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- 8 Mar 2004
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Corrían los tiempos de Maricastaña y Calígula era corneta, cuando en el marco incomparable de una civilización despreciable, un raquítico treintañero se emancipaba con mal pie de casa de sus papis.
No negaremos que el joven tenía don de gentes; sabía como nadie ganarse la admiración de sus incondicionales, quienes narraban sus gestas con la misma veracidad que un pescador narra el tamaño de sus capturas.
El escuálido joven era un genio del ilusionismo. Así fue capaz de, por ejemplo, caminar sobre las aguas ante la atónita mirada de unos testigos; ninguno de ellos fue capaz de ver el tablón apoyado sobre dos cajas de cerveza, a menos de una cuarta bajo la superficie del mar. Ellos los llamaban milagros, él, simplemente se partía el náguel y se hinchaba a follar y a vivir del cuento por toda la jeta, David Koresh style.
Ocurrió que por alguna razón sus tonterías empezaron a tocar los cojones a un tal Poncio Pilatos, Prefecto de Judea. Muy cruzado lo debía tener porque no le bastó con rebanarle el cuello, sino que por lo visto se lo pasó en grande montándole una auténtica jimkana de dolor, judiada tras judiada para acabar poniéndolo a secar al sol entre dos gamberros de su misma catadura moral.
No obstante Pilatos, que en el fondo no era mala gente, dejó en última instancia que el infame pueblo escogiera si debían indultarle a él o a un ladronzuelo de poca monta, de nombre Barrabás. El pueblo judío, caracterizado por su facilidad de vender a su madre por un plato de lentejas, eligió al ratero, que al menos ya sabían de qué pie cojeaba, no como el otro que nunca sabían por dónde les iba a salir.
Dado el asombroso paralelismo que se ha dado aquí en esta nuestra gloriosa civilización putalocuriense, y coincidiendo con estas fechas en que se rememora aquel momento, queremos contribuir a los festejos representando el momento en que el LOL decidió el curso de la historia, tras el llamado juicio más importante de la historia.
"¿A QUIÉN QUERÉIS LIBERAR, OH PUEBLO, A JESUCOSTRA EL PAYASO O A BARRACÁNCER DE COLON?"
Votaciones abiertas. Vote con moderación, es su responsabilidad.
No negaremos que el joven tenía don de gentes; sabía como nadie ganarse la admiración de sus incondicionales, quienes narraban sus gestas con la misma veracidad que un pescador narra el tamaño de sus capturas.
El escuálido joven era un genio del ilusionismo. Así fue capaz de, por ejemplo, caminar sobre las aguas ante la atónita mirada de unos testigos; ninguno de ellos fue capaz de ver el tablón apoyado sobre dos cajas de cerveza, a menos de una cuarta bajo la superficie del mar. Ellos los llamaban milagros, él, simplemente se partía el náguel y se hinchaba a follar y a vivir del cuento por toda la jeta, David Koresh style.
Ocurrió que por alguna razón sus tonterías empezaron a tocar los cojones a un tal Poncio Pilatos, Prefecto de Judea. Muy cruzado lo debía tener porque no le bastó con rebanarle el cuello, sino que por lo visto se lo pasó en grande montándole una auténtica jimkana de dolor, judiada tras judiada para acabar poniéndolo a secar al sol entre dos gamberros de su misma catadura moral.
No obstante Pilatos, que en el fondo no era mala gente, dejó en última instancia que el infame pueblo escogiera si debían indultarle a él o a un ladronzuelo de poca monta, de nombre Barrabás. El pueblo judío, caracterizado por su facilidad de vender a su madre por un plato de lentejas, eligió al ratero, que al menos ya sabían de qué pie cojeaba, no como el otro que nunca sabían por dónde les iba a salir.
Dado el asombroso paralelismo que se ha dado aquí en esta nuestra gloriosa civilización putalocuriense, y coincidiendo con estas fechas en que se rememora aquel momento, queremos contribuir a los festejos representando el momento en que el LOL decidió el curso de la historia, tras el llamado juicio más importante de la historia.
"¿A QUIÉN QUERÉIS LIBERAR, OH PUEBLO, A JESUCOSTRA EL PAYASO O A BARRACÁNCER DE COLON?"
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