situación epidemiológica. No obstante, subrayó que el coronavirus no ha desaparecido, y garantizó que el Ejecutivo “no dudará en actuar rápidamente” si la pandemia vuelve a poner en riesgo funciones importantes de la sociedad.
Dinamarca fue uno de los primeros países europeos en reaccionar al ver cómo el virus se ensañaba en Italia y empezaba a avanzar por el continente. El 10 de marzo del 2020, dos semanas después de detectar el primer contagio y antes incluso de lamentar la primera muerte, el Parlamento aprobó la legislación de emergencia que otorgaba al Gobierno poderes para imponer restricciones. Al día siguiente, la primera ministra, Mette Frederiksen, anunció el cierre de escuelas, tiendas y restauración; envió a los funcionarios a trabajar desde casa, prohibió las reuniones de más de 100 personas, y cerró fronteras. Sin embargo, al igual que el resto de los vecinos nórdicos, Dinamarca nunca confinó a su población ni obligó a utilizar mascarillas en el exterior.
El próximo 10 de septiembre, justo un año y medio después, el Gobierno perderá automáticamente estos poderes legales, lo que supone avanzarse al calendario previsto. En junio, el Ejecutivo socialdemócrata pactó con una mayoría parlamentaria un plan de apertura gradual que marcaba la vuelta a la normalidad para el 1 de octubre.
En estos momentos Dinamarca mantiene todavía limitaciones de aforo para grandes eventos, las discotecas siguen cerradas –no han vuelto a abrir desde la primera ola– y se obliga a presentar el pasaporte corona –un certificado de vacunación o test negativo– para acceder a muchos espacios públicos, como restaurantes, gimnasios, teatros y peluquerías. La decisión también supone eliminar la posibilidad de confinar parcialmente municipios o barrios con niveles de infección más elevados, como ocurría hasta ahora.
Sin embargo, de momento no hay cambios en lo que se refiere a las restricciones de entrada al país, que están pactadas en un acuerdo político distinto que está previsto que expire a finales de octubre. Dinamarca se rige por un sistema de colores que clasifica a los países de procedencia de los viajeros en función del nivel de incidencia de la infección, que es el que determina las normas a seguir, con excepción para los viajeros que llevan la pauta de vacunación completa.
La oposición llevaba tiempo presionando al Gobierno socialdemócrata en minoría para que no prolongara más la legislación de emergencia. El ministro de Sanidad ha esperado a tener el visto bueno de las autoridades sanitarias para hacerlo.
Sin embargo, recalcó que el hecho de que la covid ya no se considere legalmente una enfermedad “socialmente crítica” no significa que el riesgo se haya esfumado, y aseguró que el Gobierno seguirá “manteniendo la epidemia bajo una fuerte vigilancia” mediante tests, secuenciación, pruebas de aguas residuales, una implementación eficaz de las vacunas, y “la disposición de intervenir si es necesario”.
La elevada aceptación social a la vacuna ha sido un factor decisivo a la hora de levantar las restricciones antes de lo previsto. Dinamarca figura entre los países con unas cifras de inmunización más elevadas: el 75% de la población lleva al menos una dosis, y el 70,2% ya lleva las dos, según los últimos datos oficiales.
Con 5,8 millones de habitantes, el país escandinavo ha registrado hasta ahora 2.576 muertos por coronavirus, lo que supone una ratio de 443 fallecidos por millón de habitantes, entre las más bajas de Europa.
Dinamarca ha registrado 2.576 muertos por covid en un país de 5,8 millones de habitantes
Las autoridades danesas han logrado mantener la epidemia en niveles moderados o bajos de hospitalización y muertes desde principios de año, principalmente gracias a su estrategia de tests masivos y gratuitos, lo que ha situado al país nórdico en la primera posición destacada del ranking mundial en cuanto a pruebas por millón de habitantes.
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