Yo he robado en todas las empresas en las que he trabajado. Algunos delitos todavía no han prescrito, no vayáis a pensar que hablo del pleistoceno. El caso que yo siempre entro a una empresa con la mejor de las intenciones y con actitud proactiva, pero los empresarios en España, más bien sus esbirros encargados, son unos buenos perros de sus amos y pronto empieza el puteo. Que si te llamo en tu día de libranza y te coacciono para que vengas o adiós curro, que si al llegar al sitio no te saludo, que si te trato con ironía, que si no se acuerda de que el viernes me quedé cubriendo una hora al mongolo que me daba el relevo, que si hoy no he follado y la pago con los empleados...
Decir que casi siempre he estado en sitios ande manejaba efectivo, por lo que la venganza era fácil. Siempre aguantaba el puteo estoicamente, mi actitud en el trabajo era parecida a la que un día contó verruga, no es que sea el pusilánime de turno pero si que se nota que mi madre me adoctrinó de pequeño para ser un buen lacayo.
Pero, amigos, todo tiene su límite y cuando yo consideraba que ese límite había sido pasado, empezaba mi terrible venganza. Así que me acuerde, cuando estuve currando en un supermercado empecé pasando la compra gratis a las viejas que más pena me daban para luego pasar a decir a mis amigos que vinieran y les pasaba el botellón de ese fin de semana gratis. También hice tradición con el tema de mangarme un yogur con cereales y un danap para desayunar. Me orinaba fuera siempre, además.
En otro sitio en el que curré y que fue en el que más puteado me tuvieron tenían una tpv de mierda que podías registrar los artículos e incluso dar ticket al cliente y luego borrar esa compra, por lo que sólo había que esperar a que alguien comprase algo y te pagase con el dinero justo y... Voilá! Los ecus al bolsillo. En mi mayor golpe, me dió para comprarme la play 2, el San andreas y el fifa 2006 y todavía me sobró.
En otro sitio, me dieron botones de poder y gracias a una contabilidad creativa siempre me iba con algo a casa.
El hurto y el ladroneo hacen de las personas seres brillantes y cada vez se me ocurría formas más creativas y diversas de latrocinio. Yo creo que si hubiera estado más tiempo en alguno de los sitios de los que he hablado, me llevo la tienda a cuestas.
Todo esto, repito, eran venganzas. Era para poner en orden el universo. El puteo a un ser indefenso como es un currito de sitio de mierda trae estas consecuencias. Es cierto que a veces los motivos por los que cometía la venganza eran muy leves e incluso algún día que, a lo mejor, había sido rechazado la noche anterior por alguna hija de puta tenía a bien cobrarme mis males de esa manera.
Y no, no me metí a peseto porque tenga cierto historial de hurtos, que os veo venir.