El buey suelto bien se lame, y de poco le vale.

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tortuga ligera rebuznó:
En cambio, un gorila, en la plaza… Le dices “chita, ankawaaaa”. Y antes de parpadear te está dando hostias a rodabrazo muy, muy fuerte.
Como los montgomery al salir del colegio/eufemismo.
 
Senior Putas rebuznó:
El toro, como todo buen herbívoro es tonto, para ratos un león va a dar pasadas a un trapo, igual da dos, pero a la tercera se tira al cuello, para el espectáculo se necesita de un animal que no sabe distinguir a un tipo de un trapo y que solo sabe seguir el movimiento de dicho trapo... pero un león te huele el sudor y escucha el pulso de tu cuello bombeando deliciosa sangre que lamer... no habría espectáculo o duraría segundos.


Es lo que decía antes.

Al toro se le alaba y enaltece como animal, para engañarnos y no darnos cuenta de que en cuanto inteligencia, no es mucho más que un gñu.
 
tortuga ligera rebuznó:
Es cierto esto que comentas. Pero yo contestaba al planteamiento de toneti; “torear un verdadero depredador”, o un puma como tu decías.
Si sale un puma o un león a la plaza, al ver un torero citándole el instinto les hace rehuir el enfrentamiento. Sobre todo con especies como la humana, que no tienen calibrada instintivamente.
En cambio, un gorila, en la plaza… Le dices “chita, ankawaaaa”. Y antes de parpadear te está dando hostias a rodabrazo muy, muy fuerte.


que dices hombre, sueltas a un gorila en una plaza de toros, y lo primero que hace es mirar a ver por donde se puede encaramar, al estar completamente rodeado, tira parriba para ponerse en una posicion de altura, y alli haria momos de "que pasa maricones, venid aqui que me vais a comer la polla".


un puma no, un puma ve los brillitos de traje de luces, y se va a chindar, los cojones, su cerebro dice "USAR ZARPAS CON COSA QUE BRILLA".

Te lo digo yo que tengo locos a los gatos del colegio de enfrente con un puto laser de los chinos.
 
Toneti rebuznó:
Es lo que decía antes.

Al toro se le alaba y enaltece como animal, para engañarnos y no darnos cuenta de que en cuanto inteligencia, no es mucho más que un gñu.

Es ley de vida, el depredador es siempre más listo que el bicho que come, lo que no quita que para de vez en cuando le peguen una corná... también hay que decir que si yo tubiese que matar un toro tampoco iba a eleguir como mis armas favoritas un estoque y una capa, que también hay quien caza jabalies a cuchillo y tiene bien de mala ostia el bicho... ahora que lo pienso torear un jabalín podría ser jarto divertido de ver, un jabalín engrasado.
 
Senior Putas rebuznó:
Es ley de vida, el depredador es siempre más listo que el bicho que come, lo que no quita que para de vez en cuando le peguen una corná... también hay que decir que si yo tubiese que matar un toro tampoco iba a eleguir como mis armas favoritas un estoque y una capa, que también hay quien caza jabalies a cuchillo y tiene bien de mala ostia el bicho... ahora que lo pienso torear un jabalín podría ser jarto divertido de ver, un jabalín engrasado.


Que coño, inventemos nuestra propia tradicion.

yo digo combinar lo de cazar un jabali a cuchillo con lo de tirar un queso por un terraplen del carajo, eso que hacen en escocia o por ahi.

esto es, tirar un jabali engrasao, por un terraplen de la hostia y que la gente se tire de boca a cazarlo a cuchillo.

podriamos llamarlo biescasdepanceta, y acuñar nuestro propio lenguaje, por ejemplo, dar una vuelta de campana sin meterse el cuchillo en el pecho, podria llamarse "el ovillo facoquero", o rodar de lado sin perder el cuchillo "la croqueta baticao".

yo lo veo.
 
stavroguin 11 rebuznó:
Lo de Paquirri fue una cagada de proporciones descomunales. Si en vez de dejarlo en el dispensario, sangrando cual gorrino en manos de un cirujano sin competencia en el tema vascular durante dos horas, le hubiesen cogido con rapidez una vena para pasar sueros a chorro, poniendo un paquete de compresas en el bujero, comprimiendo fuertemente con un puño la zona del Trigonum femorale o de Scarpa (haber estudiao) y hubiesen salido disparados al hospital de referencia con cirujanos vasculares disponibles, la Pantoja nunca hubiera pisado el trullo y su hijo nunca se hubiese convertido en un despojo que mueve a risa al haber recibido unas cuantas hostias de la mano firme de su padre. Y la panchita adoptiva tal vez pudiese ser localizada comiendo pollas en un cobertizo del altiplano.

