Yo el otro día estaba entrenando a un colega, representa que la ventaja de entrenar con alguien es que puedes soltarte más allá del "no puedo" y confiar plenamente en el compañero, concentrarte plenamente en lo que estás haciendo y olvidarte de lo demás, él estaba sufriendo bajo la barra de sentadilla confiando en mí cuando le decía que no se rindiera porque aún podía seguir, y entonces se acercó una rubia inesperadamente por detrás y le puso la toallita rosa encima de la cabeza, diciéndole "cucú!". Y luego se quedó ahí de pie sonriendo como una gilipollas, seguramente esperando a que el otro le diera cancha. Yo me quedé a cuadros un instante, no dando crédito y pensando en cómo se puede ser tan imbécil, pero reaccioné rápidamente cogiendo la toalla, tirándola a un lado y diciendo "AHORA NO!!", mientras seguía animando al otro, que gracias a mi instantánea intervención no perdió el momentum y pudo seguir a lo suyo. La rubia por supuesto se chinchó y aún le dura el rebote, pero me da igual. Ni siquiera la conozco, es conocida del otro.