Explica eso de que fuiste "chivo expiatorio en la universidad".
Pues nada, un comentario desafortunado que hice ante un par de compis de clase, sin deseo alguno de que trascendiera, que magnificaron y dieron un sentido desorbitado al asunto, y que inexplicablemente acabó siendo comidilla de toda la universidad, profesores incluidos, e incluso hubo reunión para ver si me echaban o no. Afortunadamente (creo) el director no estaba por la labor.
Acababa de pasar unos días malísimos en mi malogrado hogar familiar y estábamos un par de idiotas y yo en la hora del descanso allí sólos en clase. No paraban de molestarme con tonterías y les dije que no me interesaba nada de lo que estaban diciendo, que por mi podían morirse todos, y que gustosamente los mataba con una escopeta de caza si con eso dejaban de molestar.
Ya ves tú qué comentario más "inocuo" que se podría olvidar en pocas horas, al margen de perder compañerismo con esos dos. Pero mira tú por donde, uno de ellos era un psicópata, tal cual, y aprovechó la oportunidad.
Creo que hasta la seguridad del campus estuvo en alerta un tiempo y todo. Llegaron a decir que iba a llevar una bomba a la universidad para detonarla. Y por supuesto aunque nadie había oído mis palabras, yo ya estaba dispuesto a matar a toda la clase entera. La cosa se salió completamente de control.
Incluso al año siguiente, cuando alguno insinuaba que yo quería matar a los demás alumnos, recuerdo que contesté de forma irónica y con algo de amargura (y se notaba la ironía), "si, claro que si, si hasta tengo fotos de todos en la pared de mi habitación y juego a los dardos con ellas" (cosa imposible porque obviamente no tenía fotos de nadie). Pues eso se incorporó al drama y ya tenía yo un tablón con los alumnos tachados con una X y a los que lanzaba dardos. En fin, muy absurdo todo, pero también lo es que hayan quemado vivos a dos personas sin venir a cuento acusados de algo que no estaba ni demostrado siquiera, ya ves.
Eso fue en los seis primeros meses del primer curso, así que ya puedes imaginar el ostracismo y todo tipo de artimañas que usaron para joderme los cuatro años que pasé allí. No me enteré de lo que realmente estaba pasando hasta finales de curso. Sencillamente noté que todo el mundo dejó de hablarme y empezó a mirarme mal de un día para otro (al día siguiente ya había olvidado ese estallido momentáneo y a mis veinte años no tuve la malicia de relacionarlo con aquello)
Fue muy instructivo, aprendí más de ese incidente que de toda la carrera, que también le saqué el jugo, dicho sea de paso, ya que no perdía el tiempo hablando con nadie.
Lo único que me jodió es que por aquella época estaba delgado y no en demasiada mala forma, y alguna putilla universitaria me podría haber follado, pero claramente eso fue bastante difícil.