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- 16 Jun 2013
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Ya hacía años que no me pasaba esto, pero hace escasamente media hora me ha vuelto a ocurrir.
Veréis, no suelo estar muy al tanto de mi vecindario, intento pasar desapercibido siempre que puedo, y desde luego no me interesa la vida de la gente que me rodea en mi pueblo.
Pero no es así para la mayoría. De hecho me consta que cuando estuve parado una buena temporada, se comentaba por el barrio, y aunque nadie me dijo nada, supongo que los comentarios a la hora de comer en casas ajenas hacia mi no sería muy benevolentes.
Llevo una temporada trabajando a piñón, y no sé cómo, aunque supongo que a través de algún familiar habrá sido, me consta igualmente que el vecindario sabe que llevo una temporadita ganando un buen dinero, que me acaban de subir el sueldo y voy a cobrar un buen pico más cada mes, y que voy a cobrar una sustancial herencia.
Siendo así, resulta que hoy voy a hacer la compra en la tiendecita que hay frente a mi casa, y cuando ya estaba recogiendo las bolsas para salir, entra una vecina a la que sincéramente nunca había mirado a la cara y apenas veo, ya que no es de mi calle aunque sí del barrio.
Las escasas veces que me he cruzado con ella en mi vida, no más de una docena, ni nos hemos mirado, como si cada uno no existiera para el otro. Hasta ahí todo perfecto.
La "chavala", y lo entrecomillo porque debe tener treinta y tantos, está entrada en carnes, supongo que se podría decir que está gorda, aunque la mitad que yo. Es guapetona de cara y rubia. No es un adefesio pero tampoco es para tirar cohetes.
Pues algo en su lenguaje corporal me hizo levantar la mirada y allí estaba la suya, y era de "puedes entrarme cuando quieras".
No soy dado a malinterpretar las señales, puesto que muy claro me lo tienen que dejar para que me de cuenta de que algo quieren conmigo, ya que no tengo mucha práctica en tales menesteres, así que no fue una suposición mía.
Total, que tras mirarnos a los ojos aproximadamente un segundo, yo sigo con lo mío y voy hasta la puerta de la calle de mi piso. Pongo las bolsas en el suelo y me dispongo a abrir la puerta, cojo las bolsas, entro, y al ir a cerrar la puerta, veo que la chavala, ha salido de la tienda y se me queda mirando de nuevo. Nuestras miradas se cruzan, el mensaje es claro: "estoy disponible PARA TI".
En fin, que mientras subía las escaleras me ha entrado una mezcla de entre asco y repulsión por lo inmensamente PUTAS que son las mujeres, joder. Porque es que no sé si están tan acostumbradas a que cuando ellas dicen "ven", ellos lo dejan todo o qué, pero cojones, que no soy tan subnormal como para no darme cuenta que esa PROSTITUTA me ha lanzado ese claro mensaje por algo muy simple: alguien le ha informado que mi situación económica va viento en popa.
Para colmo, llevo cuatro días sin ducharme y dos semanas sin afeitarme, con los pantalones de trabajo sucios y una camiseta de propaganda puesta, así que mi atractivo físico ahora mismo es cero (y cuando estoy duchado y perfumado, 0.1 aproximadamente)
Por suerte salgo mañana de viaje, pasado a más tardar, y hasta entonces no voy a volver a salir de casa ni comprar nada más en la tienda, que no me quiero tropezar a esa PUTA otra vez en una buena temporada, porque si me dice alguna cosa, igual le suelto un Pero mira que eres PUTA y no está la cosa como para andar uno metiéndose en problemas.
¿Estas cosas os pasan a vosotros? ¿O sois de los que, cuando os pasan, os echáis novia y dejáis el foro?
Veréis, no suelo estar muy al tanto de mi vecindario, intento pasar desapercibido siempre que puedo, y desde luego no me interesa la vida de la gente que me rodea en mi pueblo.
Pero no es así para la mayoría. De hecho me consta que cuando estuve parado una buena temporada, se comentaba por el barrio, y aunque nadie me dijo nada, supongo que los comentarios a la hora de comer en casas ajenas hacia mi no sería muy benevolentes.
Llevo una temporada trabajando a piñón, y no sé cómo, aunque supongo que a través de algún familiar habrá sido, me consta igualmente que el vecindario sabe que llevo una temporadita ganando un buen dinero, que me acaban de subir el sueldo y voy a cobrar un buen pico más cada mes, y que voy a cobrar una sustancial herencia.
Siendo así, resulta que hoy voy a hacer la compra en la tiendecita que hay frente a mi casa, y cuando ya estaba recogiendo las bolsas para salir, entra una vecina a la que sincéramente nunca había mirado a la cara y apenas veo, ya que no es de mi calle aunque sí del barrio.
Las escasas veces que me he cruzado con ella en mi vida, no más de una docena, ni nos hemos mirado, como si cada uno no existiera para el otro. Hasta ahí todo perfecto.
La "chavala", y lo entrecomillo porque debe tener treinta y tantos, está entrada en carnes, supongo que se podría decir que está gorda, aunque la mitad que yo. Es guapetona de cara y rubia. No es un adefesio pero tampoco es para tirar cohetes.
Pues algo en su lenguaje corporal me hizo levantar la mirada y allí estaba la suya, y era de "puedes entrarme cuando quieras".
No soy dado a malinterpretar las señales, puesto que muy claro me lo tienen que dejar para que me de cuenta de que algo quieren conmigo, ya que no tengo mucha práctica en tales menesteres, así que no fue una suposición mía.
Total, que tras mirarnos a los ojos aproximadamente un segundo, yo sigo con lo mío y voy hasta la puerta de la calle de mi piso. Pongo las bolsas en el suelo y me dispongo a abrir la puerta, cojo las bolsas, entro, y al ir a cerrar la puerta, veo que la chavala, ha salido de la tienda y se me queda mirando de nuevo. Nuestras miradas se cruzan, el mensaje es claro: "estoy disponible PARA TI".
En fin, que mientras subía las escaleras me ha entrado una mezcla de entre asco y repulsión por lo inmensamente PUTAS que son las mujeres, joder. Porque es que no sé si están tan acostumbradas a que cuando ellas dicen "ven", ellos lo dejan todo o qué, pero cojones, que no soy tan subnormal como para no darme cuenta que esa PROSTITUTA me ha lanzado ese claro mensaje por algo muy simple: alguien le ha informado que mi situación económica va viento en popa.
Para colmo, llevo cuatro días sin ducharme y dos semanas sin afeitarme, con los pantalones de trabajo sucios y una camiseta de propaganda puesta, así que mi atractivo físico ahora mismo es cero (y cuando estoy duchado y perfumado, 0.1 aproximadamente)
Por suerte salgo mañana de viaje, pasado a más tardar, y hasta entonces no voy a volver a salir de casa ni comprar nada más en la tienda, que no me quiero tropezar a esa PUTA otra vez en una buena temporada, porque si me dice alguna cosa, igual le suelto un Pero mira que eres PUTA y no está la cosa como para andar uno metiéndose en problemas.
¿Estas cosas os pasan a vosotros? ¿O sois de los que, cuando os pasan, os echáis novia y dejáis el foro?
