El proceso judicial contra el seboso es como lo que ocurrió contra Max Hardcore en Estados Unidos. Paul Little ni siquiera se había arriesgado tanto en sus perversiones, incluso destacando que fingía que las chicas eran menores e incluso las vejaba para que siguiendo el guión marcado, hicieran un saludo a los padres frente a la cámara. Pero le procesaron por obscenidad pornográfica con la excusa de que los videos más extremos para el mercado europeo se podían comprar en Tampa, Florida, por simple correo ordinario.
Sobre las garantías procesales, ya he comentado que han jugado con fuego al falsificar/suplantar o admitir declaraciones falsas de las testigos, actuando mal a sabiendas en la fabricación de atestados policiales. Es práctica completamente habitual cuando hay aversión contra un ciudadano en particular, se pergeña lo mejor posible el documento antes de remitirlo al fiscal para allanar el camino hacia la condena. El tiempo de estancia en prisión provisional es excesivo, cuando ya tienen todo el material probatorio que querían recopilar y queda por valorar si realmente hay riesgo de fuga. De todos modos, no se observa hasta el momento que el juez se esté "enrrollando" como pretendían, por lo que no se van a cumplir los deseos de los perseguidores más sedientos. Como tampoco se sancionaran las acusaciones o declaraciones maliciosas de testigos cuando quede manifiesto al final del procedimiento.