MIP rebuznó:
Yo no se que haría en esa tesitura, si ponerme trompa como dices, o tirarme en plancha a la azafata y decirle que si le apetece un rápido en el WC. Claro que a esto siempre te puede contestar que NO y sería un poco triste.
Cuando estás con la muerte en los talones me parece que las cosas van por otos derroteros.
Yo experiencia poca, ya habéis visto que esquivo a la Parca cual Messi a rival. Pero conozco (conocía) uno que estuvo en un famoso vuelo BCN-Bilbao si no recuerdo mal.
Una cagada de esas del tornillo y el sensor que comenta MIP hizo que el tren de aterrizaje no subiera bien pero dio aviso o el piloto notó algo raro.
Volvieron al Prat y revisaron el mecanismo y lo dieron por bueno. Se elevaron y al recogerlo ya saltaron las alarmas. El piloto en vuelo intenta sacarlo a ver si va y ya ve que nada, las ruedas no bajan.
Ahí ya avisa a todo el mundo incluyendo al pasaje y empieza a hacer caídas bruscas y remontadas a ver si se desengancha (sí, como cuando sacudes el mando a distancia para que salten las pilas). Todo el mundo en posición fetal y me comentó este tal Manel que se hizo un silencio sepulcral e invadió un olorcilo a mierda todo el avión, lo que junto a las piruetas y el mal rollo, generó una de vomiteras de la leche. Un horror. La gente no sabe ni fallecer con clase.
Al final no hubo manera, estuvo volando hasta Palma y luego en círculos para gastar el combustible y aterrizó sobre la panza del avión, de una forma tan impecable que no hubo ni un tirón de cervicales en todo el pasaje, aunque luego alguno torpe se hizo pupa bajando por el tobogán.
El piloto salió en hombros y creo que hay un mecánico de aviones en paro de por vida.
Un avión que abortó un primer despegue aterriza en Palma sin el tren delantero | Edición impresa | EL PAÍS
El artículo no refleja la situación que me explicó el amigo Manel, que un año después de librarse de esta, moría de un rabioso cáncer de colon.
Los pilotos intentaron repetidas veces activar el tren delantero y, para ello, efectuaron varias maniobras de descenso, en picado. Con tanto vuelo descendente y los nervios acumulados, algunos nos mareamos", apostilló el mismo viajero.