Los loritos repiten sin buscar lógica alguna las consignas que la tele dicta, cuando los arquitectos de las mismas no pueden negar ciertas contradicciones que son evidentes.
Este señor es uno de los artífices de toda esta pantomima reconociendo que los asintomáticos no contagian, y precismanete la de los asintomáticos es la gran gilipollez sobre la que han basado muchas de las regulaciones que nos han impuesto. Los asintomáticos son los chavales de Mallorca, los asintomáticos son los demonios del botellón en Madrid, y pronto los asintomáticos seremos los negacionistas que no nos quisimos vacunar. Mientras siga habiendo telespectadores que traguen, repitan y defiendan los mensajes por ellos, les sigue saliendo muy barato meter mierda por televisión.