La belleza radica en el conjunto. Una cara bellísima en un cuerpo tosco... molesta, duele. La belleza no es un rostro bello, ni unas tetazas o un culo de infarto. Exige una cara agradable y un cuerpo armónico, desde luego. Pero sobre todo es una manera de caminar, más una forma especial de echar la cabeza hacia atrás al reirse, más una textura de la piel, más la calidad del cabello, más la expresividad de la mirada, más una elegancia en los movimientos, más, más más... es una suma compleja, SIEMPRE.
Pensaba ahora en dos chicas que conocí hace poco en un sarao. Una muy guapa, y su amiga, que a primera vista me pareció "del montón". Si bien observé a la guapa con disimulada curiosidad al principio, no me pude deleitar con ella, enseguida me desencantó su rostro bello. Era de risotadas bobaliconas, tenía manitas de cerdo, sudorosas y con las uñas cuadradotas y disparadas hacia arriba, el culo plano, y además andaba raro, con los pies para fuera.
Sin embargo, la otra, la que tenía un ligero acné, cara de golfa, voz suave y cuerpecito saleroso, me hipnotizó al poco rato de conocerla. Qué mujer tan sexy aquella. Daba gusto mirarla.