Soy capaz de verlo, valoro también tu punto de vista y cómo has recibido esta película, que es muy buena. A veces muchos de estos matices y juicios críticos que hacemos a posteriori dependen únicamente del estado de ánimo con el que te pillaron cuando la viste. Yo siempre he sido de defender finales un poco moñas, sobre todo en contraste por un tipo de cine en el que se ha manifestado como un gran lugar común resolver cualquier tensión emocional de calado con algún sacrificio o castigo judeocristiano.
También me acaba pareciendo el gran Deus Ex Machina de los guiones de este tipo: hombres atormentados luchan por salir de un infierno absolutamente corrupto y perdido de antemano, en el fondo más oscuro de ese lugar encuentran un símbolo de pureza que tiene forma de niña. De golpe toda idea de salir se vuelve secundaria en pos de una gran sacrificio que consiga librar esa alma incorrupta e inocente de ese mal que todo lo abarca. Es uno de los grandes mitos de nuestra forma de generar relatos; y ya sabemos que los mitos no son tan abundantes en ninguna cultura porque si uno presta atención encontrará 4 o 5 historias que constantemente se repiten de diferente manera.
Si tirasen por el camino de la desvergüenza y el dinero les empujase a hacer una secuela, yo apostaría por esa niña que se ha hecho mayor y, precisamente por haberse criado en el hoyo es ahora una manifestación sádica e inhumana de la destrucción. Habría acabado con toda infraestructura que hacían del hoyo un lugar administrado y ahora sin la tutela del gran burócrata que dirigía aquel lugar nos encontramos en un infierno mucho más cercano a lo real lacaniano.
Sí, a mí personalmente me ha impactado además de por todo el meollo que contiene, porque las circunstancias arquitectónicas en las que sucede esta tragedia clásica son espeluznates, el hoyo, y por la frialdad de una administración que exclusivamente se dedica a perfilar los detalles menores, 'los detalles', como la presentación de los platos y estando ella enajenada de lo que de verdad ocurre, o lo que es decir, que no le importa el holocausto.
Yo no achaco esas emociones a algo concretamente judeocristiano, es más, en todas las culturas, a poco de rebuscar, nos encontramos con el arquetipo del viaje del héroe en busca de su alma, y tras el sacrificio, redime al mundo, de ahí que como tú bien dices el arquetipo se repita una y otra vez al tocar algo humano muy íntimo;
el bien y el mal.
Ahora se me dirá que el bien y el mal es relativo y yo responderé que hoy, sí, y que así nos va, todos encerrados en casa, pero que antaño, no, no lo era, y como esa diferencia del sano ayer al enfermo hoy subyace en nuestro interior a modo de gusano roedor, surge la cuestión de que:
No es que tú y yo y más seamos raros porque vemos sentido religioso en la película. No no, es al contrario, que lo que es muy extraño es que todo el mundo no lo vea, y que no se den cuenta de que, por ejemplo, en el fondo, este problema que vivimos hoy, solo es una consecuencia de la ausencia de la ética y de la moral, y no de la economía, la geopolítica y la reputísima madre que parió a tanta pompa académica.
Pero en fin, da igual, porque tú y yo y otros más somos un poco moñas... Jijiji.
Y mola mucho tu segunda parte, tío creativo.
Edito y añado, que se me olvidó:
El subnormal de los niveles inferiores da un miedo atroz por lo decidido que está a comerse al compañero, lo que viene a ser un reflejo del percal que mora en el hoyo salvo excepciones.