El Transer

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SrEstaire rebuznó:
Cuenta la leyende que los puedes fabricar con alguien del sexo contrario, ahora que salga igual es cuestión de genética, lotería o ambas
No sería un roboct y no sería hecsactamente así,jelipollas :lol:

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-Díceselo cari
 
HerbMan rebuznó:
No sería un roboct y no sería hecsactamente así,jelipollas :lol:

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-Díceselo cari

Y para que quieres montartelo con un roboc, ¿Quién eres?, ¿Krilin?
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SrEstaire rebuznó:
Y para que quieres montartelo con un roboc, ¿Quién eres?, ¿Krilin?
Si no eres capaz de ver las ventajas de un roboct-mujer anatómicamente perfecto pero con un cerébro programable es que tu nivel de retraso es mas de 9000 :lol:
 
Darkiano rebuznó:


La idea efectivamente es seductora y como sabes ha dado para inspirar innumerables obras de ciencia ficción en varios formatos. El problema es que ya cuando se planteó se sospechaba que hay defectos intrínsecos en la idea, y esa sospecha se ha ido asentando a medida que sabemos más sobre el cerebro.

El problema es que al nivel más básico de simple trasmisión perceptiva no funciona. El cerebro no es un sistema de home cinema con entradas de señal que se reproduzcan sin más. Gran parte de lo que entendemos como percepción implica el procesamiento de las señales nerviosas de los sentidos, así como señales endocrinas, en la totalidad de la corteza. "Puentear" antes no daría resultados legibles. Y el resultado posterior simplemente no puede transmitirse. El funcionamiento de la corteza de cada persona es distinto. Lo que percibe cada persona es una interacción única entre el input sensorial y si cerebro, y es irreproducible.

La transmisión de recuerdos topa con el mismo problema, con el añadido de que incluyes una dimensión temporal y que los recuerdos no son una grabación estanca sino algo vinculado intrínsecamente a una cantidad desconocida de otros recuerdos, competencias... Simplemente no tiene sentido transmitirlo porque no es una parte estanca del cerebro.

Una pena, eso sí. La idea es fantástica pero...​
 
Astronauta Urbano rebuznó:
La idea efectivamente es seductora
Oye amigo; Hace tiempo leí esta noticia y desde entonces la idea me obsesiona mucho.

Nueva teoría sobre la conciencia señala que esta es pasiva, y no activa

Si la he entendido bien, postulan que el yo consciente es una especie de espectador de su propia vida, creyendo que tiene algún tipo de control sobre ésta. Los propios pensamientos son estímulos que conducen a futuras decisiones, pero esos pensamientos no se pueden controlar; uno actúa en base al material intelectual del que está formado (por ejemplo, el haber leído esa noticia condicionará futuras actuaciones). Si esto se confirmase y se divulgase, se pondría de moda una especie de neodeterminismo, la apatía sería enorme. Justin Beaber estaba previsto desde el primer australopithecus.

Parece un relato borgiano. A mí, sorprendentemente, me agrada un poco la idea; no sé por qué. Incluso parece ser compatible con eso que se dice de que vivimos en una simulación. Ahora es cuando te pido que me chafes las pajas mentales y me digas qué credibilidad le otorgas a esto.
 
Si te fijas en el artículo referenciado, éste es un artículo de neurología (bastante especulativo, no me creo mucho) referente a la función neurológica de la conciencia. Personalmente, me parece muy tangencial la hipótesis sobre si el libre albedrío existe o no. En cualquier caso no es una pregunta que se pueda responder científicamente, por lo que yo sería escéptico ante artículos que hagan afirmaciones grandilocuentes al respecto anunciando "grandes descubrimientos".

Respecto a la famosa teoría de que el universo es una simulación... Yo no me lo creería mucho, pero puede que te interese leer esto respecto a su posible conexión con la neurología.

NeuroLogica Blog » Are We Living in a Simulated Universe?
 
éste tema ya lo trató Arthur C. CLarke en el relato "Patente en trámite" (incluido en el libro "Cuentos de la Taberna del Ciervo Blanco, que recomiendo totalmente) y si, le he dado muchas vueltas y creo que es una tecnología que llegará, si no nos comemos los unos a los otros antes, lo malo es que no creo que nosotros vayamos a verlo (ni siquiera los más pipiolos del foro)
 
HerbMan rebuznó:
Si no eres capaz de ver las ventajas de un roboct-mujer anatómicamente perfecto pero con un cerébro programable es que tu nivel de retraso es mas de 9000 :lol:

si, cruzale la cara a eso si tienes cojones...
 
