De la imposibilidad de ser feliz

A veces me aprieto los huevos muy fuerte durante un rato y cuando dejo de hacerlo me siento feliz. No siempre funciona.
 
La felicidad es un invento de los publicistas para vender autos y cocacolas.

La eudaimonia aristotélica tiene mas que ver con el concepto budista del nirvana.

Mis únicos momentos auténticamente eudaimónicos los encuentro en la música. Y alguna que otra paja oportuna.
 
Pues yo soy feliz en la inacción. Tumbado en mi cama, sin nada que hacer, nada que pensar, dejando mi mente en blanco... Los dias de frio que llueve fuera y sólo se oye el agua caer y correr. Sólo siento el contraste de temperatura: Calentito el interior del sobre en mi cuerpo serrano y el exterior con el frio en la punta de mi nariz...Ahí soy vegetalmente feliz. Un continuo orgasmo de baja intensidad. Si las ganas de mear no llegaran al dolor me tiraría así dias; puede que incluso muriera en eso. Y moriría feliz; sin duda. ¿Me estais diciendo que soy un privilegiado por ello? Una especie de lama tibetano en pleno nirvana o fumeta sin necesitad de cilindrín. No lo creo.

La felicidad es cuestión de percepción. De percepción pura sin mas condicionantes. No de acción, no de razonamiento, no de creencias o ciencias. Ni de idiotez, ni estado de gracia o consciencia,... nada de eso. Aristóteles, Cohello, el Papa, Punset,... nadie os va a decir lo que os da o quita felicidad. Al menos no lo dirán acertadamente. Eso es cosa vuestra. De cada uno a su manera. Según su cordura o locura. Y no es controlable, producible, creable, invocable o cultibable,... ese es el problema. La felicidad es totalmente aleatoria. Se puede encontrar; pero siempre será accidentalmente. Yo me río de los que la buscan. Pierden el tiempo. Desde los que se dedican a plagiar la felicidad de otros para si hasta los que sesudamente pierden vergonzosas cantidades de tiempo en definir, analizar y teorizar sobre el tema. Todos perdiendo su tiempo en algo que no conseguirán salvo por mero accidente.

Hay cosas en la vida que simplemente te tocan y cada cual la vive a su bola. La felicidad es una de ellas. Darle mas vueltas es perder el tiempo.

Curiosa expresión "dejar la mente en blanco". Lo que se ve es negro. Negro absoluto con algún gusanillo fosforescente bailando aleatoriamente en el momento de cerrar los ojos. En un instante se van.

Yo también soy contemplativo, epicúreo concretamente.
Hay gente que se la pasa intentando cosas, moviéndose histéricamente en todas direcciones para conseguir objetivos, mientras otros nos dedicamos a observar y comentar lo que vemos alrededor y ninguna de las dos maneras de vivir es mejor que la otra.

He dicho.
 
Si quiero imaginarme el momento de felicidad perfecta, me veo una mañana soleada en el sofá del salón, con Mozart o Vivaldi sonando, un buen libro en las manos y el gato ronroneando sobre las rodillas. Pocas veces puedo sentirme mejor acompañado de quién sea.

Desde luego, si eres melómano o audiófilo, la felicidad bien te la puede proporcionar un buen equipo de sonido HIFI en donde te has gastado unos 1.500 euros.

Y a eso, añádele algún viaje por tierras caribeñas o las islas Seychelles. Sería ya el súmun...
 
A veces me aprieto los huevos muy fuerte durante un rato y cuando dejo de hacerlo me siento feliz. No siempre funciona.

Quiero decir que cuando me aprieto paso un mal rato y después me siento bien porque ha dejado de dolerme, no que me sienta satisfecho por haberme infligido dolor. No quiero que nadie piense que soy un masoca. Algo sí, pero no por esto.
 
No basta con dejar de pulsar el botón de la felicidad de vez en cuando, hay que ser infeliz para poder ser feliz, así que por qué esperar a que lleguen los malos momentos para poder disfrutar de los buenos. Ponerse los cojones morados lo llaman algunos, tomar las riendas mi vida lo llamo yo.
 
No es así, no del todo. La felicidad se aparece cuando menos lo espera uno, y sin explicación. Igual sólo me pasa a mí por loca, pero no tiene que ver siempre con medios y fines. Es así de repente. Muy bonita la jodía felicidad. Y breve, eso sí, es un ramalazo, una sacudida, pero te da para aguantar un rato.

