Lo cierto es que al igual que Astronauta, yo le veo unas limitaciones que lo hacen inviable... para entidades biológicas.
Pero otro tema sería cargar una mente humana (ahí la viabilidad de eso en el futuro también se podría discutir) en un ordenador de esos que se inventarán en el futuro, y vivir en un entorno virtual (o usando un androide en irl, yo que sé). Ahí la posibilidad de grabar y reproducir los datos sensoriales es evidente, y si la interpretación es subjetiva de cada uno, pues muy bien, pero los datos objetivos serán los mismos para todos.
De todas formas, hay algo que sí es viable, y Larry Niven lo publicita ampliamente en "Los Ingenieros de Mundo Anillo": El Cable.
Viene a ser introducir electrodos en el centro del placer del cerebro y estimularlo: placer instantáneo y áltamente adictivo. La droga definitiva.
Aquí un par de artículos:
El botón del placer en ratas… y seres humanos.