HerbMan rebuznó:
Mejor que fabriquen robocts así :oops:
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yo quiero que me fabriquen a chi
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Si os gustan las historias de robots y humanos Chobits os puede gustar , es altamente pastelosa, pero muy recomendable.
 
Lo cierto es que al igual que Astronauta, yo le veo unas limitaciones que lo hacen inviable... para entidades biológicas.

Pero otro tema sería cargar una mente humana (ahí la viabilidad de eso en el futuro también se podría discutir) en un ordenador de esos que se inventarán en el futuro, y vivir en un entorno virtual (o usando un androide en irl, yo que sé). Ahí la posibilidad de grabar y reproducir los datos sensoriales es evidente, y si la interpretación es subjetiva de cada uno, pues muy bien, pero los datos objetivos serán los mismos para todos.





De todas formas, hay algo que sí es viable, y Larry Niven lo publicita ampliamente en "Los Ingenieros de Mundo Anillo": El Cable.


Viene a ser introducir electrodos en el centro del placer del cerebro y estimularlo: placer instantáneo y áltamente adictivo. La droga definitiva.


Aquí un par de artículos: El botón del placer en ratas… y seres humanos.







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Peter Miler y James Olds, de la Univesidad McGill, Canadá, experimentaban con una rata en otoño de 1953. Le habían implantado unos electrodos en su cerebro para estudiar una estructura llamada sistema reticular del cerebro medio.
Pero, por error, los investigadores habían implementado los electrodos en una región más adelantada de la línea media llamada septum pelucidum.

La rata la tenían enjaulada en una caja rectangular con las esquinas etiquetadas A, B, C y D. Cada vez que la rata se aproximaba a la esquina A, Olds pulsaba un botón que aplicaba una descarga eléctrica breve y de poca intensidad a través de los electrodos implantados. No sufráis por la rata: el tejido cerebral, a diferencia del resto del cuerpo, no tiene receptores del dolor. De hecho, la rata sintió una cosa diametralmente opuesta al dolor.

Por ello, la rata se la veía especialmente interesada con el rincón A. Cuando los investigadores repitieron el proceso con el rincón B, la rata también se volvió aficionada a ese rincón, olvidándose del A. Algo así a la caja de Skinner ideada muchos años antes por el psicólogo B. F. Skinner, en el que un animal encerrado recibía, al pulsar una palanca, un estímulo de refuerzo (comida o agua) o un estímulo de castigo (una descarga dolorosa en los pies).

Pero aquí no había comida, ni agua, ni nada visible, simplemente se estaba estimulando una parte muy concreta del cerebro. Olds y Milner, entonces, decidieron incluir una palanca como la de los experimentos de Skinner, para que la rata pudiera estimularse a sí misma el cerebro.

Lo que sucedió quizá sea el experimento más impresionante de la historia de la neurociencia de la conducta: las ratas llegaron a pulsar la palanca hasta siete mil veces por hora para estimularse el cerebro, tal y como explica David J. Linden en La brújula del placer:

Pero lo que estimulaban no era un “centro de la curiosidad”, sino un centro de la recompensa, un circuito del placer cuya activación era mucho más potente que cualquier estímulo natural. Varios experimentos posteriores revelaron que las ratas preferían la estimulación del circuito del placer a la comida (aunque estuvieran hambrientas) o al agua (aunque pasaran sed). Las ratas macho que se autoestimulaban no hacían caso de una hembra en celo, y, para llegar a la palanca, cruzaban una y otra vez una rejilla electrificada que les aplicaba descargas en los pies. Las ratas hembra abandonaban a su camada recién nacida para seguir pulsando la palanca. Algunas ratas llegaron a autoestimularse hasta dos mil veces por hora durante veinticuatro horas con exclusión de cualquier otra actividad. Para impedir que murieran de inanición había que desconectarlas del aparato.
Olds y Milner, pues, llegaron a una conclusión revolucionaria para la época: que la conducta estaba tan impulsada por el placer como por el dolor. En 1953 incluso resultaba controvertido afirmar que los mecanismos del placer o de la recompensa pudieran localizarse en ciertos lugares o circuitos del cerebro.

