Buenas tardes hijos míos.
EL CUENTO DE CAPERUCITO ROJO.
Erase una vez que se era...un defensor de los pobres con coleta que ahora tiene casi 40 años y otro defensor de los pobres con cara de niño repelente que eran amigos y que fueron investidos diputados. Estuvieron pasándoselo muy bien diciendo que todos eran unos ladrones menos ellos, se reían de quienes no les votaron, admiraban a los musulmanes y negros para quienes les pedían el DNI directamente, azuzaban a su seguidoras para que entraran en las iglesias católicas en bragas y pegando chillidos sobre abortos, incendios y guerra civiles...
Un día cansados de no llegar a ser gobernantes se enfadaron mucho entre ellos y se culparon mutuamente de ser unos traidores a la clase obrera, traidores a Marx y de que Hugo Chávez no hiciera milagros porque en el cielo de las hoces y los martillos estaban muy ocupados con asuntos de pajaritos que se aparecían a Nicolás Maduro y de desabastecimientos de supermercados venezolanos.
Y es que los santos comunistas hacen milagros muy raros, concretamente dos milagros... porque un día el diputado que tenía cara de niño fue envíado a sentarse detrás, a oler los pedos que se tiraba el señor con coleta; y en su escaño, que tanto esfuerzo le costó conseguir, se sentó una jovencita buenorra veinteañera, de larga melena y bonitos pechos que con malas artes consiguió seducir al diputado de la coleta.
Dicho diputado, el cual llevaba una vida tranquila, un oficio que consiste estar sentado cobrando mucho y sudando poco, se dedicaba a proclamar a los 4 vientos lo hermoso que es vivir en países sin democracia, lo bien escritas que están las cartillas de racionamiento y lo bonito que es pasar hambre para que se te quede un tipín delgado (gracias al "amado lider"), bueno, pues un día se puso nervioso:
-- Estoy preñada.
-- Por Lenin y como es eso.
-- Es lo normal depués de que me hayas follado sin goma.
-- Lo podemos solucionar de alguna manera razonable...
-- Oye que no soy una puta: exijo coche, casa, dinero, caprichos, regalos, una criada, atenciones, que no folles con otras...
-- Pero eso es ¡¡¡capitalismo!!!
-- Si te lo pido yo no es capitalismo, espero que cedas o te meto en un lío y te busco la ruina que para esto hay leyes.
Pablo Iglesias e Irene Montero se compran un chalé de 600.000 euros
Siempre se defiende mejor a los pobres con la nevera bien llena, especialmente si la nevera está rodeada de habitaciones de lujo y al lado hay casa para invitados, piscina y un jardín de 2.000 m2 rodea la nevera y las habitaciones.
Y se respira mejor el marxismo si el chalet cuesta 600.000 pavos.