Boniato
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Me resulta muy cómico cuando un ciudadano de a pie llama subnormales a los todos los miembros del Gobierno de un país y al alto funcionariado que lo asiste sin ruborizarse. Bush y las miles de personas que tenía detrás son tontos; Jaeger es el listo. Lo que haces es algo muy habitual: dispones de información incompleta, escasa y sesgada sobre un problema --> sacas conclusiones o te posicionas en base a ella --> tus conclusiones o posicionamiento no coinciden con la del Gobierno/Ministerio/Ayuntamiento --> El Presidente/Ministro/Alcalde es imbécil.Jaeger rebuznó:Tampoco es que los neocons y halcones de la administración Bush fueran seres muy complejos. Es más, eran de manual.
No te negaré que incompetentes hay incluso en las más altas esferas. Tampoco estoy diciendo que los políticos no se equivoquen. Lo que digo es que con frecuencia no conocemos la información, los intereses etc. que llevaron a X persona o Gobierno a tomar una decisión en un sentido u otro. Por ejemplo, Aznar en sus 8 años de mandato tomó decisiones que no comparto, que me parecen una cagada, pero no por ello concluyo que era una persona "poco compleja". Al contrario, el cabrón del bigotillo, el inspector de Hacienda más joven de España en su día, no tiene un pelo de tonto.
Volviendo al tema, la política exterior norteamericana de las últimas décadas ha estado influenciada, entre otras cosas, por esto: https://en.wikipedia.org/wiki/Democratic_peace_theory. En esencia supone que la promoción de la democracia es un mecanismo efectivo para garantizar la seguridad de EEUU porque las democracias tienden a ser menos belicosas, menos extremistas. Los objetivos militares en Irak y en Afganistán se lograron en cuestión de poco tiempo. Si EEUU permaneció más de una década en ambos países es por otros motivos, y en Afganistan no hay petróleo. No dudo de que los intereses económicos y militares jugaron un papel destacado a la hora de decidir invadir ambos estados pero lo dicho, reducir la política exterior yankee a un "fueron a por sopa barata" me parece una temeridad.