Tuve una vez un sueño, el más grande de todos los que he tenido, increiblemente mágico y tierno, de los que te dejan huella.
Lo peor de todo es que cada año que cada año que va pasando se va borrando un pequeño trozo de esa tela de increible calidad y talento bordada por morfeo.
Tenía que asaltar el palacio real del dictador de los sueños, yo, era el increible muchacho elegido que tenía que acabar con esa tiranía, por increible qué parezca no sé por que yo era el elegido y no un jóven Yankee.
Recuerdo que me movía por aquél sueño con una agilidad no propia de un ser humano, llevaba un rifle que disparaba ráfagas de vientos y eliminaba a seres sacados de la mente más perversa...
Lo curioso es que no tenía miedo, era de los momentos con más valor que he tenido en mi vida.
Yo corriendo y saltando, destrozando, disparando por aquél mundo, me sentía feliz.
De repente vino un helicóptero de tamaño ciclópeo y se detuvo justo debajo mia, yo asombrado con semejante artefacto ni se me pasaba por la cabeza que de esa aeronave saltasen con paracaidas cientos de personajes de disney, armados hasta los dientes y con una autoestima arrolladora, no, lo que no me podía creer es que yo iba a dirigir a esas bestias, yo solo yo, y todo esto en el sueño de un niño de 7 años...
Quiero volver a soñar.
Lo peor de todo es que cada año que cada año que va pasando se va borrando un pequeño trozo de esa tela de increible calidad y talento bordada por morfeo.
Tenía que asaltar el palacio real del dictador de los sueños, yo, era el increible muchacho elegido que tenía que acabar con esa tiranía, por increible qué parezca no sé por que yo era el elegido y no un jóven Yankee.
Recuerdo que me movía por aquél sueño con una agilidad no propia de un ser humano, llevaba un rifle que disparaba ráfagas de vientos y eliminaba a seres sacados de la mente más perversa...
Lo curioso es que no tenía miedo, era de los momentos con más valor que he tenido en mi vida.
Yo corriendo y saltando, destrozando, disparando por aquél mundo, me sentía feliz.
De repente vino un helicóptero de tamaño ciclópeo y se detuvo justo debajo mia, yo asombrado con semejante artefacto ni se me pasaba por la cabeza que de esa aeronave saltasen con paracaidas cientos de personajes de disney, armados hasta los dientes y con una autoestima arrolladora, no, lo que no me podía creer es que yo iba a dirigir a esas bestias, yo solo yo, y todo esto en el sueño de un niño de 7 años...
Quiero volver a soñar.