Werther
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El Rey Alfonso XII regresaba de un viaje, y al pasar por la ciudad de París el dia 29 de Septiembre de 1.883, fue insultado y apedreado. La noticia fue conocida días después en un pequeño pueblo de la serranía almeriense llamado Líjar (500 hab a día de hoy) y esto fue lo que pasó:
(transcripción literal, leedla no tiene desperdicio)
Sesión Ordinaria de 14 de octubre de 1.883.-
Srs. del Ayuntamiento Miguel García Sáez. Juan Martínez. Antonio Martínez, Andrés Martínez. Francisco García.
En la villa de Líjar a catorce de octubre de mil ochocientos ochenta y tres, reunidos los Srs. del Ayuntamiento que al final suscriben, en Sala Capitular y Sesión Ordinaria bajo la presidencia del Sr. Alcalde D. Miguel García Sáez.
Abierta la sesión se dio lectura a la acta de la anterior y se aprobó por unanimidad.
Se dio cuenta de cuantas órdenes se han recibico en la semana y se acordó su cumplimiento por quien corresponda.
Por el Presidente se hizo saber al Ayuntamiento, que al pasar por la Ciudad de París, el Rey D. Alfonso de regreso de su viaje el día veinte y nueve de Septiembre último, fue insultado, apedreado y cobardemente ofendido por turbas miserables, pertenecientes a la Nación francesa.
Que el mas insignificante Pueblo de la Sierra de los Filabres, debe de protestar en contra de semejante atentado y hacer presente, recordar y publicar, que solamente una mujer vieja y achacosa, pero hija de España, degolló por sí sola treinta y dos franceses que se albergaron, cuando la invasión del año ocho en su casa. Que este ejemplo sólo, es muy bastante para que sepan los habitantes del Territorio Francés, que el pueblo de Líjar, que se compone únicamente de trecientos vecinos y seiscientos hombres útiles, está dispuesto a declararle guerra a toda la Francia, computando por cada diez mil franceses un habitante de esta villa. Pues es necesario que sepa el Territorio Francés, que España ostenta en su escudo, la insignia de más valor que puede ostentar la primera nación del Mundo. Tiene en él nada menos que un León. Cuenta la Historia Española, un Sagunto, un San Marcial, Bailen, Zaragoza, Otumba, Lepanto y un Pavía, que ninguna Historia de las que se conocen hasta el día puede presentar ejemplos tan terribles.
Que un Carlos Primero de España, supo hacer prisionero a un Rey Francés, y cuando lo guardaba en Castilla, con cuantas consideraciones se albergan únicamiente en pechos Españoles, supo el solo atravesar, la Francia aterrorizando con su figura el Mundo. Que También hubo un Fellipe Segundo, que en su reinado supo abarcar de uno a otro confín de la Tierra y que ahora, cuando el Pueblo de España no cuenta ni con un Gonzalo de Córdoba, ni con un D. Juan Chacón, ni con un Conde de Gabia, ni un Dureña Ponce, hay todavía vergüenza y valor para hacer desaparecer del mapa de los continentes a la cobarde nación Francesa.
El Ayuntamiento tomando en consideración lo expuesto por el Alcalde, acuerda unánimemente declararle Guerra a la Nación Francesa, dirigiendo comunicado en forma debida directamente al Presidente de la República Francesa, anunciando previamente al Gobierno de España esta Resolución.
No teniendo ninguna otra cosa que acordar, se levantó la Sesión, estampando la presente acta, que firman los Srs. que sabían y los que no signan, de que yo el Secretario Certifico.
En 1.983 se firmó la paz "después de cien años de incruenta guerra".-
(transcripción literal, leedla no tiene desperdicio)
Sesión Ordinaria de 14 de octubre de 1.883.-
Srs. del Ayuntamiento Miguel García Sáez. Juan Martínez. Antonio Martínez, Andrés Martínez. Francisco García.
En la villa de Líjar a catorce de octubre de mil ochocientos ochenta y tres, reunidos los Srs. del Ayuntamiento que al final suscriben, en Sala Capitular y Sesión Ordinaria bajo la presidencia del Sr. Alcalde D. Miguel García Sáez.
Abierta la sesión se dio lectura a la acta de la anterior y se aprobó por unanimidad.
Se dio cuenta de cuantas órdenes se han recibico en la semana y se acordó su cumplimiento por quien corresponda.
Por el Presidente se hizo saber al Ayuntamiento, que al pasar por la Ciudad de París, el Rey D. Alfonso de regreso de su viaje el día veinte y nueve de Septiembre último, fue insultado, apedreado y cobardemente ofendido por turbas miserables, pertenecientes a la Nación francesa.
Que el mas insignificante Pueblo de la Sierra de los Filabres, debe de protestar en contra de semejante atentado y hacer presente, recordar y publicar, que solamente una mujer vieja y achacosa, pero hija de España, degolló por sí sola treinta y dos franceses que se albergaron, cuando la invasión del año ocho en su casa. Que este ejemplo sólo, es muy bastante para que sepan los habitantes del Territorio Francés, que el pueblo de Líjar, que se compone únicamente de trecientos vecinos y seiscientos hombres útiles, está dispuesto a declararle guerra a toda la Francia, computando por cada diez mil franceses un habitante de esta villa. Pues es necesario que sepa el Territorio Francés, que España ostenta en su escudo, la insignia de más valor que puede ostentar la primera nación del Mundo. Tiene en él nada menos que un León. Cuenta la Historia Española, un Sagunto, un San Marcial, Bailen, Zaragoza, Otumba, Lepanto y un Pavía, que ninguna Historia de las que se conocen hasta el día puede presentar ejemplos tan terribles.
Que un Carlos Primero de España, supo hacer prisionero a un Rey Francés, y cuando lo guardaba en Castilla, con cuantas consideraciones se albergan únicamiente en pechos Españoles, supo el solo atravesar, la Francia aterrorizando con su figura el Mundo. Que También hubo un Fellipe Segundo, que en su reinado supo abarcar de uno a otro confín de la Tierra y que ahora, cuando el Pueblo de España no cuenta ni con un Gonzalo de Córdoba, ni con un D. Juan Chacón, ni con un Conde de Gabia, ni un Dureña Ponce, hay todavía vergüenza y valor para hacer desaparecer del mapa de los continentes a la cobarde nación Francesa.
El Ayuntamiento tomando en consideración lo expuesto por el Alcalde, acuerda unánimemente declararle Guerra a la Nación Francesa, dirigiendo comunicado en forma debida directamente al Presidente de la República Francesa, anunciando previamente al Gobierno de España esta Resolución.
No teniendo ninguna otra cosa que acordar, se levantó la Sesión, estampando la presente acta, que firman los Srs. que sabían y los que no signan, de que yo el Secretario Certifico.
En 1.983 se firmó la paz "después de cien años de incruenta guerra".-