Llegados a este punto, cualquier lector mínimamente curioso se preguntará si, a este respecto, las ratas y los seres humanos serían comparables. ¿Qué sentiría un ser humano si se sometiera a esta clase de experimento? Como podéis imaginar, esta clase de experimentos se escapan de ciertas regulaciones éticas.

Pero estamos de suerte, y tales experimentos existen. Os los explicaré en la próxima entrega de este artículo.







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En la anterior entrega de este artículo os adelantaba que existían experimentos semejantes a los de las ratas pulsando compulsivamente un botón que les proporciona placer directamente por vía neuronal.
De hecho, si sabemos lo que sentiría un ser humano en las condiciones de la rata de Olds y Milner es gracias a un experimento muy poco ético del doctor Robert Galbraith Heath, fundador y director del Departamento de psiquiatría y neurología de la Universidad de Tulane de Nueva Orleans, donde trabajó entre 1949 y 1980.

Galbraith llevó a cabo sus investigaciones en pacientes afroamericanos de centros psiquiátricos con el objetivo de usar la estimulación cerebral para aliviar síntomas de trastornos como la depresión mayor y la esquizofrenia. Pero Galbraith llevaba a cabo dichos experimentos sin el consentimiento informado de sus pacientes.
experimentoLo que descubrimos, a pesar de todo, es que las personas reaccionaban igual que las ratas, pulsando el botón de autoestimulación con el mismo ímpetu que un adolescente jugando a matar marcianitos en su consola. O incluso más. Estas conclusiones las arrojó Galbraith en el controvertido artículo titulado Septal stimulation for the initiation of heterosexual behavior in a homosexual male, publicado en Journal of Behavioral Therapy and Experimental Psychiatry en 1972, tal y como señala David J. Linden:

La hipótesis de este experimento era que, puesto que la estimulación del Septem provocaba place, si esta estimulación se combinaba con imágenes heterosexuales, podría “dar lugar a una conducta heterosexual en un varón manifiestamente homosexual”.

Otros experimentos similares llevados a cabo por otros investigadores en mujeres dieron resultados de adicción compulsiva a la recompensa: La paciente se autoestimulaba todo el día hasta el punto de descuida su aseo personal y sus obligaciones familiares.

Acabó con una ulceración crónica en la punta del dedo que empleaba para ajustar la intensidad de la estimulación, una intensidad que intentaba aumentar manipulando el aparato. A veces suplicaba a su familia que le limitara el acceso al estimulador, pero no tardaba en exigir que se lo devolvieran.
experimento 2A estas alturas, supongo que surgen preguntas inevitables de calado filosófico. Si el ser humano persigue denodadamente el placer y la recompensa ¿acaso proporcionarlo de una manera directa y eficaz no sería lo correcto? Queda manifiesto que no: una vez obtenido el máximo placer, los objetivos, la vida misma, carece de importancia.

En consecuencia, el sentido de la vida, a este respecto, podría reducirse a la imagen de la zanahoria colgando a unos pocos centímetros del belfo del burro: nos pasamos la existencia tratando de alcanzarla, y solo de vez en cuando conseguimos darle un mordisco pequeño. No conseguir mordisquear jamás la zanahoria sería, a efectos prácticos, tan mortal y desazonante como obtener la zanahoria completa sin ningún esfuerzo.





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Las Fuentes:

https://www.xatakaciencia.com/psico...dole-al-boton-de-una-consola-de-videojuegos-i

https://www.xatakaciencia.com/psico...e-al-boton-de-una-consola-de-videojuegos-y-ii
 
Sir Ano de Bergerac rebuznó:
Oye amigo; Hace tiempo leí esta noticia y desde entonces la idea me obsesiona mucho.

Nueva teoría sobre la conciencia señala que esta es pasiva, y no activa

Si la he entendido bien, postulan que el yo consciente es una especie de espectador de su propia vida, creyendo que tiene algún tipo de control sobre ésta. Los propios pensamientos son estímulos que conducen a futuras decisiones, pero esos pensamientos no se pueden controlar; uno actúa en base al material intelectual del que está formado (por ejemplo, el haber leído esa noticia condicionará futuras actuaciones). Si esto se confirmase y se divulgase, se pondría de moda una especie de neodeterminismo, la apatía sería enorme. Justin Beaber estaba previsto desde el primer australopithecus.