Y de nuevo he conseguido un post desde el Iphone sin poner tildes.

Usted entiende y se ajusta al hilo.
El resto, en ausencia de Leproso, lo están convirtiendo en un chat que no tiene ni puta gracia.
Ya veremos qué dice el maestro cuando vuelva.
 
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Un primo hermano de un toro de lidia acariciando al puto rey de la selva.
 
Es de sobra sabido que el toro sólo enviste cuando se siente amenazado. Cuando se invade su territorio o usurpan su estatus.
Cuando el morlaco está en la dehesa pastando y olfateando el ambiente en busca del aroma de una hembra en celo, no tiene por costumbre embestir al ser humano y más bien rehuye el enfrentamiento, a no ser que se haya invadido su espacio de seguridad y se lo tome como una amenaza. He visto toros de lidia encerrados en corrales donde su dueño se acercaba a acariciarle la testuz y cuello y el animalico ni se movía, como un cachorrillo. En Mérida, para más señas.

Al toro se le atribuye la cualidad humana de la nobleza porque sólo ataca para defenderse, no huye de ningún rival, va de frente y no se ensaña con el vencido. Como no es un depredador no está agazapado esperando el mejor momento para matar por sorpresa, algo que es de cobarde, dicho sea de paso. Respeta la retirada del enemigo y no persigue hasta dar presa al que huye. Va de cara, con honestidad, con nobleza.

Un respeto, hijos de puta, no comparéis a un toro con un felino; que son razas sibilinas, que atacan por sorpresa y nocturnidad, que se agazapan entre los matorrales y hasta se cubren de pieles para mimetizarse y actuar con cobardía. Seleccionan a las presas más débiles. Atacan en manada y si pueden no son los primeros en engancharse a la presa no sea que se lleven una coz o una cornada, prefieren abalanzarse por el culo, evitando los cuernos, o en otras ocasiones por la cara pera evitar las patadas. Sólo atacan cuando están es superioridad numérica, algo típico de razas inferiores como los gitanos, los moros y los neonazis.

Los babuinos, chimpancés, macacos y demás homos de los que habláis desde la más absoluta ignorancia; atacan desde la distancia, con cobardía. Tirando piedras, desde las alturas o lugar seguro, después, en manada y siempre en una relación 1/25 acorralan al rival demostrando su vileza. Utilizan armas de mujeres como el aturdimiento de su enemigo mediante gritos estridentes, tirones de pelo y rabo, amagar y retroceder unos metros, etc. Todo un manual de como ser un asqueroso rastrero en un combate.

Y de todo lo que he dicho es cierto y verdad y se puede comprobar sobradamente en los documentales de la 2.
 
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GRABIELA
GRABIELA
GRABIELA
GRABIELA
GRABIELA
GRABIELA
GRABIELA


¿Y MIZ CARZONSILLOS?


90 añacos, y el tío aún no sabe decir bien ni el nombre de su hija. :pringui:


¿Por qué los toreros son tan palurdos y analfabetos? Ojo, que no se trata de entender de física cuántica o de leer a Sartre; es que los muy tarugos no saben ni hablar.


Aquí, la Grabiela:


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tortuga ligera rebuznó:
Company Leproso, dos temas;
Las “manoletinas”.
¿Con el tiempo se han modernizado más de lo que a simple vista parece?
Porque lo que parecen son unas bailarinas, que deben proteger poco o nada de un pisotón. Y además con todo el empeine al aire.
Yo cada vez que veía al Fandi correr p’atrás a cuarenta por hora después de banderillas, pensaba; “se le va a salir una, va a caer de culo, y vamos a padecer”.

