De la imposibilidad de ser feliz

Black Adder

Plagiador de mierda
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22 Feb 2009
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En el contexto aristotélico de que la "felicidad", contrariamente a la creencia popular y opinión mayoritaria, no es un sentimiento ni un estado mental.

Tal y como expone en su ética nicomáquea, la felicidad (eudaimonia) es una actividad (energeia). O dicho de otra forma, la inevitable emoción que suscita el proceso de resolución de una actividad que ha estimulado nuestra curiosidad. La culminación o resolución de tal actividad cesa inevitablemente el goce derivado de la práctica de dicha actividad. Tomemos como ejemplo ilustrativo el follar. Mientras está ocupado en la tarea presente del folleteo, el follador se mantiene profusamente feliz. Sin embargo, cuando la satisfacción de la actividad es lograda, es inmediatamente sucedida por la disforia postcoital. La felicidad radica más en la gerundio que actúa a modo de un presente contínuo, "follando", más que en el pretérito perfecto del que proclama que "ha follado".

Todo en la vida se puede extrapolar a la emocionante preparación de una fiesta donde al final la tarta es del carrefour y la ilusión es sustituida por la sordidez de los gorros de papel y los matasuegras.
 
En el contexto aristotélico de que la "felicidad", contrariamente a la creencia popular y opinión mayoritaria, no es un sentimiento ni un estado mental.

Tal y como expone en su ética nicomáquea, la felicidad (eudaimonia) es una actividad (energeia). O dicho de otra forma, la inevitable emoción que suscita el proceso de resolución de una actividad que ha estimulado nuestra curiosidad. La culminación o resolución de tal actividad cesa inevitablemente el goce derivado de la práctica de dicha actividad. Tomemos como ejemplo ilustrativo el follar. Mientras está ocupado en la tarea presente del folleteo, el follador se mantiene profusamente feliz. Sin embargo, cuando la satisfacción de la actividad es lograda, es inmediatamente sucedida por la disforia postcoital. La felicidad radica más en la gerundio que actúa a modo de un presente contínuo, "follando", más que en el pretérito perfecto del que proclama que "ha follado".

Todo en la vida se puede extrapolar a la emocionante preparación de una fiesta donde al final la tarta es del carrefour y la ilusión es sustituida por la sordidez de los gorros de papel y los matasuegras.

por primera vez, te dire, que cuanta razon tienes.

cuando un colega mio se traia coches de alemania, de japon o de estados unidos y se los traia antes de entregarlos a tomarnos unas cañas al bar y nos daba un pirulo, o nos los dejaba coger (¿sabéis que había escrito coger con j? así de cateto y de subnormal soy) cinco minutos, lo disfrutabamos como enanos, algazara suprema.

luego llegaba el momento de pillar tu nissan de 20 años, y si, le apretabas igual que al bicharraco que se hubiera traido aquel dia, pero no era ni remotamente lo mismo, y te dabas cuenta de que aquel momento se habia ido y no volveria jamas.

y paja y a dormir.
 
No es así, no del todo. La felicidad se aparece cuando menos lo espera uno, y sin explicación. Igual sólo me pasa a mí por loca, pero no tiene que ver siempre con medios y fines. Es así de repente. Muy bonita la jodía felicidad. Y breve, eso sí, es un ramalazo, una sacudida, pero te da para aguantar un rato.

Tu nochevieja esa que relataste me deprimió un poco, aún no he sentido una sacudida de felicidad desde entonces. No por tu culpa, claro, es una casualidad. Y tampoco, es que no pasa todos los días, pero cuando te pega así por las buenas, que es como pega, sin motivo ni razón, pues es lo mejor del mundo.
Me acuerdo de una chica que se llamaba Joy. Era un poco fea, la verdad, pero estaba la mar de contenta siempre. Es un nombre arriesgado pero bonito.
 
Bueno, igual sí ha sido por tu culpa que no he tenido mis ramalazos de felicidad desde nochevieja, cenizo de los cojones, a ver, quería no herir, pero qué cojones... ¡Cenizo!
 
Bueno, igual sí ha sido por tu culpa que no he tenido mis ramalazos de felicidad desde nochevieja, cenizo de los cojones, a ver, quería no herir, pero qué cojones... ¡Cenizo!

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No lo entiendo bien, si estuvieras follando permanentemente en gerundio te quedarías seco.
Alguna vez hay que parar. A mi me gusta hablar después y hacer mimitos.