Tu nochevieja esa que relataste me deprimió un poco, aún no he sentido una sacudida de felicidad desde entonces. No por tu culpa, claro, es una casualidad. Y tampoco, es que no pasa todos los días, pero cuando te pega así por las buenas, que es como pega, sin motivo ni razón, pues es lo mejor del mundo.
Me acuerdo de una chica que se llamaba Joy. Era un poco fea, la verdad, pero estaba la mar de contenta siempre. Es un nombre arriesgado pero bonito.

Te pasa a ti porque estás buena y la gente te ve como un trozo de carne que quiere follar y, por lo tanto, se esfuerzan por conseguirlo y el byproduct de eso es trataR DE hacerte feliz y, como no eres demasiado brillante, lo consiguen al menos hasta que tu instaisfacción y locura crónicas tomen el mando de tu cerebro una vez más.

Espera 20 años y me cuentas, cuando te conviertas en la versión femenina de Claude Rains, cuando seas invisible, transparente y ya a nadie importes porque, despojada de tu físico, únicamente queda una niña mimada llena de arrugas y lágrimas resecas en las mejillas: el arlequín más siniestro que mortal alguno viera.

Pero tranqui, que cincuentones de buen ver y dinero te darán una palmada en la espalda mientras le tiran los tejos a veintañeras y tú podrás tratar de ligar con sus chofers sexagenarios.
 
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Joder, estos querubines sí que traen la felicidad todas las navidades:
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Hay que estar muy traumado para no sonreír cantando novi novi novigod hasta la extenuación.
 
Pues yo soy feliz en la inacción. Tumbado en mi cama, sin nada que hacer, nada que pensar, dejando mi mente en blanco... Los dias de frio que llueve fuera y sólo se oye el agua caer y correr. Sólo siento el contraste de temperatura: Calentito el interior del sobre en mi cuerpo serrano y el exterior con el frio en la punta de mi nariz...Ahí soy vegetalmente feliz. Un continuo orgasmo de baja intensidad. Si las ganas de mear no llegaran al dolor me tiraría así dias; puede que incluso muriera en eso. Y moriría feliz; sin duda. ¿Me estais diciendo que soy un privilegiado por ello? Una especie de lama tibetano en pleno nirvana o fumeta sin necesitad de cilindrín. No lo creo.

A mis brazos.

Mis vacaciones perfectas es meterme en la cama un lunes y no salir hasta el lunes siguiente. Con el ordenador al lado de la cama y una botella de agua lanjaron a mano.



¿Y aquello de follar a los enemigos, matar a sus mujeres y oír el lamento de sus caballos dónde queda?

Creo que no era así, amigo. No se si era follarse a los caballos, matar a sus mujeres y oír lamentarse a sus enemigos.
 
Y a eso, añádele algún viaje por tierras caribeñas o las islas Seychelles. Sería ya el súmun...

Eres un estúpido que no entiende nada que no sea meter el micropene entre los muslos de meretrices de sidosa calidad. Más allá de eso tu cerebro conecta a masa y es completamente impermeable a cualquier tipo de reflexión. No se me ocurre otra cosa más pasajera, más sujeta a la caducidad, menos susceptible de ser perpetua que un PUTO VIAJE, que por definición tiene calidad de provisional, de temporal, de impás transitorio entre dos situaciones más o menos estables: la partida y la llegada. Si tu felicidad depende de un puto viaje de mierda es evidente que sólo durará lo que dure esa mierda de viaje estúpido y que por lo tanto el goce de emprenderlo finalizará no en el mismo momento en el que pongas un pie en tu destino de vuelta sino incluso antes, días antes, antes de empezar incluso, con la mera invocación de la idea que el viaje es finito y está condenado a terminar, y seguramente mal.

Nuestro paso sobre la tierra es fugaz, corto, irrelevante. Todo lo que tocamos está destinado a marchitarse. Cualquier esperanza es futil. Muramos todos en silencio intentando no estorbar demasiado.
 