Las “retiradas”.
¿Porque se retiran jóvenes y figuras?
Si saben perfectamente que al cabo de unos años van a volver. ¿Por qué esa pérdida de tiempo? ¿Es por la familia?

[lametón escrotal]Que bien escribes cabron, que envidia me das.[/lametón escrotal]

Poco han variado, tema de suelas, agarre y cosas de esas, pero el cuero, siempre de la mejor calidad y flexibilidad. Van muy ajustadas al pie, como una segunda piel ( cuesta calzarlas ) y es difícil que se salgan solas. Como bien dices, no protegen nada el pie, y más de uno preferiría una cornada limpia de dos cuartas a un pisotón en el empeine. Si se encharca el ruedo por imprevisto y repentino aguacero, mejor quitárselas pues aquello esbara como una pista de hielo. Y por unos setenta u ochenta florines, vas hecho un pincel.

Lo de las retiradas es más complicado, del toro ( como casi todo en la vida ), te vas o te echan. Te vas porque ya te has hecho rico, no tienes más que decir o ya no puedes. Luego las reapariciones, ya sabéis que no me gusta hablar de dineros, pero aquí, uno se vuelve a poner delante cuando anda canino, que para matar el gusanillo nunca falta el amigo ganadero que te pone las becerras que quieras para que vuelvas a sentir el veneno del toro en las venas. Y así te ahorras al peor enemigo del torero que es el público y el público nos ahorramos eso de que necesitabas volver porque te quedaban cosas que decir en el toreo, necesidad de dar lo que aún llevas dentro y blao, blao. Y todos tan amigos.

Una retirada hamérrima, Emilio Ortuño “Jumillano”: de novillero compartiendo muchos carteles con “Pedrés”, en los últimos cuarenta ya era rico, en Barcelona lo hicieron suyo y se hartó a torear. Toma la alternativa, y triunfos, éxitos y dineros, en España y América; escasos cinco años de matador y se retira, ya hasta hoy. Elegante, serio de poca parla, un señor.

Y os cuento por qué se retiró, o al menos así nos lo contó compartiendo mantel con una catedrática de derecho civil no menos hama que él: aficionada y buena taurina como pocas he conocido, largaba del censo enfitéutico o del testamento ológrafo ( según opinión generalizada en la doctrina, ella es máxima autoridad en la materia ) echando sangre y alma por la boca, como Camarón, aunque los destinatarios no fuera personal embrujado por el hijo de Juana y Luis, sino récuas de mulas y paradas de cabestros encaramados en las bancas del aula. Pues así los tres, un pedazo de torero y tipo serio, una guapísima, elegantísima y erudita mujer y vuestro Leproso; no nos apeamos el tratamiento hasta vencida la segunda copa de vino, como debe ser, y llegó la pregunta: Emilio, ¿por qué te retiraste?, preguntó la dama, te vi un montón de tardes, eras el mejor, podías con todos los toros y raro era que no salieras a hombros cada tarde.
Muy sencillo dijo: me preguntó una tarde mi padre ( Isidro Ortuño, celebérrimo personaje taurino), hijo ¿tienes finca y cortijo?, si, ¿la cuenta en el banco está bien cumplida?, si ¿te has sentido a gusto contigo y el público toreando?, si. ¿Quieres que te lo tenga que llevar algún día a la tumba?. Satisfecha nuestra curiosidad, seguimos con la cena.

Y agradecido por sus elogiosas palabras, hamijo.
 
stavroguin 11 rebuznó:
Lo de Paquirri fue una cagada de proporciones descomunales. Si en vez de dejarlo en el dispensario, sangrando cual gorrino en manos de un cirujano sin competencia en el tema vascular durante dos horas, le hubiesen cogido con rapidez una vena para pasar sueros a chorro, poniendo un paquete de compresas en el bujero, comprimiendo fuertemente con un puño la zona del Trigonum femorale o de Scarpa (haber estudiao) y hubiesen salido disparados al hospital de referencia con cirujanos vasculares disponibles, la Pantoja nunca hubiera pisado el trullo y su hijo nunca se hubiese convertido en un despojo que mueve a risa al haber recibido unas cuantas hostias de la mano firme de su padre. Y la panchita adoptiva tal vez pudiese ser localizada comiendo pollas en un cobertizo del altiplano.