Sobre la felicidad no podemos dejar de citar a otro gran sabio junto a Aristóteles:

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Quizás habría que cambiar la expresión "ser feliz" por "estar feliz" y dejaría de ser imposible.
 
¿Qué tenéis últimamente con Aristóteles los amigos del acero? En serio lo pregunto.
 
Es mucho más entretenido el proceso para lograr algo que deseamos que el mero hecho de conseguirlo. Excepto para las pajas, donde proceso y resultado dan gustito por igual.

Estar feliz lo veo realista.Ser feliz es una quimera.

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El camino, caminando.
También se puede ser ó estar feliz pensando, esperando la coyunda. Tras ella retozando. Camino continuo.

Pero creo que el verdadero objetivo de este hilo es decirnos el jefe Blac que se ha reconciliado con la Cierva y que ha echado un buen caliqueño.

Ka®ma i caidita de Roma
 
Y qué hay de la virtud.... areté y todo eso. Se supone que una vida virtuosa conduce a la eudaimonia. De ahí que Boecio dijera en su Consolación de la filosofia que sólo los malvados eran infelices. La virtud se consigue con la mesura, aurea mediocritas.

De todas formas me ha llamado mucho la atencion lo de eudaimonia como energeia y esto es lo que la jewkipedia ma disho

Two examples of energeiai in Aristotle's works are pleasure and happiness (eudaimonia). Pleasure is an energeia of the human body and mind whereas happiness is more simply the energeia of a human being a human.

Teniendo que ver el término energeia con acto más que con actividad en el sentido en que lo usamos en castellano. Los términos de potencia y acto fueron introducidos por aristóteles para dar cuenta del movimiento en el plano ontológico.
 
Es mucho más entretenido el proceso para lograr algo que deseamos que el mero hecho de conseguirlo. Excepto para las pajas, donde proceso y resultado dan gustito por igual.

Estar feliz lo veo realista.Ser feliz es una quimera.

Coño. Qué lucidez.

Has dado en el clavo en mi opinión.

Otra cosa Interesante es que la cosa a conseguir no produce más felicidad por ser más cara, sino por el esfuerzo y paciencia necesario para obtenerla, independientemente de su valor.

Es por eso que puedes ver a un niño con un balón de fútbol nuevo que ha ahorrado para comprarse mucho más feliz que a un multimillonario con su nuevo Ferrari.

El sentimiento de felicidad es algo bastante subjetivo y depende tanto de las circunstancias vitales externas como dela interior de cada persona.

También es importante señalar que la idea de la felicidad es muy diferente para cada persona.
 
Última edición por un moderador:
Para mi la felicidad, tal y como la entiende mucha gente, es un estado de idiocia permanente, una especie de narcotizacion profunda, con el único propósito de no sufrir o evitar el dolor.


Quién aspira a ese tipo de vida, sólo puede ser un sujeto débil, un cacho carne con ojos, sin aspiraciones, muerto por dentro, y que directamente no quiere vivir, porque vivir en toda su extensión tiene su faceta de dolor y sufrimiento.
 
Yo creo que no soy un tarado auténtico, quicir, soy bastante razonable y tengo el sentido de la realidad inusitadamente bien desarrollado. Pero como no me canso de repetir, cuando me siento feliz, basta con pensar que esa felicidad no va a durar mucho, para que cese inmediatamente.

La sensación de dicha no se detiene en absoluto porque las condiciones exteriores que la hayan engendrado hayan cambiado, sino sólo porque yo tomo conciencia del hecho que esas condiciones exteriores van a desaparecer pronto y con toda seguridad.
 
Última edición:
Hombre tampoco exageremos. :lol:

Lo que si es verdad es que la gente extrovertida que está siempre con la sonrisa de felicidad en la cara resulta hasta molesta.

El estado "normal", reflexivo y productivo es a mi entender mucho mejor.
 
Última edición por un moderador:
En un contexto en el que la barrera que nos separa de la tumba fría es el medio milímetro de grosor de un vaso capilar del cerebro que puede romperse en cualquier momento, es inútil pensar en un estado de felicidad perenne, duradero o tan solo habitual.

Somos interinos, inquilinos de la realidad, meros turistas de un mundo que nos olvidara sin rastro a los dos dias de desaparecer de el. Todo lo que hagamos se edificara sobre arenas movedizas. Somos contingentes, prescindibles, transitorios y minúsculos.

