Uncle Meat
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Ya sé que te gustan las pollas, pero soy hetero 100%. Ánimo, de todo se sale.
Rebota, rebota y en tu culo explota.
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Ya sé que te gustan las pollas, pero soy hetero 100%. Ánimo, de todo se sale.
Es que los que os negábais a vacunaros no lo hacíais porque sabiais de sus efectos secudnarios, sino porque criais en conspiraciones raras de un plan internacional de las farmaceuticas para ganar millones de lláuros.Acordaos de como se nos atacó a algunos en este mismo hilo al comienzo de la plandemia, y se nos dijo de todo, que si gorritos de papel de plata, que si terraplanistas y todo el catálogo de calificativos borreguiles que veían en la televisión, de sus gurús de mierda.
Es que los que os negábais a vacunaros no lo hacíais porque sabiais de sus efectos secudnarios, sino porque criais en conspiraciones raras de un plan internacional de las farmaceuticas para ganar millones de lláuros.
Se presionaba a los vacunafrénicos como tú porque la unica forma de parar la pandemia era a traves de la inmundiad de rebaño. De nada servia que gente comprometida con la salud como yo se pinchara las 3 estocadas si luego habia alelaos como tú que no lo hacían.Que te dejes de polladas de conspiraciones y cosas raras, defendíamos el principio de libertad que debe tener cada individuo para tomar decisiones con respecto a su propia vida y salud y muchos de vosotros ejerciendo presión para ser un autómata más, un borrego sin criterio ni discernimiento que sigue a rajatabla las decisiones de unos mafiosos aunque éstas pisoteen sus derechos.
Lo de las farmacéuticas y sus planes de cronificar las enfermedades para forrarse para qué entrar a debatir, solo un rematado inútil dudaría de tal cosa.
rebaño
De nada servia que gente comprometida con la salud como yo se pinchara las 3 estocadas si luego habia alelaos como tú que no lo hacían.
En junio de 2023 habian en España 41.353.186 personas con al menos una dosis. Si tan malas eran, y tan experimentales y con tantos efectos secundarios deberia haber una avalancha de casos , no? Y cuantos casos demostrados hay de alguien que la haya espichao por la vacuna, o cual ha sido el incremento de ictus con respecto a años prepandemia, el 0,000000000000003 % ?Alelao sí, pero para ponerse tres banderillazos de una mierda creada en tiempo récord porque es por tu bien, que te lo dice tu gobierno que tanto mira por ti, eso no es de alelaos, eso es de ser gilipollas con mayúsculas. Espero que no te de un pachaque de aquí a poco, que estamos cortos de foreros
En junio de 2023 habian en España 41.353.186 personas con al menos una dosis. Si tan malas eran, y tan experimentales y con tantos efectos secundarios deberia haber una avalancha de casos , no? Y cuantos casos demostrados hay de alguien que la haya espichao por la vacuna, o cual ha sido el incremento de ictus con respecto a años prepandemia, el 0,000000000000003 % ?
Y cuantos muertos por COVID antes de las vacunas?¿Y cuántos de no vacunados? Eh, Einstein ¿cuánto es un millón más un millón?
Y cuantos muertos por COVID antes de las vacunas?
De hospitales saturados en medio mundo, te refieres?¿De los que te decían los medios de información utilizando imágenes que no pertenecían ni a la pandemia? Por dios, eres más sencillo que el mecanismo de un chupe.
Porque la inmunidad no se contraía contagiandote y pasando la enfermedad como ha ocurrido siempre, verdad ?Se presionaba a los vacunafrénicos como tú porque la unica forma de parar la pandemia era a traves de la inmundiad de rebaño. De nada servia que gente comprometida con la salud como yo se pinchara las 3 estocadas si luego habia alelaos como tú que no lo hacían.
Es que los que os negábais a vacunaros no lo hacíais porque sabiais de sus efectos secudnarios, sino porque criais en conspiraciones raras de un plan internacional de las farmaceuticas para ganar millones de lláuros.
Ostia, que te lo has creídoSe presionaba a los vacunafrénicos como tú porque la unica forma de parar la pandemia era a traves de la inmundiad de rebaño. De nada servia que gente comprometida con la salud como yo se pinchara las 3 estocadas si luego habia alelaos como tú que no lo hacían.
Es una limosna como indemnización por daños derivados de un medicamento. Pero ya son 40K más de la cuenta pagados con esos impuestos que no son magia.Pues 40K de indemnización tampoco parecen gran cosa para esas secuelas
Claro, claro, una conspiración mundial de annunakis y reptilianos se confabularon para que nos encerraran a medio mundo durante 3 meses y para que los gobiernos se dejaran los llauros en vacunas.Ostia, que te lo has creído, muy bueno.
Cuando en La Sexta digan que la de Pfyzer tambien es una mierda, seguirás con el mismo discurso o te adaptaras al discurso oficial? porque quizá por ese entonces el conspiranoico ya serás tu![]()
A algunos mañana os dicen que os pongáis el 4 o 5 rejonazo, y os falta tiempo para poner el brazo y el culo.
En realidad querian provocar una gran mortandad a nivel mundial con los efectos de las vacunas, porque ya somos muchos humanos en este planeta y no cabemos. Pero les ha salido mal, por lo que se ve.Los gobiernos del mundo querían que nos pusiésemos la vacuna para que la espichásemos y dejásemos de pagarles la coca, las putas y los yates.
De qué vacunas?Increíble, salen dos médicos rajando de las vacunas en cuarto milenio y los mandan a la publicidad
"Cuñadismo astrazéneco"
Juan Manuel de Prada
10/05/2024 a las 19:29h.
