iskariote
Freak total
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Evidente: con 16-18 años, cualquier señorita se contenta con ir al cine, unas fantas y una hamburguesa del burreking, pero en cuanto se da cuenta del inmenso mundo material que le aguarda ahí fuera, que no tiene, pero que le apetecería poder conseguir, incluso pasando por encima del cadáver de su madre, y percibe que el pringui que tiene al lado no le va a poder proveer de sus caprichos, de sus "necesidades" infumables, de un mucho de todo a cambio de una escueta ración de sexo, se les pasa el entusiasmo y buscan a quienes puedan mantenerla sin dar un palo al agua.
Observe que habla ustec en pasado, porque es algo que, a día de hoy, ya no podría conseguir simplemente por su fachada, por guapo que usted se siga conservando. En cuanto la señorita pasa de los 25-26 años, lo que busca es al gañán que le dé regalitos, viajes, cenas, vestidos, coche de marca para pasearla, niños, hipoteca; que tenga medios, poder, situación desahogada, etc. Es triste siendo joven encontrarse con esa dura realidad, pero cuanto antes lleguemos a asumirla, mejor para nosotros y menos desazón, sufrimientos y desilusiones tendremos que sufrir.
Hablo en pasado porque, aunque me fuera bien sin aparentar tener dinero, siempre va mejor cuando aparentas tenerlo. Por motivos laborales me he ido haciendo un armario de disfraces para las visitas de postín y se ve que el encantamiento de serpientes surte efecto también en lo personal.
No obstante, por muy materialistas que sean las mujeres, que lo son, la publicidad que les convence de la importancia de un buen coche o un traje, también les ha vendido que deben amorrarse al pilón si un tío luce abdominales o deltoides excesivamente hipertrofiados y definidos para poder considerarse un espécimen saludable.
Vamos, que se les caen las bragas con un cuerpo atractivo, como a cualquier hijo de vecino. Los hombres recapacitamos cuando ese cuerpo se hace viejo, ellas cuando ese cuerpo se lleva todos los ingresos de su propietario y no deja lugar a prebendas.