Capítulo piloto.
Aparece Demian haciendo la colada, ha separado la ropa clara que usa para ir a la oficina de la oscura que usa para su estar por casa. Pero alguien ha dejado algo rojo dentro del bombo, ya se verá más adelante quién ha sido, y a Demian le sale la lavadora de la ropa clara toda rosa. Un dramón.
De esa situación se hace una crítica social sobre los prejuicios homosexuales. Demian se niega a ponerse esa ropa por miedo a que le tachen de homosexual en el trabajo, arruinando así su reputación de solitario misterioso que vuelve locas a las compañeras y su aura de follador nato que todos sus compañeros casados tienen de él. Además que en el bloque los vecinos pueden murmurar ya que jamás se la ha visto con una mujer y vive con otros dos individuos.
Entonces Cimmerio, que tiene mucho mundo porque tiene un padre con una buena jubilación por haber estado en la GC del País Vasco cuando la ETA, y que le ha consentido todo a su niño. Pues Cimmerio le dice que no pasa nada, que es solo un color y que no quiere decir nada, y se pone una camiseta de color rosa y unos pantalones con un tono chicle, todo combinado con unas NB a juego que tiene de color morado. Le queda bien porque tiene los ojos verdes y el rosa y el verde le dan un toque modosito que a las mujeres que están menstruando les encanta. Sale del piso con esa facha y fundido a negro.
Al rato vuelve Cimmerio de comprar 5 kg de fruta y cuenta su experiencia en el mundo exterior. Todo le parece una mierda, para referirse a la gente les llama "los otros", y siempre lo hará así a lo largo de la serie, y hace una crítica sobre el desprecio y las burlas que ha tenido que soportar por su vestimenta. Luego hace una reflexión final sobre la homofobia y termina divagando y hablando (insinuando) su problema con las drogas en su adolescencia. También en todos los capítulos insinuará algo sobre este tema sin llegar nunca a concretar.
Mientras todo esto sucede en el piso, yo aparezco y desaparezco en escena siempre con cara como de asco por tener que soportar a estos dos subnormales, los cuales me dan mucha repugnancia y a los que nunca dirijo la palabra. Solo aparezco y desaparezco en un segundo plano con cara de asco y miradas de reojo. Mi seña de identidad será que apareceré en escena de sorpresa durante unos segundos, los justo para que la cámara capte mi cara de desagrado, y desapareceré al momento y siempre, siempre, sonará un portazo. Así el espectador sabrá que vuelvo a mi habitación a aislarme de la sociedad y que sufro mucho. Que vivo en una cárcel donde yo soy el carcelero, esto es para captar a los espectadores asociales los cuales jamás han tenido representación en ninguna serie americana y que están ahí esperando a que alguien hable de ellos.
Se emitirá un miércoles a partir de las doce y media de la noche en la dos, sin hora fija, como se emitían los Simpson al principio o Metrópolis, el programa esnob por excelencia de la tv.
En el siguiente capítulo alguien ha cogido una salchicha de mi balda de la nevera y entro en cólera, me pongo a investigar quién ha podido ser, pero no preguntando directamente a los otros, no me hablo con ellos, sino por medio de deducciones detectivescas y con reconstrucción de los hechos en flashback. Cimmerio reflexionará sobre la explotación del capitalismo al proletariado y a Demian le cambian la medicación.