Cuando bajaba a Zevilla iba siempre en los Socibús.
Para hacer la gracia, algunos sevillanos lo llamaban " Suciobús" pero era todo lo contrario a sucio.
Eran relativamente confortables, amplios y limpios.
El problema es el propio conceto de "viajar en otobus". Quien lo hace ya sabe lo que le espera: horas allí metido, posible compañero de asiento gordo/maloliente/imbécil, mareos y angustia existencial. Vamos, como un vuelo transoceánico pero yendo por carretera.
Los viajes los pasaba leyendo, escuchando música y oteando el horizonte, pero acababan haciéndose largos.
Ya comenté mi episodio de cagarme encima en ese bus en cierta ocasión y fue esa la única vez que la lié gorda y fui yo el compañero indeseado por todos.
Rara vez viajé con tanos, moros o amerindios aunque hablo de que mi último viaje fue en 2008, no sé cómo estará la cosa ahora.
Si tuviera que ir ahora y fuese una vez puntual no dudaría en pillar un tren en ve del trasto este. Ahora, que si fuese algo crónico no veo mala opción los buses.
Por cierto, este verano en Rumanía me crucé con un bus que ponía " Madrid-rumanía" y buscando pues resulta que por 70 euros tienes ese bus que en casi tres días te deja allí.
Veis? Eso ni loco. Pero ni borracho, no me jodas. Tres putos días en bus. Tres putos días rodeado de gente sin ducharse que ya deben de oler a choto de origen.