Podemos elegir entre ser honestos, consecuentes, buena gente y aprovechadores de nuestro tiempo o dejarnos llevar por la pereza, la mediocridad y el nihilismo. En el primer caso, nuestra vida podra tener buenos momentos para paladear, siempre con la conciencia despierta para asimilar que son meros fogonazos aislados en un mar de mediocridad, frustración y aburrimiento. En el segundo supuesto, convertirnos en un truño cualquiera que pasa por la vida sin cuestionarse nada y dejándose llevar por la corriente. En el fondo no importa la elección: dentro de 50 años será intrascendente el camino elegido por un ser del pasado que ya no existe.

Lo más importante: no hacer depender nuestra supuesta felicidad de otras personas o contingencias externas. Los prójimos, sobre todo si son de sexo femenino, son más bien fuente de problemas, incomprensión y frustraciones. Si para ser felices necesitamos que alguien haga A, indefectiblemente hará B. Cualquier plan, cualquier estado de ánimo que dependa de alguien que no somos nosotros, fallara casi siempre antes que después. Nadie puede poner sus sucias e interesadas garras sobre nuestro equilibrio interior o sobre planes y perspectivas que no lo incluyen. Escoger aficiones que no necesiten de nadie, tener plan B por si falla la compañía, seleccionar putas atractivas y fiables para matar el deseo con regularidad, no esperar nada de nadie ni dar nada sin obtener beneficio suelen ser firmes pilares de lo que digo.

Si quiero imaginarme el momento de felicidad perfecta, me veo una mañana soleada en el sofá del salón, con Mozart o Vivaldi sonando, un buen libro en las manos y el gato ronroneando sobre las rodillas. Pocas veces puedo sentirme mejor acompañado de quién sea.
 
Lo más parecido que conozco a la felicidad es un atardecer con cielos rasgados de púrpura y carmesí.
Y tal vez algunas bossa novas.
Las abigarradas y burguesas fachadas de algunas viviendas de principios del XX en los centros de muchas ciudades.
Algunos recuerdos de besos junto al mar en una eterna tarde de verano.
Y poco más. Estoy listo para marchar.
 
Última edición:
Pues yo soy feliz en la inacción. Tumbado en mi cama, sin nada que hacer, nada que pensar, dejando mi mente en blanco... Los dias de frio que llueve fuera y sólo se oye el agua caer y correr. Sólo siento el contraste de temperatura: Calentito el interior del sobre en mi cuerpo serrano y el exterior con el frio en la punta de mi nariz...Ahí soy vegetalmente feliz. Un continuo orgasmo de baja intensidad. Si las ganas de mear no llegaran al dolor me tiraría así dias; puede que incluso muriera en eso. Y moriría feliz; sin duda. ¿Me estais diciendo que soy un privilegiado por ello? Una especie de lama tibetano en pleno nirvana o fumeta sin necesitad de cilindrín. No lo creo.

La felicidad es cuestión de percepción. De percepción pura sin mas condicionantes. No de acción, no de razonamiento, no de creencias o ciencias. Ni de idiotez, ni estado de gracia o consciencia,... nada de eso. Aristóteles, Cohello, el Papa, Punset,... nadie os va a decir lo que os da o quita felicidad. Al menos no lo dirán acertadamente. Eso es cosa vuestra. De cada uno a su manera. Según su cordura o locura. Y no es controlable, producible, creable, invocable o cultibable,... ese es el problema. La felicidad es totalmente aleatoria. Se puede encontrar; pero siempre será accidentalmente. Yo me río de los que la buscan. Pierden el tiempo. Desde los que se dedican a plagiar la felicidad de otros para si hasta los que sesudamente pierden vergonzosas cantidades de tiempo en definir, analizar y teorizar sobre el tema. Todos perdiendo su tiempo en algo que no conseguirán salvo por mero accidente.

Hay cosas en la vida que simplemente te tocan y cada cual la vive a su bola. La felicidad es una de ellas. Darle mas vueltas es perder el tiempo.

Curiosa expresión "dejar la mente en blanco". Lo que se ve es negro. Negro absoluto con algún gusanillo fosforescente bailando aleatoriamente en el momento de cerrar los ojos. En un instante se van.
 
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¿Y aquello de follar a los enemigos, matar a sus mujeres y oír el lamento de sus caballos dónde queda?
 
Nietzsche para otro hilo. Hoy, introspección y sofía.
 
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