Lo que pasa es que a ti no te gustan los niños y estás en contra de tenerlos. Como él defiende que sí se tengan y dice que eso es lo natural y no hacerlo propicia que a las mujeres se les vaya la pinza, pues automáticamente no te gusta. Y pones como ejemplo a mujeres que han tenido niños y están desquiciadas por tener que ocuparse de su crianza, sin darte cuenta de que el desquicie de esas mujeres tiene más que ver con querer estar en misa y repicando que por querer estar en misa sin más.
Lo natural es reproducirse. Es un instinto arraigado en toda especie, la humana incluida. Es más, para muchos científicos es el fin último de la existencia: la reproducción. Es lo que nos ha traído hasta aquí. Lo antinatural es decir que no hay que hacerlo. Lo antinatural es convencer a las mujeres de que estarán mejor no haciéndolo. Lo antinatural es acabar siendo permeable al mensaje de que no se necesita una pareja, ni una familia, ni hijos, y que lo suyo es estar solo y dedicarse a trabajar y a pulirse el dinero en actividades hedonistas. Y desde luego la mentira más grande que hay es decirle a las mujeres que es una elección racional, cuando resulta que no lo es. Al final quienes compran estos mensajes acaban o bien solas y con la triada de la mujer moderna (whiskas, satisfyer y lexatin) intentando engañarse a sí mismas o luchando una batalla entre lo que han comprado racionalmente y lo que su instinto les apresura a hacer, intentando estar en misa y repicando. Y al final ni se enteran bien de la misa ni repican bien las campanas y luego vienen los llantos y el crujir de dientes.
En resumen: quizá tener hijos no te garantice la estabilidad emocional, pero lo que sí que te garantiza la inestabilidad es comprar estos mensajes que se cagan en el natural devenir de las cosas y luego intentar estar en misa y repicando. Cuanto más se abracen estas mierdas, peor va a irnos como sociedad y como individuos, y más tarados va a haber. A la realidad de la calle me remito.