Y de nuevo he conseguido un post desde el Iphone sin poner tildes.

Con esas mismas palabras me contestó un cirujano del ramo: mano pa´dentro hasta coger los vasos rotos, sujetándolos, gasas, camilla y de esta guisa y posición, echando virutas a Córdoba. A mí no se me había ido (ni a ninguno de mis compañeros de profesión que andamos en el lío taurino), pero hay que saber y tener cojones para hacerlo.

Te aseguro que el galeno en cuestión no es ningún fantasma y le deben la vida unos cuantos.
 
Verruga rebuznó:
Es de sobra sabido que el toro sólo enviste cuando se siente amenazado. Cuando se invade su territorio o usurpan su estatus.
Cuando el morlaco está en la dehesa pastando y olfateando el ambiente en busca del aroma de una hembra en celo, no tiene por costumbre embestir al ser humano y más bien rehuye el enfrentamiento, a no ser que se haya invadido su espacio de seguridad y se lo tome como una amenaza. He visto toros de lidia encerrados en corrales donde su dueño se acercaba a acariciarle la testuz y cuello y el animalico ni se movía, como un cachorrillo. En Mérida, para más señas.

Al toro se le atribuye la cualidad humana de la nobleza porque sólo ataca para defenderse, no huye de ningún rival, va de frente y no se ensaña con el vencido. Como no es un depredador no está agazapado esperando el mejor momento para matar por sorpresa, algo que es de cobarde, dicho sea de paso. Respeta la retirada del enemigo y no persigue hasta dar presa al que huye. Va de cara, con honestidad, con nobleza.

Un respeto, hijos de puta, no comparéis a un toro con un felino; que son razas sibilinas, que atacan por sorpresa y nocturnidad, que se agazapan entre los matorrales y hasta se cubren de pieles para mimetizarse y actuar con cobardía. Seleccionan a las presas más débiles. Atacan en manada y si pueden no son los primeros en engancharse a la presa no sea que se lleven una coz o una cornada, prefieren abalanzarse por el culo, evitando los cuernos, o en otras ocasiones por la cara pera evitar las patadas. Sólo atacan cuando están es superioridad numérica, algo típico de razas inferiores como los gitanos, los moros y los neonazis.

Los babuinos, chimpancés, macacos y demás homos de los que habláis desde la más absoluta ignorancia; atacan desde la distancia, con cobardía. Tirando piedras, desde las alturas o lugar seguro, después, en manada y siempre en una relación 1/25 acorralan al rival demostrando su vileza. Utilizan armas de mujeres como el aturdimiento de su enemigo mediante gritos estridentes, tirones de pelo y rabo, amagar y retroceder unos metros, etc. Todo un manual de como ser un asqueroso rastrero en un combate.

Y de todo lo que he dicho es cierto y verdad y se puede comprobar sobradamente en los documentales de la 2.

Su parla deja zanjada la cuestión, si acaso añadiré unas glosas que demoro para cuando regrese de unos mandados.
 
Caótico, tranquilo, yo en tu situación también estaría nervioso pero no lo pagues con el foro
 
Caótico Bueno rebuznó:
¿Me lo va a impedir un maricón sin cojones como tú? ¿Otros mierdas como Leproso?
Yo. Sal del hilo y no vuelvas más a él, hazme el favor. Aquí no pinta nada mierda como la que acabas de poner y que te he borrado. No me obligues a tirar de botón rojo. Gracias.
 
leproso, opino que los toros que sueltan son una mierda desde hace ya lustros, bravura la justita

hoy por hoy me interesaria mas algo rollo coliseo romano, que el torero llevara dos hachas o una motosierra, sin capote ni nada, ahi a muerte contra el toro, o que soltaran un oso pardo contra el toro
 
Maese leproso, teniendo en cuenta mis escasos conocimientos en la materia me gustaría hacerle preguntas sobre el momento en el cual el torero entra a matar.
Me he fijado (de pequeño veía muchas corridas en mi tele) que el torero coloca al animal de forma que sus patas estén un poco abiertas para que la yema quede al descubierto. ¿Se dice yema al sitio donde el torero hunde la espada? ¿Lo colocan de manera que el toro entre mejor con la cabeza gacha?

