¿Por qué te parece evidente?
Dada mi habitual confianza en la bondad inherente a nuestra amada hespecie, observo, y digo:
Troleo inicial: cuando echan a nuestra rata de favela, se ve claramente que empieza la movida programada.
Troleo intermedio: peleítas de poca monta, agarrones, empujones, insultos. Poca cosa.
Fin de fiesta: ya fuera del precinto, la mascletá. La rata provoca hasta que consigue que el más tonto del pueblo se le eche encima. El líder en la sombra fumándose su cigarro. ¿Qué cojones? está saliendo aún mejor de lo esperado.
Y el análisis erótico-judicial.
Se presenta una chorbita con más morados y hostias que un equilibrista alcohólico. Informe médico exhaustivo (es una chorba), y sale de todo. No me extrañaría que el tipo, o el chulo, le hubiera sacudid el polvo con cariño y para dejar más marca. Añado estrés, ansiedad, depresión al lote. Hago chaca-chaca al cóctel, y nos encontramos con una Señoría que tiene delante un informe médico acojonante, digno de maltraro. Como a la Señoría se la suda el noble oficio de la rata, se pone a ver el vídeo donde salen dos maromos repartiendo a un tapón de metro y medio, uno de ellos tirándosele encima en la calle. Ojo ahí, el detalle. Otro fulano declarando que tenía miedo, y se separó a fumar, que estaba en shock.
Ahora sumamos A+B y es cuando vienen los loles como soles contra el hoy famoso club y sus moradores, con mención especial al socorrista mileurista que, delante de sus jefe, se puso en modo Ultimate Warrior a hacer el canelo y que delante de un juez no van ni a conocer.
Calculo, pero pongo el pescuezo para ser corregido si procede, que su Señoría va a pregunta que por qué no se llamó a la madera en un primer lugar, que qué es eso de zarandear y agredir a una señorita. Y todo si no lame barrotes el socorrista esta misma noche. Que a la señorita se le dice que puerta y que, si no puerta, madera, que eso de pegar está mal en cualquier circunstancia salvo que sea para defenderse. Vamos, lo que viene siendo una agresión tras otra.
El del cigarro no se ve claramente, pero está hasta empalmado de la que le va a preparar al club.
Y, hasta aquí, mi paja mental.