A ver, anormal, que eres tonto. Que si tu recurso es llamarme abuelo y aludir a cuidadores inexistentes es que no tienes ni un puto argumento. Que primero me dices que me parece bien que el PP negocie con enemigos de España, luego me dices que eso no lo has dicho, luego me dices que bueno, que sí que lo has dicho, tropezándote con tus propia palabras y desdiciéndote no una, sino dos veces, y encima me atribuyes afirmaciones en base a invenciones tuyas y las defiendes con argumentos que no se sostienen y que se caen al primer soplido. Y ya, cuando te has caído con todo el equipo, cuando no sabes por dónde salir, cuando te has desdicho dos veces a ti mismo y no has sabido ni responder, tu mejor respuesta es que si no he hecho caca y que si abuelo que si tal, para que si a alguien le quedaba alguna duda de lo cortito que eres y de las tonterías que dices (que a estas alturas no le queda a nadie), ya se le vayan del todo.
Tonto, que eres tonto, que cada vez que abres la boca le subes un duro al pan.