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Eres un estúpido que no entiende nada que no sea meter el micropene entre los muslos de meretrices de sidosa calidad. Más allá de eso tu cerebro conecta a masa y es completamente impermeable a cualquier tipo de reflexión. No se me ocurre otra cosa más pasajera, más sujeta a la caducidad, menos susceptible de ser perpetua que un PUTO VIAJE, que por definición tiene calidad de provisional, de temporal, de impás transitorio entre dos situaciones más o menos estables: la partida y la llegada. Si tu felicidad depende de un puto viaje de mierda es evidente que sólo durará lo que dure esa mierda de viaje estúpido y que por lo tanto el goce de emprenderlo finalizará no en el mismo momento en el que pongas un pie en tu destino de vuelta sino incluso antes, días antes, antes de empezar incluso, con la mera invocación de la idea que el viaje es finito y está condenado a terminar, y seguramente mal.

Nuestro paso sobre la tierra es fugaz, corto, irrelevante. Todo lo que tocamos está destinado a marchitarse. Cualquier esperanza es futil. Muramos todos en silencio intentando no estorbar demasiado.

MAÑANA TE ME VAS AL GIMNASIO Y ME LEVANTAS HIERRO HASTA QUE SANGRES POR EL OJETE, ME HAS OÍDO. Y TERMINAS LA SERIE A TOPE DE GRUÑIDOS Y DEJANDO CAER LA BARRA DESDE BIEN ALTO, QUE VEAN QUIEN MANDA JODER.
 
Pues pensándolo friamente, Black Adder tiene razón exponiendo eso del viaje. No obstante, debo decir que yo he alcanzado bastante felicidad cuando he ido a Brasil o a ciertos sitios de Colombia. No sé, supongo que mi cerebro produjo esa hormona tan famosa (no me acuerdo del nombre). Eso en mi caso. En el caso de otros pues será diferente...

Que el mundo no se reduce sólo a tu jodido barrio, a tu bloque de vecinos, al supermercado donde vas a comprar...Que hay gente en otros países con la que el contacto puede transmitirte mejores sensaciones que las que estás acostumbrado. Y aparte de la gente, hay paisajes, ambientes, etc.

El problema del viaje es que hace falta dinero para hacerlo. Hasta que Ryanair no inagure vuelos económicos por 20 ó 30 euros a Cuba o Brasil (como los tiene con Londres) no podremos pensar en darnos esa satisfacción...Y con el trabajo que cuesta ahorrar.
 
Siempre he pensado que a menor inteligencia, mayor capacidad para disfrutar de las cosas y ser feliz. A pocas personas brillantes he conocido que declararan su felicidad a manos llenas.

Un instante fugaz de alegría, de tranquilidad, momentos, sí. Ese estado perpetuo de dicha, no existe. Ni siquiera los niños lo tienen, observadlos.
 
Lo más parecido creo que es imitar a los gatos, que cuando tienen sus necesidades básicas cubiertas simplemente no hacen nada, no se mueven y observan contemplativos. La felicidad del gato en ese momento es a lo que podemos aspirar, muy en royo zen no sé si me explico.
 
Daño en pupilas insoportable. Así no hay quien llegue a la felicidac.

Ka®ma enroyavle
 
Lo más parecido creo que es imitar a los gatos, que cuando tienen sus necesidades básicas cubiertas simplemente no hacen nada,

En cuestión de comer, cagar y eso puedes tener tus necesidades básicas cubiertas, pero en lo referente al sexo...bufff, eso es lo complicado. Y encima para los que sólo follan pagando, como yo.
 
Ya podéis cerrar el hilo que lo ha vuelto a secuestrar el retrasado de cachondo con su diarrea mental.
 
A veces me aprieto los huevos muy fuerte durante un rato y cuando dejo de hacerlo me siento feliz. No siempre funciona.
:lol::lol::lol:

pai-mei rebuznó:
Espera 20 años y me cuentas, cuando te conviertas en la versión femenina de Claude Rains, cuando seas invisible, transparente y ya a nadie importes porque, despojada de tu físico, únicamente queda una niña mimada llena de arrugas y lágrimas resecas en las mejillas: el arlequín más siniestro que mortal alguno viera.

Pero tranqui, que cincuentones de buen ver y dinero te darán una palmada en la espalda mientras le tiran los tejos a veintañeras y tú podrás tratar de ligar con sus chofers sexagenarios.
O con jovencitos atléticos y aniñados atraídos por las mujeres maduras. Depende, amigo, los pilares de Occidente van cayendo poco a poco.

