La idea de Dios y de algo superior que nos trasciende y da sentido y hace inteligible laexistencia y el universo en general, es algo que está inscrito en la conciencia del hombre desde el Paleolítico y los cazadores recolectores, nos ha acompañado en el devenir de los siglos, y esa misma idea bajo una formulación esotérica/exotérica ha construido ciclos de civilización. No hay más que ver, por ejemplo, la importancia del Cristianismo medieval en la construcción de la idea de Europa, a través del ecumene de la christianitas, o el arraigo que tiene el fundamento espiritual, hasta nuestros días en multitud de pueblos más allá del denominado Occidente, donde el ateísmo, materialismo y la disgregación y degradación de las costumbresnos ha abocado al abismo de la ideologíadel poshumanismo y laAgenda 2030 de los putos liberales de mierda.
Además, el proceso de descristianización que vivimos en Occidente conlleva un vacío existencial que muchos han tratado de cubir con sucedáneos patéticos y ridículos como horóscopos, creencias ovnis, supercherías ocultistas o el new age, que no deja de ser un batiburrillo de mixtificaciones religiosas para el consumo del burguesito medio, que se hace vegano, budista o socio del pub arny.
En fin, que el fundamento espiritual es necesario como criterio objetivo para evitar el caos y los comportamientos erráticos que se derivan del individualismo ateo de nuestros días, en los que se imponen criterios de cantidad sobre cualidad, y ahí tenéis a cualquier mostrenco de pelo azul, politatuada, que practica el poliamor, es vegana, lleva 4 o 5 chutes de "vacuna" de la covís y es feminista, antirracista, lesbiana, antifascista y partidaria del NOM ycualquier basura degenerada que éste proponga. Y esto por citar alguno de los tipos "humanos" a emular que nos proponen los castuzos.