Nada nuevo. El libre albedrío es una teoría ligada intrínsecamente a religiones monoteístas. Es un burdo subterfugio para librar a Dios o Alá de la responsabilidad criminal de los hombres a los que se les presupone una etérea "alma".

Las religiones paganas anteriores al cristianismo no están imbuidas por esta idea tan infantil (ej; pathos en la tragedia), esta separación inconexa entre el yo y el universo, no digamos las orientales como el budismo, hinduísmo, vedanta, zen o el taoísmo. Tampoco en las cabezas de Spinoza, Hume, Kant, Schopenhauer ó Allan Watts y en tantos otros europedos libres de tales prejuicios judaicos cabía semejante disparate.
 
Darkiano rebuznó:
Lo cierto es que al igual que Astronauta, yo le veo unas limitaciones que lo hacen inviable... para entidades biológicas.

Pero otro tema sería cargar una mente humana (ahí la viabilidad de eso en el futuro también se podría discutir) en un ordenador de esos que se inventarán en el futuro, y vivir en un entorno virtual (o usando un androide en irl, yo que sé). Ahí la posibilidad de grabar y reproducir los datos sensoriales es evidente, y si la interpretación es subjetiva de cada uno, pues muy bien, pero los datos objetivos serán los mismos para todos.





De todas formas, hay algo que sí es viable, y Larry Niven lo publicita ampliamente en "Los Ingenieros de Mundo Anillo": El Cable.


Viene a ser introducir electrodos en el centro del placer del cerebro y estimularlo: placer instantáneo y áltamente adictivo. La droga definitiva.


Aquí un par de artículos: El botón del placer en ratas… y seres humanos.







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Joder, nos quedamos sin saber cómo será esa placentera sensación que proporcionan unas leves descargas eléctricas. ¿Será como el subidón de una pastilla de MDMA... o como un orgasmo?

Podrían seguir experimentando con Cachondo... total, para el coste que tiene y lo que sirve. Y que no se corten con las descargas, todo por la ciencia.
 
Osea que esto es algo así como la nueva drogaína. Todas las experiencias extremadamente placenteras o pesadillescas que quieras a través de una internec que te afecta a todos los sentidos.

Yo directamente me lo enchufaría y viviría en un mundo falso de forma infinita con un cuidador inyectándome comida intra-venosa durante el resto de mi vida hasta que muriera de vejez. En mi nuevo mundo mágico todos los seres humanos fueran reemplazados por gnomos de jardín que me hablarían amistósamente, serían amables conmigo y me invitarían a comer a diario. También transformaría el mundo entero en una especie de poblado-bosque con toques estéticos medievales. Mi estado siempre sería el de un colocón infinito de opio e iría "serpenteando" de un lado para otro entre mis buenos amigos los gnomos. Algunos días saldría a cortar madera, a recoger setas y a identificar pájaros. Me podría comunicar con cualquier animal y de vez en cuando follaría y todo. ¿Vivir en una especie de mundo así sería posible con esto?
 
RoderickUsher rebuznó:
Osea que esto es algo así como la nueva drogaína. Todas las experiencias extremadamente placenteras o pesadillescas que quieras a través de una internec que te afecta a todos los sentidos.

Yo directamente me lo enchufaría y viviría en un mundo falso de forma infinita con un cuidador inyectándome comida intra-venosa durante el resto de mi vida hasta que muriera de vejez. En mi nuevo mundo mágico todos los seres humanos fueran reemplazados por gnomos de jardín que me hablarían amistósamente, serían amables conmigo y me invitarían a comer a diario. También transformaría el mundo entero en una especie de poblado-bosque con toques estéticos medievales. Mi estado siempre sería el de un colocón infinito de opio e iría "serpenteando" de un lado para otro entre mis buenos amigos los gnomos. Algunos días saldría a cortar madera, a recoger setas y a identificar pájaros. Me podría comunicar con cualquier animal y de vez en cuando follaría y todo. ¿Vivir en una especie de mundo así sería posible con esto?