Señor del 5º rebuznó:
Siempre he pensado que a menor inteligencia, mayor capacidad para disfrutar de las cosas y ser feliz. A pocas personas brillantes he conocido que declararan su felicidad a manos llenas.
Eso es: a menor reflexión, mayor felicidad. Tengo un compañero de trabajo al que estrangularía: todos -TODOS- los putos días del año está feliz, contento, tiene siempre en la boca un "¿Qué tal todo, Bedel, bien? Yo, fenomenal... De puta madre... etc". Ante la observación de algún asunto problemático, siempre lo resuelve todo tapándolo con sus cristales color de rosa. Y, si algún jefe ha encargado algún trabajo inútil, responderá ante las quejas su consabido "Bueno, pues habrá que hacerlo, ¿no?", con esa alegría pizpireta de animalillo, de muñequito programado que te mira con sorna como pensando "Ya está el marica este con sus quejas".

Es un personaje secundario, plano, un monigote de estrecho registro, pero al que sin duda envidio. Porque todo eso no puede ser una pose, sino una condición biológica. Sí, amigos, la tendencia a la ansiedad, a la introversión o a la depresión es genética, según han descubierto últimamente los científicos del celebro. Y poco podemos hacer, salvo una cosa: movernos, salir, relacionarnos todo lo posible, llenar nuestro tiempo (soy un bujarra, qué le voy a hacer)... y ser útiles a los demás. Porque encerrarnos de forma perpetua sólo consigue hundirnos más en las tinieblas. El ser humano, como los animales (¿alguno ha visto la mirada de un gorila tras un cristal?), estamos hechos para la actividad, y no pensar más que lo imprescindible.

Y tener las expectativas bajas... Eso ante todo.
 
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Eso es: a menor reflexión, mayor felicidad. Tengo un compañero de trabajo al que estrangularía: todos -TODOS- los putos días del año está feliz, contento, tiene siempre en la boca un "¿Qué tal todo, Bedel, bien? Yo, fenomenal... De puta madre... etc". Ante la observación de algún asunto problemático, siempre lo resuelve todo tapándolo con sus cristales color de rosa. Y, si algún jefe ha encargado algún trabajo inútil, responderá ante las quejas su consabido "Bueno, pues habrá que hacerlo, ¿no?", con esa alegría pizpireta de animalillo, de muñequito programado que te mira con sorna como pensando "Ya está el marica este con sus quejas".

Es un personaje secundario, plano, un monigote de estrecho registro, pero al que sin duda envidio. Porque todo eso no puede ser una pose, sino una condición biológica. Sí, amigos, la tendencia a la ansiedad, a la introversión o a la depresión es genética, según han descubierto últimamente los científicos del celebro. Y poco podemos hacer, salvo una cosa: movernos, salir, relacionarnos todo lo posible, llenar nuestro tiempo (soy un bujarra, qué le voy a hacer)... y ser útiles a los demás. Porque encerrarnos de forma perpetua sólo consigue hundirnos más en las tinieblas.

Y tener las expectativas bajas... Eso ante todo.
Salir y relacionarme nunca solucionóme nada. Sólo me hizo empeorar.
No recomiende algo que no sabe si empeorará al prójimo.
Respecto a su compi de trabajo, conozco a uno igual. Es de Lepe...
:face:
 
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Salir y relacionarme nunca solucionóme nada. Sólo me hizo empeorar.
No recomiende algo que no sabe si empeorará al prójimo.
Hombre, yo lo recomiendo porque es lo que recomiendan los psiquiatras y médicos, y porque a mi me funciona. No hay que salir a cualquier sitio ni con cualquier compañía, sino con gente que te haga sentir bien (o al menos no te joda). Y hacer cosas que nos den placer (y no sólo follar, aunque también:1) y alegría.
 
Hombre, yo lo recomiendo porque es lo que recomiendan los psiquiatras y médicos, y porque a mi me funciona. No hay que salir a cualquier sitio ni con cualquier compañía, sino con gente que te haga sentir bien (o al menos no te joda). Y hacer cosas que nos den placer (y no sólo follar, aunque también:1) y alegría.

Lo cual inevitablemente te hará cada vez más insensible al placer.

De la misma forma que un hombre condenado a resucitar infinitamente sería cada vez más temerario y despreciaría más los peligros de poner en riesgo su vida, por lo que la valoraría cada vez menos, o que jugar al counter con chetos hace que dobles las esquinas sin agacharte con ctrl siquiera.

Repetir una y otra vez actividades finitas que nos hagan felices sólo nos hace ver cómo de inútil es nuestra pretensión, como un hámster haciendo girar su rueda para llegar a ninguna parte.
 
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