También me he dado cuenta que el momento de entrar a matar aunque me parece bastante peligroso, raro es el caso de sufrir una cogida en esos momentos. ¿Me equivoco?

Y una última pregunta. Porque a los toreros les cuesta tanto dar con el sitio exacto y pinchan en hueso. Me da la sensación de que debe ser muy complicado atinar a la primera, hasta la empuñadura. ¿Es una opinión mía o los toreros antiguamente entraban mejor a matar?

Gracias
 
nefasto rebuznó:
¿Por qué los toreros son tan palurdos y analfabetos? Ojo, que no se trata de entender de física cuántica o de leer a Sartre; es que los muy tarugos no saben ni hablar.

Considere primero la extracción social del personal: gente de campo y de arrabales y barrios a los que mejor no ir de día y de noche ni harto vino.
Luis Mazzantini y Eguiá, torero grande de finales del XIX llegó a ser gobernador civil de Ávila y Guadalajara, así que por lo menos sabía escribir.
A principios del siglo XX, algunos de los intelectuales en curso y personajes leídos, comienzan a interesarse por los toros y el taurinaje es receptivo a ese interés (con las debidas reservas hacía los libros, pero no crea usted que más que ahora y no solo me refiero a los toreros), se van diluyendo respetos, miedos y prejuicios y en las tertulias literarias no es raro ver a toreros.

Juan Belmonte, es uno de ellos. Prácticamente analfabeto desde la cuna siente un desmedido afán por aprender y leer, y sus buenos hamijos: Valle Inclán, Pérez de Ayala, Díaz-Cañabate, Zuloaga, Ortega, Julio Camba y gente de ésta, le acogen como a uno más con absoluto respeto y admiración; iba cargado de libros (lo cual jodía bastante a la cuadrilla por ser un peso innecesario aquél maletón y no siendo que tanto libro les trajera algún mal fario) y la biblioteca de su casa, no la reúnen todos juntos los profesores universitarios de hoy, que son tan acomodaticios y levantiscos a la vez, pese a la aparente contrariedad de los términos.

Más cerca de hoy, Joselito, un individuo con una infancia y juventud chunga de veras y estudios los justos, hablaba con soltura y conocimiento de Haendel y Verdi, El Bosco y Velázquez y de Lepanto y los Arapiles; vamos, bastante más que la media hoy al uso de personal no taurino. Luis Francisco Esplá es un erudito, así, sin más. Y hay varios matadores licenciados en Derecho, Económicas ó Medicina y con estudios en ingenierías varias.

Os dejo ésta foto: el de la izquierda es Rafael “el Gallo”, hermano mayor de “Joselito”, el de Talavera, amigo y rival de Belmonte. El de la derecha le habréis reconocido, es el de “las circunstancias”. Bien, eran muy hamijos, cuando fueron presentados, y a Rafael le dijeron que Don José era filósofo, exclamó aquello de: hay gente pá tó. Si se abriera un hilo destinado a prolongarse en el tiempo, como el de los fallecidos, sobre un Holimpo foril, el personaje debería tener asiento de honor. Hamo absoluto, sus anécdotas y averías fueron de novela, las pajarracas que lió en su breve matrimonio con Pastora Imperio (menudas dos patas para un banco), su vida toda de puro Lol. No sabía hacer la o con un canuto, pero hombre genial como pocos.

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Tools of the trade rebuznó:
Pues yo quiero saber de toda esa parafernalia del torero cuando se prepara y se viste y toda la ceremonia. ¿Lo hacen todos así?
¿Y quién decide si sale a hombros por la puerta grande y todo eso?

