No lo digo porque me vais a llamar egoísta. Pero he tenido la gran fortuna de degustar la magia del mercado y saber que al menos no he sido yo solo el que ha salido escaldado.
La culpa de todo la han tenido esos chinos-chusma que preparan platos de comidas con unos animales raros y exóticos de allí, pero en absoluto representa la esencia misma de la cultura china. A esas condiciones higiénicas penosas (he visto imágenes que dan arcadas, la verdad) añádele el nivel de contaminación que ya de por sí hay en ese país (en Pekín creo que hay días en que el aire es irrespirable y la gente debe usar mascarillas) y que llueve poco, para tener el cocktail perfecto para que aparezca un coronavirus de esos.