Yo sigo flipando con este caso que demuestra que para que haya una estafa, tiene que haber un tonto o tonta colaborando. Vamos a ver, tordas. Un tío wapo, médico cirujano, piloto o lo que les contaba. Que nada en billetes. Y va a estar buscando en esos estercoleros de orcos y zumbadas para, ya no digo echar un polvo, no, para buscarse novia.
¿No era demasiado maravilloso? ¿No sospechaste, gorda, que era para sacarte los cuartos?
Y ahora ¿Qué delito ha cometido exactamente? Si una chica de buen ver, se lía a través de una de estas páginas o inventos, con un gorderelas infecto cincuentón, y después de contarle que es una empresaria de héxito, les saca para ir dejando menos pufos por los hoteles, ¿El gordo la denuncia y sale en todos los medios? No, verdad? Porque el gordo se da cuenta de que estaba pagando un servicio, igual que irse de putas, pero en plan "girlfriend experience". Pues esto es lo mismo, un gigoló, que en vez de cobrar fríamente, pega sablazos que queda más humano joder.