Todo es ceremonia, muy medida y parsimoniosa, básicamente todos se visten igual, cada uno con sus manías y gestos, pero siempre se empieza por calzarse una especie de pantys (como los que lleváis vosotras) de color blanco, muy fino que evita las rozaduras de la taleguilla, luego las medias de espiga para continuar con la camisa, otros prefieren seguir con la taleguilla, antes que la camisa, etc.

A nada tarda en vestirse media hora larga y yo que he tenido la enorme fortuna de asistir al rito, os aseguro que es impresionante. No les gusta que esté nadie allí, aparte del mozo de espadas, lógicamente. Aprovechan para espantar los miedos, recogerse y concentrarse para lo que viene, fue para mí un inmenso honor que me dejaran estar presente. Tenía enorme curiosidad por verlo, y tras la obligada solicitud al mozo de espadas ( al torero no se acerca ni dios en esos minutos sin pasar por su mozo de espadas): maestro, ¿permitiría ustec que Leproso asistiera, que ya van siendo las cuatro y hay que empezar a vestirse. Para nada, pasa Leproso, que esto va pa´lante.

Me refugié en las sombres de un rincón de la habitación, casi sin respirar ni hacer el menor ruido; salí del embobamiento cuando me pidieron ( torero y mozo de espadas )que les hiciera por favor el nudo de la corbata a los dos, ellos eran incapaces aquella tarde.

Por la puerta grande se sale en función de las orejas cortadas, lo general son dos; para abrir la puerta del Príncipe, como mínimo tres y luego, según qué plazas pues ya ponen ellos sus cosillas y requisitos: que si las dos en el mismo toro, que si son varias es por otra puerta, y así.
 
Leproso rebuznó:
que ya van siendo las cuatro y hay que empezar a vestirse.
LA COGIDA Y LA MUERTE
A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.
El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones de bordón
a las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.
¡Y el toro solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde
cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,
la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco en Punto de la tarde.
Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,
y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay, qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!
 
Argail rebuznó:
Maese leproso, teniendo en cuenta mis escasos conocimientos en la materia me gustaría hacerle preguntas sobre el momento en el cual el torero entra a matar.
Me he fijado (de pequeño veía muchas corridas en mi tele) que el torero coloca al animal de forma que sus patas estén un poco abiertas para que la yema quede al descubierto. ¿Se dice yema al sitio donde el torero hunde la espada? ¿Lo colocan de manera que el toro entre mejor con la cabeza gacha?

También me he dado cuenta que el momento de entrar a matar aunque me parece bastante peligroso, raro es el caso de sufrir una cogida en esos momentos. ¿Me equivoco?

Y una última pregunta. Porque a los toreros les cuesta tanto dar con el sitio exacto y pinchan en hueso. Me da la sensación de que debe ser muy complicado atinar a la primera, hasta la empuñadura. ¿Es una opinión mía o los toreros antiguamente entraban mejor a matar?

Gracias

Si, se dice yema, blandos, los rubios y hoyo de las agujas, aunque en realidad son dos "hoyos", uno a cada lado del espinazo y por uno de ellos debe entrar la espada para que su efecto sea fulminante o lo más breve posible. Al agachar la cabeza el toro, "bajar la gaita", posibilita el acceso a esos bujeros, pero no abre nada ni uniendo las manos tampoco.

Es el momento más peligroso, pues es el único en el que el torero no le ve la cara al pasar. Es complicadísimo atinar, los que tienen mucha práctica, pueden fallar en cualquier momento, luego pasan rachas que están más o menos certeros y en lo que respecta a su última pregunta, francamente creo que no, en eso pocos cambios ha habido.
 
Cimmerio rebuznó:
LA COGIDA Y LA MUERTE
A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.
El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones de bordón
a las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.
¡Y el toro solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde
cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,
la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco en Punto de la tarde.
Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,
y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay, qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!

Muchas, muchísimas gracias, coño por traer el Llanto.
Ignacio Sánchez Mejías, cuñado de "Joselito" y del elemento de la foto que os puse antes.
Y Lorca, claro. Mira que ser taurino, con lo bien que nos venía un poeta, progre y maricón, ser taurino; vas y te nos haces gañán, facista y asesino de toros.
 
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