:lol::lol::lol:

Pues claro. De hecho "David el Gnomo" y después "Matrix" fue una forma de prepararnos para ese mundo virtual que nos espera a todos.





A mi me da mucho placer Neta, Neta es la novia de un DJ que también se interesa por temas variados de divulgación (no es que sean exhaustivamente científicos, pero lo intentan).

Pues el morbazo es oír hablar a Neta, con la voz tan sensual que tiene, de temas científicos.

https://www.youtube.com/watch?v=p60cpVcJSXo





Que morbazo y qué verano tan pasional me estoy pegando.













Chico Normal gracias por el video, es precisamente el que hacía referencia el artículo y no lo encontraba.
 
A mi me daría morbo intercambiar con los amigos las grabaciones sensoriales de transer de los polvetes que cada uno le echa a su parienta.

Ea, ya lo he dicho.
 
Pero es bastante probable que no reprodujeras los estímulos de tu colega, sino su cognición de dichos estímulos. Esto es, no tendrías el morbo de "follarte" a la novia de tu amigo, sino que lo verías no ya desde sus ojos sino desde su mente. Un aluvión de pensamientos tipo "joder qué vacaburra" y la desidia que tu amigo probablemente siente te distraerían de la experiencia, que no percibirías sino como siemple rutina.

El antimorbo.
 
Astronauta Urbano rebuznó:
Pero es bastante probable que no reprodujeras los estímulos de tu colega, sino su cognición de dichos estímulos. Esto es, no tendrías el morbo de "follarte" a la novia de tu amigo, sino que lo verías no ya desde sus ojos sino desde su mente. Un aluvión de pensamientos tipo "joder qué vacaburra" y la desidia que tu amigo probablemente siente te distraerían de la experiencia, que no percibirías sino como siemple rutina.

El antimorbo.

Hombre, visto así...

Pero si digitalizamos los datos (imagina un chip que codifique los datos del nervio óptico, otro el auditivo, millones de nanobots codificando datos sensoriales, pero no de pensamiento, la cosa mejora un poco.


Aunque con "El Cable" y un regulador de potencia para darnos placer inmediato, no hay necesidad ninguna de otra cosa.
 
Se supone que las emociones son el resultado de una activación fisiológica y un etiquetado cognitivo. Si me enchufan a la cabeza las reacciones cognitivas de otra persona, pero no se corresponden con mis niveles de activación, podría interpretar la situación como ambigua o de un modo diferente a la escena real. Para que sea mucho más real, creo que además tendrían que transferir esa misma activación fisiológica inyectando adrenalina en momentos clave para que se produzca una activación similar que encaje con la cognición y la interpretación que hizo de esa situación.
 
Perfection rebuznó:
Se supone que las emociones son el resultado de una activación fisiológica y un etiquetado cognitivo. Si me enchufan a la cabeza las reacciones cognitivas de otra persona, pero no se corresponden con mis niveles de activación, podría interpretar la situación como ambigua o de un modo diferente a la escena real. Para que sea mucho más real, creo que además tendrían que transferir esa misma activación fisiológica inyectando adrenalina en momentos clave para que se produzca una activación similar que encaje con la cognición y la interpretación que hizo de esa situación.


Si, ese es el problema principal que yo también veo: El cerebro es un ordenador electroquímico, y el transer sólo se ocupa del tema electrico. Una faena.

De ahí el insistir en que lo suyo es una copia del cerebro escaneado en un ordenador. Ahí si se podría inducir lo que se quisiera a esa mente virtual. Ahora está el tema de si esa mente "simulada" sería o no autoconsciente. Ya es cuestión de preguntárselo y tal.
 
Darkiano rebuznó:
Si, ese es el problema principal que yo también veo: El cerebro es un ordenador electroquímico, y el transer sólo se ocupa del tema electrico. Una faena.

De ahí el insistir en que lo suyo es una copia del cerebro escaneado en un ordenador. Ahí si se podría inducir lo que se quisiera a esa mente virtual. Ahora está el tema de si esa mente "simulada" sería o no autoconsciente. Ya es cuestión de preguntárselo y tal.

Si, tal y como se plantea, yo creo que se parecería más a soñar que a una experiencia real. La sensación tras desconectarse sería como cuando te despiertas de un sueño raro.
 
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