Lo que ocurre con esto del engranaje, en mi opinión, viene a ser que hay tres grupos de personas que participan en él:
A: Los dueños del engranaje. Lo han creado y ajustan su funcionamiento. Ellos obtienen del engranaje unos beneficios exponencialmente mayores de lo que aportan, y lo han diseñado para ello.
B: Los que mueven el engranaje. No lo han creado ni influyen en su funcionamiento. El engranaje ya estaba cuando ellos nacieron, no han participado en su creación, y no parecía haber otros engranajes disponibles. Obtienen del engranaje unos beneficios bastante menores a lo que aportan.
C: Los parásitos del engranaje. Funcionalmente iguales a B, pero no mueven el engranaje. Se contentan con obtener beneficios residuales que dimanan del funcionamiento del engranaje, pero puesto que su aportación es 0, su ganancia es similar a la de A, aunque no tan pronunciada.
Tal y como yo lo veo, A y C conocen la verdad del engranaje. Saben que el engranaje está pensado para beneficiar a A, y que trabajar en el engranaje, sin ser su dueño ni controlar su funcionamiento, es un malgasto vital, es ineficiente. Pero ni A ni C están en esa situación, ya que A son los dueños y C obtienen sin aportar. Por tanto sus existencias, aunque diferentes en su calidad material, son eficientes desde el punto de vista de su actividad.
B, en cambio, no conoce la verdad del engranaje, o si la conoce la niega con todas sus fuerzas, vive en un estado de autoengaño constante, puesto que aceptar la realidad del engranaje lleva a la consecuencia inevitable de saber que ha sido engañado, y que de lo que ha aportado al engranaje, la mayoría ha servido para enriquecer a A, y una parte para mantener a C; B, por tanto defenderá ciegamente el engranaje (y por tanto defenderá los intereses de A, aunque no sea consciente de ello), desde el punto de vista social, económico y moral, porque de ello depende su Ego, su identidad, casi la cosa más preciada de todo ser humano.
Si B son imbéciles o no, lo dejo a vuestro criterio.