Se ha anunciado en estos días que la compañía farmacéutica AstraZeneca ha solicitado voluntariamente que su presunta banderilla contra el cobi19 se deje de comercializar en Europa. Para justificar esta petición, AstraZeneca ha argüido «razones comerciales», en un esfuerzo por ocultar los procesos judiciales en que se halla inmersa. En España, la presunta banderilla de AstraZeneca había dejado de inyectarse mucho tiempo atrás, después de que se divulgaran numerosos episodios de trombosis entre quienes habían sido inoculados con ella.
La retirada del mejunje de AstraZeneca me ha recordado el aquelarre que me montó, allá por la primavera de 2021, Vicente Larraga, un científico fatuo que por entonces andaba fundiendo una millonada de dinero público en la mil veces anunciada banderilla del CSIC, que a la postre resultaría un fiasco. A este Larraga lo habían llamado del programa 'Hora 25', donde con prepotencia aseguró aquella noche que la banderilla de AstraZeneca era excelentísima y eficacísima, que la gente no debía albergar ningún recelo contra ella y que cualquier intento de arrojar sombras sobre sus virtudes era puro «cuñadismo». Concluida la entrevista con aquel nuevo oráculo de Delfos, me atreví a señalar, en un tono muy moderado y respetuoso, que si la gente guardaba prevenciones contra las inyecciones de AstraZeneca no era por «cuñadismo», sino porque los propios Estados que las administraban se habían mostrado titubeantes, después de que algunos inyectados hubiesen sufrido percances isquémicos y cardiovasculares. Y me permití añadir que tal vez los efectos secundarios inesperados que muchos inyectados estaban sufriendo se debiesen a que la compañía AstraZeneca, en su 'carrera' por obtener la banderilla, había abreviado indebidamente las etapas de experimentación clínica establecidas, más atenta quizás a las cotizaciones bursátiles que a los protocolos científicos. Entonces, el oráculo de Delfos apellidado Larraga, que además de soberbio era iracundo, llamó descompuesto y hecho una hiena al programa, para vomitarme su repruebo en directo, señalándome ante la audiencia como un peligroso réprobo.
Poco tiempo después, las presuntas banderillas de AstraZeneca dejarían de inyectarse en España; aunque, tristemente, se siguieron inyectando otras acaso más peligrosas que, además de anteponer las cotizaciones bursátiles a los protocolos científicos, empleaban la técnica del ARN mensajero, que durante más de treinta años ha probado sobradamente su ineficacia, en banderillas contra las más variopintas enfermedades. Aquellas terapias génicas, como las grotescas mascaras con las que nos obligaron a embozarnos, sólo tenían una finalidad: enriquecer a sus fabricantes y a la casta política que nos oprime. Y, para lograr ese enriquecimiento inicuo, se sirvieron de científicos 'bienpagaos' que aterrorizaron y coaccionaron salvajemente a la población, propagando además bulos dementes (como aquel que pretendía que la banderilla que uno se inyecta protege a sus abuelitos) e imponiendo medidas turulatas como el 'pasaporte el bichito', que sólo sirvieron para propagar los contagios; todo ello a la vez que hostigaban salvajemente y convertían en apestadas sociales a las pocas personas que se resistían a inocularse aquellas terapias génicas que introducían en nuestro organismo una sustancia sintética que se fusiona con nuestras células y las reprograma.
Si las personas que no se avinieron a incorporar a su patrimonio genético tales pócimas fueron perseguidas, pueden imaginarse las campañas de estigmatización que se urdieron contra los escasos réprobos que nos atrevimos a advertir de la engañifa. Pero toda la estigmatización la doy por bien empleada cada vez que una persona me escribe o me aborda en la calle, dándome las gracias por haberle abierto los ojos. Nada de esto hubiese sucedido, sin embargo, si la ciencia no hubiese poco equilibrado en sucedáneo religioso entre lo que Unamuno denomina la «mesocracia intelectual», que en las sociedades democráticas la constituye esa inmensa mayoría, lega en asuntos científicos pero temerosa de que la tomen por 'inculta'. Y esa «mesocracia intelectual» –señalaba Unamuno– «apenas sospecha el mar desconocido que se extiende por todas partes en torno al islote de la ciencia, ni sospecha que a medida que ascendemos por la montaña que corona al islote, ese mar crece y se ensancha a nuestros ojos, que por cada problema resuelto surgen veinte problemas por resolver».
Pero la idolatría cientificista es por definición eufórica, fatua, charlatanesca, con mucho más de magia que de ciencia propiamente dicha; y no tiene rebozo en conducir a las gentes hasta el precipicio, después de pastorear sus miedos. Convendría que nunca olvidemos a quienes durante aquellas jornadas oprobiosas nos aterrorizaron, para forzarnos a inocularnos un medicamento experimental «cuyo riesgo para la salud no compensaba el beneficio personal», como acaba de señalar Fernando del Pino alopécico-Sotelo, acaso la persona que en España ha analizado con mayor exhaustividad, rigor y clarividencia la engañifa, en una serie de artículos documentadísimos que constituyen una lección de heroísmo cívico. No debemos olvidar nunca a quienes nos aterrorizaron desaprensivamente, para exigirles en su día responsabilidades e impedir que se repita la engañifa que, en apenas dos años, generó a las farmacéuticas (y a la legión de politicastros, científicos 'bienpagaos' y loritos sistémicos que componen su séquito) la mareante cantidad de 75.000 millones de dólares de beneficios.
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